De una escapada a Ávila y Segovia ✏️ Blogs de EspañaFin de semana otoñal explorando los tesoros de la provincia de Segovia y su preciosa capital, así como la bella ÁvilaAutor: Vinadas1 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (20 Votos) Índice del Diario: De una escapada a Ávila y Segovia
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Etapas 4 a 5, total 5
Último día del viaje, que como no pasó volando. Para hoy nos tocaba visitar Ávila y depende como fuéramos de tiempo ver algo más, finalmente decidimos volver tras ver la capital abulense intentando parar en El Tiemblo para ver los famosos Toros de Guisando (que no vimos por costar 2€ por el morro pese a estar a la intemperie en un prado...) y llegamos a Madrid con tiempo para no tener sustos por atascos o similares. TOTAL: 128kms. Nos levantamos a eso de las 9 y nos dispusimos a explorar la ciudad, os dejo una reseña histórica (tomada de Ávila Virtual, es una reseña muy completa y amena) Fueron los vetones, un pueblo celtíbero, los primeros en asentarse en Ávila y sus alrededores hacia el 700 a.C. De su cultura quedan importantes restos esparcidos por la geografía abulense, como los célebres verracos (de los que hay algunos en Ávila capital) y los castros o poblados en los que habitaban. Con la llegada de Roma a finales del siglo III a.C., Ávila se convirtió en una plaza fuerte que adoptó patrones urbanísticos y modos de vida latinos. Durante la plenitud romana formaría parte de la Hispania Ulterior primero y de la Lusitana de Augusto después. Huellas de esta presencia se encuentran en los hallazgos arqueológicos (monedas, urnas funerarias, cerámica), y en la propia muralla, al parecer edificada sobre restos de una anterior muralla romana, en la que pueden observarse piezas de la necrópolis. Desde el siglo III en adelante, con la progresiva decadencia del Imperio y las invasiones de los bárbaros, la ciudad sufrió un proceso de ruralización y empobrecimiento generalizado. Cuando en el 711 los musulmanes invadieron la península Ibérica, la zona quedó en territorio de frecuentes disputas entre musulmanes y cristianos. En esta lucha, la ciudad fue tomada hasta siete veces por unos y por otros, lo que hizo que se despoblase. Desde el S. III de nuestra era hasta la toma de Toledo, la historia de la ciudad es oscura, pero sintetizando podemos afirmar que Avila es "tierra de nadie", quedando prácticamente despoblada. Una fecha es clave en la historia de la ciudad es el año 1085, cuando Alfonso VI conquista Toledo y encarga a su yerno, Raimundo de Borgoña, la repoblación de la parte meridional del Duero para asegurar el mantenimiento de sus conquistas. Hacia Ávila se encaminó don Raimundo de Borgoña con una numerosa hueste traída de los reinos de León, Asturias y Galicia. A partir de ahí, la ciudad empieza a configurarse tal y como ahora la conocemos; se inician las obras de San Vicente, San Pedro, la Catedral y se construye la Muralla, para prevenir el ataque musulmán. Poco a poco la urbe se fue enriqueciendo hasta llegar a su periodo de esplendor en el siglo XVI. Es en esta época cuando se levantan Iglesias y Conventos (San José, la Encarnación, Mosén Rubí, San Antonio...), se llena la ciudad de mansiones señoriales, viven Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz... Caballero armado Pero con el cambio de siglo la suerte de Ávila se truncó dramáticamente; la peste, la expulsión de los moriscos, la emigración a América, el traslado de la nobleza a la capital del Reino y la pérdida de competitividad productiva marcaron su declive, que llegó a ser de proporciones catastrófica a inicios del siglo XIX. Afortunadamente, con la llegada de tiempos más modernos, la ciudad se fue recuperando y hoy en día prospera felizmente mientras cuida de su impresionante patrimonio. La UNESCO, en 1985, declaró Ávila Patrimonio de la Humanidad en reconocimiento a la grandísima importancia de sus monumentos, tesoros de una ciudad que sintetiza magníficamente el espíritu castellano de antaño, en el que lo militar y lo religioso avanzaban juntos, inseparablemente unidos. Hay que destacar también, que al igual que ocurría en Segovia, la ciudad vieja de Ávila e iglesias extramuros es Patrimonio de la Humanidad desde 1985 (el mismo año que Segovia) en virtud de dos criterios: · Criterio III (Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida) al ser un perfecto ejemplo de ciudad medieval fortificada, estando las murallas que la rodean completamente intactas. La densidad de monumentos religiosos y seculares, tanto intramuros como extramuros le hace tener un conjunto urbano de valor excepcional. · Criterio IV (Ofrecer un ejemplo eminente de un tipo de edificio, conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje, que ilustre una etapa significativa de la historia humana) al ser el ejemplo mejor conocido de ciudad fortificada resultante de la política repoblatoria del Reino de Castilla tras la conquista de Toledo. Yendo ya a la visita en sí comenzamos en nuestro hostal, subiendo hacia la plaza principal como la noche anterior por las bonitas calles de la ciudad vieja abulense. Tuvimos suerte con la visita, y es que pese a dar lluvia cayeron 4 gotas en un momento determinado y ya, pudimos disfrutar de la ciudad sin problemas meteorológicos. La Plaza del Mercado Chico es la principal de la ciudad desde el siglo XI, y acoge el Ayuntamiento, construído en el siglo XIX Está porticada y vacía, por la amenaza de lluvia. Desde aquí vemos la torre de la imponente catedral. Desayunamos aquí, en El Portalón, un poco carillo pero bueno (pincho y café por 4€) y nos vamos directos a la Catedral, construida en el siglo XII en estilo románico y predominando la arquitectura defensiva sobre la religiosa, y es que se construyó pensando en utilizarla como fortaleza en caso de que fuera necesario. La vimos solo por el exterior, y es que estaba cerrada toda la mañana, una pena, el interior nos pareció muy interesante por las fotos que vimos. Ya tenemos excusa para volver por la preciosa capital abulense con más calma jeje. Junto a la Catedral se encuentra una puerta de la Muralla. Y por ella salimos al recinto extramuros. La cabecera de la Catedral se entronca con la Muralla, es espectacular esta parte de la misma. Además es única, no hay otra muralla que cuente con un ábside catedralicio como parte del entroncado defensivo. Es la muralla mejor conservada de toda España y data del siglo XII. Tiene una longitud de 2,5 kms y cuenta con 2.500 almenas, 88 torres, 6 puertas y 3 portillos. Es posible subir y pasear por ella, pero es caro (cuesta 5€), no se puede caminar entera (hay que hacer ida y vuelta) y además unos meses atrás habíamos rodeado toda la de Lugo, con varios siglos más de historia; así que no subimos, junto con entrar a la Catedral otra razón para volver a Ávila con más tiempo y dinero. Llegamos a la vecina Plaza de Santa Teresa o del Mercado Grande, en el recinto extramuros, a la sombra de la muralla. Acoge la Iglesia de San Pedro, un templo que se construyó entre los siglos XII y XIII y a caballo entre el románico y el gótico, debido a este largo periodo de construcción. Enfrente nos encontramos con una de las puertas de la muralla, es muy imponente por su tamaño y robustez. Vemos un despliegue de policía y anuncios de una marcha contra el cáncer de mama, preguntamos y tenemos que irnos antes de las 2 que cortarán el tráfico, así que nos apresuramos en continuar la visita (otra de las razones por las que no subimos a la muralla, va a haber que volver para rematar la visita) Cruzamos la puerta y llegamos a la Plaza Adolfo Suárez, en honor al primer presidente de la democracia española, y es que esta figura clave en nuestra historia nació en Cebreros, un pueblo de la provincia abulense. Como no, en la plaza hay una estatua en su honor También hay una estatua de un toro, un símbolo clave en la historia prerromana abulense (luego os hablaré más de ello, y es que visitamos una exposición sobre los vettones, el pueblo prerromano que habitaba estas tierras) También acoge la antigua sede del Banco de España, un bonito edificio de principios del siglo XX que hoy en día es la Delegación de Hacienda. El tiempo empieza a apremiar, y nos vamos en dirección al Convento de Santa Teresa de Jesús pasando por bonitos rincones. Pasamos también por el Palacio de los Dávila, que forma parte del entramado defensivo de la ciudad junto con otros palacios seculares y religiosos, que estaban unos pegados a otros haciendo una especie de segundo cinturón defensivo, tras la Muralla de la ciudad. Es uno de los mejores exponentes de este cinturón, y es que su forma es más de muralla que de palacio residencial. Llegamos a la Plaza del Corral de Campanas, que acoge el Palacio de los Superunda datado del siglo XVI, y que fue comprado por el pintor italiano Guido Caprotti en 1916, acogiendo una colección de sus obras. A su lado se encuentra el Torreón de los Guzmanes, que acoge la única exposición permanente de Europa acerca de los vettones. Es gratuita, así que entramos a verla de pasada, y es que me interesa bastante la Hispania prerromana. Los vettones (nombre dado por los romanos a varias tribus con denominadores comunes) fueron un pueblo celtíbero que habitaba entre el Duero y el Tajo, en las actuales provincias de Toledo, Ávila, Zamora, Cáceres y Salamanca y alguna parte de Portugal. La exposición es interesante y cuenta de una forma bastante didáctica y entretenida como era la vida de este pueblo y varias cosas acerca de su historia. Además explica algo que me llama la atención, y son los verracos, estatuas de animales (prinipalmente toros) que se encuentran repartidos por la antigua Vettonia y con un significado desconocido, no se sabe si se erigían para conmemorar victorias o con un significado mágico-religioso. Los más significativos están en El Tiemblo en una pequeña finca, el dueño, muy listo, cobra 2€ por entrar, pero no tiene nada de nada, es un abuso y por la tarde nos acercamos de camino a Madrid pero no picamos (se ven saltando por encima de la valla y es que pagas para nada) Abandonamos la exposición y la plaza y nos topamos con una portezuela de la muralla. A su lado está la Plaza de la Santa, dedicada a Santa Teresa de Jesús, la personalidad histórica más importante de la ciudad. Fue una monja abulense que vivió en el siglo XVI y que fundó la Orden de las Carmelitas, y además escribió un sinfín de obras místicas, siendo considerada junto con San Juan de la Cruz como la cumbre de la experiencia mística cristiana, y es que según ella entraba en trance acercándose a Dios más que nadie en el mundo. Aquí está un monasterio dedicada a ella, que data del siglo XVII y que acoge un museo sobre su persona (al que tampoco entramos por falta de tiempo) De aquí nos vamos a por el coche para escapar del cierre de las calles de la ciudad y nos vamos al Monasterio de Santo Tomás, el más grande y trabajado de la ciudad. Fue construido en la última década del siglo XV bajo el mecenazgo de los Reyes Católicos, y fue sede inquisitorial y universidad. Estaba cerrado, al igual que la iglesia (por celebración religiosa), por lo que nos tuvimos que contentar con ver la fachada de la misma, muy bonita todo sea dicho. La decoración de la puerta está muy trabajada, con estatuas de los apóstoles en las columnas. De aquí nos vamos a los Cuatro Postes, el mejor mirador de la ciudad. Está del otro lado del Río Adaja y en su origen fue un humilladero construido en el siglo XVI, si bien hay quien sostiene que aquí había un templo romano. En cualquier caso las vistas de la ciudad son de postal, y son una parada obligatoria para cualquier viajero que venga a Ávila. Podemos fijarnos en detalle en símbolos de la ciudad, como la Catedral o la Muralla. Y con estas vistas comemos los bocatas (compramos el pan en una gasolinera que está justo al lado) antes de poner rumbo a Madrid por la nacional Ávila-Toledo, por ver algo nuevo, si bien por desgracia los pueblos más bonitos de la provincia están saliendo por la sierra pero hacia Cáceres, o al norte de la misma, por lo que quedan pendientes para futuras escapadas. Al poco de salir nos encontramos con la Ermita de Nuestra Señora de Sonsoles, situada en un hermoso paraje Valle Amblés. Se construyó a finales del siglo XV y fue ampliado en el XVI por la gran afluencia de fieles. En el retablo está la Virgen de Sonsoles, a quien está consagrado el templo. Y las capillas laterales están muy ornamentadas. También hay un cocodrilo disecado, y es que según cuenta la leyenda un caballero abulense se encontraba en la Indias, donde era propietario de tierras en aquella zona, fue atacado por este enorme reptil, cuando se encontraba recorriendo sus propiedades, este noble caballero viendo peligrar su vida, se encomendó a la Virgen de Sonsoles. Entonces la fusta que llevaba en la mano para azuzar a su montura, se convirtió en espada pudiendo defenderse con ella y dar muerte al animal. El caballero agradecido por la ayuda, que le fue dada por la Virgen de Sonsoles, decidió trasladar el cuerpo del animal, al Santuario como muestra de su agradecimiento, y así es que hoy podemos verlo Y ya de aquí nos fuimos a Madrid, y tranquilamente fui a Barajas para coger un vuelo que me llevara a pasar las vacaciones otoñales en casa, entre los míos. CONCLUSIONES DE ÁVILA: Es una ciudad muy bonita, con un conjunto monumental muy completo, la muralla es lo más conocido, pero tiene una serie de iglesias y palacios muy bonitas, sobre todo los interiores (una pena no poder verla) De todas formas se queda atrás comparada con Segovia, las calles y plazas no tienen ese encanto, y los monumentos están dispersos con zonas insulsas en medio (un poco como Lugo) Para ver la ciudad basta con algo más de medio día para el viajero medio, pues el casco histórico no es excesivamente grande y teniendo coche para ir a Santo Tomás y los Cuatro Postes los desplazamientos son cortos. Es una visita obligatorio en un viaje por la zona, y al igual que Segovia es una perfecta excursión en el día desde Madrid. Etapas 4 a 5, total 5
No teníamos demasiadas expectativas en este finde, sobre todo yo después de patearme media Centroeuropa; pero nos encantó. Esta parte sur de Castilla es mucho más que Ávila y Segovia, como descubrimos. Y pese al nombre de Segovia también nos sorprendió. Fue un muy buen fin de semana plagado de momentos y lugares mágicos. Una Castilla que es enorme, y que tiene enormes diferencias entre los Ancares leonesas y la llanura vallisoletana; o entre la Tierra de Campos palentina y la zona del Moncayo en Soria; pero plagada de rincones preciosas y sin ni siquiera una pequeña parte de la fama que merecen. Una Castilla por explorar y a la que volveremos cada vez que podamos. Como viene siendo habitual, os dejo las conclusiones recopiladas y al final las generales: CONCLUSIONES DE SEPÚLVEDA: Es un pueblo medieval muy bonito, con varias iglesias románicas y calles bastante cuidadas (aunque hay algún edificio que pide a gritos una rehabilitación). La estampa desde fuera del pueblo también merece la pena. Es pequeño, así que al viajero medio no le tomará más de dos horas visitar la ciudad; teniendo un tamaño perfecto para combinarla con Pedraza en una excursión de algo más de medio día desde Segovia (sobre todo en verano que los días son largos). Es una joya, y junto con Pedraza son paradas obligatorias en cualquier viaje por esta zona de Castilla. CONCLUSIONES DE PEDRAZA: Nos enamoró desde que pusimos el pie en sus calles medievales. Es un pequeño pueblo sin grandes monumentos, pero en su conjunto es un viaje a la Edad Media, ha sido uno de los rincones más mágicos que he recorrido en mi vida. Para ver la ciudad basta con una o dos horas para el viajero medio, y es que es tremendamente pequeña y se camina muy rápido; es perfecta para hacer en medio día desde Segovia junto con Sepúlveda, o como excursión de día desde Madrid si se combina con algo más. Es un imprescindible si se viene por Segovia, y es que os enamorará. CONCLUSIONES DE SEGOVIA: Es una ciudad preciosa, aparte de los archiconocidos monumentos que no nos defraudarion para nada: Acueducto y Alcázar; la ciudad intramuros es un cúmulo de calles, plazas y rincones con un encanto especial. Es toda una delicia pasearla y disfrutarla con calma. Para ver la ciudad basta con algo menos de un día para el viajero medio, pues se recorre entera bastante rápido y las visitas interiores son breves. Con una mañana y media tarde da tiempo para verla con calma, aunque si quereis entrar en museos y demás os llevará tranquilamente el día. Es una parada obligatoria en cualquier viaje por Castilla, y un alojamiento aquí sirve perfectamente como base para explorar toda la provincia e incluso ciudades como Ávila o Valladolid en excursiones de día. Además, sus buenas comunicaciones la hacen como una perfecta opción para hacer una excursión en el día desde Madrid. CONCLUSIONES DE VILLACASTÍN: Aparte de la Iglesia de San Sebastián no tiene nada más de interés. Para el viajero medio le bastará con dedicar media hora a este pueblo para entrar en la iglesia, y es una parada interesante entre Ávila y Segovia si se va con algo de tiempo. CONCLUSIONES DE ÁVILA: Es una ciudad muy bonita, con un conjunto monumental muy completo, la muralla es lo más conocido, pero tiene una serie de iglesias y palacios muy bonitas, sobre todo los interiores (una pena no poder verla) De todas formas se queda atrás comparada con Segovia, las calles y plazas no tienen ese encanto, y los monumentos están dispersos con zonas insulsas en medio (un poco como Lugo) Para ver la ciudad basta con algo más de medio día para el viajero medio, pues el casco histórico no es excesivamente grande y teniendo coche para ir a Santo Tomás y los Cuatro Postes los desplazamientos son cortos. Es una visita obligatorio en un viaje por la zona, y al igual que Segovia es una perfecta excursión en el día desde Madrid. CONCLUSIONES GENERALES LO IMPRESCINDIBLE · Pedraza: De cuento · Callejear por Segovia: Encanto medieval · La Ávila intramuros: Arte de todo tipo · Acueducto de Segovia: Toda una proeza LO MENOS RECOMENDABLE · Toros de Guisando: Un timo (menos mal que no entramos) LAS SORPRESAS · Centro de Segovia: Pensábamos que era Alcázar, Acueducto y poco más · Pedraza: No contábamos con que fuera tan guapa · Cuatro Postes (Ávila): De postal · Sepúlveda: Y sus rincones mágicos LAS DECEPCIONES Ninguna NOS QUEDAMOS CON GANAS DE... · Seguir explorando Castilla · Ver los interiores de Ávila · Visitar los pueblos del norte y la sierra abulense · Granja de San Ildefonso: CUMPLIDO (En construcción) Un saludo viajeros! Etapas 4 a 5, total 5
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