Paseando por Creta ✏️ Blogs de GreciaUna semana recorriendo parte del norte y del oeste de Creta en verano de 2016Autor: Hafsa2 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (24 Votos) Índice del Diario: Paseando por Creta
Total comentarios: 28 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 6, total 6
1 de septiembre
Lo primero que hicimos esa mañana al salir fue dar una vuelta por el mercado central, que está frente al hotel. Es pequeño, y aunque hay algunos puestos interesantes, está muy encarado al turismo porque también hay muchas tiendas de souvenirs. Para nuestro gusto es prescindible. A continuación cogimos el coche y fuimos de excursión a la península de Akrotiri, que está muy cerca de Chania. La idea era sobre todo visitar el monasterio de Agia Triada, que nos habían recomendado. Es un monasterio muy bonito y cuidado, de tonos terrosos, con cipreses y naranjos en la entrada. Fue construido en el siglo XVII, es de estilo bizantino y posee tres cúpulas, la iglesia y dos capillas. Allí vimos a varios monjes (a los que en teoría no se puede fotografiar, aunque no pude resistirme a hacer una foto donde salía uno de lejos), y se puede visitar su interior. Es muy recomendable y como suelen ser los edificios religiosos, silencioso y relajante. Nosotros estuvimos allí por la mañana, pero parece ser que las luces de la tarde le dan un tono rojizo que lo hace especialmente fotogénico. Un poco más allá, a unos 2 kilómetros, está en monasterio Gouverneto, al que también fuimos pero no pudimos verlo por dentro porque estaba en obras. El paisaje de la zona es precioso: el tono dorado de los campos de olivos, el verde de los viñedos y los arbustos de colores que van apareciendo por el camino contrastan con el gris de las piedras. Pensábamos encontrar un paisaje árido y monótono en la isla y nos sorprendió lo variado y colorido que es. Era casi mediodía cuando decidimos ir a darnos un baño. Nos dimos cuenta de que nos habíamos dejado las toallas en el hotel (¡vaya fallo!), y acabamos comprando unas esterillas. Primero probamos con la playa de Marathi pero estaba bastante llena, así que fuimos a Loutraki, en la que había menos gente. El “paquete” de dos hamacas más una sombrilla nos costó 3 euros. El agua del Egeo es una maravilla incluso en una playa sencilla y de arena gris como la de Loutraki: limpia, de un azul precioso y con una temperatura perfecta. Teníamos hambre y habíamos visto unos restaurantes en Marathi con buen aspecto, así que volvimos (las dos playas están muy cerca) y comimos en Patrelantonis: tzatziki, patatas fritas (el día anterior habíamos visto a unos griegos comiéndolas con el tzatziki y los imitamos), sardinas y calamares frescos (podías escogerlos frescos o congelados, éstos más baratos, claro; nos hizo gracia que ofrecieran de los dos tipos), cerveza, Coca-Cola y agua: 36 euros. Nos regalaron fruta y raki para postre. Tengo que recomendar este chiringuito junto al mar si alguien pasa alguna vez por allí, porque todo estaba delicioso. Regresamos al hotel, nos duchamos, dimos una vuelta por el puerto y luego paseamos por las callejuelas que hay detrás del puerto, las cuales están llenas de pequeños restaurantes, algunos muy bonitos. Elegimos uno al azar: Oteki, donde cenamos dólmades, estofado de cerdo, helado, vino, cerveza y agua: 27 euros. Todo muy rico también, para variar. Otro día estupendo y completo en la preciosa Creta. 2 de septiembre En principio nuestra idea era ir a visitar la zona de Lefka Ori, que por lo visto tiene unos paisajes y unos pueblos muy bonitos, y en el mapa no parece que esté muy lejos; pero cuando preguntamos en recepción del hotel para saber por dónde podíamos ir, nos lo desaconsejaron por lo mucho que se tarda en llegar (y además luego hay que volver). Ya he comentado que las carreteras no están muy bien comunicadas en Creta, y 50 kilómetros de distancia de un lugar a otro si se va en línea recta pueden convertirse en 150 si se circula por carretera. Y Lefka Ori, que nos había parecido tan cerca, está a unas buenas tres horas de Chania. Así que si alguien está pensando en visitar la zona, lo ideal sería (y lo que me habría gustado hacer de haber dispuesto de dos o tres días más de viaje, que habría sido ideal) alojarse un par de noches por la zona sur. De esta forma se podría ver con calma y sin pasarse el día en el coche, disfrutando además de sus playas, que me han dicho que son salvajes y muy bonitas. Al tener que olvidarnos de nuestra idea, preguntamos un poco desanimados si había pueblecitos tradicionales por la zona para dar una vuelta, y nos recomendaron algunos que estaban muy cerca. La verdad es que los pueblecitos que visitamos no nos parecieron nada del otro mundo, pero en cambio el paisaje nos volvió a sorprender y disfrutamos de algunos momentos encantadores. Nos dirigimos primero hacia el este, después de pasar por delante de la península de Akrotiri, y paramos en Kalives, un pueblo en la playa. El mar estaba picado y tuvimos que apartarnos de la orilla para no mojarnos al fotografiarlo. A continuación fuimos a Vamos, donde paramos a beber algo en un bar que nos pareció típico y agradable. Pedimos dos copas de vino blanco y nos regalaron un platito con aceitunas, queso, jamón dulce y tomates. Las copas de vino y el acompañamiento nos costó sólo 2 euros. Estuvimos allí un buen rato charlando con el dueño del bar, rodeados de lugareños y disfrutando de un rato perdidos en un pueblo en medio de Creta donde los únicos turistas éramos nosotros. Después de dar un paseo por el pueblo fuimos hacia Vrises y por el camino (a unos 2 kilómetros de Vamos) nos detuvimos en una iglesia, pequeña pero con mucho encanto, que antiguamente había tenido una fábrica de aceite. Visitamos el interior de la iglesia, el descuidado jardín y las ruinas de lo que había sido la fábrica. Vrises lo vimos desde el coche (por cierto, por el camino le preguntamos a un chico por dónde teníamos que ir para llegar, y después de un rato de risas porque no nos entendíamos con él, nos dimos cuenta de que ellos en lugar de “Vrises” dicen “Jrisos”), y luego nos dirigimos, ya de vuelta hacia Chania, a Armeni, donde dimos un pequeño paseo y paramos a comer en la terraza de la taberna Aposostalia, que también tengo que recomendar: una ensalada cretense enorme que no pudimos acabarnos, y eso que era la de tamaño más pequeño, y una moussaka deliciosa elaborada por la madre del tabernero, cerveza y Coca-Cola (el postre, pastelitos y helados, y el raki, nos lo regalaron), todo por 18 euros. Las raciones son gigantescas, casi todo el mundo se llevaba envases con los restos a casa, y es un sitio sencillo, amigable y muy auténtico. Regresamos al hotel, y después de descansar un rato dimos otro buen paseo por el puerto de Chania de nuestros amores hasta que anocheció, y a continuación fuimos a cenar a un restaurante muy especial que nos había recomendado una amiga y que habíamos reservado: Thalassino Ageri. Está a un par de kilómetros de Chania y fuimos en taxi porque no teníamos muy claro si sabríamos ir y volver. Cuando llegas ves una casita con una puerta, entras, no sabes qué te vas a encontrar, y resulta que el restaurante está en el exterior (el interior son las cocinas; en la web he visto que también hay mesas dentro, pero al menos aquella noche todo el mundo estaba fuera), está en una playita privada y todas las mesas se hallan en la misma arena. La nuestra estaba junto al mar (casi podías tocarla con los pies), y es una maravilla cenar allí con el ambiente marinero y tranquilo (no hay más restaurantes ni bares por allí), las luces del puerto de Chania al fondo, y por la calidad de la comida. De primero pedimos taramosalata y gambas frescas, y de segundo nos enseñaron los pescados que tenían del día. Pedimos uno que se llama “cod”: en teoría en inglés significa bacalao, pero era una mezcla entre merluza y lubina. Nos lo cocinaron a la brasa y estaba exquisito. El vino blanco no sé cuál era pero era cretense, delicioso, y todo, con agua (el postre, fruta y pastelitos, y el raki nos los regalaron) por 80 euros. Es el restaurante más caro al que fuimos en la isla, pero fue inolvidable. No tengo fotos de la velada, pero si queréis echar un vistazo, podéis ir a su página web: www.thalassino-ageri.gr Nos alegramos de haber pedido un taxi para ir y volver porque aunque Thalasino Ageri está muy cerca de Chania, es un poco liado llegar y aparcar allí, y también porque después de aquella cena fue maravilloso disfrutar del camino de vuelta sin agobios y recordando lo bien que lo habíamos pasado. Etapas 4 a 6, total 6
3 de septiembre
El día amaneció nublado y ventoso y había bajado la temperatura. Después de desayunar nos acercamos al puerto a hacer unas fotos; tenía ganas de verlo por la mañana porque hasta entonces siempre habíamos paseado por allí al atardecer o por la noche, y me apetecía tener otra perspectiva de ese rincón tan maravilloso de Creta. Para nuestra sorpresa, aunque había mucha menos gente vimos bastante animación, sobre todo por las camionetas y las carretas que pasaban con suministros para los hoteles, restaurantes y cafés. Tomamos fotos de los preciosos edificios venecianos amenazados por las nubes y con el mar movido a sus pies, y también del faro: no somos buenos fotógrafos, pero la luz era muy bonita y ayudó a que las fotos salieran decentes. Cuando terminamos cogimos el coche para hacer una de las excursiones que más nos apetecían del viaje: la playa de Elafonissos, de la que habíamos leído maravillas (incluso algunos años ha entrado en el ranking de las playas más bonitas del mundo). Está a unas dos horas de Chania, así que iba a ser una excursión de día completo. Hay dos caminos para llegar: por la costa o por la carretera general (National road, como pone en los carteles). Queríamos ir por ésta porque era más cómodo y rápido, pero una vez más los letreros nos confundieron y acabamos en la carretera comarcal de la costa. Los pueblos y sus playas se sucedían sin cesar, uno detrás de otro, y se notaba que son destinos turísticos por el ambiente que había y la cantidad de tiendas de souvenirs que te encontrabas. Al ver el tipo de edificios y cómo estaba todo estructurado allí me acordé de los pueblos de la Costa Brava o del Maresme de mi infancia. Llegó un momento en que por fin encontramos un desvío a la National road y lo cogimos. Al cabo de poco empezaron a aparecer los carteles indicando la dirección para llegar a Elafonissi y a partir de ahí ya no hubo pérdida: cada vez que aparecía una rotonda o un desvío, estaba señalizado cómo llegar a la playa. El camino era largo, con carreteras pequeñas de sólo dos carriles, uno para cada dirección, pero no se nos hizo nada pesado porque los paisajes eran preciosos (una vez más), vimos cabras, pasamos por montañas, ermitas, pueblecitos, e incluso por una garganta, e íbamos parando siempre que podíamos para hacer fotos. Estábamos tan felices que tardamos en darnos cuenta de que nos estábamos quedando sin gasolina. Como habíamos pasado por muchas gasolineras pensamos que habría otras en el resto del camino y optamos por adelantar un poco más. Pero cuando estábamos cerca de la playa vimos que hacía rato que no pasábamos por ninguna y decidimos preguntar. Paramos en un restaurante, ya nerviosos porque estábamos en reserva, y allí nos dijeron que hasta la playa no había ninguna gasolinera y que era mejor que volviéramos a Elos (si vais a Elafonissi tened en cuenta que es el último pueblo con gasolinera antes de llegar a la playa). Nos pusimos muy nerviosos porque habíamos pasado por ese pueblo hacía 20 minutos y no sabíamos si tendríamos suficiente gasolina para llegar, pero no había otro remedio que intentarlo. Pasamos todo el camino hasta llegar a Elos (que era de subida y lleno de curvas) en silencio absoluto, sufriendo y pensando que nos tocaría caminar unos buenos kilómetros porque nos temíamos que no llegaríamos con el coche; pero finalmente sí que llegamos… ¡¡¡ufff!!! Llenamos el depósito y vuelta hacia abajo, ahora ya tranquilos y contentos. Entramos en la zona de la playa. Bajamos por un camino de tierra muy polvoriento, pasamos ante una especie de hotel (supongo que es para gente que quiera quedarse en la playa sin hacer nada más, porque aquello está donde Cristo perdió el gorro) y llegamos al aparcamiento. Mi primera impresión fue de horror porque aquello era enorme: había varias zonas para dejar el coche (el parking es gratuito), caminitos para acceder a la playa y carteles con instrucciones, explicaciones y prohibiciones. Pensé que sería como un parque temático y que encontraríamos hordas de bañistas al otro lado de los arbustos que separaban el aparcamiento de la playa. Por suerte no fue así, aunque tampoco es una playita recóndita e idílica que poca gente conoce: es muuuuy grande y muy conocida, y a pesar de todo nos encantó. En la entrada había una zona de hamacas y sombrillas, también hay lavabos, casetas para cambiarse y un par de puestecitos donde comprar comida y bebida; no son chiringuitos con mesas y sillas, sólo una barra con comida, nevera con bebida y unos chicos atendiendo al público (nosotros compramos un bocadillo de jamón y queso, un pastel de espinacas, una cerveza y una Coca-Cola que nos costaron 10 euros). Dejo un par de fotos para ilustrarlo, pero no os asustéis, que el paraje es enorme y, aparte de lo que acabo de explicar, el resto es playa de arena fina y agua cristalina. La playa consiste en una sucesión de playas más pequeñas que no llegué a recorrer del todo, aunque di un paseo para ver y fotografiar algunas. En el centro y pegado al parking, como ya he comentado, está el área de comidas, hamacas, etcétera, pero tanto a la derecha como a la izquierda hay muchísima arena rosada o dorada, piedra gris y mar de distintos tonos de turquesa, y caminando un poco se encuentran zonas donde estar en soledad. El mar es como una piscina, transparente, quieto y de una temperatura un poco fresca al principio pero que al cabo de poco se agradece porque da más sensación de limpio; es ideal para ir con niños porque hay que caminar un buen trecho para que te cubra e incluso se puede acceder andando a algún islote. También es un lugar con maravillosos rincones para disfrutar de la playa sin gente al lado y nadar allí es todo un placer. Estuvimos unas horas que nos pasaron volando y luego regresamos por las mismas carreteritas con cabras y, esta vez sí, tomamos la carretera general sin equivocarnos. Llegamos al hotel; nos dimos una ducha, a continuación nuestro paseo de rigor por el puerto y cenamos en un restaurante que nos pareció muy normal, no recuerdo el nombre ni lo que pedimos, y tampoco tengo la tarjeta; no sé si porque no era nada especial o porque a aquellas alturas ya estábamos más que acostumbrados a la estupenda comida cretense y no nos sorprendió. 4 de septiembre Era nuestro último día en Creta, y aunque en un principio teníamos pensado hacer una excursión, estábamos un poco cansados; además, al día siguiente íbamos a madrugar mucho para regresar a casa con todo lo que conllevan los vuelos, los aeropuertos y el coche, y como llegaríamos a media mañana (el avión aterrizaría a las 11.00 en Barcelona), nos tocaría organizarlo todo ese mismo día y ponernos en marcha de nuevo. Por ello decidimos tomarnos la jornada de relax y dedicarlo a hacer compras y poco más. La verdad es que pensaba que a aquellas alturas pasear por enésima vez por Chania sería algo aburrido, pero nos esperaba una sorpresa. Bajamos al puerto por la misma zona de siempre de callejuelas con tiendecitas y restaurantes, con la idea de comprar los regalos que llevaríamos a la familia. Llegamos al puerto, tomamos un café mientras contemplábamos el mar, y luego decidimos pasear por la zona que había al otro lado del puerto y que aún no habíamos visto; y ésa fue nuestra sorpresa. Habíamos caminado por esa zona del puerto (bajando a mano izquierda) pero no por las callejuelas que había en el interior, y descubrimos tiendas nuevas y más bonitas que las que habíamos visto hasta entonces, y también nuevos restaurantes. Nos gustó tanto aquello que lo compramos todo allí y nos quedamos a comer en un restaurante que nos había recomendado una pareja de canadienses (que conocimos en el hotel de Heraklion) y que encontramos por casualidad: se llama Tamam y ofrecen una fusión entre la comida cretense y la árabe que vale mucho la pena degustar. Nosotros comimos unos zucchini muy distintos a los que habíamos probado hasta entonces, y también moussaka. Bebimos agua, cerveza y vino, y todo nos costó 21 euros. No regalaron unos pastelitos y raki de postre. Todo riquísimo. Descansamos un rato, salimos a dar otro paseo y a tomar algo, y luego regresamos para organizar las maletas, cenamos algo ligero en el hotel y nos fuimos a dormir pronto porque el despertador sonaría a las 4.30. Etapas 4 a 6, total 6
5 de septiembre
La vuelta fue rápida porque sólo hicimos una hora de escala en Atenas, y como teníamos mucho sueño dormimos buena parte del viaje. A las 12.00 entrábamos en casa. *** Tenía pensado escribir un apartado de conclusiones, pero como ya he ido detallando lo que sentía u opinaba a medida que explicaba nuestras vivencias en Creta, no me repetiré. Simplemente diré que no sé qué tiene Grecia, pero este maravilloso país siempre me sorprende y me enamora, y al mismo tiempo cuando estoy allí me siento como en casa. Hay otros lugares que me han encantado, por supuesto, y ojalá pudiera viajar a todos los rincones del mundo; pero en lo que respecta a Grecia, aunque ya la he visitado en cinco ocasiones, siempre me apetece volver y espero que pueda hacerlo unas cuantas veces más. Ha sido un placer escribir este diario. Empecé haciéndolo porque vi que no había demasiados diarios de Creta, porque pensé que podría ayudar un poco ofreciendo mi punto de vista sobre lo que había vivido en la isla y porque soy una fan de los diarios de este foro: cuando tengo tiempo echo un vistazo a la lista de diarios y leo alguno, y los disfruto tanto que llegué a la conclusión de que lo mínimo que podía hacer era escribir uno para aportar algo a este foro que tanto nos ayuda a los enamorados de los viajes. Pero me ha sorprendido lo bien que me lo he pasado haciéndolo, no me imaginaba que fuera tan divertido. ¡Muchas gracias por leer este diario y un abrazo desde la isla del minotauro! Etapas 4 a 6, total 6
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (24 Votos)
Últimos comentarios al diario Paseando por Creta
Total comentarios: 28 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados Tres semanas en Grecia por libre (2022)
Tres semanas de aventuras por Grecia, por libre, recorriendo con coche de alquiler el...
⭐ Puntos 4.83 (6 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 493
Viajar a Grecia en tiempos revueltos.
Relato de un viaje a Grecia (Atenas, Peloponeso, Delfos, Meteora y varias islas) que se...
⭐ Puntos 5.00 (20 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 461
Tras las huellas de Ulises (Grecia 2015)
Diario práctico de nuestro viaje de 18 días a Grecia y las Islas griegas en 2015
⭐ Puntos 4.88 (68 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 361
Grecia por Libre en Septiembre 2020
Viaje en tiempos de coronavirus, algo más de un mes por Grecia. Si quieres ver piedras...
⭐ Puntos 5.00 (14 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 356
Islas Griegas vol.II: 11 días en Santorini, Milos, Paros y Naxos
Nuestro segundo viaje por las islas de este país que nos tiene...
⭐ Puntos 5.00 (6 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 346
Galería de Fotos
|