CUBA: Cultura, mar y algún timo. ✏️ Blogs de Cuba

Hoy el día que estaba planeado era ir a Tope de Collantes pero como teníamos que volver a Punta Perdiz decidimos dejar Tope de Collantes para el siguiente día y hoy volver a hacer snorkel en Punta Perdiz e ir a Trinidad.

Nos levantamos temprano y a las 7 estábamos ya desayunando. El dueño de la casa estuvo un rato hablando con nosotros y, aunque al final la conversación derivó en un discurso pseudohomofobo que terminó derivando en que en Europa tenemos un exceso de democracia, el hombre resultó agradable a pesar de lo surrealista de la charla. El sitio se llama "Hostal Jacob's" es recomendable salvo por el hecho de que el aire acondicionado es viejo y hacía mucho ruido.

Una vez terminado el desayuno y comprobado que el coche seguía bien con sus cuatro ruedas intactas pusimos camino a Punta perdiz. A las 8:30 estábamos allí. Punta Perdiz solo para nosotros, así que con las gafas y el tubo directos a hacer snorkel hasta que vinieran los del club. Tiene un snorkel bien chulo sobre todo gracias a la claridad del agua y a los parches de corales a poca profundidad en los que te puedes entretener horas. Tras un buen rato por el agua ponemos rumbo a Trinidad sobre las 11:30. Previa recogida de la documentación de buceo que habíamos dejado olvidada ayer.




De Punta Perdiz a Trinidad hay 2 horas y media. Se vuelve por el mismo camino que lleva a Cienfuegos, está parte del camino no tiene mucho interés. De Cienfuegos a Trinidad el paisaje cambia y se hace más bonito. Cuando cogimos el desvío a Trinidad nos dieron el alto dos militares. Ya me veía otro marrón y como Cuba tiene muchas sorpresas guardas resulta que los tíos estaban haciendo autostop y, literalmente, se metieron dentro del coche sin dar opción. Tras el timo sufrido no teníamos pensado recoger a nadie pero claro te paran dos militares en la carretera y que haces?? Finalmente los hombres solo necesitaban que les acercáramos unos kilómetros a un pueblo que pillaba en el camino. Nota mental: Si te da el alto un policía o un militar y no hay un coche o una moto cerca hazte el loco y sigue si no quieres que se te suba al coche

Tras dejar a los militares continuamos nuestra marcha. El paisaje es bien bonito con toda la sierra de Escambray a la izquierda hasta tener el Caribe enfrente. Pegados al mar llegamos a Trinidad sobre las 14 horas. Encontrar el alojamiento fue fácil y la casa estaba genial. Una habitación recién reformada con todas las comodidades. "Hotal Emanuel" de lo mejor del viaje.

Tras dejar las cosas, salimos a Trinidad a buscar algo para comer. El sol caía a la envidia y hacía un calor sofocante. Las calles bastante vacías y los pocos que se veían se procuraban ir por la sombra. Trinidad es grande pero los puntos de interés están bastante concentrados. Mareando finalmente decidimos meternos al único bar en donde se veía algún turista… con el hambre que llevábamos nos valía cualquier cosa pero evidentemente pagamos la turistada porque la comida era mediocrilla y el precio para cuba caro. Se llamaba “Paladar museo 1514” bien ambientado pero lo dicho, comida normal y corriente sin nada especial.



Despues de comer volvimos para la habitación a ponernos el aire acondicionado modo Siberia y pegarnos una ducha a ver si así caía algo más el sol, pasear a las 4 de la tarde por trinidad en verano es de valientes. Tras hacer un tiempo y con el sol más caído no pusimos a recorrer las callejuelas de Trinidad. El pueblo es muy bonito, las casitas de colores, la gente haciendo su vida con las puertas de la casa de par en par, los coches antiguos…


Fuimos andando en dirección a una música que se oía y llegamos a la plaza mayor donde unas escaleras daban a la casa de la música donde una banda estaba tocando salsa. Había bastante ambiente con la escalera llena de gente la música así que aprovechamos para tomarnos unas cervezas sentados en la escalera. En dos tiendecillas venden cervezas baratas, la Bucanero y la Cristal, saben prácticamente igual la verdad.



La plaza es lo más bonito de trinidad con la iglesia de la santísima trinidad rodeada de museos. Además como da sombra es donde se juntan tanto turistas como trinitarios y solo viendo el pampaneo se te pasa el tiempo.


Ya atardeciendo seguimos andando y nos encontramos con una calle llena de cubanos a caballo. Resulta que era la fiesta sanjuanera y los cubanos que tienen caballo salen a la calle a recorrerla para arriba y para abajo. Es un auténtico espectáculo. Hay gente de todas las edades a caballo, muchos van a galope, otros se paran a hablar, y otros muchos lo que hacen es acercarse al caballo de otro y azuzarlo para que se encabrite. Muy bonito. No había ni un turista, eramos los únicos y los cubanos prácticamente ni nos miraban, y ello implica que si no estabas atento te llevaban por delante con el caballo. Caballos al galope, caballos encabritados, grupos de 10 caballos pasando al trote juntos, otros jinetes topándose con el caballo del otro… Un espectáculo!



Siguiendo la calle terminamos en la plaza de las tres cruces en donde estaba el núcleo desde donde salían los caballos, ahí tenían una barra montada donde pillaban la bebida. Era ya casi de noche y muchos jinetes estaban empezando a recogerse. En Trinidad el alumbrado público es casi nulo, centrado en las calles principales y aun así justito. Callejeando buscamos un bar mientras dejábamos atrás la locura de los caballos, pasamos por la Bodeguita de En medio de Trinidad y nos encontramos un supermercado. Decidimos pasar a ver si podíamos comprar algo para el día siguiente. Los supermercados en Cuba son muy muy limitados, no tienen casi de nada. Básicamente alcohol, cereales, leche y carne congelada, poco más. Tienen algunas latas de atún pero a precios desorbitados. Esto sería algo constante en todo el viaje. Así que si vais pensando en comer comprando cosas del super mal asunto!

Después de comprar cereales, patatas y aceitunas fuimos a buscar un sitio para cenar. Encontramos uno que estaba bastante bien y nos pudimos cenar por poco más de 10CUC. No me acuerdo del nombre lamentablemente. Tras cenar seguimos andando por las calles, como eran fiestas estaba toda la gente por la calle y había muy buen ambiente.


Llegamos al parque céspedes y ahí nos encontramos con un concierto de salsa donde supongo que estaban todos los jinetes que por la tarde galopaban por las calles de Trinidad. Allí bailaba todo el mundo, desde niñas de 8 años bailando de una manera que en Europa sería inapropiadísima, hasta abuelitos y jóvenes. Era como haberse trasladado a las fiestas de un pueblo pero en los años 60. La gente con su botella de ron poniéndose finos, tres cubanos mayores dándole la chapa a tres turistas, parejas bailando con un ritmazo que para qué. Encima como allí la gente no tiene móvil pues nadie está con el móvil y había un par de tíos que se iban paseando con una réflex y un sombrerito que ponía “Fotos del momento”.


Muy muy auténtico todo. La situación invitaba a echarse unos bailes y pasamos un buen rato con el musicote del grupo que tocaba “sensación trinitaria”. Sobre las 11 de la noche decidimos ir para la casa, pero por el camino nos encontramos con una especie de cabalgata. Eran dos carrozas con bailarines subidos arriba precedidos por músicos y bailarinas que iban tocando salsa. Era algo raro porque aquello no tenia ningún orden pero había muchísima gente. Gente por todos lados, bailando hasta que se paraban los músicos y entonces los de la carroza hacían un baile ensayado. Mira que estuvimos un rato ahí y no fuimos capaces de encontrarle el orden a la cabalgata. Había tanta gente que no podíamos ir hacia la calle donde estaba la habitación. Dando un rodeo llegamos a la zona donde estaban los jóvenes de feria. Ahí habían atracciones y un escenario con un dj pinchando para cientos de jovencillos cubanos. Viendo que aquello estaba aun más lleno de gente fuimos por otra calle pasando por una especie de mercado. El mercado imaginaos, vendían cosas con las que jugarían nuestros abuelos, puestos de chicles, de ropa… todo con ese toque de los años sesenta que parecía que estuviéramos andando por un decorado del pasado.



Finalmente llegamos al piso previo rodeo de la cabalgata nuevamente. Las doce ya pasadas así que aire acondicionado, ducha y a dormir que al día siguiente el desayuno lo tenemos servido a las 6:30.

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Con el desayuno puesto a las seis y 30 estamos dando buen acopio de el. La verdad que los desayunos son buenos. Realmente siempre es lo mismo. Zumo, fruta, huevos, algo de embutido y algo dulce. Están bastante bien. Aquí como nos pusieron un montón de cosas guardamos algunas disimuladamente para comérnoslas después durante la ruta.

A las 7, con el amanecer, estábamos ya en el coche camino a Tope de Collantes. Tope de Collantes es una zona pseudoselvática en la Sierra de Escambray. Está a escasos 30 minutos de Trinidad y se pueden visitar saltos de agua y pozas muy bonita. En nuestro caso decidimos realizar una ruta circular que une dos de los puntos más populares Vegas Grande con Salto de Caburni. Aquí dejo el track TRACK GPS

La carretera va ascendiendo de forma sinuosa brindando unas vistas espectaculares. Es muy recomendable hacer la ruta a primerísima hora de la mañana. Así pudimos disfrutar de Vegas Grandes y de Caburni totalmente solos, sin turistas. Además no es recomendable hacer esta ruta avanzado el día, el calor en la zona puede ser muy intenso y la última parte de la ruta es una subida que en nuestro caso se hizo muy dura por el calor que hacia. Hay que llevar mucha agua.


Pasadas las 7:30 llegamos al punto de inicio donde empezamos la ruta. En una bajada constante se cruza el río. Aquí nos encontramos, en medio de la nada, un hombre a caballo, pues el tío aun nos quiso vender café! Siguiendo por la senda llegamos a una cueva por la que se cruza para continuar por la ruta hasta un mirador desde donde se baja a Vegas Grandes.



La poza y la cascada invitan al baño, las aguas son muy limpias y frescas, si estás atento podrás ver vencejos de cascada salir volando cuando te acerques a la cascada. Tras la cascada hay una pequeña cavidad por la que se puede andar y ver la cascada desde atrás. Es un sitio precioso y altamente recomendable.




Una vez disfrutado del baño llega la parte más complicada de la ruta. El sendero que une Vegas Grandes con Caburni. Está muy poco frecuentado por lo que la senda no se ve claramente.Aun así la senda se intuye lo suficiente descendiendo hasta llegar al río. Este tramo es el más complicado porque la vegetación es muy selvática y al ser cuesta abajo uno puede perder el equilibrio, el entorno es genial, todo rodeados de lianas, buscando el paso más fácil, con el río cerca para poder bañarte, a mi me encantó





Una vez se llega al río hay pozas donde darse un baño. Cruzado el río la senda asciende hacia la izquierda hasta que nos encontramos con una valla muy cutre que pasamos para unirnos al sendero Caburni que nos lleva al salto y a la piscina natural. En el salto nos encontramos con una pareja, pero la piscina natural la tuvimos por un momento solo para nosotros… eso si a la media hora comenzó a llegar gente. Así que tened en cuenta que sobre las 11 aquello se llena y pierde todo el encanto.



Una vez disfrutado del baño, y habiendo comido algo, seguimos la ruta. Esta vuelve sus pasos para comenzar un ascenso escalonado en donde el calor puede hacer mella. Aquí nos encontramos con una culebra endémica cubana, se ven también muchas aves por lo que hay que ir atento.



Al finalizar la subida te encuentras un barecillo que viene como agua de mayo para reponer fuerzas. Por 1CUC te tomas el refresco más bueno del mundo. Tras el bar tocaba la última subida, eran ya las 12 y pico, el sol caía a la envidia y el calor era muy duro. Menos mal que las vistas eran bonitas y la cuesta corta. Al terminar la cuesta nos encontramos de frente con un taxi, por tres pesos nos llevo al punto de inicio y dimos por concluida la aventura por Tope de Collantes. Al hacerla temprano y haber tantos puntos donde bañarse la ruta se hace muy bien, eso si el tramo final casi nos mata. Insisto en que esta ruta hay que hacerlo muy temprano y con agua.


De Tope de collantes, viendo el calor que habíamos pasado fuimos directos a Playa Ancón. En media horita dejamos el coche en un aparcamiento vigilado al final de playa Ancón. Donde se encuentra el Rancho Rancón. Dejamos el coche en el parking y corriendo al agua antes de morir de calor.

Playa Ancón está bien pero no es la playa paradisíaca que venden. Quizá fue porque pillamos el agua algo removida y se veía turbia, aún así vimos alguna que otra basura y el fondo está lleno de alga y piedra que hacen recomendable bañarse con escarpines. El entorno está bien eso sí y venden pizzas baratas y refrescos que te salvan la comida.

Estuvimos comiendo, bañándonos y hasta una cabezadita cayó bajo la sombra de un cocotero. Sobre las 17 pasadas decidimos continuar. Para hoy teníamos pensado dormir en Sancti Espiritus, había leído que era bonito y nos pillaba de camino a los cayos. Durmiendo allí ahorraríamos una hora mañana. De Playa Ancón a Sancti Espiritus hay 1 hora. El paisaje está protagonizado por cultivos y por los pueblitos que pasamos se ven pocos turistas. A las 19 llegamos y todo sea dicho, de primeras es un pueblo curioso.


Dejamos el coche cerca del boulevar y fuimos a la habitación de Airbnb. Un habitación muy apañada en todo el boulevard y con una terra y unos vistas a todo Sanctis Espiritus de diez. Después de dejar las cosas y antes que se hiciera de noche fuimos a ver el pueblecito. El pueblo es pequeño y lo más curioso es el boulevar, la plaza, el área de la iglesia y el puente sobre el rio Yayabo.



Las callecitas del pueblo son muy coloridas, no se ven turistas y el centro es peatonal, cosa que se agradece. Ya de noche decidimos ir a cenar a un bar que nos recomendó la del alojamiento. “Berkana”. Todo un acierto, comida muy buena a buen precio. Coincidimos con un grupo de evangelistas americanos que estaban dando unos discursos tipo “lord is my shepard” que le dio el toque surrealista a la cena.

Después de cenar, llegando al alojamiento se desató una tormenta eléctrica brutal. Un aguacero enorme con truenos y rayos cayendo alrededor, estuvimos resguardados un rato hasta que entre portal y portal llegamos a nuestra casa desde donde se veía la tormenta eléctrica de primera. Tras disfrutar del espectáculo, ducha y a la cama, mañana cayos!

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Nos acostamos que en el diluvio universal pero el día ha comenzado con un amanecer precioso. El desayuno ha sido en una mesita en la terraza inigualable. Como siempre fruta, zumo, embutidos y dulce. Bien tempranito para poner rumbo a los cayos.

El plan hoy era llegar hasta Cayo Guillermo. De Sancti Espiritus a Cayo Guillermo hay unas tres horas, por lo que a las 8 estábamos rumbo hacia el norte previa revisión exhaustiva del coche de arriba abajo.

El camino hacia el norte pasa por pueblos totalmente ajenos al turismo. Paisajes predominantemente de azúcar de caña con mano y alguna planatción de tabaco. Aquí hay que tener un precaución con el GPS. En Jatibonico el GPS te hace tomar una carretera secundaria a la izquierda que, si bien es la vía más corta, el estado de la misma es lamentable. Hasta el punto de que hay unos diez kilómetros en donde tuvimos que preguntar si la carretera mejoraba porque si no era así tendríamos que dar la vuelta. Lo cierto es que hay unos 20 kilómetros muy malos y luego mejora pero me da la sensación que si se toma la carretera normal, que pasa por ciego de avila, se tardaría el mismo tiempo que yendo por aquí aunque sea más corto.

Superado el patatal conseguimos llegar a Morón. De Morón a Cayo Guillermo hay solamente una hora y a los pocos kilómetro de pasar Morón se accede al pedraplén de Cayo Coco. Para acceder a Cayo Coco hay que parar en un puesto donde te toma el pasaporte y pagas un peaje de 2 CUC. El pedraplén es un camino de piedra levantado sobre el mar de 25 kilómetros. Es muy bonito ya que tienes el mar a ambos lados y según te aproximas al cayo se van alternando lagunas con flamencos y otras aves.


Cayo coco es un humedal en si y hasta cayo Guillermo vas alternando vegetación baja con lagunas. Pasadas las 11 llegamos por fin a playa Pilar. Playa Pilar es la playa más bonita de cayo Guillermo. Hay un aparcamiento vigilado desde al que accedes a una playa de arena blanca, fina y de agua cristalina. La verdad que la playa es muy digna. Nosotros fuimos directos al club náutico que hay allí. Por 20 CUC (Aquí todo es caro) Te montan en un catamarán y te llevan a la Isla media luna.


Isla media luna es una isla que se encuentra a dos kilómetros frente a playa pilar. Es el único sitio donde se puede hacer snorkel. Nos montamos en el catamarán junto a tres cubanos. El viaje en catamarán es una experiencia. Se mueve con el viento en un silencio total. Con el mar plato y el agua cristalina cortando el agua hasta un arrecife de coral cercano a la isla donde están los restos de un barco hundido. Quedamos con el chico que nos recogería en el embarcadero de la isla media luna a las 15:30 así que al agua y a ver peces, teníamos 4 horas por delante! La zona para el snorkel es perfecta, muchísimo coral blando, se pueden ver barracudas, peces mariposa, ángel, loro…. Me sorprendió la cantidad de vida y lo cristalino de las aguas. Precioso, es caro pero merece la pena ya que en playa pilar no hay nada de snorkel.

Entre corales llegamos a la isla después de un buen rato. En la isla hay un restaurante y te ponen de comer por 15 CUC. Es caro peor no hay más alternativa. Al menos fueron rápidos y en 30 minutos estábamos otra vez recorriendo la isla. Andamos por las playas que hay al norte de la isla. Hay dos playitas que dan lugar a una playa muy larga y totalmente virgen. Una gozada, todo ambientado con pelícanos que levantan el vuelo a nuestro paso y se lanzan en picado para pescar. Hicimos snorkel en esta parte pero se había levantado algo de viento y aquí el agua estaba mas removida.


Fuimos a la parte sur y por el camino nos encontramos con unos pollos que llaman Guineos muy escandalosos. La parte sur también tiene su playa y un embarcadero donde cogimos el catamarán a la hora acordada. Si venís a playa pilar merece mucho la pena acercarse a esta isla. A mi fue lo que más me gustó y el snorkel es precioso, 4 horas y aun se me hizo corto!

Desembarcados en playa pilar nos quedaba hacer vuelta y vuelta en la arena y buscar estrellas de mar en el agua. Lo más sorprendente es lo cristalino del agua. A las 18 el cielo comenzó a tronar y unas nubes se pusieron sobre nosotros. Viendo el panorama recogimos las cosas y fuimos al coche, justo cuando llegamos comenzó a caer un buen aguacero. Nos quedamos con mas ganas de playa Pilar así que al día siguiente volveríamos.


Bajo la lluvia pusimos rumbo de vuelta a Morón, una hora que se hace amena ya que, cuando la lluvia dejaba, parábamos en una de las múltiples lagunas a la caza del flamenco. Atardeciendo llegamos a Morón. No tiene absolutamente nada. El único interés del pueblo es que su cercanía al cayo permite poder dormir a un precio barato sin pagar los robos que cobran en el cayo. La habitación que elegimos en Moron “Martha y Beto Hostel” estaba genial, muy cuidadada y grande, con su nevera, aire acondicionado nuevo y Martha y Beto una pareja de abuelitos super entrañables.

El abuelo nos recomendó ir a cenar a un restaurante “La paloma”. Fuimos por el pueblo, ya de noche y vimos el restaurante, no lo podemos recomendar porque no entramos, desde fuera parecía un puticlub. Morón es un pueblo que no tiene tampoco luz en la calle, hasta el punto de que la plaza central del pueblo estaba totalmente a oscuras y solo se veían las caras iluminadas por los móviles de la gente que ahí se congregaba. Encontramos un restaurante que no tenía mala pinta “El rey gallo”, pasta y pizzas a muy buen precio que nos supo a gloria.

Tras cenas vuelta a la Casa a ducharnos y descansar.

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