Praga, Viena y Budapest: ciudades imperiales por libre. ✏️ Blogs de Europa Este

Para mi viaje por estas ciudades usé muche información de este foro. Ahora quiero devolver el favor en forma de diario. Espero que pueda servir de ayuda para quienes estén pensando en visitar estas tres maravillosas ciudades.

Para preparar el viaje solicité a las oficinas de turismo correspondiente mapas y folletos. A los pocos días recibí en mi casa la información, excepto en el caso de Budapest, que me comunicaron que ya no trabajaban con folletos en papel y me enviaron información en word y pdf.

spain.czechtourism.com/
www.austria.info/ ...69198.html
www.hungriaturismo.com/

Volamos hacia Praga con wizzair (92,99 € por persona).

Todo correcto, vuelo muy puntual. Para el traslado hacia el hotel, debido a que llegábamos sobre las 12 de la noche, teníamos contratado el servicio de transfer a través de la misma compañía (10,50 € por persona). Recogimos las maletas y nada más salir, ya estaba el conductor esperándonos con un cartel con nuestros nombres. En la furgoneta íbamos con otros viajeros con los que compartimos risas nerviosas: menuda manera de conducir que tenía el checo.

Llegamos al hotel: Plaza Alta (165 €, cuatro noches con desayuno) .

Cogimos este hotel a través de Voyage Privé. La primera impresión fue decepcionante ya que se supone que es un cuatro estrellas y la realidad es otra: el baño, pese a estar limpio, olía raro, los muelles de los colchones se notaban, el café del desayuno es el peor que he tomado en mi vida…El personal, eso sí, fue bastante amable (incluso nos imprimieron las tarjetas de embarque). El hotel está alejado del centro pero bien comunicado con los tranvías 5 y 12 (en poco más de 5 minutos estás en Malá Strana) En definitiva, el hotel no me parece mala alternativa si se busca alojamiento económico, pero un cuatro estrellas no es.

Como ya era muy tarde y no teníamos cómo ir al centro decidimos descansar para aprovechar bien el día siguiente.

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Nos levantamos, desayunamos en nuestra cafetería mexicana (sí, el desayuno buffet se servía en un mexicano con música de Julio Iglesias, además) y salimos a explorar la ciudad.

Primer inconveniente: no tenemos coronas, ni medio de transporte para llegar al centro. Al ver el cambio que aplicaban en el hotel decidimos ir dando un paseo hacia la estación de metro Nádraží Holešovice y allí comprar los bonos de transporte pagando con tarjeta. Durante el paseo pudimos ver la Praga no turística: bloques de edificios feos, zonas verdes descuidadas y pintadas, muchas pintadas en los edificios.

Compramos el abono de 72 horas (310 coronas, algo más de 12 €). Ojo, hay que validarlo sólo la primera vez que lo uses y sirve para metro, tranvía, autobuses y para el funicular del monte Petřín. Por cierto, en tres días que estuvimos no vimos ni un revisor, pero merece la pena adquirir un bono y utilizar con tranquilidad la red de transporte.

Una vez que llegamos a Staré Město fuimos a cambiar euros por coronas en el sitio más recomendado en el foro: Exchange en la calle Kaprova. Entregué el cupón que puedes imprimir desde la web, con el que supuestamente te mejoran el cambio. La verdad es que no sé si sirvió para algo, ya que el cambio que marcaban era el que me aplicaron (no sé si me descontaron alguna comisión).

Para el primer día teníamos planeado hacer un tour “gratuito” con Sandemans. Ya lo hemos hecho en otras ciudades y siempre quedamos contentos, así que repetimos. En la web podéis ver el recorrido del tour, durante el cual te van contando brevemente y de una forma muy amena la historia de la ciudad (defenestración!).

Al finalizar el tour, si te ha gustado, le das al guía lo que consideres oportuno y la verdad es que en todos los que he estado la gente paga gustosamente porque se pasa un rato (3 horas) muy agradable.

Después del tour comimos en un KFC y nos fuimos a descansar al hotel.

Plaza de la ciudad vieja


Ya por la tarde nos dedicamos a pasear sin rumbo desde Malá Strana hasta pasando, claro, por el Puente de Carlos.

Había varios sitios curiosos que queríamos ver y mira por donde que los fuimos encontrando sin buscarlos. Uno de ellos:

La calle más estrecha ¿del mundo? con su semáforo

El paseo por el Puente de Carlos es muy agradable, siempre está a rebosar de gente, turistas y artistas se mezclan a lo largo de su recorrido. Vimos la estatua de San Juan Nepomuceno y, por supuesto, nos hicimos la foto de rigor “pidiéndole un deseo” (en realidad no pedimos nada, porque no teníamos claro el "funcionamiento" )


En Staré Město nos dedicamos a callejear sin rumbo y de nuevo encontramos otra de las cosas “curiosas” que queríamos ver: el hombre colgado de una viga.


La verdad es que callejeando te encuentras cosas de lo más variopintas:


Cuando ya estábamos cansados de andar fuimos a cenar.


Ya había leído en el foro las licencias que se toman algunos camareros en Praga a la hora de cobrarte, como no darte la cuenta y decirte sólo el importe, no devolverte la vuelta en concepto de propina, aplicarte otro precio por ser turista… Así que llevábamos una serie de restaurante seleccionados aconsejados en el foro. Uno de ellos es el Ferdinanda de Malá Strana. En su web podeis ver la carta (en español!).

Un entrante (una especie de fiambre ), dos platos (bistec de cerdo con mantequilla de hierbas y una ensalada de pollo y mostaza) y dos cervezas de medio litro...poco más de 14 euros. Como la propina no estaba incluida (aunque tampoco era obligatoria) pagamos 400 coronas (16 euros) y nos fuimos tan contentos por haber comido tan rico y tan barato. Un diez para Ferdinanda.

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En el segundo día las cosas no salieron como teníamos previsto. Para nada.

Nuestra primera parada del día pretendía ser el Castillo de Praga. Llegamos a Malostranská y allí cogimos el tranvía que sube al castillo, el número 22. Todo muy bien, hasta que nos dimos cuenta que el castillo se alejaba cada vez más ¡Lo habíamos cogido en sentido contrario! El caso es que, como el tranvía estaba lleno de turistas, allí seguimos hasta que se bajaron y nosotros les seguimos. Y de repente, sin pretenderlo, estábamos al pie del monte Petřín haciendo cola para el funicular:


Una vez arriba (ojo, segunda parada del funicular, la primera te deja a mitad de camino) fuimos a buscar la Petřínská rozhledna, es decir, la Torre Eiffel de Praga.


Por cierto, nos comentó el guía del día anterior que a los checos le gusta bromear con que su torre es más alta que la de París… si contamos la altura del monte claro

Se puede subir a la torre, nosotros teníamos la intención de hacerlo, así que nos pusimos a la cola y de repente

-¡Oh! Mira una máquina expendedora!
-¡Seguro que se puede comprar la entrada ahí!
-¡Voy a ver! Mmm 50 coronas, tengo suelto. (inserto dinero y saco ficha) Anda, que gracioso, la entrada es una moneda con la imagen de la torre!
-¡Venga saca otra!

Nos costó 10 segundos más darnos cuenta de que estábamos comprando una especie de monedas conmemorativas (las hay de más atracciones) y no la entrada. Total, que nos dio tal vergüenza que nos largamos de allí entre risas y esta vez bajamos andando. La verdad es que merece la pena subir al monte, hay una vista preciosa de la ciudad y es un lugar muy tranquilo.


Durante la bajada estuve buscando el monumento a las víctimas del comunismo. Había visto fotos en otros diarios de viaje y me llamaba mucho la atención. Pero no hubo suerte… en ese día (no está dentro del monte sino a los pies).

Esta vez cogimos el tranvía 22 en el sentido correcto y fuimos al castillo. Tuvimos suerte, porque nada más llegar pudimos ver el cambio de guardia.

Se puede visitar parte del castillo sin necesidad de comprar entrada. Nosotros, como no íbamos muy bien de tiempo y tampoco somos de verlo todo, lo hicimos así (aunque me quedé con ganas de ver el callejón del oro).


Después de la visita fuimos a comer, de nuevo, a uno de los lugares recomendados en el foro: Ristorante Carmelita Económico, pizzas muy ricas y sin sorpresa final en la factura.

Para bajar la comida, dimos un paseo buscando el Muro de Lennon.


A pesar de no ser más que un muro lleno de grafitis nos gustó mucho, por su colorido, por su historia, por ver que años después la gente sigue pintando.


Después de eso fuimos a descansar.

Por la tarde pretendíamos visitar el cementerio judío y las sinagogas. Y otra vez se nos torcieron las cosas: el cementerio cerraba a las seis así que nos tocaría dejarlo para la mañana siguiente (día en el que pretendíamos visitar Terezin y que al final cancelamos). Así que fuimos a la plaza de la ciudad vieja, y aprovechamos para ver el desfile de figuras del reloj astronómico.


Después del desfile (y del canto del gallo) aparece un trompetista en lo alto de la torre para anunciar el cambio de hora. Es un momento muy especial, todo el mundo aplaude cuando finaliza. Os dejo un video (no es mio!).

Más tarde fuimos a ver a Fred y Ginger o, lo que es lo mismo, la Casa Danzante.


La última parte del día la dedicamos a pasear por Nové Město, una zona de Praga mucho más moderna. Pero se nos puso a llover, nos calamos, se hizo de noche y hacía frío, así que la visita duró poco. Y así finalizó el día en que no dimos pie con bola en Praga .

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