Ruta del Rin ✏️ Blogs de AlemaniaCinco días por la ruta del Rin a nuestro aireAutor: Naamur Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (13 Votos) Índice del Diario: Ruta del Rin
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Etapas 1 a 3, total 6
Este año para la escapada del puente del Pilar organizamos un pequeño viaje a la zona del Rin. Las vacaciones duraban 5 días, desde el sábado 8 hasta el miércoles 12 de octubre. Encontramos un ofertón de Ryanair, en el que el vuelo desde Santander a Francfort-Hahn nos salía por 6,oo€ + tasas, en total unos 12€ cada uno. Es de esas cosas que siempre ves, pero que a ti nunca te pasan y esta vez por fin nos tocaba a nosotros. Para la vuelta, el día 12, en vez de tomar el vuelo directo de Francfort-Hahn a Santander, que salía a las 10 de la mañana y con lo cual a las 12 aterrizábamos en Santander y perdíamos todo el día de vuelta y para colmo tampoco había vuelo el miércoles sino el martes, con lo al final perdíamos dos días enteros, optamos por otra posibilidad que creo que fue un total acierto: a las 6:35 de la mañana cogimos el vuelo Francfort-Hahn - Bergamo, y a las 18.35 de la tarde volamos de Bérgamo a Santander, con lo cual el último día de viaje lo aprovechamos para pasar unas horas en Milán, suficientes para ver un poco el centro de la ciudad . Al hacer la vuelta vía Bérgamo el precio de los billetes no fue tan ventajoso como a la ida, pero tampoco nos salió caro: unos 45€ cada uno entre los dos vuelos. Para los días de viaje decidimos alquilar un coche, la reserva la hicimos por internet 2 días antes en la página de Europcar, de haberlo hecho con más tiempo nos habría salido más barato, pero 116€ por 5 días con kilometraje ilimitado nos pareció adecuado. Las 4 noches de hotel las reservamos todas por internet, unas desde Bookings y otras directamente desde la página del hotel. Acertamos con todos, a excepción del hotel de Trier. Etapas 1 a 3, total 6
Llegó el día de comenzar el viaje. Nos levantamos temprano para ir con tiempo suficiente y no tener que correr por la carretera. Siempre nos gusta ir con el tiempo abundante a los aeropuertos por si por el camino cualquier imprevisto nos retrasa (un pinchazo, un atasco, un accidente...). Así pues a las 7 de la mañana en pie y a las 7.45 on the road rumbo a Santander ciudad. Llegamos sobre las 9 y media, como era día de mercado estaba atestado de coches por todos los lados y estuvimos un buen rato dando vueltas hasta que encontramos sitio para aparcar. Al final lo dejamos en la zona de la comisaría, que no es de pago y aunque la calle no daba del todo buena espina, la cercanía de la policía nos dio confianza para dejar allí el coche aparacado hasta el miércoles por la noche y así evitar pagar el párking del aeropuerto. Esto lo hicimos de esta manera porque era el coche viejo, de ser el que tenemos ahora seguramente o lo hubiéramos dejado en un párking o hubiéramos ido hasta Santander en autobús desde Oviedo. Descargamos las maletas y fuimos andando a la estación de autobuses (15min) para coger el bus al aeropuerto (2€). Llegamos enseguida y nos sentamos a esperar a que saliera nuestro vuelo, pues habíamos llegado con bastante antelación. No sé porque, a la hora de reservar este vuelo había hecho una tontería, no había puesto nuestro segundo apellido en ninguno de los 2 billetes y llevaba varios días preocupadísima por si nos daban la vuelta en la puerta de embarque, ya que Ryanair te especifica que los datos de los pasajeros deben aparecer en la tarjeta de embarque tal cual están en el documento de identidad. Pues bien, aunque el policía tenía cara de pocos amigos, nos dejó pasar sin ningún problema. Uffffffff, respiré por fin. El vuelo salió a la hora prevista 12.25h y llegó con un adelanto de 10 minutos sobre la hora estimada (14.25h). Sólo llevamos equipaje de mano así que nada más que abren la puerta salimos a toda velocidad a buscar el mostrador de Europcar. Allí nos atienden rapidamente y vamos al aparcamiento a recoger el coche. Es un VW Polo nuevecito, con solo 79km, qué suerte, un coche de paquete! Para este viaje nuestro amigo José Ramón, tan amable como siempre, nos prestó su GPS. Es el primer viaje que hacermos con navegador, y claro, alucinamos con la comodidad que supone no tener que estar en todo momento con las narices enterradas en el mapa de carreteras, además de la comodidad en el acceso y la salida de las ciudades. Nos dirigimos al hotel de Mainz (a 40km del aeropuerto) para hacer el check-in y dejar el equipaje. Todavía no estaba abierta la recepción, así que para no perder tiempo el check-in lo hicimos en el cajero automático que hay a la entrada del hotel. El hotel B&B Mainz está a las afueras, es el típico hotel prefabricado con baño de cabina de tren, pero está muy nuevo y limpio y el precio está en la línea de nuestro viaje low cost: 58€/noche. Cominos un par de bocatas en el hotel porque ya era tarde y nos dirigimos al centro de la ciudad. A pesar de ser sábado por la tarde hay que pagar zona azul, así que buscamos una calle en la que no la haya, y la encontramos sin dar muchas vueltas y al lado del centro. Mainz (Maguncia) es una ciudad tranquila y muy agradable para pasear. Las casas son bajas, todo el centro es peatonal y lleno de tiendas (ni un solo local vacío, se nota que hay menos crisis). Mainz es la cuna de Gütenberg, donde nació la imprenta. Visitamos la Iglesia-Colegiata de S. Stephan con las maravillosas vidrieras diseñadas por Marc Chagall, la Rebstockplazt, Kirschgarten, la Casa Zum Aschaffenberg con entramado de madera más antigua de Maguncia que fue construida alrededor de 1500, la imponente mole de la catedral Dom St. Martin y St. Stephan … todo en Mainz guarda un aire de su pasado medieval. Y seguimos callejeando hasta que se hace de noche, cosa que ocurre sobre las 7, bastante antes que en España. Como ya no hay nada abierto y además orbaya, decidimos ir a coger el coche e ir al hotel a descansar. Una vez que oscurece baja bastante la temperatura, pero observamos que eso no disuade a los alemanes de estar sentados en las terrazas tomando algo con toda tranquilidad. Etapas 1 a 3, total 6
Es domingo y no madrugamos demasiado, vamos hasta el centro y aparcamos en el mismo sitio del día anterior. Hoy hace mejor tiempo y volvemos a recorrer todo el centro de la ciudad con sol, todavía nos gusta más que el día anterior. Paseamos hasta el Rin, y antes de marchar nos acercamos a la oficina de turismo para que nos informen un poco de cómo podemos seguir con la ruta. Debo aclarar que yo siempre me documento muchísimo antes de hacer cualquier viaje. Hoy en día con las posibilidades que te ofrece internet puedes llevar todo planificado al detalle y evitar perder tiempo después pensando que ver o adonde ir. En este viaje excepcionalmente no fue así porque hasta unos días antes no sabíamos si podíamos disponer de los días de vacaciones necesarios para el viaje, con lo que al final tuvimos que decidir el destino a última hora y algo pude mirar, pero no tuve tiempo a más. En la oficina de turismo nos facilitan algo de información sobre la ruta del Rin y en base a ella y la reserva que tenemos hecha para esta noche elaboramos el itinerario a seguir. Decidimos seguir el curso del río por la margen derecha. Así pues, nos dirigimos a Eltville, un pueblín pequeño que cuenta con una buena muestra de las casas de entramado típicas de la zona. También tiene unos jardines muy bonitos y un paseo por la orilla del Rin. Muy romántico. Continuamos ruta hacia Rüdesheim, emblema del patriotismo alemán.. El pueblo es muy bonito, pero... super-turístico, riadas de gente por doquier, tiendas de souvenirs, restaurantes, ufff, es que a mí me agobia un poco el turismo de masas. Paramos a comer la currywurst, que es la salchicha con salsa de curry, buenísisma!! Desde el pueblo puedes subir al monumento (de 38 metros de altura que fue erigido para conmemorar la fundación del imperio alemán) cogiendo un funicular o por la carretera, nosotros subimos conduciendo por esta última y cuando llegamos... Ohhh decepción mayúscula, tiene un andamio enorme alrededor y “empaquetado” con unas telas, así que no podemos ver nada y damos la vuelta. Entre Mainz y Koblenz no existe ningún puente para cruzar el Rin, pero no sabíamos que puedes embarcar el coche en una lanzadera que es una plataforma flotante y que hace el servicio de “ferry” para pasar el coche de una orilla a otra. Como desconocíamos este punto hicimos la tontería de dar toda la vuelta hasta Mainz, cruzar el Rin allí por el puente, y remontar el curso del Rín por el margen izquierdo hasta llegar a Bacharach, es decir, casi enfrente de Rudeshein, nuestro punto de partida. Después de esta pifia, y 2 horas perdidas, llegamos a Bacharach. Lo primero que hacemos es buscar el hotel Steeger Weinstube, estaba reservado por bookings (56€A+D). Tuvimos suerte de llegar más o menos temprano, porque en la puerta nos encontramos un cartel en alemán que indicaba que ese día no atendían al público después de las 6 por celebración familiar (después nos enteramos que celebraban la fiesta de cumpleaños de la mujer del dueño). Así que no nos quedamos en la Strasse por los pelos. El dueño del hotel nos recibe, nos entrega la llave de nuestra habitación y se despide hasta el día siguiente para el desayuno ya que le está esperando todo el mundo para empezar la fiesta de cumpleaños. Dejamos el equipaje en la habitación y bajamos de nuevo hasta Bacharach para dar una vuelta por el pueblo. No tiene mucho para ver, el encanto está en pasear por sus calles empedradas, admirar las fachadas de entramado de sus casas, observar los escaparates de las tiendas tradicionales, beberte una copa de buen vino del Rin, etc. El tiempo ese día había aguantado bastante bien, pero cuando estabámos caminando por la muralla empezó a llover. Como no teníamos paraguas con nosotros, fuimos corriendo hasta el coche. De camino al hotel paramos en un bar al pie de la carretera que fue el único que encontramos abierto. Fue genial, era un bar de lugareños donde nadie hablaba ni una palabra de inglés, las camareras eran las típicas germanas que abarcan 5 jarras de cerveza con una sola mano, las cañas baratísimas (para ser Alemania) y las raciones de codillo, descomunales! Después de esto volvimos al hotel y allí nos encontramos que la calefacción la habían apagado en algún momento desde que nos fuimos y en la habitación hace bastante frío. Nos echamos a dormir, dando por terminado el día. Etapas 1 a 3, total 6
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