Mis 4 días en Berlín ✏️ Blogs de Alemania

Llevábamos mucho tiempo queriendo ir a Berlín, pero al final, por una cosa o por otra, siempre lo íbamos posponiendo. Ha sido un viaje totalmente distinto a otros que he hecho pero que me ha encantado. No vais a ver una ciudad bonita como Roma o París pero si os gusta la historia, no lo dudéis.

A lo largo del diario os iré contando todo lo que nosotras vimos, pero también os diré algunos truquillos que os ayudarán a preparar este viaje y os harán la vida más fácil una vez estéis allí. Yo también leí varios antes de viajar que me ayudaron mucho. En mi caso, cada etapa corresponde a un día


Nuestro vuelo con Ryanair salía desde Madrid a las 06.15 de la mañana, como somos de Valladolid y por la noche no tenemos muchas opciones en lo que a transporte, se refiere, decidimos coger un hotel cercano al aeropuerto para poder dormir algo. La otra opción era no domir nada esa noche y quedarnos 4 horas en el aeropuerto hasta que saliera nuestro vuelo, pero lo descartamos porque lo hicimos una vez y al día siguiente estábamos tan agotadas que aprovechamos el día a medias. Nunca mais.

Elegimos el hotel Tryp Madrid Alameda Aeropuerto Hotel, queda a unos 12 minutos caminando de la estación de metro Barajas. Lo elegimos porque tienen servicio gratuito de transporte al aeropuerto, y la verdad es que funciona muy bien, si necesitas el translado después de las 5 de la mañana, tienes un minibus cada 15 minutos, si tienes que ir antes de las 5 de la mañana, como era nuestro caso, había que bajar a recepción y pedir el coche desde allí, como mucho en 15 minutos estaba en la puerta. Nosotras no lo tuvimos que pedir ya que ya lo habían pedido unos viajeros minutos antes, así que en cosa de 10 minutos estábamos en el aeropuerto. Ya no había vuelta atrás, poníamos rumbo a Berlín!!!


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DÍA 1

Llegamos al aeropuerto de Schoenefeld bastante puntuales, nuestra primera tarea allí era ir a recoger las Welcome Card que había comprado online previamente desde España, y....primer error! una piensa que cuantas más cosas lleve atadas menos trabajo tendrá luego y...en este caso...me equivoqué. Tuvimos que esperar media hora hasta que nos atendieron, había una cola enorme, así que mi primera recomendación es que si queréis comprar la Welcome Card, lo hagáis allí directamente, tenéis varios sitios en el aeropuerto donde se pueden comprar sin problemas. Hay gente que no recomienda comprar este abono de transporte y realmente no entiendo por qué, nosotras pagamos 42 euros por persona, 5 días...zonas ABC + isla de los Museos, en nuestro caso nos compensó porque entramos "gratis" a los museos, utilizamos mucho el trasporte público y usamos algunos descuentos.

Elegimos el hotel Indigo Berlín Alexanderplatz, a 5 minutos caminando a dicha plaza, después hablaré de él. Para ir a Alexanderplatz hay varias opciones, la más rápida es coger uno de estos dos trenes, el RE7 o el RB14, en unos 20 o 25 minutos os dejan allí. De camino al lugar donde salen los trenes al aeropuerto, encontraréis un panel electrónico informativo, parad un segundo y fijáos ahí la hora en la que salen los trenes y la dársena. No hay paneles electrónicos dentro de la estación así que mejor fijáos fuera. Si os pasáis, tenéis unos carteles con los horarios impresos, pero tardas más y es más lioso.

Nosotras escogimos el RB14 porque era el que primero salía, el recorrido es prácticamente el mismo, antes de subir, validamos nuestra Welcome Card en una especie de máquina que hay justo al lado del andén, es importante hacer esto porque si un revisor os pide el billete y no está validado, os pone los 60 euros de multa igualmente y sí, hay revisores, en 4 días nos lo pidieron dos veces. Van vestidos de calle y hasta que no los tienes delante no te das cuenta. No merece la pena pasarse de listo.

Es sencillo saber la parada en la que te tienes que bajar porque hay paneles electrónicos en los vagones y además al entrar a las estaciones te da tiempo a mirar a través de las ventanas cual es. De todos modos AlexanderPlatz no tiene pérdida, se ve desde lejos jejejeje. Ya imaginaréis por qué.

Lo primero que hicimos al llegar fue ir al hotel, como ya he dicho, el hotel elegido fue el Indigo Berlín AlexanderPlatz, lo elegimos porque esta a pocos minutos de metro, tren y tranvía, en un sitio inmejorable, conectado con toda la ciudad. También había leído las críticas en Tripadvisor y Booking y eran excelentes. Sin duda os lo recomiendo.

Como llegamos mucho antes de las 15.00, no pudimos entrar a la habitación, pero sin ningún problema nos guardaron las maletas. El personal muy profesional y siempre dispuesto a ayudar.

Nuestra primera parada fue la plaza Alexanderplatz, es un sitio especial, con mucho ambiente, hay gente a todas horas, un mercadillo donde poder comprar de todo, teatros callejeros, puestos donde poder comer, Kebabs, hamburguesas, perritos, pasta, pizza...etc. Estuvimos dando una vuelta por aquí, hicimos fotos al famoso reloj que va marcando las horas de distintas ciudades. Me soprendió mucho y para bien el buen ambiente que había.


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Después del paseo por Alexanderplatz, pusimos rumbo a la puerta de Brademburgo. Se tardan unos 35 minutos caminando pero decidimos hacer este trayecto en bus, para guardar fuerzas para la tarde, ya que teníamos contratado un tour de 3 horas por el centro histórico de Berlín. Para llegar optamos por el bus 100, esta linea de transporte público la utilizaremos muchisimo durante nuestra estancia en Berlín, ya que va parando en los principales puntos de interés de la ciudad: catedral e isla de los museos, Puerta de Brademburgo, Reichtag, columna de la Reina Victoria, Memorial kaiser wilhelm...

En 10 minutos ya estábamos en la Parisier Platz contemplando la Puerta de Bradenburgo. A mí no me decepcionó en absoluto! como aún quedaba algo más de una hora para comer, buscamos por allí un sitio típico para probar las típicas salchichas alemanas currywurst, deliciosas! y enseguida se hizo la hora del tour.

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Desde un principio teníamos claro que íbamos a aprovechar las visitas guiadas que ofrecen varias empresas por la ciudad, no son para nada caras y además, merecen mucho la pena. Para el primer día queríamos hacer el tour básico por el centro de la ciudad, para ir adentrándonos en la historia de Berlín y comprender mejor todo lo que iríamos viendo esos días.

Hay varias empresas que ofrecen estos tours, todas muy similares entre sí, solo se diferencian del lugar del que salen, nosotras "jugamos" con dos, lo que mejor nos cuadró en cada momento. Por ejemplo, para el primer día elegimos el tour gratuito con NewBerlinTours ya que era el que mejor nos encajaba con la hora. Los Tours de NewBerlin salen del Starbucks que hay enfrente de la puerta de Bradenburgo, se les ve rápidamente porque van de rojo, no hace falta reservar y si de verdad os queréis enterar bien de la historia, no lo dudéis. Merece mucho la pena, te cuentan curiosidades que no aparecen en ningún manual y si tienes suerte y el guía es bueno, como fue en nuestro caso, te vas a ir encantado/a.

Empezamos viendo y explicando la Pariser Platz, lugar donde se encuentra la Puerta de Bradenburgo, y siguió contando curiosidades de la puerta, una de ellas es que a Napoléón le gustó tanto que quería llevársela a Paris, pero como le dijeron que era imposible transportarla entera, tuvo que conformarse con la cuádriga, otro dato curioso es que durante los 30 años del muro, quedó en tierra de nadie, sin ningún acceso

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A 5 minutos de la Pariser Platz se encuentra el Memorial conmemorativo a los Judios asesinados en Europa, os voy a dar un consejo, antes de juzgarlo, adentraos y daos una vuelta entre las losas, después me contáis. Es increíble como algo tan sencillo puede transmitir tanto una vez estás dentro. De noche tiene que ser increíble caminar por allí

Desde ahí comenzamos a andar para ir a otro lugar, de repente el guía se para y nos dice, ¿Qué os parece este sitio? ¿os parece bonito? y yo pensando: pues ni fu ni fa, a ver, era un aparcamiento de coches con 4 árboles y poco más, acto seguido nos dijo que debajo se encontraba el Búnker de Hitler, el lugar en el que se escondió y posteriormente se suicidó. No se puede visitar, de hecho, se tapó para evitar que en un futuro se convirtiera en lugar de "peregrinaje" tan solo hay un panel informativo en el exterior con el plano del Búnker.

Pocos minutos después veríamos un edificio que recordaba a los típicos de las películas del nazismo, era el Luftwaffe HQ, fuerza aérea alemana en la época nazi, el único edificio que "casualmente" quedó en pie tras la guerra (debía tener poca información).

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A continuación y por primera vez desde que llegamos, vimos una parte que se conservaba del muro de Berlín

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Aunque ya no esté el muro físico os encontraréis esto en los lugares por donde pasaba el muro. Qué fácil es pasar de un lado a otro ahora y que complicado era antes

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A continuación llegábamos al Checkpoint Charlie, tan comentado en diversos diarios que había leído antes de mi viaje. Me pareció una castaña pilonga, una turistada, sin más. El Checkpoint Charlie fue el paso fronterizo más famoso del muro de Berlín ;

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Más tarde llegaríamos a la que sería mi plaza favorita de Berlín, la Gendarmenmarkt, o como la llamaba el guía, la Plaza de la tolerancia, nada más llegar llaman la atención sus dos catedrales, casi idénticas, una enfrente de la otra, la Francesa y la Alemana, dando ejemplo de como gente con distintas creencias pueden convivir perfectamente desde el respeto.

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Terminamos el Tour en la Bebelplatz, este lugar es famoso porque aquí tuvo lugar la quema de libros por parte de simpatizantes del nazismo. En total se quemaron unos 40000 libros. Hay un recuerdo en el suelode la Plaza para este episodio, un cuadrado de cristal en el que se ve una estantería vacía.

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Terminamos el Tour muy contentas con todo lo aprendido, y aunque el tour es gratuito, dimos 20 euros al guía por lo bien que nos había sabido transmitir y resumir toda la historia de la ciudad. Mereció mucho la pena.

Ya eran casi las 18.00 de la tarde y estábamos cansadas de caminar, así que pusimos rumbo al hotel a ver si por fin podíamos instalarnos y descansar un poco.

Las habitaciones del Indigo Berlín Alexanderplatz son modernas y confortables, con baño amplio y una ducha modo lluvia que era una gozada. Nos quedaríamos 5 noches, en total 492 euros con desayuno incluido. Había sitios más baratos pero la situación y la comodidad eran esenciales en nuestro viaje.

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Después del pequeño descanso salimos a ver el ambiente de tarde-noche de Alexanderplatz, muchísima gente, unos estaban viendo actuaciones en la calle, otros comprando recuerdos en los puestos, niños saltando en colchonetas o entreteniéndose en teatrillos especialmente para ellos, adultos cenando o tomando cerveza en los infinitos puestos de comida de la plaza...., es curiosa tanta diversidad. Nosotras hicimos un poco de todo, y terminamos cenando por los puestos de comida de la Plaza, es lo que había más a mano, nos gustaba el rollo ese y además íbamos a tiro hecho. Os dejo un ejemplo de estos puestos...

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Y aquí terminamos nuestro primer día en Berlín. Nos fuimos a dormir agotadísimas pero con mucha ilusión de cara a lo que nos esperaba en los próximos días.

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Cómo habéis podido leer en el título, lo que teníamos programado para ese día era la visita al Campo de Concentración de Sachsenhausen. Al principio teníamos nuestras dudas sobre si ir o no, finalmente nos decidimos ya que aunque pudiera ser duro, no deja de ser parte de la historia.

Esta vez escogimos otra empresa para la visita guiada, CultourBerlin, es la que mejor nos encajaba por situación y horario, 10 de la mañana, saliendo desde de la torre de la televisión de Alexanderplatz y a 5 minutos del hotel. Son facilmente reconocibles porque van de verde y funcionan muy parecido a NewBerlin, si me apuráis, tal vez incluso mejor. La visita cuesta 16 euros pero nosotras pagamos 12 con la Welcomecard y no hace falta reservar, de hecho es mejor no hacerlo, luego os cuento por qué.

La visita a Sachsenhausen lleva unas 6 horas, contando ya el tiempo de transporte. Recordad que para llegar al campo necesitáis una tarjeta de transporte que cubra la zona C. Hay que hacer dos transbordos desde AlexanderPlatz y aunque realmente no es difícil llegar, con el guía era un descanso y una despreocupación .Otra vez tuvimos suerte e iniciamos el tour con un chico encantador y muy bien preparado llamado José. Mientras esperábamos los trenes que nos llevarían al campo, nos iba introduciendo un poco en la historia, diferenciando bien entre campo de exterminio y campo de concentración, y contándonos como era la Alemania de entonces.

Después de una hora y pico de viaje allí estábamos. Había mucha gente por libre haciendo la visita con la audioguía, no os lo recomiendo, la audioguía no transmite la pasión que transmite un guía y además, estar 3 horas sujetando un cacharro que parece una pala de pádel....no debe ser muy cómodo


Hasta que llegas a la puerta del campo, hay que caminar un poco, no se hace pesado porque hay mucho que contar en todas partes.

Una vez allí, lo primero que se hace es echar un vistazo al plano, llama la atención su forma triangular, para que nadie pudiera escapar en ningún momento de los ojos de los guardias.

Esta es la foto de la entrada principal, veréis un reloj encima, está parado, marca la hora exacta en que los presos fueron liberados.

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Y ya íbamos a cruzar la puerta, veréis una inscripción en la que dice en alemán: "el trabajo os hará libres". Poco más que añadir, es tremendo.


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Nada más cruzar la puerta os encontraréis con esto, da mal rollo nada más mirarlo. Ahí es donde hacían el recuento de prisioneros. Merece la pena escuchar algunas curiosidades. Una de las que más me impresionó es que a veces los mismos prisioneros llevaban a compañeros fallecidos al recuento, lo hacían porque si faltaba uno (porque había muerto ese día en algún lugar), se podían tirar hasta 6 horas o 24 hasta que lo encontraran, imagináos tener que esperar allí en invierno a 20 grados bajo cero. Es muy triste pero se iban acostumbrando a ver fallecidos y al final, era una lucha por la supervivencia.

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La visita continua por los barracones, pueden verse donde dormían, dónde comían, donde se lavaban, dónde hacían sus necesidades, el guía iba contándonos su día a día. Muy duro, daba mucha pena, la verdad. En este cuarto tan pequeño dormían 300.

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La visita se iba volviendo cada vez más dura (si a alguien le impresiona todo esto mejor que deje de leer ahora y no vea las fotos que pongo a continuación).

En la primera foto podéis ver donde los fusilaban. Y en la segunda los hornos crematorios, por lo visto las balas eran demasiado caras y tuvieron que crear otros métodos para terminar con ellos, las cámaras de gas

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Una de las cosas que más nos impresionaros fue ver la sala donde hacían los experimentos médicos, hacían auténticas salvajadas con gente de otras razas...tremendo.

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Ahora, el memorial a los Judios que vimos el día anterior, tenía más sentido

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También hubo victimas españolas

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Habíamos leído que era recomendable llevar algo para comer y beber, sin embargo, nadie de nuestro grupo comió allí, creo que se nos quitó el hambre al ver todo aquello. Sin embargo, aprovechamos el viaje de vuelta en el tren para ello. Tampoco creáis que allí sobra tiempo. Es un no parar de ver cosas, terminas cansada porque no paras, pero para mí, visita imprescindible en un viaje a Berlín.

El tour terminó donde había empezado., Alexanderplatz. Como el hotel estaba cerca decidimos ir a descansar un rato antes de volver a salir.

Para el resto del día, teníamos pensadas varias cosas, visitar el museo de topografía del terror, el museo del Checkpoint Charlie, Postdamen Platz y cenar en el Sonycenter iluminado por la noche.

La topografía del terror está situada en la antigua sede de la GESTAPO, contiene fotografías muy interesantes y algunas muy duras de la época del nazismo. Si vais con tiempo merece la pena pasear y leer los textos de los paneles que acompañan a las fotos, la mala noticia es que los textos sólo están en alemán y en inglés. La entrada es gratuita, no hay audioguía pero a la entrada podéis pedir que os pongan un video explicativo en español. La verdad es que me gustó mucho.

Aquí, un valiente

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A pocos minutos caminando está el Checkpoint museum, es un lugar dedicado al muro y en él podéis leer historias de como los ciudadanos trataban de pasar de un lado a otro, se cuentan anécdotas, datos curiosos, incluso se pueden ver maletas en las que se escondieron, coches en cuyo maletero lograron escapar, el cuchillo con el que una persona hizo un tunel y consiguió pasar al otro lado...es interesante pero en mi opinión, la entrada es cara (12,50) para lo que ofrece, y una vez más los textos en varios idiomas menos en español. Os dejo alguna foto.

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Nuestro siguiente objetivo sería la Potsdamer Platz, os sonará porque en este lugar fue donde se instaló el primer semáforo de Europa. No sé si porque era viernes pero la verdad es que había bastante ambiente.

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Después de dar una vuelta por la plaza nos dirigimos al Sony Center, queríamos conocerlo y como no, ver la cúpula iluminada. Aquí podréis encontrar tiendas, restaurantes, oficinas, cines...hay que verlo.

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Ibamos a cenar aquí pero después de echar un vistazo a los restaurantes, no nos llamaron la atención así que volvimos a la Postdamer Platz y cenamos en un restauramte Italiano. Aquí comí los mejores espaguettis al salmón que he probado jamás!!!

Y con esto damos por finalizado nuestro segundo día en Berlín. Un poco cansado, sí, pero esa es la idea, aprovechar bien los días para ver lo máximo posible

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