India a nuestro aire. Nos lo pasamos como los indios. Julio 2011 ✏️ Blogs de India

Hemos planificado varios de nuestros viajes gracias a la inestimable ayuda del foro losviajeros.com y, por eso, queremosrevertir algo de conocimiento al foro, publicando este diario.
Muy temprano salimos de Madrid. Todos los vuelos internacionales los hacemos con KLM. Salimos en hora y por alguna extraña razón llegamos a Schipol con media hora de adelanto, así que toca esperar. El vuelo sale a las 11:20, puntual y dura unas 7,5 horas. Llegamos incluso antes de tiempo a New Delhi.
Lo primero que nos sorprendió fue que casi todo el aeropuerto está en moqueta, lo cual es un verdadero estorbo para rodar las maletas, pues hay que hacer mucha más fuerza.
Habíamos cerrado por email el transfer gratuito al hotel, The Klove house. Sin embargo nos pusimos a buscar a alguien con un cartel con nuestro nombre y no había nadie. Esperamos un rato y vimos que fuera había más gente con carteles, así salimos. Afuera tampoco estaba nuestro nombre y el guardia de la puerta no nos dejó entrar nuevamente a pesar de nuestra insistencia. A Mario se le ocurrió escribir el nombre del hotel y pasearlo por delante de todos, a ver si así encontrábamos a quien nos debía encontrar a nosotros, ya que vimos que unos cuantos estaban sentados más lejos aparentemente poco preocupados de si encontraban la persona a quien buscaban. No tuvo el efecto esperado pero sí nos sirvió de algo, ya que una señora extranjera que aparentemente se dedica al turismo y estaban esperando a un grupo nos preguntó si estábamos pidiendo precios para taxi a ese hotel. A nuestra respuesta nos ofreció llamar al transfer. Teníamos 2 móviles de esta gente en el email de respuesta pero ninguno contestó. Como alternativa le pregunté si podríamos llegar en metro y dijo que no era seguro a estas horas. Sí, tiene sentido, desde luego. Preguntó a un compañero suyo cuánto costaría un taxi y nos orientó con 250 a 300 rupias, unos 5 y pico euros. Así, decidimos coger un taxi. Preguntamos al que gestionaba las colas de taxi y nos estaba ya montando, cuando nos negamos hasta cerrar un precio. La respuesta fue 900 rupias sin negociación, así que le abandonamos. Con ayuda de gente por allí, que se porto amable, encontramos el prepaid taxi, con precio regulado. Nos cobró 400 rupias y lo cogimos. Era una especie de furgoneta muy pequeña, en la que tuvimos nuestro bautismo con las carreteras de la India. La velocidad es alta y menos mal que los cacharros no andan más. Las carreteras del aeropuerto al centro, que llevó una hora o casi y eso con poco tráfico, esta muy bien, pero la usan como les viene en gana. Los camiones están todos destartalados, los coches parecido, no respetan ninguna señalización, van pitando y estorbándose todo el raro, normalmente sin siquiera espejos y los cruces son muy peligrosos.
Cuando llegamos a la zona del hotel vimos la realidad de esto: parece un barrio muy pobre de una ciudad muy pobre, por cierto con perros vagabundos en gran cantidad y con charcos de aguas muy sucias. En medio, nuestro hotel. Reñimos un poco con recepción y nos asignaron habitación. Nos dieron una de las mejores, supongo que por el error anterior, pero aun asi... No es acogedora, las camas no son buenas y, curioso, estuvimos un buen rato buscando el interruptor para apagar las luces, pues estaba detrás del colchón, tapado por este. Al rato, se fue la luz durante unos diez minutos. Debe de ser frecuente.
Bueno, qué le vamos a pedir, es la India... Creo que este viaje va a ser toda una experiencia, pero no siempre agradable. Lo importante es mentalizarse de ello, ver todo lo positivo que tiene y disfrutarla sin complejos ni aprehensiones.
Son las 01:30 y aunque para nosotros las 22:00, tenemos sueño atrasado.

---

Al final hemos dormido poco pero más o menos bien. Yo soñé que me despertaba y estaba un indio de los que había en el aeropuerto, con su escopeta, su uniforme marrón y su larga barba, sentado delante de la tv montando guardia, de forma que me volví a dormir tranquilo. supongo que el subsconsciente me estaría mostrando que no confía en la seguridad que tenemos aquí. Lo cierto es que, al igual que ya nos ha pasado en otros viajes (Egipto, Turquía, etc) al principio estás desconfiando de todos, muy inseguro, sin saber cómo reaccionar, pero pronto el nivel de alerta va subiendo y ya casi nada te impresiona. Se va notando con el paso de las horas, llegando a estar al final del día ya bastante de vuelta de esto.
Ayer hubo varios cortes de electricidad de noche y hoy parece que se repiten.
Pusimos el despertador para las 8:00. Tras levantarnos empezó a sonar el teléfono con temas varios. Hace un rato lo desconecté tras querernos vender no sé qué.
Poco después estábamos desayunando en el decepcionante desayuno del hotel: un poco de fruta, un poco de no sé qué, un café aguado, nosotros solos... tras esto vino a disculparse el del hotel por el tema de ayer y nos dijo que nos dejaba a nuestra disposición a su chófer para que nos llevase a donde quisiéramos.
Bueno, ya veréis que este es un país donde la gente intenta aprovecharse de uno todo lo que puede... y más. No digo que sea con mala intención. Supongo que el nivel de ingresos no da para mucho y hay muchas bocas que alimentar, pero que lo hacen es seguro.
El chófer asignado empezó a preguntarnos que cuántos días estábamos en la India, que a qué sitios íbamos a ir, que no sé qué. Esas mismas preguntas las oiríamos un montón de veces a lo largo del día. Invariablemente te lo preguntan sin ningún interés más que en ayudarte, incluso un poco ofendidos si les dices que no te interesa y tras el mismo rollo una y otra vez acaban intentando venderte excursiones o algo similar. Siempre se repite la historia. Hoy, unas 5 veces. Un poco más tarde el taxista nos llevó a un sitio donde quería solamente darnos un mapa de la ciudad, free, solo que al rato nos quería vender excursiones y como nos las compramos dijo al conductor que nos fuese a "drop in a metro station".
Muy buenas caras cuando creen que pueden sacar algo de tí pero en absoluto tan buenas cuando no lo consiguen.
Al salir de su oficina y tras expresar nuestra intención de que nos llevasen al Qtub minar, el taxista que trabajaba para él, por su propia cuenta, nos ofreció un precio bastante más barato. Al menos era majo y tras negociarlo, pactamos 4 horas con él para llevarnos a varios sitios, por unas 600 rupias, unos 10 o 11 euros. Lo primero nos llevó a un templo si o no sé qué, que parece que es su religión pues tenía allí a muchos conocidos. El templo no estaba mal y cuando menos era algo curioso y atípico. Al no estar en la ruta habitual de turismo ni siquiera cobraban, cuando en otros templos cobran precios altísimos (para el país). Nos descalzamos, nos dieron un pañuelo para cubrir la cabeza y allí fuimos, por un suelo recién encharcado del monzón, al templo este, donde estaban cantando varios señores con largas melenas recogidas. Al parecer se pasan las 24 horas cantando, turnándose cada hora. Al lado tiene un estanque donde se hacen abluciones.
Tras salir del templo nos llevó a la cocina y una sala grande donde dice que dan de comer gratis a unas 10 a 20000 personas por día. Estaban haciendo la comida en unas enormes ollas.
En general nos gustó, por lo auténtico y atípico. Además el templo no estaba mal.
De ahí nos llevó ya directamente a Qutr Minar, que es un minarete del S XII patrimonio de la humanidad. No dudo de que tiene un enorme interés histórico, pero el paisajístico, etc no es tan grande. Bien, pero no nos encantó. Por allí estuvimos dando un paseo, aprovechando la entrada de 500 rupias entre ambos (unos 9 euros).
Bajando desde allí, ya que está a 15 km del centro, le dijimos que nos dejase un rato en Lodi garden. Es un jardín no muy grande pero bonito, de forma que paseamos un rato. No mucho, ya que tenemos más ética que los indios y no faltaba demasiado para agotar el tiempo, además que ya salió con que le había llamado el jefe y tenía que ir al aeropuerto.
El apartado del tráfico es otro a comentar. En pocas palabras. Es un caos. Se parece al que vivimos en otras ciudades, como Bangkok o El Cairo pero seguramente peor. Miles de coches, motos, camiones y tuctucs apretujados en todo metro cuadrado que pueden ocupar, rozándose entre sí y dando bocinazos de forma continua. Sí, continua. Además no entiendo por qué, ya que si bien en occidente cuando le das un bocinazo a alguien este se cabrea o se disculpa (normalmente se cabrea) estos no se inmutan en absoluto y tan amigos. Creo que es más una rutina que otra cosa. Pero se incluso cuando un peatón está cruzando rápido por un paso de cebra le meten bocinazos todo el rato!! Eso sí, nunca una mala palabra, solo dale que te pego a la bocina. Eso y el volumen de tráfico, con más de 11 millones de habitantes, además del estado de los vehículos configuran una de las ciudades con la atmósfera más contaminada de la tierra (según las estadísticas; no es una apreciación mía).
De Lodi garden le pedimos que nos dejase en Connaught place, la plaza de referencia del nuevo Delhi,con abundantes tiendas y restaurantes occidentales.
Allí nos pusimos a callejear, ver alguna tienda, etc. Al poco entramos a comprar un agua a un McDonalds y ya puestos, decidimos comer allí. Sí, claro que no tiene mucho sentido, por un lado, ir a New Delhi y comer en un McDonalds, pero al menos sabes que hay una cierta seguridad en los alimentos, no te mira todo el mundo raro, hay agua embotellada, quizás la comida no sea tan superpicante... y hay aire acondicionado!!. Es un poco agobiante tener que buscar sitios para comer, por miedo a donde terminas.
Estos sitios no salen nada baratos, pues comimos por unos 8 a 10 euros. Al repetir con la "diet coke" (coca cola light) caímos en que ya habíamos cometido un grave error. Nos habíamos tomado las primeras con cubitos de hielo, como además vienen con tapa... A ver si hay suerte y mañana estamos bien.
Al salir nos encontramos un banco y decidimos cambiar dinero, ya que ayer en el aeropuerto cambiamos sólo lo justo. En ningún país del mundo en que estuvimos tardaron jamás tanto en cambiarnos dinero. El trámite pasó por unas 4 o 5 personas que cubrieron no sé cuantos formularios con nuestro pasaporte (que yo seguía inquieto con la mirada al ser imprescindible para salir del país). Más de media hora después lo conseguimos. Al menos nos hicieron mejor cambio que ayer, a unas 60 rps por euros (ayer 56).
Tras esto paseamos un rato y luego cogimos un tuc tuc para llevarnos a la Indian gate. Para moverse por la ciudad lo mejor son los tuc tuc. Son menos de la mitad de precio que los taxis. De hecho casi media hora te sale por un euro o poco más si lo negocias un poco. Dado su pequeño tamaño se cuelan mucho mejor entre los coches, pero eso sí, el riesgo de accidente es mayor (y alguna vez pensamos que el coche no frenaba a tiempo...) y respiras un aire horrible. Pero dado que la temperatura es superior a los 30 grados y que hay una elevada humedad, en taxi si no te ponen aire acondicionado tampoco se va mucho mejor.
Esta es una zona de la ciudad que es enorme, un poco majestuosa pero poco interesante. Desde Indian gate hasta la sede del gobierno. Unos 3 kms con mucho jardín no muy bien cuidado y muy bien asfaltado. Más que nada era por pasear, aunque con lo que pegaba estábamos deshidratándonos.
Mucho coche diplomático, mucho grupo de indios clase media mirándonos sin quitarnos el ojo pero poco interesante. Tras pensar un rato en qué hacemos, decidimos coger un tuc tuc que nos llevase de nuevo a Connaught place y dar por allí un paseo.
Nos dimos un buen paseo por calles llenas de la típica vida de New Delhi. Cosas que nos sorprendieron fueron varias, como que no vimos una sola vaca, que efectivamente hay mucha, pero mucha gente por los suelos, con harapos, a veces mutilados o deformes, pero con caras de no tener ninguna esperanza en la vida. Los grupos de niños sí tienen esperanzas y te persiguen para que les des dinero, a veces con hermanos menores de menos de un año en brazos.
Me sorprendieron mucho los perros. Hay a montones, tirados por las calles, como los vagabundos. De hecho a veces compartiendo su espacio y exactamente con la misma actitud que ellos ante la vida. Mientras que los perros en España van de gallitos, pavoneándose y amenazando a toda persona o animal que se les cruza, aqui los perros está como sin esperanza, también, con ojos tristes, jamás sin mirarte ni ladrarte, con aspecto de estar cansados de vivir. Por la noche se levantan, por fin, y vagabundean por las calles, cruzándose delante de los coches.
Parece que hay una clase media, que tiene poder adquisitivo, pero también una enorme clase muy pobre, que no tiene más que harapos y que se despiojan entre sí bajo los árboles. Hay muy poca proporción de coches buenos y estos generalmente son Honda City o similares. La mayoría están destartalados y conducen con los espejos retrovisores replegados para aprovechar mejor el espacio. Y eso que son Suzukis muy estrechos y pequeños. Claro que el efecto es que no ven lo que tienen a los lados y se nota. Pero si algo hay que alabarles es los buenos reflejos que tienen todos, al contrario que en nuestro país. Falta les hace.
Tras un buen paseo decidimos buscar donde comer. Y esta vez no queríamos que fuese un Mc Donalds (que en España no frecuentamos en absoluto y en los viajes a veces, sólo por desesperación). Nos guiamos por la Trotamundos, pero la mayoría de sitios que nos recomienda parecen no existir, al menos donde se supone que debieran estar cuando se publicó hace 2 años. Terminamos en Connaught place en un sitio donde nos liaron como siempre y nos llevaron a un patio. Tras insistirles en que queríamos algo barato comimos un noodles thai que estaban buenos pero superpicantes (empezamos a acostumbrarnos) y un pescado a la plancha que no estaba mal, con unas cervezas (increíble, encontramos cervezas en este país de poco bebedores!!, es más, les sirvió como gancho ofreciéndonos 2 al precio de 1) y panes de estos extraños.
La cena estuvo bien y el patio era agradable, pero pronto, sobre las 19 cayó la noche y aquellos empezó a llenarse de mosquitos (que no se descarta que puedan transmitirte cosas extrañas) así que pagamos, negociamos un tuc tuc y nos fuimos al hotel. Ahora son las 23:15, pero cada vez valoro más el poder luego leer estos diarios y recordar experiencias ya olvidadas.

---

Nos levantamos a las 7 y pico. El desayuno exactamente igual de pobre que el de ayer. Lo cierto es que este hotel nos está pareciendo bastante malo. Encima, mientras desayunábamos nos picaron mosquitos, con el riesgo que conlleva.
Poco después salimos del hotel, hoy andando un poco por la calle. Efectivamente las calles de alrededor son demenciales, con mucha pobreza, asustan. Esto lo valoraríamos un poco mejor al regreso, ya que también tiene el atractivo de estar en pleno mercado de Pahar Ganj, que es muy bullicioso. Aún así, el White Klove, tiene una situación mala, especialmente los alrededores, el desayuno es muy pobre, la habitación no tiene ventanas (aunque quizás lo agradezcamos por el ruido), el servicio es malo, nos dieron apenas papel higiénico y no repusieron, el desayuno es muy escaso, la cama no es del todo buena y hoy no vinieron a hacer las camas ni limpiar la habitación, además de la que nos liaron con el transfer desde el aeropuerto. Lo bueno fue que tiene a/a y que no es ruidoso.
Al llegar a la calle principal cogimos un tuc tuc (o motor rick saw). Nos mosqueó un poco que tras cogerlo cambió el conductor y más cuando empezó a hacernos las típicas preguntas que sabemos que llevan a querer vendernos algo que no queremos comprar.
Le habíamos pedido que nos llevase a la gran mezquita, Jama masjid, y nos insistía en que estaba cerrada y que nos venderían unos buenos tour en Connaught place. Tras discutir un rato le dijimos que parase y nos bajamos. A los pocos minutos ya estábamos en otro tuc tuc que esta vez sí nos llevó perfectamente. Desde que entramos en Old Delhi el cambio fue abrumador. El caos se convirtió en caos total, la gente estaba lavándose con jabón en los charcos de la carretera, había gente muy pobre por todos lados, las calles estaban totalmente abarrotadas de gente y muy sucias... En cuanto empezamos a subir las escaleras de Jama masjid vimos que la gente que estaba allí nos miraban todos fijamente. Esto fue lo mismo al entrar en el recinto. Esta es una atracción turística así que no lo entiendo. Parece como si fuésemos los primeros exploradores que llegan a las Indias. Incluso un chico nos pidió hacerse una foto conmigo. Al principio pensé que era una treta para luego hacérsela con Luz, pero no fue así. ¿¿?? Al entrar en la mezquita, una especie de guarda bastante borde nos dijo que teníamos que cubrirnos con una túnica. Bueno, es cierto que llevábamos pantalón corto y sin hombros, pero nos pidió 200 rupias por cabeza (casi cuatro euros) por dejarnos las túnicas que entendimos que deberían devolverse al devolver la túnica, pero no fue así. Sospechoso, pero qué le vamos a hacer.
Así, con esa túnica extraña y los zapatos en la mano dimos unas vueltas por la mezquita. Está bien, pero nos sorprendió mucho más la experiencia y las vistas sobre Old Delhi que el atractivo arquitectónico. Por cierto que vaya elementos que te encuentras en estos sitios. En uno de los laterales un viejete nos exigía que hiciésemos fotos a determinados lugares, riñéndonos si no le hacía caso, y mucho no le hacía.
De ahí bajamos y fuimos andando por Subhash Marg. La carretera es un caos lleno de mendigos y bici rick saws y uno nos persiguió más de 15 minutos para que subiéramos.
Esto es una tónica en este país. O al menos en esta ciudad. ¿Cómo pueden ser tan varas?, ¿Serán conscientes de que así espantan al turista más que lo atraen? Al principio intentas no ser borde, sonreirle y decirle que no estás interesado, pero en cuanto le das un poco de pié, sea con la conversación que sea, ya la tienes liada. Así, acaban consiguiendo que no les mires siquiera y pases por completo de ellos. Y que si alguno, por casualidad, viene con buena intención (alguno, aunque muy pocos, hemos visto) terminas tratándole igual de mal, pero deberían ser conscientes de lo plastas que son y que los turistas queremos que nos dejen un poquito a nuestro aire.
Más adelante cogimos un tuc tuc. Más por que nos llevase a donde queríamos que por necesidad de no ir andando. Aquí no hay prácticamente ningún indicador de en que calle estás y cuando consigues encontrar uno en alguna calle muy conocida, resulta que está detrás de una montaña de basura, o de hierros, o de vete tú a saber qué. Así, es más práctico que te lleve un tuc tuc que buscarlo tú mismo.
Así, empezamos a recorrer el famoso Chandni Chowk, que es la zona de mercadillo más famosa de Delhi. Eran sobre las 9:45 y apenas había tiendas abiertas, con lo que pierde todo el encanto. Supusimos que abrirían a las 10 aunque más tarde pasamos y no había mucha más actividad. Sin embargo esa zona se extiende por otras muchas calles y callejones que sí tenían mucha actividad. Lo peor es que mientras vas caminando por los callejones van pasando cientos de motos, bicicletas, carros e incluso unos cuantos coches y camiones. Como no podía ser de otra manera, todos dando bocinazos entre mareas de gente, con lo que la experiencia es curiosa, divertida, pero también estresante. Además se vendía básicamente comida y cosas para los locales, de forma que tras un buen rato dejó de interesarnos y empezamos a ansiar un poco de tranquilidad.
Así cogimos un tuc tuc, que nos llevó a Humayun tomb. Tras aspirar unas cuantas toneladas de humo de los contaminantes autobuses de Nueva Delhi en esos monumentales atascos que pos suerte pasábamos bastante rápido al ir en tuc tuc, que se cuela por sitios inimaginables, llegamos al remanso de paz que supone la tumba. Restaurada hace no muchos años tiene un enorme jardín muy bien cuidado. A fin de cuentas aqui la mano de obra es barata, así que tener unas cuantas mujeres arrastradas por el suelo quitando hierbajos les sale barato.
Aún así la entra no es barata. 500 rupias, unos 8 euros, entre ambos. Merece la pena. El templo, erigido por la viuda del emperador mogol Humayun, es del S XVI y se supone que fue el inspirador de las cúpulas del Taj Majal. Es muy bonito y cuando estuvimos prácticamente no había más turistas.
Esto es una tónica, ya que nos encontramos muy pocos turistas en Delhi. Y menos españoles, que alguno vimos, pero sobre todo por los mercadillos.
Muy cerca de allí se encuentra el barrio musulmán Nizam-Un-Din. Así, fuimos andando sólo 5 min para llegar a él. El contraste con otros lugares es enorme, empezando por las túnicas blancas que llevan los musulmanes, sus largas barbas, lo altos que son. Por otro lado el barrio está lleno de callejones comerciales que recorres con un poco de aprehensión. A veces cuando paso por estos sitios pienso "Y si a estos les da por venir contra nosotros?" A fin de cuentas tienen mucho en común. Son de la misma religión, son vecinos, etc y tú eres un absoluto extraño en su territorio. Lo cierto es que nos hemos metido muchas veces en esta situación y siempre me sorprende lo tranquila y "buena" que es la gente pobre. No me fiaría tanto en el centro de Madrid como en estos callejones estrechos y sucios en los que podrían hacerte desaparecer en un abrir y cerrar de ojos y no dejar rastro.
Era poco antes de la hora de comer y en montones de casas estaban haciendo la comida para enormes grupos de gente. Hombres descalzos y sudorosos haciendo pan y friendo comida en enormes sartenes. Es un espectáculo, la verdad, poco aproximado a lo que estamos acostumbrados. Muchos callejones era como pasar por medio de las casas, al estar sin paredes algunas de ellas y "vivir" hacia estos callejones. Las propias calles son un continuo mercadeo de todo tipo de mercancías a los vecinos.
Por otro lado, fue un poco alivio ya salir de aquel ajetreo cuando cogimos un tuc tuc que nos llevó a Connaught place, con la intención de comer.
Dimos un montón de vueltas por la plaza buscando sitio para comer y entrando en algunas tiendas. Esta es la zona de Delhi en la que hay unas cuantas tiendas de alto nivel. Tampoco estoy hablando de Cartier en los campos eliseos. Anduvimos bastante por la zona y habremos visto unas 30 o así. En ellas están los indios de clase media-alta. Desde luego nunca dejarían entrar a los demás. Los precios son más bajos, pero no mucho más que en España. De hecho creo que puedes encontrar en rebajas mejores precios en España que aqui. Si tenemos en cuenta que buena parte de la ropa que se vende allí se fabrica aquí no deja de ser curioso.
Finalmente terminamos yendo a comer al Zen, que es uno de los que recomienda la guía. Lo temiamos por caro, pero terminó siendo una estupenda elección. Pedimos unos sandwich que estaban muy ricos, muy elaborados. El local estaba muy bien, muy tranquilo, muy limpio y el servicio muy bueno. Al menos hasta que vimos pasar un ratón por detrás de nosotros, pero incluso este parecía simpático. Con los cafés, 1000 rps, unos 17 euros.
A salir seguimos paseando por la zona, un buen rato. Hacía muuucho calor y en medio de aquellas obras enormes, pasando entre las excavadoras y entre los charcos cloaca, terminamos cansándonos de dar vueltas. Así entramos en un restaurante de los que sirven cerveza (son pocos) y le insistimos en que solo "have a beer, dont have a lunch". Ok, no problem. Aquí las cervezas son, marcas aparte, básicamente de 2 tipos: 33 cl y 65 cl. Nos tomamos una de cada. Kingfisher, que es uno de los mayores emporios de la India, junto con Tata. Cerveza, aerolíneas y no sé cuántas cosas más. Nos quedamos allí un buen rato, disfrutando de la tranquilidad... Y del a/a, dos cosas muy valoradas tras llevar un buen rato por el centro de New Delhi. Finalmente salimos, anduvimos otro poco y cogimos un tuc tuc que nos dejó en Pahar Ganj, tras comprar unos bocatas para la cena, ya que luego nos sería difícil encontrar un sitio donde pudiéramos cenar (sin cenar a lo indio, que podría suponer una bomba para nuestro sistema inmunitario). Este mercado estaba muy animado, con muchísima gente. Como los demás, se ve que es un mercado local pensado para la mayor parte de la población que puede comprar cosas pero a precios bajos. Estos mercados son los carrefour de nuestra sociedad, pero además aqui esa parte de la población, que son la mayoría, hacen la compra todos los días, ya que viven al día y seguramente al momento, consiguiendo dinero y gastándolo sucesivamente.
Así, los productos están enfocados a ellos, pero también hay muchos productos enfocados más a la clase media, con ropa, falsificaciones, etc.
Fue interesante, aunque un poco más de lo mismo. Lo que más sorprende es el ambiente, la cantidad de gente, el caos... Por cierto que aqui aprovechamos para cambiar dinero en una oficina de cambio. No mucho porque desconfiábamos de que no nos metiesen billetes falsos. Vemos que en muchos sitios comprueban los billetes así que riesgo habrá. Sin embargo luego tuvo buena pinta. Nos pidieron pasaportes, nos dieron recibí, etc. Eso sí, en 5 min, no como ayer!! Y a 62 rps por euro. Quizás también está mejorando el cambio dolar-euro.
Después de pasear un rato por el mercado, y ya casi anocheciendo, decidimos volver al hotel. Sabíamos que estábamos muy cerca y aprovechamos para coger un bici rick saw. Nos daba un poco de pena el chico, lo que se esforzaba en pedalear, lo que tenía que pelearse con los demás por que le dejasen pasar y lo mal que le trataban, etc pero a fin de cuentas es su medio de vida y suponemos que utilizarles es mejor para ellos que lo contrario. Le dejamos 30 rps, 10 más de lo pactado.
En ese momento vimos que, efectivamente, el hotel está metido en pleno mercado, para lo bueno y para lo malo.

---