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Nuestros 18 días de aventura

Nuestros 18 días de aventura ✏️ Blogs de Turquia Turquia

Turquía es un país extraordinario. 18 días no da tiempo para mucho, pero era lo que teníamos y lo hemos intentado exprimir al máximo, al menos hemos disfrutado un montón y estamos dispuestos a relataros nuestra experiencia.
Autor: Mariposa1  Fecha creación:  Puntos: 4.4 (7 Votos)
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ESTAMBUL

ESTAMBUL


Localización: Turquia Turquia Fecha creación: 14/07/2009 16:06 Puntos: 3 (1 Votos)
Domingo, 21-06-2009
Empieza nuestra experiencia, el madrugón fue grande, ya que nuestro avión salía de Barajas a eso de las 7:30 a.m., pero nos mereció la pena. Fuimos Madrid-Estambul, vía Munich, con Lufhansa, y la verdad es que muy bien, sin ninguna queja. Llegamos al aeropuerto de Ataturk a eso de las cuatro de la tarde y como está mandado pagamos nuestra Visa, 15 eurazos y nos pusimos a la cola para pasar el control de pasaportes, no os olvideis pagar antes del control que si no tendreis que hacer doble cola. En teoría los del hotel nos venían a buscar, ya que íbamos a estar hospedados más de tres días y por tanto teníamos un transfer desde el aeropuerto a la ciudad gratuito, pero no había nadie, revisamos los cientos de carteles que hay de gente esperando, pero por ningún lado aparecían los nuestros, a si que me puse en contacto con el hotel y al parecer hubo un error, pero se solucionó en minutos ya que enseguida apareció un amable caballero que nos condujo en su coche al hotel, donde nos pidieron disculpas por el error. Para estos primeros cuatro días en Estambul elegimos el hotel Ilkay; es un hotel en el que yo repetiría estancia sin dudarlo, el precio es bastante asequible para lo que hay en Estambul, la ubicación para mi gusto excelente y el desayuno, de lo mejor que yo he probado en Turquía, donde los dulces brillan por su ausencia, y sin embargo aquí hay y bien surtido. La habitación también correcta, con un pequeño saloncito, tal como se ve en la web, y el baño correcto y limpio. Si tuviera que poner pega: el ruido. Está bastante mal aislado y al estar justo en la calle del tranvía pues es inevitable oírlo, pero yo tengo un sueño bastante profundo, así que con respecto a eso no tuvimos problemas, además les pedimos que nos dieran en una planta alta y sin problemas.

Bueno tras cotillear el hotel y asearnos un poquillo, salimos para tener la primera toma de contacto con la ciudad, más bien para ubicarnos y tener una idea de las distancias y de donde estaban los sitios que queríamos visitar en los sucesivos días. Y esa primera toma de contacto fue sensacional, justo coincidió con la llamada del muecín y la sensación que nos embargó fue tan especial que es difícil de explicar. Y la primera vez que contemplas la mezquita azul y santa Sofía … eso es todavía más difícil de explicar.

Cenamos pronto, ya que habíamos estado todo el día mal-comiendo y estábamos hambrientos; como estábamos cansados comimos en un barecillo cercano al hotel, no recordamos el nombre, pero es el que justo hace esquina bajando por la calle del tranvía, antes de llegar al parque Gülhane, que es la misma entrada que para el museo arqueológico, lo veréis porque hay unos arcos que se ven desde la calle del tranvía. Bueno pues comimos unos pide, la pizza turca, que estaban buenos, pero los camareros no paraban de traernos cosas a la mesa que no pedíamos, y por supuesto las cuales rechazábamos al instante, porque te las traen sin pedirlas, pero luego te las cargan en la cuenta, aunque ni las toques, nos pareció que tenían demasiada cara dura, y encima luego cuando terminamos no querían que nos fuésemos porque decían que cuanta más gente hubiera mejor, atraía a más clientes… Unos caras, vaya!!
Bueno y esa noche nos fuimos prontito a dormir, que había que coger fuerzas para lo que nos quedaba por delante.


Lunes, 22-06-2009
Nos levantamos prontito, aunque allí a nosotros no nos costó demasiado, ya que las ventanas carecen de persianas y a las cinco de la mañana ya te está entrando todo la luz en la habitación. Tras ingerir un copioso desayuno, ya que el día iba a ser largo, nos dirigimos al Palacio de Topkapi (20 liras por persona). Abren a las nueve, y es de las pocas cosas en Estambul que no cierra los lunes. No tuvimos ningún problema de colas, supongo que al se Junio alguna ventaja habría. Al entrar nos dirigimos a la taquilla del Harén (15 liras/pers.) y fue lo primero que visitamos. La verdad es que es un sitio de visita obligada, pero no tiene nada que ver con los palacios que puedes ver por Europa. A mi me gustó poder imaginar como sería cuando estaba habitado, lleno de concubinas por doquier… y el sultán merodeando… La pena es que no queden muebles, resulta algo triste verlo tan vacío.
Después visitamos el palacio en sí, más y más habitaciones vacías, pero eso sí, tiene unos patios muy lindos, y unas terrazas con vistas maravillosas. También visitamos el Tesoro, que en la guía había leído que era una entrada aparte, pero se ve que ya no es así, porque no te piden nada al entrar. Resulta bastante interesante, sobre todo nos gustó la sala donde se encuentra el que dicen es el brazo y la calavera de San Juan y la espada de David. También me gustó mucho la daga de Topkapi, que es preciosa.
A la salida del palacio nos dirigimos a la Cisterna Basílica (10 liras), que fresquito más agradable, con el calor que caía fuera. Nos encantó, la iluminación le da un toque místico que nos encantó, creo que cuando caminas por arriba, no te puedes llegar a hacer una idea, ni medio aproximada, de la maravilla que se esconde debajo. Por supuesto otra visita obligada.
Y de nuevo en el calor sofocante, nos dirigimos al hipódromo para contemplar el monolito y la columna serpenteada. Y de aquí a la Mezquita Azul, pero como era la una de la tarde no nos permitieron entrar, ya que se estaban preparando para la hora del rezo, así que nos quedamos un rato en el patio de la mezquita contemplando como las personas que iban a rezar se lavaban en las fuentes de las abluciones, y cuando se produjo la llamada, decidimos ir a comer, ya que el calor era agobiante y nuestros estómagos empezaban a crujir… Empezamos a caminar cuesta arriba por la calle del tranvía y al ver un MC Donald, no lo pensamos demasiado…
Tras el reposo, volvimos a la mezquita azul, y esta vez si pudimos visitarla. Las mujeres nos debemos cubrir los hombros, pero bien merece la pena… Fue nuestra primera mezquita y nos impresionó por su grandeza. Lo que más nos decepcionó era el bullicio que había, es muy muy turística y allí la paz, excepto en hora de rezo, brilla por su ausencia, pero aun así, es algo que no debe dejar de visitarse.
Continuamos el recorrido hacia Kucuk Aya Sofya, también conocida como pequeña Santa Sofía; antiguamente era una iglesia y eso se nota. Llegamos y no había absolutamente nadie, excepto el guardián, así que pudimos disfrutar de su paz… Nos gustó muchísimo, está recién reformada y es una belleza. El guardián nos permitió subir a la parte de arriba para contemplar mejor los techos, dejamos una pequeña propina al amable hombre.
Y siguiendo la ruta, llegamos hasta Sokollu Mehmet Pasa Camii, también sin turistas y muy tranquila, aunque nos ha gustado menos que la anterior. Por cierto, aquí el vigilante nos prohibió hacer fotos, ellos te venden postales, pero no te permiten que tú tomes fotos.
Seguimos caminando en ese laberinto de calles y nos topamos con otra mezquita, Atik Ali Camii, que no estaba en nuestros planes, pero ya que estábamos en la puerta decidimos entrar. Aquí tampoco vimos ningún turista, pero se podía respirar el ambiente de rezo, ya que casi era la hora. De todas formas, para nuestro gusto esta mezquita puede ser prescindible.
Bueno y después de tanta mezquita decidimos dar nuestro primer, de los múltiples que daríamos, paseo por el Gran Bazar. Es una auténtica pasada, cientos y cientos de tiendas, ubicadas por zonas o sectores. Nos encantó, y a diferencia con otros países, no nos pareció agobiante, si no todo lo contrario, muy majos y muy atentos al idioma que hablas para soltarte alguna gracia. Además al estar bajo techado, no hace tanto calor como afuera y se agradece mogollón. Tras recorrerlo durante un ratito, simplemente ojeando, dimos con el bazar de libros antiguos, mucho más chiquitín, pero también encantador. Y sin querer nos encontramos en la puerta de la magnífica mezquita de Beyazit. Esta mezquita nos gustó mucho, especialmente porque al ratito de haber entrado, cuando estábamos sentados tranquilamente en un rinconcito, sonó la llamada del muecín. Nos quedamos paralizados, sin saber muy bien que hacer, mi marido quería que saliéramos, pero yo le decía que no, que nos habían dejado pasar cuando sólo quedaban unos minutos para el rezo, y que si venían y nos decían algo pues nos íbamos, pero nadie venía, es más, es que nadie ni nos miraba (bueno también estábamos muy apartaditos y detrás de una enorme columna). Así que allí nos quedamos contemplando el momento del rezo. Y no puedo expresar con palabras la emoción que nos embargó, mi piel se erizó desde el primer momento y allí permanecimos durante toda la oración. Éramos los únicos turistas, y mi marido estaba un poco incómodo, sobre todo por mi, que era la única mujer en todo el recinto, pero de pronto el muecín pasó a nuestro lado para dirigirse al mihrab y no nos dijo nada, así que respiramos más tranquilos. Realmente ha sido uno de los mejores momentos de nuestro viaje.
Y continuando la caminata llegamos hasta Sehzade Mehmet Camii. Y sin dudarlo, esta ha sido la mezquita que más me ha gustado de Estambul, y sin turista. Hay una paz y una tranquilidad… Extraordinaria, creo que es imprescindible.
Y yo quería seguir, pero mi marido estaba cansado, así que nos acercamos a ver el Acueducto de Valente y caminamos bajando la calle, hasta llegar a la parada de tranvía más cercana y de aquí al hotel.
Tras una reparadora ducha y un breve descansillo, caminamos en dirección a Eminou y el Puente de Galata. Que buen ambiente se respira en toda esta zona: unos pescando, otros corriendo para no perder el barco, los de más allá vendiendo todo tipo de cosas, turistas, ajenos al ajetreo, cenando tranquilamente en las terrazas, puestecillos donde se venden los famosos bocadillos de pescaito… En fin, una algarabía que embriaga el alma…
Nosotros, totalmente metidos en el ambiente, decidimos sentarnos en unas de esas sillitas minis, para disfrutar de un delicioso bocata de pescado, aliñado con sal y limón. Y os aseguro que están buenísimos, y bien baratos, sin no recuerdo mal, unas cuatro liras cada uno. Y tras el bocata y ya totalmente metidos en el ambiente turco, decidimos buscar en sitio tranquilo, para tumbarnos y disfrutar de nuestro primer narguile. Así que, siguiendo los consejos de algunos foreros, nos dirigimos al café Enjoy, que está justo en la calle de enfrente del hotel Ilkay. Es una gente super simpática, lo recomiendo totalmente, tomamos un narguile de fresa y unos tes de manzana.
Y a dormir…

Martes, 23-06-2009
Comenzamos el día como siempre, con un buen desayuno. Me encantan los desayunos del hotel, hay de todo: fiambre, fruta, cereales y, mis favoritos, dulces… Los que yo relleno con nocilla, que rico…
Y con las pilas puestas nos dirigimos hacia la estación de bus de Eminou, pero en el camino tropezamos con Yeni Camii y decidimos entrar. Era bien tempranito, así que la pudimos contemplar solitos, y la verdad es que bien merece una visita, nos gustó mucho y es muy grande. Ya en la zona de buses, nos pusimos a buscar el andén desde el que salía el bus para la Iglesia de San Salvador Chora o Museo Kariye (15 liras/per.). El conductor muy amable nos dijo cuál era la parada en la que debíamos bajarnos. Este sitio si que es recorrido típico de grupos de turista, por lo que la iglesia estaba bastante llena, pero bien merece la pena su visita. Presenta unos mosaicos de indudable belleza y en relativo buen estado de conservación, eso sí, acabas con el cuello hecho polvo, de tanto mirar al techo. De aquí tomamos un taxi y le pedimos que nos llevara al café de Pierre Loti (20 liras). En un principio, pensamos que nos dejara en la mezquita de Eyüp, pero pensamos que sería mejor que nos dejara en lo alto de la colina, en el café, descansar contemplando las vistas y tomando un té, para finalmente bajar nosotros caminando a través del cementerio, hasta llegar a la mezquita. A mi me resultó bastante mejor, porque si hubiera tenido que subir hasta el café caminando, y con el calor que hacía… me lo hubiera pensado. Por eso el taxi sale un poco más caro que si vas de S. Salvador Chora a Eyüp, pero a nosotros, desde luego, nos mereció la pena.
En fin, el té nos vino muy bien para reponer fuerzas y las vistas son muy lindas.
Ya caminando por el cementerio, pudimos contemplar la devoción de la gente. Había una tumba, en la que encontramos a un grupo de personas rezando con mucho sentimiento. No sabemos de quién era la tumba, pero debía ser alguien importante y muy querido. Nos impresionó.
Ya en el patio de la mezquita se respira más bullicio. Es un lugar muy visitado, tanto por turistas, como por musulmanes, ya que, como sabéis, aquí está enterrado Ayub Ansari, el portaestandarte de Mahoma, que quizá para nosotros no tenga mucho interés, pero está claro que para ellos es un lugar sagrado. En esta mezquita, a las mujeres se nos obliga a ir bien tapada, hasta la cabeza. Y como me ocurrió en la Mezquita Azul, es un lugar tan concurrido, que carece de la paz y tranquilidad típica de un lugar de oración, pero en fin…
A la salida, hay montones de puestecillos y pastelerías, así que nos acercamos hasta una para probar la bollería del lugar. Y nos fuimos al muelle para ver a que hora salía el barco de regreso a Eminou. Y para nuestro fastidio, acababa de salir, y para el próximo faltaba una hora, con el calor que hacía y sin sombra a la vista… Por lo que decidimos tomar un bus. No sabíamos muy bien qué número coger, así que lo hicimos al boleo. Cogimos el primero que llegó medio vacío, ya que allí los buses son agobiantes, van hasta los topes y con el calor que hace… Pero acertamos, el bus siguió la carretera del cuerno de oro, pegado al agua. Pudimos contemplar las murallas de la antigua ciudad. Y Cuando ya llevábamos un ratito en el bus, y sobre todo cuando empezó a llenarse, pasamos justo al lado de la Iglesia de San Esteban de los Búlgaros, por lo que decidimos apearnos en la parada más cercana. Recorrimos todo el exterior de la iglesia, pero estaba cerrada a cal y canto. También divisamos en lo alto de la colina, el Patriarcado ecuménico ortodoxo, que tiene que ser impresionante, pero no teníamos fuerzas para subir caminando. Al principio lo intentamos, pero al adentrarnos por las callecillas, el barrio no nos gustó demasiado, se veía demasiada pobreza y miseria. Era pleno día, si mal no recuerdo, cerca de las dos de la tarde, pero se me puso el corazón en un puño y no pude continuar. Así que le dije a mi marido que volviéramos a desandar el camino y tomáramos el barco de regreso al puente de Gálata.
A la llegada a Eminou cruzamos el puente y tomamos el tranvía hasta Kábatas, para aquí tomar el “metro-túnel” hasta la plaza Taksim. Vaya cambio con respecto a la otra orilla. Es una zona muy muy comercial, y llenísima de gente. Bajamos por la calle Istiklal Caddesi, toda una aventura, no cabe ni un alfiler, es un estilo a Preciados en Madrid, llena de tiendas y gente que viene y va. Por cierto, que al principio de la calle encontramos una oficina de cambio que fue en la que mejor cambio encontramos de toda la ciudad, a 2.17 liras, así que aprovechamos y cambiamos bastante.
Bueno y como el estómago ya empezaba a rugir, buscamos un sitio para comer. Nos decantamos por Konak. Y fue buena elección. Mi marido tomó un Kebab y yo berenjenas rellenas, aparte pedimos yogur y todo estaba muy rico, aunque a mi marido hubiera preferido que no le echaran tanto tomate frito en su kebap (algo que siempre ponen en los kebap en todas partes, aunque ya aprendimos a pedir que no nos echaran tomate, ya que le quita mucho sabor al plato).
Tras la comida, seguimos bajando la larguísima calle, deteniéndonos en cada cosa que llamaba nuestra atención, íbamos sin prisa pero sin pausa. Y llegamos a la Torre Gátata (10 lira/per.). Y en nuestra opinión merece mucho la pena. Además no había apenas gente (menos mal, porque es muy estrecha) y pudimos contemplar sin agobios las maravillosas vistas. Fue una de las cosas que más nos gustó de la ciudad. Además mi marido es aficionado a la fotografía, así que disfrutó como un enano.
Cuando por fin pude convencer a Juan, bajamos y callejeamos sin rumbo. Nos dejamos llevar por las callejuelas llenas de todo tipo de chismes: tuercas, tornillos, destornilladores, cerraduras, electrodomésticos, bombillas… En fin cualquier producto de ferretería seguro que lo puedes encontrar aquí.
Cruzamos de nuevo el puente Gálata y nos dirigimos al Bazar de las Especias. En este sitio se respira mucho mejor ambiente que en el Gran Bazar. Nada más entrar, se activan tus cinco sentidos (cosa que nos ha ocurrido en numerosas ocasiones en Turquía), pero sobre todo se potencia el olfato… Diferentes olores se mezclan en el ambiente, la cabeza empieza a trabajar intentando averiguar la procedencia, pero es trabajo inútil, ya que hay multitud de especias por doquier y la mitad de la cuales ni reconocemos. Este bazar sigue siendo turístico, pero también hay muchísima gente local, lo cuál gusta mucho.
A la salida buscamos la escondida entrada de la mezquita Rüstem Pasa. Tienes que sortear las mesas de un barecillo y un kiosco, hasta llegar a una doble puerta, una de las cuales tiene unas escaleras que son las que conducen al patio de la mezquita. Esta mezquita también nos gustó bastante, y sin grupos de turistas.
Volvimos a callejear, entre la multitud de puestos, en dirección a Süleymaniye Camii, pero ahora no merece la pena la visita. Está totalmente en obras y solo te permiten visitar la entrada, que sinceramente no es nada. Así que decepcionados tras la caminata, decidimos ir al hotel a tomar una refrescante ducha y un breve descanso.
Ya con la fresca, salimos a cenar. Nos decidimos por el Cennet, en la calle del tranvía, en Cemberlitas. Probamos los exquisitos gözlemes, por supuesto, acompañados del fabuloso yogur del país, que no pudimos parar de comer todos los días.
Tras la cena, paseito relajante por Sultanahmet, para contemplar las maravillosas vistas nocturnas de la mezquita Azul y Santa Sofía. Es una imagen de esas que se queda grabada en la retina para siempre.
Y a descansar.

Miércoles, 24-06-09
Como todos los días, desayunamos tempranito y con el estómago lleno nos dirigimos al museo arqueológico (10 liras/per.). Leímos en la guía que abrían a las 8.30, pero en realidad abren a las 9.00h, así que tuvimos que esperar un poquito en la entrada. No había turistas, lo que si había era un montón de estudiantes de arte, con sus bártulos preparados para cuando abrieran coger un buen sitio frente a la obra de arte que ese día intentarían imitar.
El museo está dividido en varios edificios y es bastante grande, por ello si lo visitáis dedicarle al menos tres o cuatro horitas. A nosotros nos gustó bastante, sobre todo la zona de impresionantes sarcófagos y la zona en la que hay muchos frisos y estatuas procedentes de Afrodisias. Eso sí, si no eres amante de museos y además careces de mucho tiempo, olvídate de visitarlo, porque hay mil cosas que hacer en Estambul.
A la salida, nos dirigimos a Santa Sofía (20 liras/per.), era nuestro cuarto día en la ciudad y estábamos impacientes por entrar. Tuvimos que hacer algo de cola, pero nada, cinco minutillos, aunque como os podéis imaginar, desértica no estaba. Al entrar nos quedamos maravillados, impresiona mucho eso de ver símbolos árabes junto con imágenes cristianas. Eso sí, es una gran pena el enorme andamiaje que ocupa todo el centro de la nave, pierdes visión general, pero es tan bella… Desde luego no se puede ir a Estambul y no visitarla, es una maravilla de las maravillas. Y los mosaicos de la parte superior son preciosos. Aquí se te pasa el tiempo sin darte cuenta: entre lo maravillado que estás y que no se nota tanto el calor de afuera… Vamos que perfectamente se te van un par de horillas.
Cuando por fin tuvimos el valor de decirle adiós a la maravillosa Santa Sofía, tomamos rumbo a Eminou. Queríamos hacer el crucero corto por el Bósforo, que salía a las tres, así que como teníamos poco tiempo nos paramos en un barecillo de kebap y disfrutamos de uno. A mi me sentó de maravilla, pero no tanto a mi marido, que al pobre le dio el crucero.
Bueno y nos fuimos al muelle del crucero. Es justamente el primero que hay a mano derecha, poniéndote de frente al puente Gálata. La taquilla es muy pequeñita, pero lo pone claro (9 liras/per.). El paseo en barco fue de lo más agradable, procurad id tempranito, porque aunque sale a las 15.00 h, nosotros llegamos a las 14.30 h y ya había bastante gente. Durante el trayecto puedes observar perfectamente las dos orillas. Hay camarero que te ofrece de todo durante el trayecto: bebida, comida, dulces… Es muy agradable y altamente recomendable.
A la vuelta del crucero, decidimos bajarnos en la orilla asiática, para dedicar la tarde a visitar toda esa zona. Cuando nos bajamos en Üsküdar, desde luego que aquello parecía de todo, menos asiático. Es una zona muy europeizada y con mucha vida, pero sobre todo llena de gente del lugar.
En primer lugar nos dirigimos a la mezquita Iskele Camii, donde éramos los únicos turistas. Nos llamó la atención, que en el patio delantero hay pupitres, donde parece ser se enseña a los niños acerca del Islam (Vimos a un adulto enseñando explicando algo a unos cuantos niños). A continuación cruzamos la calle y visitamos la mezquita Aga Camii, también sin turistas y más tranquila que la anterior.
Y decidimos tomar un taxi para que nos llevara a la mezquita Cinili Camii. El taxi nos costó 4 liras, y bien merece la pena, pues está en lo más alto de la colina. Esta mezquita bien merece una visita. Es muy muy chiquitita, pero muy bonita. Cuando llegamos estaba muy concurrida por abueletes lugareños, y es que faltaba poco más de 10 minutos para el rezo. Cuando entramos un hombre muy amable nos indicó que subiéramos por unas estrechas escaleras hasta la planta de arriba. Nosotros le obedecimos y cuando llegamos arriba no sabíamos muy bien que hacer. El hombre debió leer nuestras caras, porque intentó explicarnos lo mejor que pudo, que ya era casi la hora del rezo, que nos invitaba a quedarnos para contemplarlo desde arriba. Nos quedamos de piedra y totalmente maravillados le dimos las gracias y le dijimos que no molestaríamos. Asi que el hombre se marchó y nos dejó solos para observar a nuestras anchas el rezo. Pero nos sorprendimos más cuando el rezo empezó y nos dimos cuenta que el amable hombre no era otro que el muecín de la mezquita. El rezo comenzó, permanecimos inmóviles, sin perder detalle de nada de lo que nos rodeaba, felices por la invitación y emocionados. Cuando el rezo acabó, bajamos e intentamos charlar un rato con el muecín (y digo intentamos porque no hablaba inglés ni mucho menos español). Luego pudimos ver la planta baja de la mezquita y como no, al final le dimos una propina y nos fuimos muy emocionados.
Continuamos nuestra caminata hacia la mezquita Atik Valide Camii, que se halla en la colina más alta de Üsküdar. Tiene un patio muy agradable y unas galerías interiores impresionantes.
Bueno y decidimos que ya estábamos cansados de visitas por ese día, así que tomamos rumbo a Harem, desde donde, según habíamos leído, se veían las mejores puesta de sol de Estambul. Y desde luego que es cierto.
La caminata fue un poco larga, pero amena, ya que casi todo era cuesta abajo. En algún momento andábamos un poco perdidos, ya que nos desubicábamos y no sabíamos muy bien la dirección que debíamos seguir. Preguntamos a varias personas, y la mayoría fue muy amable, aunque también nos encontramos con el típico borde que cuando nos acercamos nos respondió sin dejarnos hablar “no english”, no nos dejó ni articular palabra, pero en fin ya sabéis que la excepción confirma la regla…
Y por fin llegamos a Harem, una especie de paseo marítimo desde el que divisas toda la orilla europea. Hay muchos barecillos para relajarte y tomar algo fresquito. Y cuando ya el sol empezó a caer, nos sentamos en las rocas del paseo y no quitamos el dedo del disparador de la cámara… Es que no puedes evitarlo, es una vista preciosa, aunque a veces la estropea algún gigantesco barco, pero bien merece la pena. Además en Estambul, cuando el sol va cayendo la temperatura lo hace a la par, ya sé que esto sucede en todos lados, pero es que allí, por lo menos a mi, me pareció un cambió bastante brusco, por lo que sentarte frente al sol, para ver su puesta, después de un día terrible de calor, y con la sensación de que empiezas a dejar de tener calor… Es muy agradable.
Cuando el sol se puso, tomamos un barco para volver a la otra orilla (barco Harem-Sirenkci).
Y ya de camino al hotel pasamos delante del Burguer King, que nos atrajo irresistiblemente. Así que allí cenamos.
Continuamos hacia el hotel, duchita y salimos hacia la zona de Santa Sofía y la Mezquita Azul. No podíamos resistirlo, es como un imán que te atrae, no te cansas de verlas y pasear por allí.
Cuando estuvimos cansados, nos fuimos a dormir.

Jueves, 25-06-2009
Hoy es nuestro último día en Estambul, hasta volver de Izmir. Así que decidimos tomarnos el día bastante más relajadito que los anteriores. Por ello no hemos madrugado mucho. Hemos tomado un buen desayuno y hemos dejado las maletas en consigna.
Como lo que queríamos visitar de Estambul, ya lo habíamos visto, decidimos ir a dar una vuelta por el palacio de Dolmabahce. Cogimos el tranvía hasta Kabatas y desde allí comenzamos el paseo. Pasamos por la mezquita Valide Sultan Camii, que la estaban limpiando, asi que la vimos de forma rápida, para no molestar mucho. Es mucho más moderna que las que habíamos visto, pero tiene grandes ventanales, con lo cual es muy luminosa y al estar a la orilla del Bósforo, tiene muy buenas vistas.
Continuamos hasta el palacio, pero nos llevamos una gran decepción cuando nos dijeron que estaba cerrado. Claro, era jueves, día en que cierran y nosotros ni habíamos mirado la guía antes de ir. Pero en fin, nuestra primera idea no era visitarlo, asi que no nos importó demasiado. Lo rodeamos paseando y nos hicimos algunas fotos por los exteriores. Tiene pinta de ser un palacio muy rococó.
Paseamos un poco por la zona. Vimos el estadio del Besiktas, que este año ha sido el ganador de la liga y por tanto estaba súper adornado, lleno de banderitas…
Justo al lado del estadio, está el parque Macka, que es enorme, pero lleno de sombrita.
Cuando estuvimos cansados, tomamos el tranvía y nos fuimos a la zona del Gran Bazar. Visitamos por segunda vez la mezquita de Beyatzi, ya que nos gustó tanto el momento del rezo que vivimos en ella, que nos apetecía descansar sobre su alfombra y rememorar nuestro recuerdo de ese día.
Tras el descanso, nos dejamos perder por las callejuelas del bazar.
Y cuando el estómago empezó a sonar, decidimos que comeríamos en el restaurante Medusa, así que comenzamos la caminata, aunque menos mal que era cuesta abajo.
El restaurante Medusa nos encantó. Está muy recomendado en el foro y con razón, porque se come fenomenal y muy bien de precio. Además cuentan con una carta en español, y eso se agradece. El trato es excelente y el jardín delantero que tienen es encantador. Vamos que lo recomendamos al 100%.
Tras la comida compramos algunas postales y nos pusimos frente a Santa Sofía a rellenarlas, para mandarlas a nuestra familia.
Tras la ardua tarea, nos fuimos al hotel a descansar un poquito. Aunque habíamos dejado ya la habitación, tienen una salita, con ordenador y unos sillones muy cómodos donde puedes descansar tranquilamente.
Cuando ya no hacía tanto calor, a eso de las seis, decidimos que mejor irnos para la estación de trenes. Así que cogimos el tranvía hasta Karaköy, y aquí cogimos un ferry hasta la estación de Haydarpasa. El paseo en barco nos resultó agradable, aunque se nos hizo muy corto. Ya en la estación decidimos dejar las maletas en consigna y preguntamos en información por el andén de nuestro tren. Cuando ya estábamos bien informados, nos dimos un paseito por los alrededores, aunque no se si merece mucho la pena, es feo y un poco cutrecillo. Ya de vuelta en la estación esperamos hasta que abrieran el tren. Salía a las 22.30 h, pero nos dijeron que sobre las 22.00 h abrirían las puertas.
El tren está dividido en camarotes, cada uno con dos camas literas. La verdad es que nos resultó una experiencia muy agradable y dormimos muy bien. Eso sí, cuando no eran todavía las seis, el sol entraba a raudales por la ventana. Vimos amanecer desde el vagón. Nos aseamos un poco y a eso de las siete y cuarto ya estábamos en nuestro destino: Ankara.

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CAPADOCIA

CAPADOCIA


Localización: Turquia Turquia Fecha creación: 24/07/2009 15:55 Puntos: 5 (1 Votos)
Viernes, 26-06-2009
Llegamos a la estación de Ankara a eso de las 7.15 h y nos dirigimos a la estación de metro. Se accede desde la misma estación, por un pasillo subterráneo. Las indicaciones son un poco lamentables, pero preguntando se llega, son 10 minutos a pie. Ya en el metro nos dirigimos a la estación de autobuses, la parada de metro se llama ASTI y no tiene ninguna pérdida. La otogar de Ankara es gigantesca y muy concurrida. En la planta superior tiene un montón de mostradores donde venden los billetes. Nos dirigimos hacia el mostrador 50, que es el que vende billetes para la Capadocia (25 liras/per.). Nuestra intención era coger el próximo bus, que salía a las nueve, pero nos dijeron que estaba completo, así que tuvimos que conformarnos con coger el de las once. Nos quedaban tres horitas por delante, por lo que intentamos buscar un lugar para acomodarnos a leer un poco.
El bus fue muy puntual y es bastante moderno. Además te ofrecen té, café o agua y pastelitos. A eso de las 15.30 h llegamos a Nevsehir. Aquí hay que hacer trasbordo a otro bus, el cuál te lleva, sin pagar más, hasta el pueblo final. Mientras esperábamos el autobús del trasbordo, compramos los billetes para ir a Antalya el siguiente lunes por la noche (40 liras/per.). Cuando llegó el bus, nos fuimos hasta Göreme. Justo en la plaza del bus de Göreme, hay una oficina donde te informan sobre el alojamiento en el pueblo. Nos acercamos y nos preguntaron el nombre de nuestro hotel. En seguida llamaron y vinieron a buscarnos en una modernísima furgoneta mercedes. Para nuestra estancia en Capadocia elegimos el Katpatuka Cave. El hotel no es una maravilla. La ubicación para mi si es ideal, ya que si volviera, no dudaría en elegir Göreme, pero lo malo de las caves es que el olor a humedad es inevitable. La habitación era correcta y el baño tb. Eso sí, el desayuno deja mucho que desear, aunque hay un pan riquísimo y una nocilla deliciosa. Y las vistas desde la sala del desayuno son muy bonitas y súper relajantes. Además hemos tenido un problemilla con el hotel. Nos han cobrado casi 8 euros más de lo que habíamos hablado. Les hemos reclamado, pero nos dicen que debe ser una comisión de nuestro banco y que ellos no tienen nada que ver. La verdad es que en todos los hoteles hemos pagado con tarjeta y al cambio nos han cobrado lo acordado, este ha sido el único que ha sido más, y les he intentado explicar que el banco no tiene ninguna comisión en todo esto y que es la primera vez que nos pasa, pero no me hacen ni caso, y la verdad eso no me ha gustado mucho.
En fin, a nuestra llegada a Göreme nos tomamos una reconfortante ducha (que es lo que más echas de menos en el tren), y descansamos un ratito del agotador día de viaje.
Y cuando ya cayó un poco el sol, decidimos salir a descubrir el pueblo. Göreme es encantador, como ya he dicho, para mi gusto es el mejor pueblo de Capadocia para hospedarse. Por la tarde tiene un montón de terracitas, donde puedes cenar relajadamente o disfrutar de un té y un narguile.
En el pueblo hay un montón de agencias que realizan excursiones, así que preguntamos en algunas sobre el valle de Ilhara. Al final nos decidimos por al agencia Andrómeda (60 liras/per.) y la haríamos para el día siguiente.
Y ya teniendo claro lo que haríamos al día siguiente, buscamos un lugar donde cenar. Y no tuvimos ninguna duda, nos decantamos por el restaurante Al’Ataturk. Es el restaurante más lujoso del pueblo y es recomendable 100%. Además no nos pareció nada caro, cenamos entrantes variados y luego un plato cada uno, con cerveza y agua y nos salió todo por 56 liras, vamos fenomenal, que os aseguro que comimos muy bien y tanto el servicio como las vistas son inmejorables. A mi marido fue el restaurante que más le gustó de todo el viaje.
Tras la cena, decidimos relajarnos en una terracita que hay en la zona del río, no recuerdo el nombre, pero fuimos todas las noches. Tienen la terraza llena de cojines y la música es muy buena.
Y a dormir, que mañana sería otro día.


Sábado, 27-06-2009

Desayunamos tempranito, ya que a eso de las nueve venían a recogernos al hotel los de la agencia Andrómeda. Y fueron muy puntuales. En la furgoneta íbamos 15 personas, más el conductor y el guía, Adam, un muchacho súper salado, que hizo la excursión de lo más amena.
Comenzamos a las afueras de Göreme, en lo alto de un mirador que hay, donde las vistas eran espectaculares, pero bueno toda la zona está llena de miradores, con vistas que quitan el sentío. Desde donde estábamos divisábamos todo el valle de las palomas. Continuamos hasta la ciudad subterránea de Derinkuyu. Es una experiencia increíble, totalmente aconsejable, excepto para personas claustrofóbicas, ya que en muchos de los pasadizos tienes que ir totalmente agachado y la sensación es un poco angustiosa. Yo no es que sea claustrofóbica, pero me agobio mucho cuando me encuentro en sitios sin salida, como en bares pequeños muy llenos y he de reconocer que en alguno de los estrechos e interminables pasillos creí que no podía, pero luego llegas a salas muy grandes, donde la sensación de estar encerrada desaparece. Vamos que repetiría sin dudarlo y eso que bajé hasta la octava planta.
Tras la ciudad subterránea tomamos rumbo al valle de Ilhara. Nosotros hicimos el recorrido corto. Son tres kilómetros por el valle y la verdad es que te saben a poco, porque es maravilloso. Vas caminando a la orilla del río y visitando iglesias. Lo malo es el calor, que es insoportable. Por ello no olvidéis llevaros agua, porque no venden en todo el recorrido.
Al final del valle, llegamos a una zona llamada Belisirma, donde se come en una especie de merendero, pegadito al río, así que no olvidéis el repelente de insectos. Esta comida está incluida en la excursión, aunque no las bebidas. Te dan a elegir entre varios platos, pero a nosotros no nos gustó nada, estaba muy picante y la verdad poco curioso; bueno ya sabéis, un merendero…
Y tras el almuerzo, nos dirigimos al Monasterio de Selime, que es una formación típica de Capadocia, donde se puede observar desde cocinas hasta una iglesia y otros hallazgos que atestiguan el estilo de vida troglodita. Además aquí se rodó una parte de la guerra de las galaxias. En fin, que bien merece una visita.
Ya de vuelta a Göreme y antes de finalizar la excursión, nos llevaron a otro mirador, desde que se divisa el Pigeon Valley y finalmente a una tienda donde nos hicieron una demostración de cómo se trabaja el onix y claro, tras la demostración te pasan a la tienda, pero no estás obligado a comprar nada, aunque para mi gusto ésto sobró de la excursión.
Nos dejaron en la plaza de Göreme a eso de las 18.30 h. Fuimos al hotel a darnos una duchita y descansar un poco.
Y para cenar, nos dirigimos al Silk Road. Es un barecito pegado a la plaza del que también habíamos leído buenas críticas en el foro. Y no nos decepcionó. Nos comimos unos sis kebap que estaban deliciosos. Y el precio genial, la cena nos salió por 23 libras, y eso que allí beber alcohol es lo que encarece, pero a mi marido no hay quien le quite su cervecita comiendo.
Tras la cena volvemos a repetir en la terracita de la noche anterior. Es súper relajante tirarse en los cojines y tomar un té turco.
Y a la camita…


Domingo, 28-06-2009

Tras nuestro tempranero desayuno, decidimos empezar el día visitando el museo al aire libre de Göreme, así que preparamos agua y emprendemos camino. El museo está a un kilómetro y medio del pueblo, la caminata es muy agradable. La entrada son 15 liras por persona, más 8 liras si decides visitar la iglesia oscura, que yo la recomiendo sin ninguna duda. El museo es impresionante, visitas un montón de iglesias, más o menos conservadas. Pero lo que más nos gustó fue la iglesia oscura. Es increíble lo bien conservada que está. Las pinturas son alucinantes, vamos bien merece la entrada. Además con eso de que la entrada es a parte, los grupos organizados no entran. Nosotros conseguimos verla totalmente solos y eso nos gustó mucho, sin prisas ni agobios.
A la salida del museo está la iglesia de la hebilla, que está incluida en el precio del museo, aunque después de lo visto, te decepciona bastante.
Volvimos al pueblo y decidimos alquilar una moto para recorrer la zona. Estuvimos preguntando y al final la alquilamos por 50 liras durante ocho horas. Así que nos pusimos los cascos y comenzó la aventura. Empezamos visitando Cavusin, que es muy chiquito y se visita en poco tiempo. A continuación nos fuimos hasta Avanos, que nos decepcionó un poco, pues no tiene nada que ver con la Capadocia, es un pueblo bastante moderno y lleno de grandes tiendas de cerámica. Después visitamos Pasabaglari y el valle de Zelve. De aquí nos fuimos al valle de Devrent, que fue el valle que más nos gustó y donde se encuentran las llamadas chimeneas de las hadas. Y de aquí nos fuimos a Ürgüp. Es el pueblo más grande de la zona y muy turístico. Cuando llegamos ya era medio día, así que buscamos un sitio para comer. Encontramos una pizzería con muy buena pinta en la plaza principal del pueblo y allí nos quedamos. Nos gustó bastante, pero no recordamos el nombre.
Tras la comida, recorrimos el pueblo. Es bastante grande y las cosas turísticas están un poco alejadas unas de otras, por eso la moto nos vino de escándalo.
Seguimos la ruta hasta Mustafapasa. Es un pueblecito encantador y también chiquitito. Aquí vimos los restos de algunas casas griegas, con la típica ventanita redonda en la fachada principal.
Continuamos rumbo a Uchisar, aunque por el camino paramos donde veíamos buenas vistas para hacer fotos. Visitamos el castillo de Uchisar, aunque yo no entiendo porque le llaman castillo, pero total la entrada son 3 liras. Y después recorrimos las calles del pueblo. Ya de regreso a Göreme, en la carretera entre Uchisar y Göreme, hay muchos sitios donde puedes parar y sacar fotos increíbles. Me gustó mucho toda esta parte.
Y como el sol ya empezaba a caer, nos fuimos en dirección al museo de Göreme, donde un poco más arriba hay una colina, con muy buena ubicación para contemplar el atardecer.
Y nuestra aventura finalizó. Devolvimos la moto. Y como estábamos muy cansados, (porque parece que no, pero todo el día sin parar y en la moto…), decidimos comprarnos algo de fruta, e ir al hotel a ducharnos y cenar relajados la fruta.
Mañana sería otro día.

Lunes, 29-06-09
Ayer el día dio mucho de sí, así hoy hemos decidido tomárnoslo con tranquilidad y hacer las caminatas que nos apetezcan, además es nuestro último día en Capadocia. Para empezar no hemos madrugado, y tras nuestro desayuno, tomamos rumbo al valle del amor. Se encuentra en la misma dirección que el museo al aire libre. La verdad es que toda esa zona está genial para caminar. Visitamos el valle de la Rosa, el valle de las Espadas y el Zemi o valle del amor, donde están las típicas formaciones con forma de pene. Caminamos a nuestro ritmo, sin prisas, y sin apartarnos de los caminos principales, ya que no hay indicaciones. Y volvíamos sobre nuestros pasos, para no perdernos. Y la verdad no tuvimos ningún problema. El valle del amor tiene mucha vegetación y por ello da mas gusto caminar por él. Se nos pasó la mañana sin que apenas nos diéramos cuenta.
Nos fuimos a comer. Elegimos el Nazar Börek, que sin lugar a dudas para mi ha sido el mejor restaurante del viaje. Comimos un montonazo; probamos las börek, los gozlemes y los sosyete böregi, acompañados de una deliciosa salsa de yogur, mmm… si ahora pudiera comerme algo de eso. Vamos estaba delicioso y muy barato. Ya os digo que nos hinchamos a comer y nos salió todo por 22.50 liras. Además el personal es encantador.
Y tras nuestra distendida comida, nos fuimos al hotel. Ya habíamos dejado la habitación, pero en el jardín tienen cojines para darse un buen tumbao, que después de toda la mañana caminando, era lo que más nos apetecía. Además hacía un calor que no se podía aguantar…
Y ya a eso de las siete, nos despedimos del hotel y nos fuimos para la plaza del pueblo, que a las ocho salía nuestro bus para Antalya. Paseamos por las tiendecillas, hicimos unas compras en el súper y nos fuimos para la parada del bus, que llegó cerca de las ocho.
El bus para en Nevsehir durante más de media hora, saliendo de allí a las nueve en punto. El viaje se nos hizo de lo más pesado, vamos que yo no repetiría. Tarda más de diez horas, y va parando a cada instante, subiendo y bajando gente. Además acabas con el culo hecho polvo. Para nosotros fue un viaje horrible.
Llegamos a Antalya a las 7.15 h. Comenzaba una nueva aventura.

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MEDITERRANEO OCCIDENTAL

MEDITERRANEO OCCIDENTAL


Localización: Turquia Turquia Fecha creación: 29/07/2009 21:54 Puntos: 0 (0 Votos)
Martes, 30-06-2009
A nuestra llegada a Antalya nos dirigimos a la parada de buses urbanos. Teníamos un coche alquilado en una oficina (Almira Rental Car), que “creíamos” estaba en el centro de la ciudad. Así que preguntamos al conductor del bus si iba hasta la zona del centro y nos dijo que sí. Nos montamos, pero cuando llevábamos un rato yo empecé a sospechar que no íbamos en la dirección correcta. Preguntamos a unos chavales y nos dijeron que sí, que íbamos bien. Pero yo cada vez estaba más nerviosa e insistí a mi marido que volviera a preguntar. Y esta vez, una señora muy amable nos dijo que íbamos mal. Así que nos bajamos en la siguiente parada, en la que había parada de taxi y no lo dudamos, tomamos un taxi. Le dimos al conductor la dirección de la rental car y nos puso cara de cuadros. Resulta que estaba cerca del aeropuerto, a más de 15 km del centro de Antalya. Nos cabreamos un montón, porque en nuestra solicitud de alquiler, con Economic Car Rental, especificamos claramente que queríamos una oficina en el centro de la ciudad. En fin, no nos quedaba otro remedio, así que pedimos al taxista que nos llevara. El sabía la zona, pero no conocía exactamente la ubicación de la oficina, por lo que tuvimos que llamar a la oficina para que le explicaran como llegar. Bueno un show, yo estaba cabreadísima.
Pero todavía no había llegado lo peor. Llegamos a la oficina, vamos si a eso se le puede llamar oficina. Era un solar abandonado de la mano del hombre, allá donde Cristo perdió la sandalia. Pero en fin llegamos. El taxi nos costó más de 30 liras. Habíamos reservado un diesel, por el precio tan alto de la gasolina en Turquía. Bueno pues el hombre nos dice que no tiene diesel. Yo me puse hecha una furia, pues como pueden no tener algo que teníamos reservado desde hacía semanas. Además, cuando reservamos el diesel era más caro y se lo expliqué al tío, pero me decía que eso era lo que había, y que el precio era el acordado. El tío un borde de mucho cuidado. Y yo cada vez más nerviosa. Decidimos tragar, pues no teníamos muchas más opciones, y aquello estaba empezando a amargarnos el día. Sacamos la visa para pagar y nos dice que no tiene data-fono. Yo ya no sabía si reír o llorar. Me había leído mil veces el voucher del alquiler y especificaba claramente el tipo de tarjetas con las que podías pagar. Yo le dije que no llevábamos efectivo y el tío dijo que no podía pagar con tarjeta, que fuéramos a sacar dinero. ¿A sacar? ¿Y dónde, si estábamos en el culo del mundo? En fin, menos mal que llevábamos nuestra reserva de emergencias de euros y tuvimos que echar mano de ella. Pero fue otra timada, porque eran 183 euros. Como no teníamos cambio le dimos 200 y nos devolvió un billete de diez euros y 10 liras, vamos que el tío salió ganando por todos lados. Y aunque al final, contando el taxi y todo lo demás, la cosa nos salió por unos 60 euros más de lo previsto, que tampoco es para morirse, pero es la sensación de timada lo que te hace sentir peor.
Así que ya no le dijimos nada más al tío, yo solo quería perderle de vista para siempre. Aunque ya lo último de todo fue cuando nos montamos en el coche y vimos que no tenía ni gota de gasolina, pero él nos aseguró que a 300 metros había una gasolinera. Vamos, cuando devolviera el coche no pensaba dejarle ni una lágrima de gasofa.
Por fin llegamos a la gasolinera y llenamos el tanque, casi 130 liras. Y para relajarnos, decidimos dirigirnos rumbo a Aspendos. Moverse por Turquía en coche, según nuestra experiencia, es relativamente fácil. Y creo que la causa es porque el número de carreteras es muy limitado, es decir, que para ir a un sitio sólo hay una carretera posible, o como mucho dos, así que no es fácil perderse, aunque nos ha parecido que muchas indicaciones brillan por su ausencia, pero en fin, en cuanto al coche y direcciones no hemos tenido ningún problema.
Aspendos también merece la pena la visita. La entrada son 15 liras. Y la verdad es que su estado de conservación es impresionante. Lo que no nos gustó es el pedazo escenario actual que hay, que te tapa todo el frontal original. No se si este escenario estará todo el año, ahora es que hacen actuaciones nocturnas.
Tras Aspendos tomamos rumbo de nuevo a Antalya, pero por el camino paramos en Pergue. Está muy derruida, el teatro no se puede ni visitar, porque está que se cae, auque se aprecia bien desde la carretera. De todas formas, si visitáis otras ruinas, os vais a cansar de tanta piedra, y hay otras mucho mejor conservadas.
Ya en Antalya nos dirigimos al barrio de Kaleici. Moverse por Antalya en el coche fue lo que más complicado nos pareció. Es una ciudad enorme, imagínate metiéndote en pleno Madrid o Barcelona, sin conocerlo y con carteles en turco. Dimos unas cuantas vueltas, pero al final llegamos. Nos perdimos más que nada porque para entrar a Kaleici hay que pasar por una barrera de estas que hay a la entrada de los parking, donde tienes que darle al botón, te sale el ticket y se levanta la barrera. Y claro habíamos pasado por delante varias veces, pero que íbamos nosotros a pensar que esa barrera era la entrada…
Fuimos directos al hotel. Elegimos el White Garden. Es una pensión encantadora, en una zona muy linda y el precio es increíble. La noche nos salió por 28 euros con el desayuno incluido. La habitación es bastante correcta, aunque el baño es muy pequeño y tiene un poco de humedad, pero la ubicación y el maravilloso jardín compensan todo.
Como estábamos muy cansados tomamos unos bocatas y decidimos ducharnos y echarnos un poco, porque en el autobús habíamos dormido muy poco.
Y a eso de las cinco de la tarde decidimos que era hora de conocer Antalya. Al primer sitio donde nos dirigimos fue al museo (15 liras/per.). El museo se encuentra a un kilómetro y medio de Kaleici, así que cogimos el tranvía. La visita nos gustó mucho. Nos extrañó que no hubiera gente visitándolo, no sabemos si por la hora o por la fecha, en fin, que éramos los únicos visitando el museo. Y nos gustó bastante, aunque ya os hemos dicho que nosotros somos mucho de museo. Pero la sala de esculturas que tiene es impresionante, la mayoría de ellas procedentes de Pergue. Y hay montones de objetos interesantes y muy curiosos. Creo que la visita a los museos te transporta muchos años atrás y te ayuda a comprender mejor la cultura del país que visitas, por eso nos gusta mucho visitar los más importantes en los países que vamos. Pero vamos es sólo una opinión.
A la salida del museo, ya el sol había caído bastante, y decidimos regresar caminando relajadamente, visitando diferentes sitios: el parque Ataturk, donde hay unas vistas impresionantes del mediterráneo, la torre del reloj, el puerto romano, donde vimos atardecer, las casitas otomanas del barrio de Kaleici, la puerta de Adriano, Kesik Minare… La verdad es que el paseo fue encantador. Antalya no es muy bonita, pero la zona de Kaleici es preciosa. Nos gustó muchísimo, no nos hubiera importado quedarnos unos días más a disfrutar de aquel ambiente, pero había tantas cosas que visitar…
Cuando ya se hizo de noche, nos sentamos a cenar en un barecillo de kebap que hay justo en frente a la torre del reloj, junto a una fuente que hay donde los niños se bañan como locos bajo sus chorro. Nos tomamos un “liaillo”, que es como mi marido llama a los kebap que van enrollados. Estaban buenísimos. Te lo puedes pedir de diferentes tamaños, según la cantidad de carne que lleven, que allí la pesan, y como los bocatas del medio día estaban ya en los tobillos, nos los pedimos los más grandes. Nos sentaron genial y con un par de colas, nos salió por 20 liras.
Tras la cena nos dejamos perder por las callecitas del encantador barrio. Hay cientos de pequeñitas tiendecillas y bares.
Y cuando el cansancio pudo con nosotros nos fuimos a dormir.

Miércoles, 1-07-2009

Nos levantamos tempranito, como amanece tan pronto y como además allí no hay persianas, el sol entra a raudales por las ventanas. De todas formas hoy nos esperaba un largo día. Así que comenzamos con el desayuno, que nos decepcionó un poco, no hay nada de dulce, y yo me muero sin dulce, pero en fin tomamos fruta y algo de embutido.
Nos despedimos de los encantadores dueños y tomamos rumbo a Termessos, que está a unos 35 km de Antalya. Termessos pertenece a un parque natural, por lo que hay que pagar doble entrada: 5 liras por entrar al parque y otras 8 por entrar a las ruinas. Es increíblemente grande. Si lo visitais id bien preparados de calzado, ya que es plena montaña, como de agua, ya que no hay nada donde comprar. La caminata es larga y cuesta arriba, aunque hay bancos para descansar. Lo que más nos decepcionó es lo mal indicado que está todo y lo mal cuidado, ya que hay tanto matorral que a veces no sabes donde está el camino. Menos mal que tuvimos suerte y encontramos al guarda del lugar, que fue muy amable y nos guió hasta los lugares más importantes del recinto. Lo que más nos gustó fue, sin duda, el teatro. Vas caminando entre tanta maleza y de pronto aparece ese maravilloso teatro, en la ladera de la montaña. Tiene una ubicación perfecta.
La visita es bastante larga, echadle 3 o 4 horas tranquilamente.
Tras Termessos nos dirigimos a la cueva de Karain. Está relativamente cerca, creo que a unos 10 kilómetros y a nosotros nos gustó mucho, solo de pensar que esta cueva ha estado habitada durante más de 25000 años, creo que ya merece una visita. La entrada son solo 3 liras, pero eso sí, desde donde se deja el coche hasta la cueva hay un buen trecho y todo cuesta arriba claro, asi que ir bien preparados. La subido son unos 15 minutos, pero para nosotros se hizo eterna por el calor, y porque ya llevábamos la mañana si parar. Pero nos gustó bastante.
Tras la cueva, tomamos dirección a Antalya. Queríamos visitar las cascada de Duden, las altas, que se encuentran a unos 10 km al norte de la ciudad. Por el camino paramos en un súper para comprar pan y otras cosas, ya que habíamos leído que las cascadas estaban en un parque, donde la gente iba de picnic.
Las cascadas dejan bastante que desear, vamos que no son nada del otro mundo, pero están en un parque muy agradable para comer y relajarse un rato. Y eso es lo que hicimos. La entrada vale 2 liras por persona y se está muy a gusto. Hay mucha sombrita y mesas para hacer tu picnic. Así que estuvimos relajados durante un par de horitas.
Cuando nos decidimos a mover el campamento, tomamos rumbo a Phaselis. Se encuentra a unos 55 km de Antalya, pero se llega sin problemas y la carretera no es mala, vas bordeando toda la costa, así que tienes buenas vistas.
Llegamos a Phaselis pasadas las cinco y media. Cierran a las siete, pero nos daba tiempo de sobra. Son pocas ruinas y se visitan enseguida. La entrada cuesta 8 liras por persona. Para mi es el sitio con más encanto de la zona. Tiene una cala de ensueño, con un agua cristalina, vamos de lujo. Así que no olvidéis llevar bañador y tras visitar las ruinas os dais un chapuzón, es una gozada.
Tras nuestro relajante bañito, seguimos ruta, pero ya empezaba a atardecer. Y como no nos gusta conducir de noche, pensamos que sería buena opción dirigirnos hacia Olimpos, para pasar la noche y de paso visitar las quimeras.
Llegamos a Olimpos, pero nos llevamos una gran sorpresa. Son todo bungalow para mochileros. Vamos que no tenemos nada en contra, pero no es nuestro estilo, así que nos veíamos un poco desubicados. Pero fue toda una experiencia. Cogimos un bungalow, con baño y aire acondicionado, en Bayram’s. Nos salió por 80 liras, incluida la cena y el desayuno. Pero os podéis imaginar como era la cena, tipo mili o campamento de verano. Te ponías a la cola e ibas pasando para que te echaran comida en tu plato, vamos que a quien le guste eso yo lo respeto, pero a mi que no me esperen más que yo no vuelvo. Pero he de decir que la habitación si era correcta, aunque el baño deja mucho que desear.
También contratamos una excursión a las quimeras para esa noche. Fueron 15 liras. Te recogían a las 9 y volvías sobre las 12 de la noche. Y la verdad es que nos gustó bastante. Eso sí, ir bien preparados, con calzado de trekking, porque hay una subida de unos 20 minutos. También llevar agua y linternas. Cuando llegas arriba es muy agradable ver las llamas, que además las apagas y se vuelven a encender. Nos gustó mucho, pero si no os pilla de camino, tampoco merece la pena hacer noche aquí por la excursión.
Tras la excursión, a la llegada a Bayram’s, había mucho ambiente. La gente se reúne en el jardín a charlar, fumar, beber…
Nosotros estábamos muy cansados tras la paliza del día, así nos fuimos a la camita.

Jueves, 2-07-2009

Nos levantamos y tras el desayuno, más o menos idéntico a la cena anterior (aunque desayunamos más que cenamos), abandonamos el chiringuito y nos dirigimos hacia las ruinas de Olimpos, que están al lado. Estas ruinas están muy mal conservadas y poco cuidadas, pero eso sí cuando llegas al final, a la playa, tienes otra impresionante cala, de esas de ensueño. Por cierto la entrada a las ruinas son 3 liras por persona.
Y tras la visita tomamos rumbo a Myra. Vas bordeando todo el Mediterráneo, es impresionante. Nosotros parábamos donde nos apetecía, ya que las vistas merecían la pena.
Myra es impresionante (se que repito mucho esta coletilla, pero es que Turquía entera lo es). Tiene unas tumbas licias excavadas en la roca que están muy bien conservadas y que impresionan. También tiene un buen teatro, pero vistos ya tantos, lo que más nos gustó fueron las tumbas. La entrada cuesta 10 liras. Y la visita también es rápida, bueno aunque depende del tiempo que quieras tirarte contemplando las tumbas, pero te aseguro que con el calor que hace, con media horita, tres cuartos vas sobrado.
Tras visitar las ruinas nos fuimos al pueblo, a la iglesia de San Nicolás, pero solo la vimos por fuera, porque nos pareció un poco pantomima.
Visitamos un poco el pueblo y entramos en un súper a por provisiones y bebida fresquita. Y continuamos dirección a Kas.
Paramos en una playita de Kas, donde nos hicimos unos bocatas con las provisiones del súper y nos sentamos ricamente. Tras la comidita nos dimos un agradable bañito. Allí el agua está bastante fresquita, pero se agradece mucho porque el calor es terrorífico. Lo malo de las playas de allí son las piedras, que te hacen los pies polvos, pero claro lo bueno de esto, es que el agua está muy transparente y no se enturbia.
Tras nuestro relax, tomamos rumbo a Fethiye. Fue un largo trayecto, no recuerdo ahora muy bien cuanto tardamos, pero creo que unas dos horitas. También íbamos a nuestro aire, sin prisas y parando donde veíamos una buena foto.
A la llegada a Fethiye quedamos un poco decepcionados. Dimos varias vueltas por el pueblo con el coche, pero no nos gustó demasiado. La verdad, llevábamos ya doce días de viaje, sin parar, viendo ruinas y más ruinas, pasando muchísimo calor… y nos apetecía un pueblecito costero, de esos para tirarte un par de días relajados, con piscinita en el hotel… En fin, buscábamos algo tipo playita española, aunque menos saturado. Y claro, Fethiye no se parece en absoluto a esto, si no más bien todo lo contrario. Mi marido me miraba y me decía que él no se quedaba allí ni loco, que le diera otra opción. Así que nos pusimos a leer en la guía los pueblecitos de alrededor. Y nos pareció que Olüdeniz sería una buena opción, aunque en la guía la pongan como un sitio turístico, a nosotros nos pareció buena idea probar. Así que allá nos fuimos.
Olüdeniz está muy cerca de Fethiye, a unos 10 km, y a nosotros nos encantó. Era justamente lo que estábamos buscando. Además dimos con un hotelito muy cercano a la playa, hotel Montebello, que tiene una piscina sensacional. Y nos costó dormir las dos noches 160 liras, con desayuno incluido. Y esto si que es un hotel en condiciones, y no de donde veníamos. Lo primero que hicimos, tras dejar las maletas, fue darnos ese pedazo de baño en la piscina que tanto necesitábamos. ¡Que bien nos sentó!
Nos duchamos y salimos a conocer el pueblo. Olüdeniz nos encantó como lo que os he dicho, como punto para relajarte un par de días. Tienes excursiones las que quieras, a islas, a calas, caminatas por la montaña, salidas tipo safari, puedes hacer parapente… en fin y la playa está genial, no se que más se puede pedir… Además tiene un paseo magnífico, que por la noche se pone genial, con mucho ambiente y tiene un montón de sitios para comer. También ponen cojines tipo puff en la playa, donde puedes tomarte una copa o lo que quieras, contemplando las estrellas o el atardecer. Vamos que gozamos un montón. Eso sí, allí españoles no vimos ni uno, son todo ingleses y alemanes. Es más, nos tomaban por turcos, porque como somos morenos y allí no hay más que blanquitos y rubios…
Preguntamos en varios sitios para hacer una excursión en barco al día siguiente. Al final nos decantamos por una que visita diferentes sitios, como Cabo Azul, el valle de las mariposas, la isla de San Nicolás… Salíamos a las 10 h de la mañana y regresábamos a las 18.30, con almuerzo incluido y todo por 15 liras por persona. Vamos tirado de precio.
Tras nuestro paseito por la zona y ya teniendo reservado lo que haríamos al día siguiente, nos sentamos en esos puff de la playa para ver atardecer. Fue maravilloso, estás tirado en la playa, con tu refresco, viendo el mar y atardecer, con un cielo lleno de parapentes y escuchando música reggae, ¿a que suena bien? Pues imaginaros vivirlo…
Cuando ya oscureció totalmente, buscamos sitio para cenar. Y encontramos uno 100% recomendable. Se llama Sea-Horse y está en el paseo, frente al mar. Tienen una comida deliciosa y todo bien de precio. Por favor probar sus especialidades de kebap en plato, cualquiera de ellos, están para morirte de buenos. Nos gustó tanto que no probamos otro sitio.
Y tras la deliciosa cena, dimos otro paseo por las típicas tiendecillas de la zona y nos fuimos a dormir.

Viernes, 3-07-2009[color=#009900][/color]
Tras nuestro desayuno, nos dirigimos a la playa para buscar nuestro barco. No hay problemas, hay mucha gente diciéndote cuál es tu barco. Ya montados, cogimos un buen sitio en la parte de arriba. Pero estuvimos un buen rato parados mientras la gente subía, y como había olas, yo empecé a marearme un poco, como no, aunque no fui la única. Me tumbé un rato para ver si se me pasaba, además me dieron una pastilla para el mareo y así parece que se me fue mejorando. Partimos y menos mal que la primera parada, Cabo Azul, estaba muy cerquita. Pues me pude bañar y con el frescor del agua se me pasó todo. Que alivio, porque lo llegué a pasar fatal.
En cada parada, estás como una media horita o así, y es muy divertido. Te puedes tirar desde lo alto del barco y es una gozada. A la hora de comer, la parada es más larga, de una hora y media. Hacen pollo a la barbacoa, con ensalada y un poco de pasta. Y la verdad es que me gustó, mucho mejor que la comida de Olympos, jajaja!! Además en el barco venden otras cosas: crepes, helados, patatas, bebida…
En la isla de San Nicolás hay ruinas y hacen una parada con suficiente tiempo para poder visitarlas. Pero a nosotros no nos apeteció. Daba tanto gusto bañarse, que preferimos quedarnos remojándonos, aunque no fuimos los únicos, creo que fueron pocos los que vieron las ruinas.
Regresamos a tierra sobre las 18.30, y aunque no habíamos hecho nada en todo el día, más que bañarnos y estar tirados, estábamos súper cansados. Así que nos fuimos directos al hotel, a ducharnos y descansar un poco.
Cuando el sol cayó, nos dirigimos nuevamente al Sea-horse. Nuevamente la comida deliciosa y los camareros son majísimos, hay muy buen ambiente.
Luego paseo largo por la zona y cuando estuvimos cansados, a dormir, con mucha pena, pues era nuestra última noche allí.

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alicejasan
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Fecha: Dom Abr 07, 2024 01:10 pm    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

"firulo" Escribió:
Es solo para museos?

Hola! por lo que leí sirve también para sitios arqueológicos y sus museos.
ASS66
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12-01-2019
Mensajes: 34

Fecha: Dom Abr 14, 2024 05:12 pm    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Yo lo estoy organizando con milcolinas, Se encargan de todo
Senseifer
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Mensajes: 21

Fecha: Mar Abr 16, 2024 06:59 am    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Hola a todos. Acabo de regresar de Turquía.
He recorrido por libre toda la Capadocia, Konya, Denizli, Antalya y la costa hasta Estambul.
Unos 2.500 km. En coche de alquiler.
Puedo intentar resolver dudas si alguno de vosotros se está planteando un viaje parecido.
Saludos.
Sandra_2000
Sandra_2000
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New Traveller
16-04-2024
Mensajes: 1

Fecha: Mar Abr 16, 2024 10:15 am    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Buenas!! estoy buscando información porque quiero viajar con mi pareja en junio 2 semanas a Turquía. ¿me podrías explicar un poco que tal tu viaje?
Con qué compañía volaste y qué tal el vuelo, seguridad en el país, moneda.... Que tal las carreteras para alquilar coche, y que compañía de coche nos recomiendas... Si hace falta visado o con el pasaporte y dni español ya vale
Buff... Son tantas dudas y curiosidades las que tengo jajajj Muchas gracias!!
Senseifer
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07-03-2015
Mensajes: 21

Fecha: Mar Abr 16, 2024 03:18 pm    Título: Re: Viajar a Turquía por libre

Hola. Hemos viajado con Pegasus desde Madrid a Estambul. Es una low cost y, por tanto, las plazas son bastante estrechas. Pero no hemos tenido ningún problema. Han sido puntuales. A la ida enlazamos, con la misma compañía, hasta Kayseri. Dejamos un espacio de unas 3 horas entre un vuelo y otro porque teníamos que recoger el equipaje, volver a facturarlo y pasar el control de pasaportes que es largo y muy pesado. Hay muchísima cola. Contratamos el coche con Cizgi Rent a Car a través de Carjet. Lo recogimos en Kayseri. Por 6 días hemos pagado unos 420 Euros (300 Euros del alquiler...  Leer más ...
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