Viajes de Rabis ✏️ Blogs de Global

Aún me estoy recuperando del Jet Lag, y poco a poco las seis horas de diferencia que hay con respecto a China van desapareciendo. Esta vez me toco ir a China por motivos laborales, pero me las arreglé para quedarme en Beijing (Pekín) unos días por mi cuenta. El viaje consistía en visitar Shanghai y Guangzou (Cantón) para acabar en Beijing. Estamos en China así que olvidaros de hablar en inglés por que casi nadie lo habla y el que lo hace lo hace mal. Olvidaros de los gestos ya que he llegado a la conclusión que son diferentes a los nuestros. Olvidaros de los mapas por que no vais a encontrar nada. Ya podéis armaros de paciencia y buscaros un listado de los lugares de interés en chino e inglés ya que os ayudará bastante.

Beijing no tiene nada que envidiar a otras grandes capitales como París o Londres. Normalmente solamente solo se conoce la ciudad prohibida y la plaza de Tiananmen, pero esto no es así ya que además cuenta con una cantidad increíble de palacios, templos, parques, plazas e incluso muralla china para visitar. La ciudad es enorme, tiene unos 13 millones de habitantes pero a diferencia de otras ciudades chinas, es aún más horizontal que vertical, pero digo aún por que en China se ve que la moda es llenar las ciudades de rascacielos y cargarse los barrios de casitas bajas. Las distancias en Beijing son bastante grandes, además que las atracciones para visitar están lejos unas de otras entre sí, lo que obliga al visitante a desplazarse en taxi o en metro. El taxi tiene de bueno que es muy, pero que muy barato, además de que te deja en la puerta de lo que vayas a visitar. En cambio, hay muy pocas carreteras en la ciudad lo que provoca tráfico muy lento y atascos (debido a que el poder adquisitivo en Beijing esta aumentando cada vez hay más coches y la red de carreteras no esta preparada para ello).

El metro tiene de bueno que te saltas los atascos pero desgraciadamente solo hay tres líneas y no llegan a todos los lugares interesantes para visitar. Además, cuando sales del metro, encontrar la calle donde esta lo que quieres visitar es una auténtica odisea.

Lo primero hay que buscar un lugar donde dormir, para lo que me busqué un sitio por Internet que resulto estar de arte. El hotel se llama Red Wall Hotel, de 3 estrellas y esta alado de la entrada rasera de la ciudad prohibida y por lo tanto cerca de la plaza de Tiananmen, parque de Jingshan y Behai. Esta renovado, limpio y por lo tanto os lo recomiendo. Por cierto, la zona es segura, como todo Beijing.

Bueno empecemos la visita, por ejemplo con la Plaza de Tiananmen. Una de las burradas más grandes que he escuchado es "en esa plaza no hay nada que ver". Vamos a ver, una cosa es que no te guste y otra muy diferente es que no haya nada para ver. Mucha gente piensa que como es algo que hizo un comunista (Mao) pues ya tiene que ser algo malo. No entro si Mao era un cabrón o no, o si el comunismo es malo o bueno, solamente digo que esta plaza forma parte de la historia de un país. Para empezar es la plaza más grande del mundo. Esta limitando por un lado con la entrada de la ciudad prohibida y al otro con las antiguas puertas (puerta principal) de la muralla exterior que rodeaba la ciudad prohibida.

A los lados de la plaza hay un par de edificios de estilo comunista soviético bastante impresionantes, el Congreso Nacional de China y al otro lado el Museo de la historia de China y de la revolución China. Dentro de la plaza, protegido por cuatro impresionantes estatuas comunistas de campesinos, soldados y trabajadores, esta el mausoleo de Mao que solo se puede visitar un par de días a la semana en un horario concreto. Cerca del mausoleo se encuentra el monumento a los héroes del pueblo con unos relieves interesantes, sobre los militares que lucharon por acabar con el contrabando de opio. Es bonito ver este lugar de peregrinación para los chinos a la noche, iluminado, con la gente jugando con las cometas.

De esta plaza, a la cual le dediqué una hora para poder verla bien, podemos acceder a la ciudad prohibida por la puerta de la Paz Celestial, presidida por el retrato de Mao y varios dragones, animal del cual cuenta la mitología china que son descendientes. Uno de los leones cuenta en la tripa con un golpe que se dice que lo hizo Li Chuangwang cuando invadió la ciudad de Beijing. La ciudad prohibida era la residencia de los emperadores chinos de las dinastías Ming y Qing, donde estuvo prohibida la entrada al resto de habitantes, de ahí el origen de su nombre. La verdad que es impresionante y te puedes tirar un día entero visitándola. Es de arquitectura tradicional china, con pequeños palacios, estancias, parques, templos, escalinatas... Lo mejor es pasear y perderte por el laberinto de palacios y parques, e imaginarte a los guardias vigilando por las pequeñas calles que conectan los templos.

Digamos que consta de tres partes; las salas de las recepciones oficiales, las estancias de la corte y los parques. Todo este impresionante conjunto esta resguardado por una gran muralla y un impresionante foso, que me hace pensar que cuando la ciudad prohibida fue tomada, debieron haber utilizado barcas. Saliendo de la ciudad prohibida por la parte de atrás (no por la entrada de Tiananmen), nos encontramos cerca de dos parques, el de Jingshan y Behai. El parque de Behai es un parque con una pagoda blanca de 36 metros de altura, que se construyó para conmemorar la visita del Dalai Lama a Beijing en 1651.

El Parque de Jingshan, ha sido el lugar que más me ha gustado de China. Se encuentra en el punto más alto de la ciudad (sin contar rascacielos) por lo que la vista es simplemente impresionante. Estaba paseando y bueno, me llamo la atención un templo que se veía en lo alto de una montaña, lo que me decidió a visitarlo. Una vez en lo alto de la colina, donde por cierto hay un pequeño templo bastante bonito, miré a mi alrededor y no podía creer lo que veía ante mí. Lo primero se veía un mar de tejados pertenecientes a los cientos de estancias de la ciudad prohibida. con la plaza de Tiananmen al fondo. Al otro lado se veía el parque de Behai con la pagoda blanca, flanqueado por los rascacielos y de fondo uno de los atardeceres más bonitos que he visto nunca. La verdad es que la vista de la ciudad desde la colina, que se encuentra en el medio de la misma, es impresionante. Una vez se esconde el sol tras las montañas, los edificios, como los fuegos artificiales empiezan a explotar en colores. Todos los días que estuve en Beijing acabé en este especial lugar disfrutando de la tranquilidad del atardecer, uno de los grandes placeres de esta vida.

Alejándonos de esta zona podemos ir a visitar la ciudad subterránea de Beijing. Se encuentra en uno de los famosos hutongs de la ciudad y para llegar desde la boca del metro hasta la entrada tuve que coger a un tío con una bicicleta para que me llevase. Cuando sobre 1969 hubo una amenaza de una guerra nuclear entre Rusia y China, Mao mando construir una ciudad subterránea de cientos de kilómetros que serviría para protegerse de las bombas. Me quedo con la frase: esta puerta lleva a la muralla china. Pero si esto esta muy lejos respondí. Si, a 80 kilómetros. Otros lugares para visitar son el templo del cielo o el templo de los lamas, con el buda más grande de china.

Otro lugar que realmente me llamo la atención es el Palacio de Verano. Este palacio era donde huían los emperadores en verano para evitar el sofocante calor de Beijing. Puede ser casi tan grande como Vitoria y para desplazarte por el hay que coger hasta barcos.



En los alrededores de Beijing, una de las cosas que uno no se puede dejar de visitar es la muralla China. Hay tres zonas que se pueden visitar, Badaling (70km), Mutianyu (90km) o Simatai (110km. Badaling al ser la más cercana es la más turística y Simatai es la parte más auténtica. Yo me decidí a ir a Mutianyu (quería evitar a toda costa Badaling y las oleadas de turistas). Para subir se puede hacer en teleférico ya que esta alta de narices, y para bajar, mediante un tobogán bastante divertido. Yo me imaginaba la muralla un poco más grande, pero cuando estas allí te das cuenta de que no es necesario ya que se encuentra en la cresta de la montaña lo que hace de "muralla" natural también. Lo impresionante es que aún se puede ver la muralla en montañas que se encuentran a kilómetros de distancia, incluso en las cimas más escarpadas. Estamos hablando de una muralla de unos 7.000 kilómetros que defendía de las invasiones de los pueblos mongoles del norte.

Es una ciudad altamente recomendable para visitar, donde además de visitar los lugares turísticos también es interesante adentrarse en los barrios típicos de Beijing, los Hutong, donde sin orden ni patrón, callejuelas se entrecruzan entre sí creando un fascinante laberinto de casas destartaladas. Hou Hai, una zona que tras atravesar un pequeño hutong, llegamos a un lago, donde la orilla esta llena de bares y restaurantes de todo tipo. Yo cené en un restaurante chino bastante tradicional aunque aparte hay un montón de bares de copas estilo chill out con vistas al lago donde merece la pena echarse una cerveza. Hablando de comer, en China la comida esta cien veces más buena que la que se puede encontrar en los restaurantes chinos de por aquí. Para empezar los rollitos de primavera son diferentes....

RABIS
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Llegue al país con una mochila, un seguro para mi estancia, el billete de vuelta y nada más. Por el precio que se paga por un viaje a Australia a un intermediario por 20 días, yo estuve 3 meses. Australia es un país simplemente fascinante, preparado para el tipo de turismo de mochila, ya que la red de albergues y hostales es enorme. Pero ojo, la imagen que tenemos de hostal o albergue cambia del todo en Australia, ya que muchos de ellos tienen piscina, otros son pequeños bungalows, otros están en la misma playa, otros son antiguos moteles... Yo fui con un amigo, Victor, y lo que hicimos fue comprar una furgoneta, una toyota tarrago, y dar una pequeña vuelta al país, 15.000 kilómetros. En Sydney, en Kings Cross hay un parking que tiene un pequeño mercado de coches y furgonetas de segunda mano. Lo bueno que tenía la furgoneta es que en la parte de atrás tenía un colchón y podíamos dormir allí, así cuando cruzamos los desiertos, con echarnos a un lado de la carretera era suficiente. De esta manera pudimos disfrutar de increíbles atardeceres en las rojizas tierras o ver cielos con más estrellas que cualquier lugar del mundo. Como este viaje dio para mucho voy a intentar ser los más breve posible.

La llegada fue a Sydney, la ciudad más increíble del mundo. Nos quedamos en la zona de Kings Cross, que aunque tenga mala fama por la prostitución, es segura, tiene muchos albergues y vida nocturna (world bar, jejeje). La zona del puerto es preciosa, la Opera House, el darling harbour, el barrio de The Rocks, el primer lugar donde llegaron los barcos ingleses con los presidiarios, y lo que se podría denominar la zona vieja. El gran puente de un arco, la city con sus avenidas de rascacielos... algo que merece la pena es subir a la torre de Sydney, el edificio más alto, que desde arriba se pueden disfrutar de las mejores vistas de la ciudad. Más cosas para hacer en la ciudad... visitar las playas, Bondi es la más famosa, pero a mi me gusto Manly Beach, un buen sitio para quedarse unos días o coger un barco y darse una vuelta por la bahía al atardecer.. Otra cosa que podéis hacer si echáis de menos un plato de comida como dios manda es visitar Gure Txoko, la casa vasca donde los domingos suelen preparar siempre algo.



De Sydney, en furgoneta a Adelaida, y de allí a cruzar el país de sur a norte, 3 desiertos, distancias de 1000 km entre pueblo y pueblo, 300 kilómetros entre gasolineras... para que os hagáis una idea. La verdad que conducir por rectas de 20 kilómetros, pasar camiones de tres cuerpos, ver canguros saltando a lo lejos que parecen querer acompañarte... es una sensación difícil de explicar, ya que sabes que estas en medio de la nada, lejos de la civilización... Acostumbrados a esta sensación nos dirigimos a una de las principales ciudades del desierto, Coober Pady, ciudad minera de ópalo. Se dice que en esta ciudad, debido a la tradición minera, los habitantes guardan en sus casas explosivos, pero bueno, tampoco lo pude comprobar. Debido a las temperaturas extremas tanto en verano como en invierno, las casas y algunos comercios están excavados en la tierra para intentar mantener una temperatura media durante todo el año.Según vas penetrando en el desierto y subiendo hacia el norte, empieza a acentuarse el calor y se ven más aborígenes. Estos, la verdad que están bastante marginados por la sociedad, y ellos, tampoco ponen mucho de su parte para integrarse, ya que las ayudas que reciben del estado las utilizan para comprar cajas de cerveza, sentarse en los parques, y bebérselas a lo largo del día (no quiero generalizar ya que hay de todo).

Según nos dirigíamos hacia el norte primer percance-(**edit**)da: la furgoneta se para en medio de la carretera y por lo tanto del desierto, menos mal que fue a 5 kilómetros de una gasolinera y una pareja que pasaba nos remolcó. Desde la gasolinera pudimos llamar a un mecánico que llego al cabo de dos días, lo más largos de mi vida. Mientras tanto tuvimos que matar el tiempo como pudimos en el bar de la gasolinera, dando paseos por el desierto o mirando al canguro que tenían en una jaula en la gasolinera... Uno de estos días tuve una conversación muy interesante con un granjero que vivía cerca de la gasolinera, le pregunté si había muchos canguros (topicazo) y me dio una respuesta que me era familiar: Esto esta lleno de canguros, a veces cuando me aburro salgo con el jeep y la escopeta a pegarles tiros; justamente como en la película Cocodrilo Dandee.

Bueno al final llego el mecánico y total que nos habíamos quedado sin gasolina... estaréis pensando, vaya par de gilipollas, mira que no darse cuenta..., pues no, el indicador de gasolina estaba roto, ese fue el problema. Después de este pequeño percance, pusimos rumbo a Uluru-Kata Tjuta National Park.

Este parque esta compuesto por dos rocas: Uluru y Las Olgas, antiguamente montañas rodeadas por mar. En dos palabras, im-presionante, sobre todo al atardecer ya que toman unos colores preciosos debido al color rojizo de la tierra. Uluru, la imagen más típica del país, es una roca sagrada para los aborígenes, donde se practicaban ritos y hay mucha mitología en torno a ella. Pero a mi personalmente me gustaron mas Las Olgas, donde hay un trekking precioso, que las atraviesa por unos cañones impresionantes, haciéndote sentir que de un momento a otro va a aparecer algún tesoro escondido que ningún aventurero ha podido dar con él, o que va a aparecer un león y te va a comer, bueno en Australina no hay leones, dejémoslo en un canguro asesino.

Aprovechando que estábamos por la zona, nos fuimos a ver Kings Canyon, cañón con una altura impresionante y un pequeño oasis dentro (difícil de creer para estar en medio del desierto), que se visita a través de un paseo-trekking de 4 horas. Alice Springs, la ciudad más importante del desierto, que la verdad no tiene mucho, es un sitio para descansar y tomar fuerza para el viaje que queda hasta el próximo lugar de civilización. Aquí conocimos a un par de chicas que nos enseñaron la ciudad y nos llevaron a un rodeo, con jinetes que montaban caballos salvajes o vaqueros que con un lazo atrapaban a un ternero. Otra cosa que hicimos fue dar un paseo en bicicleta al atardecer por el ferrocarril que en aquellos momentos estaba en construcción y que actualmente une el sur con el norte de Australia.De esta ciudad partimos hacia el norte, territorio de cocodrilos y sabana.

Nuestro objetivo era visitar KAKADU Nacional Park, lugar donde se grabo Cocodrilo Dandee. Nuestra base de operaciones fue Katherine, un pueblito al sur del parque. Allí pasamos un par de días en un hostal maravilloso, con piscinita y todo, donde estuvimos descansando de la larga travesía por el desierto y relajándonos en las aguas termales naturales que había en el pueblo.

Uno de los días aprovechamos para hacer canoas por las gargantas del río Katherine, donde se nos asomó un cocodrilo muy pequeño en mitad de la travesía, alado de nuestras canoas. De todas maneras, cuando en los carteles desaconsejan el baño por que hay cocodrilos es verdad, vale?.Vale.Lo primero hay que tener en cuenta que el parque de Kakadu es tan grande como ¼ de España, por lo tanto cogimos un Tour de 3 días en un todo terreno en el que íbamos con 4 personas más y el guía, que yo personalmente creo que era descendiente de cocodrilo dandee.

El parque esta lleno de cascadas, sabana, ríos de aguas cristalinas, humedales, cocodrilos, canguros, wallabies, restos de aborígenes, lagartos, murciélagos como águilas… lo más parecido a un documental de la dos en vivo y en directo. Una vez acabada la visita nos dirigimos a la costa este, parando un tiempo en Cairns. Esta ciudad es conocida por ser el punto de partida de las excursiones a la barrera de coral más grande del planeta tierra. Toda la zona esta rodeada por selva, por lo que hay montón de lugares para dar paseos y hacer excursiones. Según vas bajando hacia el sur te vas encontrando con un sin fin de lugares que merecen la pena visitar, para lo que nosotros optamos por comprar una especia de paquete que incluía un safari por fraiser island, un crucero en catamarán en las Whitesundays Islands y varias noches de alojamiento, por solo 300 euros.

Whitesundays Islands son unas islas de arena blanca y aguas transparentes que las visitamos en un pequeño catamarán durante 3 días. Era increíble por que parábamos a bucear donde queríamos, a hacer snorkel o a jugar a fútbol en playas desiertas de arena blanca, por cierto el combinado europeo gano al Yankie!!!


Fraser Island que es la isla de arena más grande del mundo la visitamos con un safari con un 4 x 4 que lo conducíamos nosotros. Lo que más me gusto fue un lago que había en la mitad de la isla que era de arenas blancas, con agua dulce y te bañabas con tortugas. Otro lugar en el litoral que me gusto mucho fue Townsville. Tiene un pequeño puerto pesquero muy bonito donde un día a la semana los miembros del club náutico hacen una regata-paseo, en la cual gracias al hostal donde estábamos pudimos participar. En nuestro barco los que iban se pasaron todo el rato bebiendo cerveza y al final casi soy yo quien lleva el barco a puerto sin tener ni idea de pilotar un barco.

Desde Townsville hay que visitar Magnetic Island, una pequeña isla con unas playas preciosas donde las brújulas no funcionan, de ahí el nombre. Al ser parque nacional no se puede acampar pero uno de los días que estuvimos por allí, cuando cayo la tarde, acampamos en una playa de la que guardo un muy buen recuerdo. Levantarnos con el sol, desayunar un coco que la marea lo había llevado hasta la orilla y pegarnos un baño para despejarnos… Otra isla que también me encanto fue Dunk Island, en la cual también acampamos y una de las noches cayó una tormenta tropical que creía que la isla desaparecía. Por último quiero mencionar Hervey Bay, ya que fue aquí desde donde pude avistar ballenas, incluso una salto y al caer fue como si una bomba cayese sobre el agua de todo lo que salpico.

A lo largo de la costa hay otros muchos lugares que se puede parar, como parques naturales con cascadas, un ciento de animales salvajes, entre ellos el famoso ornitorrinco, que por cierto lo conseguí ver, eso si con mucha paciencia ya que es uno de los animales más tímidos que hay. Poco a poco llegamos a Brisbane, donde nos quedamos en casa de un señor que conocimos en Cairns, y la verdad que nos trató de maravilla. Pasamos unos días muy agradables con el y con su familia. Me contó que estuvo en Europa de joven viajando y yo creó que se veía a él de joven en nosotros, por lo que se sentía muy bien ayudándonos. De allí continuamos hacía la Gold Coast, lugar conocido por el surf. Allí estuvimos en varios lugares tales como Surfers Paradise que es como Benidorm pero con distinto nombre, o en Coolangatta, donde puede ver delfines nadando alado de la orilla. En estos lugares pude practicar uno de mis hobbies, el bodyboard, con una tabla que nos compramos en una tienda de segunda mano.

Otro lugar en el que pasamos bastantes días agradables fue en Bayron Bay, pueblo hippie con olas, donde sobre todo hay buen rollo y donde conseguí realizar mi primer 360º sobre la tabla!.

Esta fue la última parada antes de llevar a Sydney, donde puse fin a mi aventura.Antes de acabar tuvimos que vender la furgoneta en un mercado de vehículos de segunda mano, (el mismo donde lo compramos), donde conocimos a un montón de gente peculiar y pasamos unos buenos días con ellos. Antes de partir de vuelta pasamos por Manley Beach y nos quedamos con otro personaje que habíamos conocido en Cairns y pudimos disfrutar de este rincón de Sydney, que esta un poco más apartado de lugares habituarles de visita y donde pudimos disfrutar de las costumbres y de la vida australiana.

Llegados a este punto yo tomé mi avión de vuelta y Víctor continuó su viaje, por lo que le invitó a que lo acabé de contar.

RABIS
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Lo que es la ciudad me pareció preciosa, aunque estuve poco tiempo tengo muchas ganas de repetir.

Tiene un montón de cosas para ver, catedrales, zona histórica, museos...pero sin lugar a duda lo que más me gusto fueron los balnearios. Budapest tiene una gran tradición de balnearios, ya que el país cuenta con muchas aguas termales. Igualque aquí después de trabajar es costumbre bajarse a tomar una cerveza con los amigos,allí es tradición irse con los amigos a un balneario y charlar. La ciudad tiene un montónde balnearios, más o menos unos 15. Los hay antiguos, más modernos, conocidos, grandes,pequeños... de todos los estilos.

Muchos de ellos están en el centro, por lo que es fácilencontrarlos. Yo fui a uno que se llama "Széchenyi furdo", que no se encuentra exactamenteen el centro, si no que hay que tomar el metro y bajarse en la parada que tiene el mismonombre que el balneario. Es un balneario de un estilo muy sobrio, de los mayores de Europa,que recuerda los tiempos de Sissi Emperatriz. Lo bueno de este balneario, como de muchosotros de la ciudad es que abre todo el año y hasta tarde, por lo que uno puede disfrutardel placer de estar en una piscina al aire libre, con el cielo estrellado, el ambiente frío,incluso nevado, pero caliente dentro de la piscina con chorros que te masajean la espalda,una auténtica gozada. Aparte de la zona exterior también tiene una zona interior concircuitos de diferentes tipos de piscinas, saunas y baños de vapor. Tanto fuera como dentro,las piscinas tenían unos circuitos con corrientes, que dejándote muerto, te arrastraban deuna forma muy divertida.

Pero esto se podría mejorar si te dejasen tomarte una cerveza, sentado en el agua caliente,mientras observas el humo que sale del agua debido al contraste con el frío que hace fuera.

Cuando vuelva, lo que voy a hacer es: por la mañana ver la ciudad y cada tarde ir a unbalneario diferente, además es lo aconsejo a todo el mundo que vaya. No penséis que escaro, todo lo contrario, esta muy bien de precio, lo mismo que bajarse tomar unas cañascon los amigos.
En cuanto a la ciudad, la primera imagen que me dio, comparándolo con la vecina Praga, esde una ciudad más cosmopolita y más moderna, aunque el dato que me dieron me choco bastante,Praga tiene más renta per capita que Budapest. Una peculiaridad del país es el idioma,el Magiar, que es un idioma de procedencia desconocida, como el Euskera, que suena muy raro,y hablan mucho para decir poco.

El nombre de Budapest viene de la unión en 1873 de las dos ciudades que estaban a ambos ladosdel Danubio, Buda y Pest. De esta unión surgió lo que actualmente conocemos como Budapest.Esta ciudad ha pasado por las manos de los Romanos, Magiares, Turcos, Alemanes y finalmenteRusos. En Buda podemos encontrar en lo alto de una colina, el antiguo castillo que defendióla ciudad de ataques de pueblos invasores, así como el casco medieval. A este conjunto medievalse puede acceder a pie o bien mediante funicular, desde el cual se pueden observar unasmaravillosas vistas de la ciudad. Los puntos importantes del castillo, declarado patrimonio dela humanidad por la UNESCO, son la zona del bastión de los pescadores, la catedral deNuestra Señora y el antiguo parlamento. Así bien, esto no es todo, ya que además cuentacon bastantes casas barrocas y puertas góticas que sobrevivieron a la segunda guerra mundial,ya que la mayor parte del castillo fue arrasado por Hitler.

El bastión de los pescadores es original de las tribus que fundaron la ciudad, y son varias
torres de vigilancia unidas por una muralla en blanco impoluto que parecen sacadas de la películadel señor de los anillos. La verdad es que la zona es muy bonita para darse una vuelta, callejearun poco y disfrutar de la zona. Desde aquí se puede observar el imponente edificio Neo Góticodel Parlamento, que nos indica que ya estamos en Pest. En esta zona se encuentran la mayoría delos edificios del gobierno, museos, galerías de arte... Esta zona apenas conozco ya que estuvepoco tiempo en la ciudad y tuve que elegir que ver y que dejar para otraocasión. Si alguien conoce esta zona, que nos cuente un poco que se puede hacer y que se puede ver.

Por cierto una de las cosas que me quede con muchas ganas de ver es un parque que le llaman elparque de las estatuas, por que en el se encuentran, a modo de cementerio, las estatuas comunistasque unos años atrás mostraron la grandeza del comunismo en esta ciudad.

RABIS
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