Cuba en 14 días: Habana, Viñales, Playa larga, Cienfuegos, Trinidad y Cayo Coco ✏️ Blogs de CubaDescripción de nuestro viaje a cuba durante 14 días por nuestra cuenta, viajando en transporte público por la islaAutor: Akilometros Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (7 Votos)
Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 9, total 12
Despedimos Viñales muy temprano para continuar en bus hacia nuestro siguiente objetivo: Playa Larga. Hicimos una breve parada a mitad de camino en una “estación de servicio” donde pudimos desayunar unos sándwiches por unos 3CUC cada uno. Lo cierto es que el bar era bastante moderno. De hecho, al entrar encontrabas como un punto de información donde podías leer acerca de la ruta del tabaco. Se agradece, sobre todo porque nuestro viaje fue en octubre, cuando los secaderos están vacíos. Así, por lo menos, puedes ver fotografías a todo color sobre la magia de la fabricación del tabaco.
Viazul no hace parada en Playa Larga sino en el pueblo anterior, que es Jagüey grande, pero sí recogen pasajeros en Playa Larga en dirección a Cienfuegos. Uno de los momentos de risa de nuestro viaje a Cuba fue cuando nos bajamos del bus ahí, en Jagüey grande. El autocar se paró en medio literalmente de la nada (una oficina, una cafetería y un coche aparcado, nada más) y el resto de los turistas nos miraron pensando “y estos locos? Qué **** hacen bajando aquí?”. Tenemos que reconocer que por la mente se nos pasó “nos hemos equivocado eligiendo este sitio inhóspito” pero luego no nos arrepentimos en absoluto. Aún en España, una de las cosas que estuvimos mirando era la forma más práctica de viajar de un punto a otro del mapa y vimos que en Jagüey Grande necesitaríamos un taxi que nos llevara hacia nuestro hotel en Playa Larga ya que el bus no paraba directamente. Cuando pusimos el pie en tierra firme, cuales astronautas en la Luna, una chica se nos acercó y nos preguntó que hacia dónde íbamos. Esta señora, que trabajaba en la oficinita, nos puso en contacto con el único taxista que se encontraba esperando a que llegase el bus. En principio, nos ofreció 25 CUC el trayecto pero le comentamos que habíamos visto que lo normal eran 20 (según los foros) y accedió a trasladarnos después de un microsegundo de silencio incómodo para todos. Tras haber sido devorados por los mosquitos de Cayo Jutías, nuestra principal preocupación al continuar el viaje era si al llegar a la Ciénaga de Zapata, tendríamos que hacernos una transfusión sanguínea, jajaja! De hecho fue una de las cosas que le preguntamos al taxista que nos llevó hacia nuestro hotel. Muy amablemente nos explicó que el gobierno hace fumigaciones periódicas para paliar las plagas de insectos. Al mirar a los lados de la carretera, era todo manglar y de hecho se encontraban algunos criaderos de cocodrilos, muy valorados por la posibilidad de comértelos tú a ellos como plato gourmet. De camino a Playa Larga puedes encontrar carteles que te recuerdan la historia vivida durante la guerra fría en la Bahía de Cochinos en la que tropas de cubanos exiliados, apoyados por Estados Unidos intentaron invadir Cuba en 1961. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas consiguieron vencer y los supervivientes fueron intercambiados por medicamentos y maquinaria para el campo, que ya escaseaban tras el bloqueo. Una vez llegamos al Caletón, el taxista nos paró en la puerta de nuestro hostal. Nos deshicimos de nuestro equipaje y después de valorar varias opciones de rutas (que hay varias y muy buenas como la famosa Cueva de los peces), optamos por almorzar y quedarnos en la playa que daba a la puerta de atrás de la misma casa. Agua cristalina, poco profunda y con pececitos tropicales (hasta estrellitas de mar!!). Mira el video si quieres En cuanto al alojamiento, fue un gustazo guiarnos por la experiencia del blog de los viajes de Claudia ya que con el Hostal El Legendario acertamos de pleno. Dani siempre recuerda que la forma en la que le cocinaron su plato de langosta en aquella casa fue probablemente la más rica del viaje. Yo comí pollo y después de probar cosas más ricas en lugares anteriores, me prometí no volver a comerlo más hasta que volviésemos a España. Pasadas las 5 de la tarde, la pequeña playa se animó algo más y ya no estábamos completamente solos ni en el agua con nuestras gafas de snorkel ni en la arena. Se nos unieron unos 4 o 5 grupitos de personas buscando la sombra preciada de las palmeras. Miguel nos preparó unas limonadas y unas cervezas que nos trajo hasta la playa y así fue nuestra tarde de relax. Estando en la playa se nos acercó una señora pidiendo limosna y hasta el tubo de bucear para su nieto con asma. Los perros de la zona la perseguían ladrándole, por lo que ya les era conocida. Poco más tarde el sol se escondió por entre las casas haciendo sombra y fue el momento de recoger los bártulos. Después de ducharnos, decidimos salir de la casa y dar una vuelta. Justo a la entrada del caletón había un “Centro comercial” con una minitienda de productos básicos, un restaurante y un bar con el reaggetton saliendo de un canal musical de la televisión. Después de pedirnos algo de beber, nos ofrecieron quedarnos a cenar y probar la carne de cocodrilo. Se parece al pollo pero más duro y, dicen, tiene un regusto al final como a marisco pero yo no se lo noté. Después de cenar, se nos había hecho de noche y el barrio, aunque no tiene pérdida porque son 4 calles, estaba bastante oscuro. Cuando íbamos caminando, nos quedamos con indicaciones básicas de cómo volver pero de noche, a la primera de cambios, nos metimos por otro sitio y nos costó un poco encontrar la casa, jaja! Al llegar, aprovechando la fantástica noche, nos tomamos unos cubalibres con Miguel en la terraza hablando de series, de Cuba, de puros, de todo y nada… Fue bastante agradable. Lo que se dicen unas auténticas vacaciones La mañana siguiente, nos levantamos prontito, desayunamos y pedimos un bicitaxi para que nos dejase en la “singular” parada de autobús del Viazul. Si, es un tanque hecho monumento, jajaja! Como fuimos bastante temprano por si las moscas, nos dio tiempo de hacernos algún amigo perruno que estuvo esperando con nosotros buscando la sombrita. Si quieres ver más sobre nuestra estancia, échale un ojo a nuestros videos de Playa Larga. Siguiente parada, Cienfuegos! Etapas 7 a 9, total 12
Después de varios días de relax y del descanso playero que nos dieron Cayo Jutías y Playa Larga, tocaba patear por ciudad. Nuestro siguiente destino, Cienfuegos, se prestaba para conocer de primera mano el día a día de los cubanos.
Llegamos a la siguiente casa, la de Betty y Jesús (Bet&Rum) también gracias a Los viajes de Claudia, y nos encantó la habitación. Se notaba que se había reformado recientemente o se había hecho nueva de cero. El baño era super nuevo y en general, estaba decorado todo muy sencillo, pero para que te sintieses como en casa. Y sobre todo esa sensación fue gracias a la familia. Seguramente no nos lleguen a leer nunca, pero les agradecemos lo bien que se portaron con nosotros. Y para rematar, su terraza. Tenía tantas plantitas que, cuando Jesús nos estaba dando indicaciones sobre qué visitar por la zona, se nos acercó un colibrí!!! Qué pena no haberle sacado foto!! Pero me llevo el recuerdo más tonto pero precioso de todo el viaje. Orientarse en Cienfuegos es bastante sencillo, ya que sus avenidas son números pares de este a oeste y sus calles son impares que van de norte a sur. La zona principal de paseo es su plaza principal, el Parque José Martí. Es agradable de pasear toda esa zona ya que, además de todo lo visitable (el Palacio Ferrer, el Museo Provincial, el Palacio de Gobierno, la catedral, el arco del triunfo o el teatro Tomás Terry), tiene una perpendicular y una paralela que son peatonales, lo que te facilita poder andar a tu aire reconociendo cosas curiosas sobre la ciudad y, (momento importante del viaje) te ofrece la posibilidad de comprar imanes y souvenirs para la familia :). Por otra parte, fuera de Cuba, el malecón siempre se asocia a La Habana pero Cienfuegos también tiene su malecón y su paseo del Prado, la calle 37. Laaarga, laarga en días de calor. Tomaros vuestro tiempo en la plaza principal. Está todo concentrado en muy poco espacio. Merece la pena destacar cada fachada de sus edificios bien conservados. Respiran ese punto francés del siglo XIX, a la vez que te hace pensar en lo gloriosa que fue la ciudad en años pasados, cuando era una de las principales ciudades de Cuba. Hace que te olvides de las calles deterioradas de la mismísima Habana, o las que veríamos más adelante en Trinidad. Se ve como una ciudad que otrora disfrutase de prosperidad económica potente. Mira el video para que te hagas una idea. La Catedral de la Purísima Concepción la vais a reconocer perfectamente ya que destaca en toda la plaza su cúpula roja. Se construyó en la época de la colonización española. Como escaseaba el dinero, se hizo una colecta con festejos públicos para financiar su construcción. El Teatro Tomas Terry lleva el nombre de uno de los hombres más influyentes de la época colonial cubana. De padre gaditano como yo, y de madre venezolana, decidió probar suerte en Cuba. Comenzó como vendedor, ahorró para comprar unas mulas y de ahí a comerciar, ahorrar más dinero, codearse con gente cada vez más importante, multiplicar su patrimonio, prestar dinero, hasta el punto de convertirse en Alcalde, tesorero de Cienfuegos y de los más ricos del país. Al morir éste, sus hijos dedicaron levantaron el teatro, siguiendo las voluntades de su padre. Guiados por los de la casa, elegimos para comer el Bahía, un restaurante al principio del Paseo del Prado (frente a una gasolinera del mismo nombre, en la avenida 40), para que quedase de camino a Punta Gorda, de obligado paseo. Lamentablemente, no teníamos reserva y estaba los topes. Entramos a preguntar disponibilidad y se te caía la baba al ver esos platazos enormes de pescado con una pintaza increíble. Como segunda opción, teníamos Las Mamparas a escasos metros de allí, en los mismos soportales del Paseo del Prado. Al principio nos echó un poco para atrás lo vacío que estaba. Bien es cierto que nos habíamos aclimatado a los horarios de almuerzo extranjeros: Bien tempranito (12 y pico o la 1). Cuando pedimos la carta, nos sorprendió lo baratísimo que era todo. Te hacías el plato a tu gusto, eligiendo la guarnición. La comida no estuvo mal. De beber, como siempre limonada exquisita y Dani unos mojitos muy ricos, al parecer. Al final 18 CUC, baratísimo para viandas de plátano, un plato cada uno y las bebidas. A pesar de que el Huracán Matthew había pasado la semana anterior por Baracoa dejándolo todo destrozado, no nos pudimos quejar con el tiempazo que nos coincidió. Pocos días recuerdo más calurosos que el primero de La Habana y el de Cienfuegos. Recorrerse a pleno sol la calle 37 fue apoteósico. Tanto fue así que encontramos un oasis a mitad del camino (un bar que retransmitía la Champions) y allá que fuimos con todos sus paisanos mirando a cada jugada magistral de Messi (soy del Madrid, no como mi marido), para ver qué cara se nos quedaba o qué decíamos. Nos tomamos pronto la consumición porque íbamos a acabar bebiendo chupitos a palo seco de ron con ellos, jajaja! Pasear por Punta Gorda te hace viajar a cualquier ciudad costera con encanto. Casoplones con jardinero, super ventanales, sistemas de seguridad… Aquí no viven los proletarios, jaja! Quisimos llegar hasta el final de “la perla del sur” (como llaman a Cienfuegos) así que nos pusimos a la tarea, pasando por lugares tan preciosos como el Palacio del Valle. Un antiguo palacio de aire morisco que te transporta a las mil y una noches. Actualmente es sede de importantes actos culturales de la ciudad. Antes de llegar a casa de vuelta, decidimos parar en el famosísimo Coppelia. No os diré nada que no hayáis leído en otros foros: Helados riquísimos a precios de risa (cada día toca especialidad de un sabor). 5 CUC los dos pero si tenéis pesos cubanos, os saldrán más baratos aún. La chica que nos atendió, super enfadadísima con el mundo y sus compañeros, eso sí. Para cenar, decidimos dar una última vuelta por ver la ciudad de noche. Nos costó un poco decidir dónde ir porque queríamos cenar en la casa pero no queríamos desaprovechar la oportunidad de patear más la ciudad. Al final cenamos en un sitio bastante malo, “El Campesino”, a dos pasos de donde almorzamos, en los soportales del prado. Al mirar por fuera, vimos una mesa grande ocupada y nos animó a entrar. Resultarían ser los del barrio de siempre. Para la espera pedimos viandas de boniato fritas; por no pedir siempre lo mismo, yo elegí pasta y el fondo del plato estaba inundado de agua. La pizza de Dani era bastante corriente. Tenían un ventilador que nos daba de lleno… Eso sí, super super barato. 12 CUC la cena. No nos hubiese importado pagar más en un sitio mejor. Así que es lo único menos bueno de nuestro día en Cienfuegos. Siguiente parada: Trinidad! Etapas 7 a 9, total 12
Se hace difícil describir Trinidad en un par de frases. Es una mezcla entre humilde, colorida, diversa… Tiene la capacidad de mostrarte una pequeña ciudad sencilla mientras paseas por sus calles de tierra roja; casitas bajas, de colores, tranquilas… Pero tiene la habilidad de sorprenderte de repente con rincones como la casa de la música, pareciendo una ciudad distinta, llena de gente bailando a su son, su placita central con sus blancos barrotes, gente tomando el sol en sus bancos rodeados de arboles cuidados… Te alejas un poco y ves la espectacular sierra, sus rutas, sus cascadas, sus bosques… Merece la pena pasar varios días y perderte en ella.
La mañana de viaje a Trinidad, aprovechamos que teníamos tiempo antes de coger el autobús para cambiar dinero en esta segunda parte del viaje (la primera vez fue en la Habana). Nos levantamos temprano, desayunamos en casa de la familia de Ciefuegos e hicimos una cola interminable en uno de los bancos principales. Si queréis un consejo (al que no le hicimos caso y nos fue fatal) que nos dieron en la casa de Bet&Rum, no perdáis el tiempo en el banco. Id directamente a la casa de cambio más cercana. Estuvimos como 3 cuartos de hora en una cola fuera del banco. En la misma puerta veías cómo daba el sol de lleno. Para evitar la espera al sol, la gente hacían una cola inexistente pidiéndose la vez unos a otros. Esperando sentada en un banco, apoyada en un escaparate… No te dabas cuenta realmente de todas las personas que tenías delante de ti esperando. Cuando les iba tocando, se iban acercando a la puerta haciéndose señales como de “ya estoy aquí que ya nos toca”. Al final, te daba la sensación de que no avanzabas. Por no hablar de la gente que no esperaba la cola y entraba directamente al banco con una excusa inverosímil… Después de esperar tanto rato, vimos que aún nos faltaba muchísima gente así que, por temor a perder el autobús, decidimos salirnos de la “cola” inexistente y probar suerte en la casa de cambio. Al llegar solo estaban esperando fuera como 4 personas así que probamos suerte y esperamos. En media hora conseguimos terminar el trámite, recoger las maletas y marcharnos a la estación para llegar a nuestro siguiente destino. Nada más llegar a Trinidad, nos sorprendió la de gente que se bajaba en el bus con nosotros, siendo octubre temporada baja. Era buen síntoma de que lo que nos esperaba, presentíamos que nos iba a gustar. Por las dudas en cuanto a distancias, acordamos con los dueños de la casa donde nos íbamos a hospedar, que nos enviasen una bicitaxi. Fue un recorrido cortito pero se agradeció porque llegamos a una hora de bastante calor y llevábamos las mochilas bastante cargadas. Nos sorprendió ver la destreza de nuestro conductor. Esas calles empedradas con chinas pequeñitas, hacían tambalearse a las ruedas rápidas de nuestra bicitaxi. Y aún así el conductor fue rapidísimo. En cuestión de segundos, se alejó de la zona principal de bullicio y al minuto siguiente ya estábamos en la casa de Jose y Kirenia. La casa nos enamoró desde el primer momento. Desde el primer alojamiento en La Habana, nos encantaba la idea de pasar tiempo en sus zonas comunes al aire libre. Pasar momentos muertos descansando o leyendo el libro que nos acompañaría en todo el camino. Casi al primer momento de llegar, supimos que este iba a ser nuestro rinconcito de descanso entre aventura y aventura. Pero no todo iba a ser limonadas y mojitos. Habíamos venido a patearnos la ciudad. Uno de los motivos por los que elegimos esta casa era por la ubicación. Según el plano, estaba a una calle todo recto hacia el pequeño centro histórico de la ciudad. Y así fue. Moverse por Trinidad desde y hacia nuestra casa estaba tirado! Dos calles principales a lo largo y varias calles largas que las cruzaban. Al final, si te dejabas llevar, te terminaban llevando siempre a la plaza del pueblo. No tenían mucha pérdida. Igualmente, Jose y Kirenia nos dieron (como en casi todas las casas) una tarjeta con un planito en el reverso para no perdernos. Declarada patrimonio Mundial por la Unesco, Trinidad es distinta. Es rústica, con su gente a caballo, en carretas, niños jugando al balón sin zapatos, parte sin asfaltar, y otra empedrada. Pero también forma parte de las 7 primeras villas tras el descubrimiento de América. Buena prueba de su grandeza en siglos anteriores es su plaza mayor llena de edificios por visitar (por un par de CUCs entras en cualquiera de ellos) como la Casa Padrón (o el Museo de Arqueología Guamuhaya), El palacio Brunet (es el Museo Romántico de Trinidad), la iglesia de la Santísima Trinidad, la casa de los Sánchez (es el museo de arquitectura colonial) o el Palacio de Ortíz (alberga la Galería de Arte universal). Saliendo de la plaza mayor, Trinidad no tiene demasiado. Quizá impresiona más por su colorido, o por todo lo dicho antes: su sencillez, su calma, su distinción. Hay ciudades que te inspiran a quedarte quieta a veces a mitad de la calle, disfrutando el momento. Imagino que es eso lo que sienten los amantes de la fotografía. Ven cosas, eligen su momento. Sin duda, es un buen lugar para hacer fotos para el recuerdo. Entre calles, muy cerca de la plaza, descubrimos el Restaurante del que nos hablaron los dueños de nuestra casa. Sin dudarlo, junto con un restaurante de la Habana (el Bicky, ya os hablaré más adelante), El Restaurante San José es el mejor de toda Cuba. Una carta super llena de cosas apetecibles, además de lo típico del pollo, el arroz y la ropa vieja. Nos gustó tanto que a la noche repetimos. En total fueron 26 CUC para comer y para cenar fueron 22CUC. Fenomenal. Si no recuerdo mal (qué lejano en el tiempo me parece cada vez más mi viaje!!!), en la misma calle del restaurante, encontramos una agencia de viajes donde contratamos la excursión del día siguiente. La tarde nos la tomamos con bastante calma, de paseo por el pueblo hasta que se hizo de noche y fuimos a cenar. Nos acostamos bastante pronto ya que al día siguiente nos esperaba el planazo de excursión!! Solo pensar en las sensaciones de aquel día, dan ganas de comprarse los billetes para el siguiente destino, jaja! Nuestro siguiente día en Trinidad: Topes de Collantes! Etapas 7 a 9, total 12
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (7 Votos)
Últimos comentarios al diario Cuba en 14 días: Habana, Viñales, Playa larga, Cienfuegos, Trinidad y Cayo Coco
Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados CUBA: EL BLOG DEFINITIVO
Todo lo que debes saber de Cuba. Al grano. (Todas las imágenes pertenecen a mi propiedad, quedando todas ellas bajo lo estipulado en las leyes de protección...
⭐ Puntos 4.38 (8 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 360
Cuba. Diez días de enero.
Visita de La Habana y un poquito de las zonas occidental y central.
⭐ Puntos 4.86 (28 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 253
Navidad y Fin de Año en Cuba 2021
16 días de viaje por libre, en familia, 2 adultos y 2 niñas de 11 y 7 años respectivamente...
⭐ Puntos 5.00 (11 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 223
Agosto de 2017. Ruta completa por Cuba. 23 Dias
Vuelta a la isla por nuestra cuenta.
⭐ Puntos 4.86 (7 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 161
Cuba 2023 (La Habana, Cienfuegos y Trinidad) en 7 días
En este blog cuento la aventura cubana del pasado verano de 2023...
⭐ Puntos 5.00 (6 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 156
Galería de Fotos
|