London Calling (7-10 de abril de 2012) ✏️ Blogs de Reino Unido

Plantearme la opción de salir al extranjero era algo que me llamaba mucho, sobre todo en escapadas de tres o cuatro días. Teníamos mucho camino por andar y ciudades a las que ir, París sería una opción que barajaríamos para el año siguiente, pero aquí la opción por la que nos decantamos era Londres, por ser un sitio del que me habían hablado muy bien, cosmopolita como ninguno, y que igual me servía para practicar un poco mi inglés (aunque cuidado que allí es su lengua nativa y hablan a tal velocidad que es más difícil entenderlos que en cualquier otro país donde tampoco es su primer idioma ).

Así que lo primero que quise hacer fue ir a la Agencia de Viajes unos dos meses antes del viaje, para ver las opciones de fechas que teníamos dentro de Semana Santa y barajar la mejor opción de precio siendo algo digno para alojarnos.

¿POR QUÉ POR AGENCIA DE VIAJES?

Cada cual se conoce a sí mismo y los riesgos que quieren asumir, y yo cuando salgo al extranjero soy un poco cobarde, por lo que prefiero ir con las garantías. Y eso que soy de Castilla y León y teníamos con Ryan Air vuelos directos hacia Stansted... Pero ya no es el hecho de la lejanía del aeropuerto del centro de Londres, y el que se tarde casi dos horas en llegar, sinó el hecho de no saber muy bien por donde buscar un hotel en Londres medianamente decente, ya que sabíamos por referencias que si no afinas bien puedes tener malas experiencias con el alojamiento y no estábamos dispuestos a que eso nos "fastidiase" las vacaciones.

Así que fuimos a la agencia y tras exponer nuestras necesidades, en las que queríamos estar tres noches en Londres, nos ofreció una serie de vuelos desde Barajas y nos acabamos decantando por uno que salía desde Madrid a las 7:50 de la mañana (tocaría madrugar, pero también tendríamos más tiempo para visitar cosas) y otro de vuelta a las 17:00 h., hora inglesa, ambos de Air Europa.

Llegábamos además a Gatwick, el segundo en importancia de Londres y situado al sur, mucho más cerca que Stansted, aunque también mucho más pequeño y alejado que Heathrow (que me parece que a allí solo opera Iberia, la cual es más cara).

Pero el tema más importante era el del alojamiento, y después de valorar opciones, nos quedamos con una de las más baratas, la del hotel "Comfort Inn Hyde Park", que estaba situado al lado de la avenida Bayswater, que es una continuación de Oxford Street y continúa hacia Notting Hill. Es decir bastante céntrico.

Todo ello después de visitar páginas como Tripadvisor para sondear la información. Avisados estábamos de que la habitación era pequeña, pero a la vez con suficientes comodidades para estar a gusto y sabiendo que solo la íbamos a pisar para dormir. Además teníamos derecho al desayuno, lo cual es muy importante en sitios como Londres donde sabes que no vas a comer bien esos días.

Lo mejor el precio. 350 euros la habitación doble, con lo que sumado los billetes, no pagamos más de 400 euros, incluyendo los seguros de viaje que quisimos hacer aparte para ampliar las coberturas ante imprevistos.

OTROS PREPARATIVOS

Como salía pronto el avión desde Barajas, también quisimos reservar hotel para dormir cerca del aeropuerto. Habíamos valorado la opción de salir desde un pueblo que teníamos casa a una hora de Madrid, pero aún así nos parecía que suponía madrugar mucho y luego llevar el coche.

Así que nos dejamos guiar por la agencia y reservamos en uno llamado el "SHS Barajas" que también ofrecía la opción de dejar el coche en su parking de larga estancia. Lo cierto es que es de lo poco en lo que me ha fallado la agencia de viajes ya que el hotel no nos gustó mucho la verdad, aunque eso lo comentaré más adelante. El alojamiento esa noche me salía por 45 euros y sumándole las cuatro noches del coche, subía hasta los 72.

Lógicamente tampoco contratamos los traslados de Gatwick a Londres porque saldrían por un ojo de la cara, y además estaba bien conectado por tren, llegando a la estación Victoria, en pleno centro y cerca de Buckingham Palace y desde allí ya te podías mover bien en metro. Aún así, al final fui de los que piqué y compré el billete por internet en el tren más caro, el "Gatwick Express", que si bien va directo a Londres sin paradas, es mucho más caro, y por dos billetes de ida y vuelta acabé pagando 71 euros. No es una opción que recomiende en absoluto.

Bueno, eso es lo que hice con tiempo. Comprar los billetes de tren e imprimirlos, para tenerlo ya hecho.

LAS LIBRAS Y LAS OFERTAS 2X1

Sin duda una preocupación añadida es la de la moneda y queríamos ir con el tema resuelto desde España. Es por lo que encargamos libras a nuestro banco. Seguro que también aplican comisiones, y a mí me las vendieron creo que a unas 0,88 libras por euro, pero seguro que se quedan menos que en otras opciones.

El tema es que ésto hay que hacerlo con tiempo, ya que no suelen tener libras en las oficinas y hay que encargarlas. A mí me tardó una semana en llegar.

Encargué 150 libras, y el del banco intentó emplomarme más, llegándome a preguntar , "¿no te serán pocas? y le contesté, "no te preocupes, que llevo también euros y si me quedo sin libras, cambio allí" También intentó emplomarme una tarjeta de crédito con la escusa de que mi tarjeta de débito igual en el extranjero me daba problemas, pero vamos, que ya había ido a otros sitios y había podido comprar con ella sin problemas.

En cualquier caso, lo dicho, creo que es mejor llevar el tema resuelto desde España y así no te tienes que preocupar.

Ya solo quedaba informarnos un poco de lo que había que callejear y visitar por Londres, así que a ello fuimos. En primer lugar saqué una guía que había en la biblioteca de la Escuela de Idiomas, con su plano, que nos serviría para varias cosas por allí.

Y navegando por internet, encontré las "Ofertas 2x1" que consigues muchos monumentos imprimiéndote unos bonos y presentándolos en taquilla junto con un billete de la compañía estatal de trenes (¡ojo! no valen tickets del metro, tiene que aparecer el logotipo de la compañía). Dentro de estos bonos entraban atracciones interesantes como el "London Eye" o la "Torre de Londres", así que tirando de impresora, y allí ya decidiríamos si nos interesaba algo.

La campaña se llama en sí "2for1 London" y se accede a los bonos desde una página llamada "Days Out Guide" dependiente de la "National Rail" (la compañía de trenes): www.daysoutguide.co.uk/

¡Ojo! en las últimas veces que he accedido, pone que el día 30 de abril de 2013 finaliza la promoción en el London Eye.

Así, teniendo ya más o menos todo preparado, los bonos, billetes, etc., llegó el día de ir a Londrés. También era conveniente ver las previsiones meteorológicas para hacerse una idea de qué llevar en la maleta; y malas noticias... Iba a llover y hacer viento al menos algún día. Así que a meter un paraguas.

Estamos a 6 de abril de 2012, Viernes Santo, y nos encaminamos ya a Madrid, donde pasaremos la noche, debido al horario del vuelo.

"SHS HOTEL AEROPUERTO"... TODA LA PINTA DE UN MOTEL AMERICANO


Curiosamente después de una semana revuelta en lo climatológico, el día estaba siendo agradable y soleado, tanto que se podía ir incluso casi de manga corta, aunque una chaqueta tampoco sobraba Tiramos de coche y entrando por la A6 llegamos a Madrid, para posteriormente seguir por la M40 y otra series de carreteras, para cortar la A2 a la altura de Coslada.

Mucho cuidado, porque la entrada al hotel es un poco lío. Está en una vía de servicio paralela a la A2, pero en dirección Madrid. Es decir, si vas en dirección salida hacia Zaragoza, tienes que hacer un cambio de sentido sobre el kilómetro 15. Tras cruzar la autovía por encima te vas a encontrar por encima con el Carrefour y el Aquopolis de San Fernando de Henares, y desde allí está ya la indicación para el hotel. Nosotros llegamos sobre las 20:00 h.

El panorama no es halagüeño en cuanto llegas, ya que da la impresión de que está en medio de la nada, al lado de la autovía, pero sin poblaciones cercanas.

Nos encontramos con que el hotel constaba de varios edificios de dos plantas y una gran explanada plagada de coches aparcados.

Tras llegar, coges un tickét donde una barrera para entrar en el recinto del hotel, que te servirá de justificante para la estancia. Posteriormente bordeas el edificio principal y llegas a la recepción, donde normalmente hay espacio donde poder dejar unos minutos el coche mientras te registras, coges la llave y dejas las maletas en la habitación.

En mi caso, nos atendieron y nos explicaron el funcionamiento del traslado mediante autobuses "shuttle" al aeropuerto, que salía cada media hora, y nos facilitaban un número de teléfono al que llamar cuando llegásemos de vuelta para que nos fuesen a buscar. Eso es lo mejor del complejo, ya que ese servicio es muy competente.

Lo que no era tan bueno, era que el vuelo a Londres salía a las 7:50 horas, y al ser un vuelo internacional tenía cierto miedo y cómo nos recomendaban que estuvíesemos al menos 2 horas antes en el aeropuerto, nos apuntamos para el bus de las cinco de la mañana. Mi novia casi me mata cuando escogí la hora , pero también era de la opinión de ir con tiempo de sobra y sin estrés.

También aproveché para rellenar la ficha para el párking, reservando tres días de estancia, lo que me suponía 24 euros; un precio que no estaba nada mal. Sin más, nos dieron la llave (llave tradicional, no tarjeta) y nos explicaron que la habitación estaba en uno de los edificios separados del principal.

Ante ésto, decidimos ir a dejar el coche primero aparcado. Había sitio de sobra, pero ante la gran cantidad de coches que había (parecía un hormiguero) te da miedo en cierta manera que alguien te pueda dar un golpecito o similar. Por mucho que sea "aparcamiento vigilado" es algo que te puede ocurrir en un sitio tan masificado.

En esa zona de párking podíamos ver los aviones aterrizando, ya que estábamos realmente pegados a una de las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Barajas y los aviones pasaban ya a baja altura justo por encima nuestra. Ahora bien, al ser aterrizaje, el ruido no era nada molesto.

Y ya fuimos a tomar posesión de la habitación... ¡¡Y sorpresas!!

Según llegamos al edificio que nos correspondía la imagen era la más típica de un motel de Estados Unidos, parecido por fuera al de la serie "Me llamo Earl" . Planta baja y primera, y para subir, había que hacerlo por una escalera exterior, por donde accedías a un pasillo con una barandilla, hasta que llegabas a tu habitación, cuya puerta se veía desde el exterior.

Por cierto, la puerta metálica y blanca que abrimos con la llave. Luego entramos y la habitación no estaba nada mal, amplia, con una cama grande y cómoda, su televisión y mesita. Y el cuarto de baño al que se accedía por otra puerta metálica, que estaba bastante completa. Eso sí, la tele tenía muy pocos canales. Pero por dentro la habitación estaba bastante bien.

No obstante, llamadme exquisito, pero el exterior del edificio y el entorno son detalles que casi me invitan a no repetir a pesar que veo que en sitios como "Tripadvisor" tiene muy buenos comentarios. No hay nada alrededor para pasear ni ir a cenar (eso ya lo sabíamos), y lo del acceso tipo motel a las habitaciones no me gusta.

Aparte si vas cargado de maletas, la escalera por la que subes no es muy recomendable que se diga...

A CENAR Y A DORMIR (QUE HAY QUE MADRUGAR)

Con todo ya ubicado, el coche aparcado e instalados en la habitación, sacamos los bocadillos que llevábamos preparados, ya que sabíamos que allí no había nada para cenar, al margen de lo que te ofreciese el hotel, que tampoco es que lo quisiésemos saber.

Así que bocadillo, fruta y botellín de agua para cenar con mucha tranquilidad. Posteriormente , a ver un poco la tele (recuerdo que ese día echaban "La hora de José Mota") y a dormir pronto, ya que al día siguiente había que levantarse sobre las cuatro y media, una hora "terrible".

👉 Ver Etapa: 0-Preparativos previos y noche anterior en Barajas (viernes 6 de abril de 2012) ⏫ Volver arriba Compartir:

La noche antes de un viaje como tengas que madrugar y estés pendiente del reloj, casi ni duermes. Y en esa ocasión no fue una excepción.

A eso de las cuatro y media de la mañana nos levantamos, porque en apenas tres horas estaríamos volando hacia Londres y queríamos llegar dos horas antes por recomendaciones. El caso es que sin haber desecho apenas la maleta y tenerlo todo preparado para asearse y vestirse rápido, tardamos muy poco.

Eso sí, insisto en que el hotel no es nada operativo para cargar con las maletas. Como vayas cargado, tienes que tener mucho cuidado al bajar la escalera del "motel". Y nosotros tuvimos que bajar con un poco de cuidado. Un paso en falso supondría fastidiar las vacaciones en Londres.

Después de caminar un poco llegamos al edificio principal del "SHS Hotel Aeropuerto", donde está la recepción, para entregar la llave e ir directamente hacia el microbús "shuttle" de camino a Barajas. Eso sí, id con tiempo de sobra, porque se pueden dar situaciones surrealistas como una persona rusa que estaba delante mía en la cola y que no se estaba dando a entender, tardando un poco.

Al final, entregamos la llave y me aseguré de que llevaba apuntado el teléfono móvil al que debía llamar a la vuelta para que nos fueran a buscar. También a esa hora, sobre las cinco de la mañana, estaba ya en servicio lo que se llama el "Shuttle breakfast", que no es un desayuno como tal, sinó un café y un dónut para que vayas matando el hambre cuando madrugas.

Nosotros lo descartamos. No era barato y para eso ya desayunaríamos en condiciones antes de embarcar.

Así, a eso de las cinco y diez nos subimos en uno de los microbuses que había al efecto de trasladarnos al aeropuerto y donde nos habíamos apuntado. Ese servicio es de lo más eficiente y tras salir del hotel y enfilar la A2, en apenas cinco-diez minutos, llegamos a la Terminal 1 de Barajas, que era desde donde salíamos en esta ocasión y era el primer punto de parada del microbús.

Ya estábamos allí y ahora comenzaba la cuenta atrás para llegar a Inglaterra.

AEROPUERTO MUY CALMADO Y POLICÍAS NACIONALES CON CARA DE "VAYA COÑAZO QUE NOS HA TOCADO"

Así a las cinco y media estábamos ya en la T1 de Barajas y en la misma entrada nos encontramos ya con los mostradores de "Air Europa", que aún estaban cerrados Mi novia casi me mata por el madrugón.

De lo malo tampoco había mucha gente haciendo cola, y queríamos hacer el Check In de los pronto para luego no tener problemas de estar en sitios separados en el avión o parecido. Aún así tuvimos que esperar un rato a que llegase el personal de la compañía a abrir los mostradores con bastante parsimonia. Vamos, que te asustan con lo de que es muy conveniente que en vuelos internacionales estés dos horas antes, pero si el vuelo en este caso salía a las 7:50, estoy por asegurar que casi eran las seis cuando abrieron el mostrador.

Aún así no os creáis que sobra tanto tiempo, porque el embarque era sobre las siete y cuarto, creo recordar. Pero tampoco para ir apurados, ni mucho menos.

El aeropuerto estaba medio vacío realmente y ya nos decidimos a ir a la zona de embarque y pasar el arco de seguridad. En el camino nos encontramos con la primera sorpresa que no contábamos, pero que tampoco supuso un inconveniente ni mucho menos.

Teníamos que pasar un control de DNI de la policía nacional. Reino Unido no tiene ratificado el "Tratado Shengen" y por ello aunque seas ciudadano de la Unión Europea te van a controlar la documentación cuando entres en dicho país. Y la policía se encarga de comprobar si vas con todo en regla, y ese era realmente el motivo por el que salíamos de la T1, ya que allí está el control policial.

Me dio cierta pena de los dos chicos que estaban allí, bastante jóvenes, diría que de prácticas o con poco tiempo en el cuerpo de policía, que estaban con cara de aburrimiento, intentando entretenerse con lo que podían, ya que les había tocado hacer la noche allí y no parece que pasase mucha gente. Nos miraron el DNI, que no estuviese caducado y a continuar (eso ya es algo que nos insistieron en la agencia, que tuviésemos la documentación al día), y realmente no te tienes que preocupar, ya que necesitas el DNI para cualquier vuelo y para ir a Inglaterra a pesar de los controles no te exigen pasaporte.

Después de ese control, ya llegamos al arco de seguridad, donde tampoco había mucha gente y lo pasamos rápido. Y ya a buscar un sitio para desayunar cerca de la puerta de embarque. Lo encontramos y de paso ya nos clavaron por desayunar un café con leche y unas tostadas con mantequilla y mermelada.

Con toda calma ya nos dirigimos a la puerta de embarque y no tardaron en llamarnos, fue bastante puntual con todo el protocolo habitual en la cola.

Luego ya lo habitual en el avión, la charla de seguridad y listos para el despegue. Estaba amaneciendo en Barajas y el sol salía con algunas nubes de fondo... Tocaba despedirse de él, porque poco sol íbamos a ver en Londres.

Puntual, sobre las 7:50 h. estábamos despegando hacia las islas británicas...

COLAS Y MÁS COLAS EN GATWICK... Y "AMABILIDAD" (GRACIAS SHENGEN)

El vuelo fue bastante tranquilo desde el principio, entretenido con algunas lecturas de la revista de "Air Europa" entre otras, ya que no tardamos mucho en ver un mar de nubes que nos adelantaba lo que nos íbamos a encontrar en Londres.

También imágenes en el monitor de Air Europa, pero nada más que publicidad y algún vídeo intercalado del grupo musical de Luis Tosar (Di Elas). Así que aproveché para dar alguna cabezada, que había tocado madrugar.

Así entre una cosa y otra, a lo largo del vuelo aproveché para retrasar el reloj una hora, que llegó en Inglaterra es una hora menos que en España. Y poco a poco ya nos fuimos acercando a nuestro destino.

Ya con el nuevo horario, pasaba un poco de las nueve de la mañana cuando ya atravesamos las nubes y apareció una sucesión de verdes praderas, como en pocos sitios se ve en España y ya muy suavemente aterrizamos en el aeropuerto de Gatwick, el segundo de Londres, aunque más pequeño que Barajas, y en medio de la nada, ya que está a 46 kilómetros de Londres (no era como por ejemplo Orly en París que ya está en los suburbios de la capital francesa).

Llegamos a la terminal Sur, de aquel aeropuerto situado en medio de verdes praderas, y no tardamos en bajarnos del avión. Fue una experiencia lo de los controles aduaneros y eso que tampoco era tan exhaustivo, pero resultó un auténtico "peñazo".

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Imagen de las proximidades de Gatwick en pleno aterrizaje y panorámica del aeropuerto (Google Earth)

En cuanto te bajas del avión, empiezas a caminar por un largo pasillo bajo las indicaciones de "passport control" y "baggage claim" (recogida de maletas) y con publicidad cada poco del "Gatwick Express", en el que nosotros íbamos a trasladarnos a Londres.

No había mucha gente en dicho pasillo, que nos encontramos con que nos llevó directamente al control de pasaportes. Dios... Pocas veces había visto tanta gente apelotonada en colas.

Allí había una cola específica para ciudadanos de la Unión Europea y otra para los de otros países, que se movía más lentamente, ya que ahí se supone que revisan pasaportes y hacen controles más exhaustivos. En nuestro caso, simplemente había que llevar el documento nacional pertinente, pero la cola iba igual de lenta.

Así que paciencia, ya que estresarse por eso no iba a conducir a nada. Acabamos llegando al punto de control, donde realmente lo que hacían era escanearte el DNI y creo recordar que tomarte huellas dactilares. Eso sí, te miran detenidamente el DNI a ver si eres quien sale en la foto, y en mi caso, que estaba bastante más delgado, intenté explicarle esta circunstancia porque se me quedó mirando con rareza.

En teoría, los países que tienen firmado el tratado de "Shengen" permiten el tránsito libre de ciudadanos, pero en el caso del Reino Unido, creo que al tenerte fichado, como turista te permiten estar unos días determinados y si te pasas, ya tienes órdenes de búsqueda.

Con esa historia, igual nos habíamos tirado casi media hora en el control de DNI y nos preocupaba qué habría pasado con nuestras maletas, porque ya había pasado un rato desde que aterrizamos. Y, efectivamente, cuando llegamos a la zona de recogida de equipajes y a la cinta de las maletas que venían de Madrid, ya nos encontramos con las nuestras dando vueltas. Así que de lo malo, por eso no tuvimos que esperar.

Al salir de la zona de recogida de maletas ya finalizaba todo el entramado de pasillos por el que habíamos pasado desde que llegamos a Gatwick. Y llegamos a una zona del aeropuerto donde ya había alguna tienda y alguna zona de cambio de moneda, además de unos baños. Esta zona era tranquila (no había mucha gente) y aproveché para ir al servicio antes de meternos en la vorágine.

También a encender el teléfono móvil, y mandar algún mensaje diciendo que habíamos llegado. Y después de ésto, a buscar la estación de trenes del aeropuerto de Gatwick. Sacamos nuestros billetes, impresos en folios y llegamos a la zona, viendo que para bajar había que pasar por un torno donde validar unos billetes y no sabíamos como hacer con nuestros folios.

Fuimos a preguntar a una empleada de la estación cómo hacer y pasó de nosotros olímpicamente. Hasta que a una segunda también le preguntamos, nos cogió los billetes y nos los pasó por un lector de códigos QR y se abrió el torno, pero todo ésto sin mediar palabra y con cara de muy pocos amigos... Primera impresión negativa en Londres.

Yo desde mi ignorancia me había quedado en los códigos de barras y no sabía que era eso del código QR que estaba en el billete. Y simplemente bastaba con pasarlo para acceder. Pero no costaba tanto explicarlo

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Estación de trenes del aeropuerto de Gatwick (Google Earth)

LA LLEGADA A LONDRES EN EL GATWICK EXPRESS Y EL METRO (CON AGLOMERACIONES EN ESTACIÓN VICTORIA INCLUÍDAS)

Ya estábamos en la estación de trenes del aeropuerto de Gatwick y tras bajar a los andenes, pronto vimos que realmente eso del "Gatwick Express" no es nada rentable. Estaban llegando otros trenes como los "Southern Railway" o los "First Capital Connect", que también te llevaban a la estación Estación Victoria, con paradas intermedias y más gente dentro, pero con una diferencia de 15 minutos más, que tampoco era significativa.

Bueno, a lo hecho pecho y con los billetes ya disponibles, nos metimos en el primer tren "Gatwick Express" que vimos, y que va directo sin paradas a la "Estación Victoria", en pleno centro de Londres, cerca de la zona monumental y desde donde había que coger el metro.

La tranquilidad en ese tren era máxima, ya que iba medio vacío (hay que recordar que cuesta el doble que las otras opciones) y, eso sí, había sitio de sobra para dejar las maletas.

Así el recorrido en tren era entretenido, entre praderas y poblaciones con viviendas unifamiliares típicas inglesas. Y ese fue el paisaje natural hasta casi la entrada de Londres, cuando de repente nos encontramos con un puente sobre el río Támesis y ya se intuía la capital inglesa.

El recorrido es íntegramente descubierto (no hay tramos bajo tierra) y apenas es de media hora. Así que de lo malo...

Así llegamos a la Estación Victoria donde finalizaban las vías del tren y por su gran zona de andenes, hasta que nos íbamos adentrando en lo que es la estación, y otra vez tuvimos que pasar los billetes por un torno con su lector de códigos QR (cuidado con ésto, ya que os puede traer problemas no tenerlos).

Cuando nos adentramos, nos encontramos con el segundo agobio del día Las tremendas colas en los mostradores de billetes, sobre todo para el metro, que es lo que teníamos que coger para ir ya a la zona del hotel.

Un vestíbulo muy transitado de gente (mucho cuidado con las carteras en esta estación) y localizamos la cola que daba varias vueltas de zig zag, pero a la hora de la verdad la cola iba bastante rápido y no tardamos mucho.

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Vestíbulo de "Estación Victoria", cuando fuimos estaba muchísimo más concurrido que en esta foto (Google Earth)

La opción estaba clara, que era coger un bono de transporte porque indudáblemente salía mucho más rentable. Un billete individual costaba más de cuatro libras y el bono diario con la "Travelcard" costaba 7 en horario "Off Peak", es decir fuera del horario punta, que se consideraba a partir de las nueve y media de la mañana.

La "Travelcard" era una tarjeta de carton desechable que comprabas cada día y creo que es más interesante incluso que la "Oyster" que es otro bono pero este en formato tarjeta de crédito recargable por la que creo recordar que había que pagar una fianza.

Así que por siete libras por cabeza teníamos solventados los desplazamientos en metro de cada día. No es que fuese muy barato, pero en proporción, con solo que hicieses dos desplazamientos ya lo rentabas.

Así que es lo que cogimos, la Travelcard, y ya cogimos el metro para ir hacia el hotel que no estaba muy lejos. Nos montamos en la línea azul oscura (Picadilly), y tras dos paradas llegamos a "Óxford Street", donde hicimos trasbordo a la línea roja (Central, que es la más antigua del metro de Londres). Desde otras cuatro paradas, hasta llegar a la estación de "Queensway", que era donde nos bajamos. Recuerdo que esta estación era mucho más tranquila que la de Victoria, pero ni punto de comparación. Y la salida a la calle era mediante un ascensor. Así salimos ya a la calle y nos encontramos con Londres en estado puro, con un día plenamente invernal.

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En la estación de Óxford Circus ante la típica señal de metro

AMABILIDAD EN EL HOTEL, CON UNA HABITACIÓN MUY PEQUEÑA PERO SUFICIENTES COMODIDADES

La imagen era de casas con tonalidades oscuras y de no mucha altura. Y ya en los pasos de peatones nos encontrábamos indicaciones de mirar a la derecha para habituarnos a lo de que en Inglaterra los coches circulan por la izquierda. A mí me costó mucho habituarme en esos días a mirar a la derecha primero, no es sencillo, así que cuidado.

A la salida de la estación de metro de "Queensway", ya nos encontramos con "Bayswater Road", situada en un lateral de los Jardines de Kessington y que es la prolongación de "Oxford Street" y que continúa hacia Notting Hill. Ya estábamos muy cerca del hotel.

Fue caminar un poco por esa calle y la segunda a la izquierda, una calle llamada "Queensborough Terrace" con varios hoteles, entre los cuales estaba el nuestro, el "Comfort Inn Hyde Park", que era de los más pequeños a la vista. Habíamos llegado.

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Entrada del hotel "Comfort Inn Hyde Park" (Booking.com)

A la entrada, nos encontramos con una recepción pequeña, donde estaba una persona que se notaba que no era inglesa, lo que nos facilitó el entendernos, ya que hablaba bastante despacio en inglés. Le dijimos que sabíamos que hasta las dos de la tarde no podíamos ocupar la habitación, pero queríamos dejar las maletas, y el nos contestó muy amablemente que tal vez estaría ya disponible (y eso que debía ser poco más de las 11 de la mañana).

Llamó por teléfono y nos dijo que en cinco minutos ya podríamos subir y nos ofreció tomar un café o una infusión de cortesía. Había un calentador de agua con sobres de cafe y diversos tés, y era un punto que tuviésemos ya la habitación y pudiésemos tomar algo.

Al poco tiempo nos dio la llave y ya subimos. Cierto es que accedimos al ascensor por un estrecho pasillo, donde se agolpaban maletas (se ve que no había consigna o era muy pequeña) y el ascensor no era muy espacioso.

Llegamos ya a nuestro piso, donde en el pasillo las tablas protegidas por moqueta crujían un poco. Pero al entrar a la habitación estaba bien.

A ver, era minúscula y si tienes claustrofobia puede suponer un problema Nuestra habitación daba a la calle y la ventana tenía sus "stores" para evitar que pasase un solo rayo de luz al dormir. La cama era suficientemente grande y cómoda, pero ocupaba todo el ancho de la habitación, lo que daba una idea de las dimensiones de la misma

Había una tele LCD colgando del techo con varios canales internacionales, pero ninguno de ellos en español. Y el baño era muy pequeño con un plato de ducha, pero también más que suficiente. También nos encontramos un calentador de agua y varios sobres como lo que había en recepción que era un detalle.

Vamos, que para mí era más que suficiente, teniendo en cuenta que casi no íbamos a pisar el hotel, y que únicamente lo íbamos a usar para dormir.

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Foto de una habitación muy parecida a la que estuvimos (Tripadvisor)

El problema era otro y no contamos con él. ¡¡Cuidado con los enchufes en el Reino Unido!! Son de tres patillas y necesitas un adaptador para conectar aparatos comprados en la Unión Europea, y no contamos con ese detalle, teniendo que cargar móviles en un momento dado. Si podéis, haceros antes de ir a Inglaterra con un adaptador, ya que en Londres os van a intentar clavar.

A PICADILLY, A MC DONALDS Y AL SOHO Y TRAFALGAR SQUARE / NATIONAL GALLERY

Después de ubicarnos ya en el hotel, ya nos podíamos dedicar plenamente al noble arte del turisteo. Para el primer día estaba previsto caminar por todo el centro de Londres, en un radio donde se concentra el barrio del Soho, la mítica Trafalgar Square y Covent Garden... Y luego lo que surgiese.

Y teníamos claro el punto de partida de esa ruta iba a ser una de las plazas más conocidas de Londres: Picadilly Circus Así que volvimos hacia la estación de metro de Queensway donde llegamos tras cinco minutos y nos montamos en la línea roja (central) hasta Óxford Street, donde tuvimos que hacer trasbordo hacia la línea marrón (Bakerloo) desde donde solo había una parada hasta Picadilly, siendo un traslado relativamente cómodo y sin mucho agobio de gente.

A estas alturas ya empezaba a llamarme la atención una frase que sonaba por la megafonía: "Mind the gap", que no paraba de repetirse una y otra vez y acabaría por ser pegadiza para mí.

El caso es que saliendo del metro, lo primero que nos encontramos fueron los míticos carteles publicitarios de Picadilly Circus, una de las estampas más fotogénicas de la ciudad. Pero me encontré con una pequeña decepción, ya que los carteles de neón que estaba harto de ver en fotografías ya no existían y había sido sustituído por pantallas Led, aunque ésto seguía siendo espectacular.

Así que nada, a sacarse ya las primeras fotos de Londres y buscando las mejores perspectivas. Tras ésto, nos dimos cuenta que era la una del mediodía y como había sido el cambio de hora y que no controlábamos los horarios, decidimos ir a comer.

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Delante de los carteles de "Picadilly Circus", pantallas led que iban cambiando de imagen cada poco

Y como queríamos ir a tiro fijo sin que nos clavásen, tocó ir a lo más recurrente en estos casos: Mc Donalds, que además estaba allí mismo, en la esquina de Picadilly con Shaftesbury Avenue. El local estaba muy concurrido de gente, así que con un poco de paciencia y tiempo llegamos a pedir y luego a buscar sitio en una especie de sótano, en el primer rincón que encontramos.

Así que tras la comida-trámite ya nos lanzamos a pasear por Londres. Fuimos por Shaftesbury Avenue, la que es la calle de los teatros y donde se representan numerosos musicales (Londres es de las ciudades más prestigiosas en este sentido y hay gente que va allí a ver musicales). Calle ancha y con cierto "glamour" que viene a ser una de las principales calles de la zona, que supone el límite al norte con el Soho.

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Shaftesbury Avenue, la calle de los teatros londinenses

De momento íbamos a dejar para posteriormente el Soho y tras contemplar dicha calle, torcimos en la otra dirección para meternos en "China Town". Lo cierto es que esa zona tiene su fama pero no perdimos mucho tiempo; tiene un llamativo pórtico donde nos sacamos unas fotos, pero la zona es pequeña con unas pocas calles estrechas donde principalmente hay restaurantes orientales y bazares. Nos dio por mirar las cartas que había fuera y lo cierto es que me pareció barato para ser Londres, así que igual sería una de las opciones de la cena.

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En la entrada del barrio chino

Ya estábamos muy cerca de uno de los puntos más importantes de Londres, su plaza más conocida: "Trafalgar Square" (manda narices que se dedique a una batalla ganada la armada británica a la española). Estaba a cinco minutos de allí, así que nos fuimos, pasando anteriormente por otra bonita plaza "Leicester Square", al tiempo que por estas calles íbamos viendo diversos bazares de souvenirs regentados principalmente por pakistaníes e hindús. Camisetas, imanes con los buses londinenses, el Big Ben, etc.

Ya habría tiempo de ver souvenirs, así que nos dirigimos hacia Trafalgar Square y allí llegamos. Una plaza que consideramos muy bonita y muy grande, sin demasiados gastos en ornamentación. Es una plaza en "semicuesta". Llegamos por la parte norte, del lado de la "National Galerie" y después de bajar unos escalones nos encontramos con un estanque y más allá su elemento más conocido: "la columna del almirante Nelson" .

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Trafalgar Square con la columna de Nelson y el National Gallery

Una estatua sonre una columna del militar británico que comandaba las tropas inglesas en la batalla desarrollada en 1805 enfrente de la costa gaditana y que falleció en dicha contienda, aunque la victoria fue para ellos.

Dedicamos un tiempo más a sacar unas fotos por la plaza y nos dirigimos hacia la "National Gallery", viendo con anterioridad un cartel donde figuraban los días que quedaban para la celebración de los Juegos Olímpicos que ese verano se celebraban en Londres (apenas quedaban tres meses).

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Contador de los días, horas minutos y segundos que quedaban para el comienzo de los Juegos Olímpicos

No dudamos en entrar en la "National Gallery", ayudados también por el hecho de que las entradas a los museos en Londres son gratuítas, y solo pagas el donativo que quieras (hay huchas en la entrada). Pero tampoco dedicar mucho tiempo a ello, ya que había muchísimo por hacer.

No estaríamos mucho, a lo sumo media hora. Así que hicimos un vistazo rápido por la pinacoteca buscando sobre todo los cuadros de Van Gogh. Sé que suena a herejía, pero tampoco nos interesaba dedicar más tiempo a los museos (algo que al año siguiente si dedicamos en París).

Salimos de la "National Gallery" dejando algo de donativo y la intención era regresar a Shaftesbury, tirando del plano que disponíamos. Los siguientes destinos eran el mercado de "Covent Garden" y el "Soho". Pero antes aprovechamos para sacar las típicas fotos del bus de dos pisos y los taxis negros muy típicos de Londres.

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Delante de uno de los taxis típicos londinenses y el típico autobús turístico de las grandes ciudades descapotable (no confundir con el londinense de dos pisos)

FLORES Y ARTESANÍA EN COVENT GARDEN, Y EL TÍPICO BARRIO DEL SOHO

Subimos hacia Shaftesbury y decidimos girar a buscar el mercado de "Covent Garden", con su edificio inconfundible de soportales que a su vez estaban plagados de puestos de flores. Y lo cierto es que el sitio estaba bastante plagado de gente. Lo cierto es que nos encontramos con una curiosa muestra de huevos gigantes decorados de diversas formas y dibujos, como podía ser Wally.

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¿Donde está el huevo, digo Wally?

Obviamente nos sacamos algunas fotos El mercado en sí contaba sobre todo por fuera puestos de flores y por dentro tiendas de artesanía, mobiliario pero también había joyerías. Y merece sobre todo a detenerse a ver la artesanía, donde hay carteles en diversos idiomas y en algunos sitios incluso te permiten pagar en euros, pero eso sí, los precios demasiado caros para ser un mercado, así que ni nos planteamos siquiera la idea de comprar cualquier cosa por muy sencilla que fuese. Tampoco nos podíamos esperar más, por estar situado donde estaba.

Dimos una vuelta a lo largo de Covent Garden y lo cierto es que no nos detuvimos en demasiadas tiendas, y las cafeterías que allí estaban también eran caras. El siguiente destino iba a ser el Soho.

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En el interior del mercado de Covent Garden

Con todo, ya era más de las 17:00 horas, y ya llevábamos un buen trecho caminado y nos quedaba aún por "patear" más. Así pues, atravesamos otra vez Shaftesbury y nos metimos en pleno Soho, con ganas de descansar un poco, por lo que la opción fue buscar algo que se pareciese a una cafetería (no es que el café inglés tenga fama de ser el mejor del mundo).

Así nos encontramos con un "Costa Coffee", que resultó ser una de las franquicias más extensas que existen en Londres, con permiso del Starbucks Coffee. Entramos y el sitio no era muy grande, pero era curioso el tema de que era un autoservicio donde te cogías la bebida si era fría y algo de comida, que iba desde pasteles hasta otras cosas como ensalada (curioso concepto de cafetería).

Los cafés te los servían, y en mi caso, por recomendación, nos pedimos "capucchino", que nos decían en España que era de lo más bebible en cuanto cafés. El capucchino andaba por las 2,5 libras, pero te lo servían en un tazón enorme, con bastante espuma y te espolvoreaban cacao por encima, con lo que realmente a mí si que me gustaba.

Lo que resultó curioso es el el dependiente nos preguntó si no queríamos nada para comer y le dijimos que no. Se nos quedó mirando raro, no sé si es que está mal visto que vayas allí solo a tomar una bebida, pero si no nos apetecía más...

Estuvimos aún unos cuantos minutos dentro, pues queríamos tomar el café muy tranquilamente antes de proseguir nuestro camino.

Así nos cogimos la marcha para recorrer las calles del Soho, estrechas, con sus casas de paredes oscuras, de a lo sumo dos plantas de altitud y algunas con su patio exterior (vamos, la típica estampa de las viviendas inglesas). Además, no había mucha gente por los alrededores, por lo que pudimos ir con muchísima tranquilidad, todo ésto salpicado por los restaurantes, cafeterías y tiendas de diverso tipo.

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Calles del Soho

En un momento dado llegamos a "Carnaby Street", una pequeña calle comercial que resulta mítica porque las tiendas principalmente son de calzado y ropa alternativa y mod. Por lo visto en los 60 y 70 era una de los sitios de referencia en cuanto a cultura urbana se refiere y moda de la época, y mucha de las tiendas de ropa están ambientadas en esa época.

Si no sabes de qué va la cosa tampoco te enteras, a no ser porque transita más gente que en el resto de las calles y porque hay un arco a cada extremo de la calle que te indica que estás en "Carnaby Street". Nos paramos a ver algún escaparate y, efectivamente, ropa alternatica pero cara Apto solo para los amantes de esas tendencias.

Localicé una tienda de calzado de la marca "Vans", que realmente vende la imagen alternativa y lo utilizan principalmente "skaters", pero es casi más caro que cualquier otro calzado.

El recorrido por el Soho llegaba a su fin, ya que unos pocos metros más allá de Carnaby, estaba Regents Street, la calle que delimita por el oeste dicho barrio y que ya se nota también que es una de las calles principales de la zona, con edificios de piedra blanca y algo más altos y que aglutina varias tiendas caras y de ropa. Aunque nosotros nos encontramos en esa calle nos encontramos un "Zara", como no podía ser menos Y al poco el típico autobus de dos plantas con publicidad de "Mango".

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El típico autobús de dos plantas circulando por Regents Street

Bajamos por Regents Street y llegamos a "Picadilly Circus", punto de salida de nuestro recorrido durante la mañana. Nos sobraba aún bastante tiempo porque serían aproximadamente las seis y media de la tarde, así que sacamos unas fotos por los rincones de esta plaza londinense.

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En "Picadilly Circus"

¿Y a dónde vamos ahora? Pues parece que el Big Ben no está muy lejos de aquí...

EL MAJESTUOSO BIG BEN, EL PARLAMENTO Y LA RESTRINGIDA DOWNING STREET

Siendo el mes de abril y sabiendo que en Londres sobre las ocho y poco de la tarde anochecía, no nos quedaba mucho tiempo. Cogimos el plano y no era difícil llegar al Big Ben. Así que cogimos una calle llamada Haymarket y rápido llegamos a Whitehall, que es una avenida plagada de edificios gubernamentales y con espacios ajardinados y abiertos... Vamos, nada que ver con el Soho.

Precisamente una de las calles perpendiculares era Downing Street, que tenía curiosidad de verla, por ser donde está la residencia del Primer Ministro del Reino Unido, que visto por la televisión parece una vivienda al pie de la calle (el número 10)...

Pero claro, la seguridad no se deja al azar, y esa calle está completamente restringida como se puede ver en la foto. El principio de la calle está cerrada con una verja que sirve como control de seguridad, y no se puede acceder, acabo de leer que se puso en 1989 para prevenir ataques del IRA

Bueno, de lo que se puede adivinar en la foto, el edificio del Primer Ministro es el oscuro que está entre el de ladrillo naranja y el de piedra blanca.

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Downing Street tras la verja

Así que continuamos nuestro paseo por el ajardinado "Whitewall". Hasta que nos encontramos con la parte trasera de un edificio que nos sonaba familiar y en un cruce girando la vista a mano izquierda ya se erigió el majestuoso "Big Ben" ohhhhhhhhhhhhh

Parece que todo se nos aliaba, ya que en ese momento salió el sol en Londres y pudimos disfrutar del monumento en su explendor. Tuvimos suerte, porque creo que fue el único momento en nuestra estancia en Londres que vimos el sol. Tampoco había mucha gente alrededor, por lo que estuvimos tranquilos, pero cuidado cuando está concurrido, que los carteristas están al acecho.

Turno para fotos desde el otro lado de la calle donde está ubicado el "Big Ben" y las casas del parlamento, que no hay que olvidar que el Big Ben no es otra cosa que el reloj del palamento. Y todo el complejo es precioso, ya que las casas del parlamento (también llamado Palacio de Westminster) es inmenso y tardas un buen rato en recorrer su perímetro por fuera.

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En realidad, tampoco le dedicamos demasiado tiempo a estar allí, ya que teníamos claro que queríamos volver, y de hecho los dos siguientes días sería el punto de salida de nuestros recorridos por Londres.

Nos asomamos tímidamente al "puente de Westminster" situado sobre el Támesis y vimos un poco de pasada la noria conocida como "London Eye", pero ya tendríamos tiempo de profundizar otros días. Así que dimos marcha atrás y en la parte trasera del parlamento nos encontramos con la "Parliament Square" y desde allí ya pudimos ver un poco a lo lejos otro sitio imprescindible de ver "Westminster Abbey". Pero calma... Ya visitaríamos todo más adelante.

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Westminster Abbey desde la plaza del Parlamento

CENA EN UN THAILANDÉS DEL SOHO

Ya habíamos caminado bastante y teníamos la "Travelcard" para algo, así que decidimos usar el metro para volver hacia el Soho y las zonas aledañas a "Trafalgar Square".

Justo desde el punto que estábamos sacando la foto a Westminster en "Parlamient Square", teníamos la entrada a la estación del metro de "Westminster", que cuando entras ves que es bastante moderna en líneas generales. Pero cuidado porque es conocida porque es una de las que más carteristas tiene en el mundo, sobre todo cuando en vez de entrar sales y lo primero que te encuentras es una vista del Big Ben y los turistas se quedan "embobados" con la panorámica. (avisados quedáis).

El caso, es que el recorrido no era nada largo. Cogimos la línea amarilla "circle" y nos bajamos en la siguiente parada "embarkment". Desde ahí hicimos trasbordo y subimos en la línea negra "north" y desde allí otras dos paradas hasta que llegamos a Leicester Square donde nos bajamos.

En esa parada estábamos cerca de todos los puntos: Trafalgar Square, el Soho y el barrio chino. Estaba ya anocheciendo y mi cierta ignorancia me hacía tener miedo por poder cenar en algún sitio, porque habitualmente en cualquier otro país se cena muy pronto para lo que estamos acostumbrados en España. Pero bueno, por otro lado está claro que esa zona era turística y realmente no tendríamos problemas para cenar a la hora que estamos acostumbrados.

Así que el siguiente objetivo era buscar algún sitio para cenar, y de paso si nos encontrábamos algo, entrar en alguna tienda de souvenirs regentada por hindús . Donde primero fuimos fue al barrio chino, pero no nos terminó por convencer ninguna de las opciones, así que acabamos por descartarlo.

Cruzamos Shaftesbury Avenue y tras adentrarnos en el Soho y dar algunas vueltas, nos encontramos con un restaurante thailandés. Ya se habían encendido las farolas y serían sobre las ocho y cuarto más o menos. Y a mí me apetecía comer unos "noodles" (los había probado otra vez) así que entramos.

La verdad es que la variedad era muy grande en cuanto a platos de Noodles, así que casi escogí al azar. Así que un plato y una botella pequeña de agua mineral ("still water") que no recuerdo si andaría por las 8 o 9 libras, un precio que se puede considerar hasta barato para ser Londres.

Así que cena sin más y al terminar ya nos fuimos. Creo que dejamos algo de propina, aunque tampoco mucha, porque allí todo el mundo en las mesas la estaban dejando.

"YO TAMBIÉN SOY ESPAÑOL"... Y NOS HEMOS PERDIDO EL MERCADO DE PORTOBELLO

La verdad es que para el primer día, que comenzó a las cuatro y media de la mañana en el "SHS Hotel Aeropuerto" ya estaba siendo de más, así que nos planteamos no hacer más y regresar a nuestro hotel.

Así que cogimos el metro en la cercana "Tottenham Court Road", y nos montamos en la línea roja "central", donde sin trasbordos y tras cinco paradas llegamos a Queensway, y cinco minutos andando hasta llegar al hotel.

Ya estábamos en el "Comfort Inn Hyde Park" y allí nos encontramos con otro recepcionista distinto al de la mañana y no me acuerdo que le fuimos a preguntar. Iniciamos la conversación hasta que al poco nos preguntó "Are you Spanish?", y al contestarle nos dijo ya en castellano que el también. Jejejeje, nuestro acento hablando muy abierto nos delató

Aprovechamos ya para preguntarle nuestras dudas y recomendaciones. Y nos dijo que nos habíamos perdido el Mercado de Portobello, que está bastante cerca del hotel y que se celebra los sábados , que podríamos a ver la zona pero que ya no era lo mismo. Al parecer los sábados proliferan los puestos de artesanía y otros artículos en la calle y es de los mercados más prestigiosos.

Pero a cambio, al día siguiente, en domingo, se celebraba el mercado de "Camden", que también era impresionante. Por lo que ya fue una opción que cogía mucho peso, aunque las referencias que tenía anteriormente eran muy buenas.

Y así finalizó el día, no era muy tarde pero estábamos muy cansados y había que descansar para los siguientes días en los que todavía tendríamos que caminar bastante.

👉 Ver Etapa: 1-Llegada a Londres, Soho, Covent Garden, Big Ben (sábado 7 de abril de 2012) ⏫ Volver arriba Compartir:

Este iba a ser nuestro primer día entero en Londres y a priori teníamos claro dos sitios a los que ir. Al "Cambio de Guardia" y al mercado de Campden... Ahí es nada, poco que ver una cosa con la otra Pero la justificación era clara, por una parte el mercado de Campden se celebra los domingos y ese era el día que había que ir; me habían hablado muy bien y tenía que resarcirme de la decepción por perderme el de Portobello.

Y por otro lado, el "cambio de guardia" se celebraba en los días pares, y teniendo en cuenta que el martes diez era cuando volvíamos a España, era el domingo también cuando había que ir a verlo.

A partir de ahí, ya nos programaríamos o ya veríamos lo que hacíamos. Tampoco había prisa, ya que el cambio de guardia era a las doce del mediodía, así que tampoco madrugamos.

DESAYUNO Y HACIENDO TIEMPO DE NUEVO POR EL BIG BEN

Lo cierto es que habia dormido bastante bien, en el "Comfort Inn" lo cierto es que una de las ventajas es que la cama es cómoda y yo las tres noches caí rápidamente en los "brazos de Morfeo", jeje. También es cierto que llegábamos reventados y eso facilitaba la cosa. La habitación era pequeña y en el aseo cabía una persona justa pero era completo y nuevo, con lo que para nosotros y lo que íbamos a pisar el hotel, estaba de sobra.

No queríamos salir del hotel al menos hasta las nueve y media, ya que esa era la hora en la que el abono del metro pasaba a ser "fuera de hora punta". así que bajamos a desayunar.

El comedor estaba en el sótano, con lo que no era precisamente un sitio con vistas y era pequeño, pero en ninguno de los días tuvimos problemas para encontrar mesa, igual coincidiríamos tres o cuatro parejas el día que más y siempre había un televisor con las noticias de la BBC puestas. En el comedor siempre había una cocinera pendiente de reponer todo aquello que se estaba acabando.

La variedad no era excesiva, pero para desayunar valía. Por una parte la leche caliente, pero no había café de cafetera, tenías los sobres para echártelo, al igual que luego el agua caliente y los sobres de té. Luego también tenías el pan para tostar, mantequilla, y lo que se supone que eran mermeladas (yo creo recordar que siempre fui a por la de fresa, que era la que conocía, con el resto de sabores no me atreví ).

Aparte había jamón cocido, lonchas de queso y algo de fruta (plátanos, piña, etc.). Creo recordar que no había bollería o galletas, pero no lo puedo asegurar. Yo los tres días desayuné la tostada con mermelada y algo de fruta; más que suficiente para arrancar el día.

Así que terminamos de desayunar, nos fuimos a la habitación a por las cosas y ya nos lanzamos a las calles londinenses.

El día no era nada apacible. Había amanecido cubierto por completo aunque tampoco hacía un frío excesivo (entorno a 9 o 10 grados) y además estaba aguantando de momento sin llover. Y como aún era pronto (no eran aún las diez de la mañana), decidimos volver a disfrutar del Big Ben y las casas del Parlamento a hacer tiempo.

Nos dirigimos a la cercana estación de "Queensway" a coger el metro y sacar las dos travelcards fuera de hora punta, que nos costaron 7 libras cada una, con las que nos podríamos desplazar todo el día.

Y desde allí hasta el "Big Ben" el trayecto no era largo. Cuatro paradas por la línea "central" (roja) hasta llegar a Bond Street, y desde allí coger la línea "jubilee" (gris), que tras dos paradas nos dejaba en la estación de "Westminster" a los pies del Big Ben.

Mucho cuidado cuando salgáis de esa estación, porque la primera imagen que os encontráis es el Big Ben y en esa estación abundan los carteristas que se aprovechan de los turistas que se quedan pasmados mirando hacia arriba. En nuestro caso, a la hora que fuimos tampoco había mucha gente y no percibimos movimientos extraños.

Como dije, el día estaba gris y no era el mejor para tomar fotos, pero tampoco había mucha gente paseando que te pudiese "estropear" la imagen, por lo que aprovechamos para ser genuinos guiris y tomar fotos del Big Ben desde diferentes ángulos.

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Al mismo lado de la parada de metro teníamos el puente de Westminster, desde donde se puede sacar una panorámica más general del conjunto del reloj y el parlamento. Y girando media vuelta nos encontramos de lleno con el río Támesis, desde donde echamos la primera mirada a lo lejos a ver hasta donde llegaba, y nos encontramos con otra de las típicas estampas del nuevo Londres, el "London Eye", la noria panorámica que en teoría dejaba grandes vistas de Londres a quien se subía. Había imprimido un bono 2x1 antes de viajar en esa atracción, por lo que empezamos a considerar seriamente la opción de ir el día siguiente.

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El London Eye desde el puente de Wesminster

Cambiamos de dirección, deshaciendo nuestros pasos, ya que se acercaba la hora del cambio de guardia y teníamos que ir hacia Buckingham. Pero antes de abandonar definitivamente el Big Ben, no nos resistimos a hacer la foto más guiri posible de Londres y la que todo el mundo se hace la cabina telefónica con el Big Ben de fondo. Oye, es que todo el que conozco que va a Londres se saca la dichosa foto y al final yo también acabé cayendo.

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AGLOMERACIÓN DE GENTE EN EL CAMBIO DE GUARDIA

Desde el Big Ben hasta el palacio de Buckingham el recorrido lo hicimos a pie. No hay mucha distancia y el paseo se hace agradable (y además, que narices, acabábamos de empezar el día y si estábamos cansados ya... ).

Llegar era lo más fácil, ya que había una calle directa llamada "Birdcage Walk". En lo que íbamos por allí, a mano derecha dejábamos "Saint James Park", un parque grande (aunque no es Hyde Park" ni mucho menos) por donde ya estábamos viendo mucha gente tomando la misma dirección. Y a mano izquierda había diferentes edificios gubernamentales.

Así, sobre las once y poco (casi con una hora de antelación) llegamos a la enorme plaza que está enfrente de la fachada principal de "Buckingham Palace", la residencia oficial de la reina de Inglaterra. Decían que si la bandera estaba izada, significaba que la reina estaba dentro, y si nos fiamos de eso, Isabel II ese día estaba por allí.

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Pero lo que impresionó fue la marea de gente que por allí había cuando quedaba casi una hora para el cambio de guardia. Ir a la acera que está justo enfrente del palacio era imposible y no veríamos nada, así que nos fuimos directamente al "monumento dedicado a la reina Victoria", situado en una glorieta justo enfrente de la puerta principal de Buckingham.

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Monumento a la reina Victoria

Era una estatua de bronce, situada sobre una escalinata en la que nos íbamos agolpando los que llegábamos. Ahí si que tenéis que tener mucho cuidado con los carteristas, ya que vais a estar como hormigas Había gente de todos los países; delante nuestra una familia de italianos.

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Aglomeración de gente antes del Cambio de Guardia


A MI ME DECEPCIONÓ ALGO EL CAMBIO DE GUARDIA

A medida que se aproximaban las doce, iba llegando aún más gente y cada vez había más policía. Algunos turistas intentaban encaramarse a distintos puntos del monumento para tener una mejor vista para sacar fotos, pero rápidamente acudía el poli de turno a echar la bronca no muy amablemente y cada vez menos amable cuando veía que no le hacían caso.

El acto en si no es otra cosa que el relevo de los guardias reales que han estado vigilando la puerta del palacio durante dos días por otros compañeros. A partir de ahí se organiza todo un ceremonial que es de los principales atractivos de Londres y todo el mundo me dijo que no me lo podía perder.

Así, con puntualidad británica y un poco antes de las doce caminando por las calles reales (y precedidos por unos cuantos policías de negro a caballo) llegaron los guardias y la orquesta que iba a amenizar el acto. Se abrieron las puertas del palacio y todos para dentro antes de volver a cerrarse.

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La banda a punto de llegar a Buckingham

Una vez allí, todos forman se saludan y la banda empieza a tocar diferentes canciones, mientras algunos guardias se van moviendo de izquierda a derecha cruzándose. Pensaba que iban a tocar marchas militares, pero cuando me dejaron a cuadros fue ¡¡cuando escucho que interpretan la banda sonora de Star Trek!!

Ir a una ceremonia real a escuchar la musica de una serie de naves espaciales, jajaja.

A lo que voy, que después de tres cuartos de hora, ya estaba sobradamente aburrido de ver a una banda de música tocar temas y con ganas de irme, pero ya de estar ahí había que aguantar hasta el final. Por fin, las puertas se abrieron de nuevo y salieron los guardias relevados y la banda, quedando el nuevo turno, cerrándose las puertas y acabando el acto.

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A la izquierda, guardias debidamente armados. En la foto del medio, panorámica de la ceremonia, con la banda en el centro y los guardias reemplazados y los que reemplazan a los lados. En la foto de la derecha, final de cambio de guardia, saliendo primero la banda y detrás los guardias reemplazados

¡Por fin! Un acto que no está mal, pero nada más. Tienes que ir con tiempo para ver algo y luego se hace muy largo, pero bueno, si no lo ves no sabes si merece la pena. Y esta es una opinión subjetiva mía, no quiero condicionar a nadie, porque lo mismo a otra gente les encanta.

Dos consideraciones más. El Palacio de Buckingham en esas fechas no está abierto al público (creo que solo es en verano), pero por 18 libras que cuesta no sé si realmente merece la pena la visita, eso ya es cosa vuestra.

Y sobre los "guardias reales": Es de lo más típico en inglaterra, el hombrecillo vestido de rojo y con su gorro y que no puede moverse ni responder ni hablar, y que por lo general no pone problemas a que los turistas se saquen fotos con ellos. Pero en mi caso me parece que eso ya es una falta de consideración y no me apetecía ir a molestar a alguien que estaba haciendo su trabajo por lo que pasé sacarme la instantánea.

DE VUELTA A WESTMINSTER ANTES DE IR A CAMPDEN

Teníamos claro lo de ir a Campden para comer allí y ver el mercado; como dije algo que no tenía que ver con lo hecho hasta el momento :lol:. Pero antes, tenía ganas de ir hasta la abadía de Westminster, por lo menos a sacar alguna foto, ya que no lo habíamos hecho antes. Pero para regresar cogimos una calle conocida como "The Mall", que es la que parte desde el monumento a la reina Victoria, es ancha y es por donde salía casi todo el mundo, y al poco nos metimos por el medio de Saint James Park.

Gente de todo el mundo a nuestro alrededor. Recuerdo que había una excursión de muchos adolescentes mejicanos, debidamente uniformados. Al finalizar el parque nos encontramos con los edificios gubernamentales y Downing Street.

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En la parte trasera del 10 de Downing Street (donde vive el Primer Ministro)

Me llamó la antención la cantidad de inscripciones en la acera por esa zona conmemorando el "Jubileo de Diamantes de Isabel II". Y es que en el año 2012 se cumplían 60 años de la llegada al trono de la reina de Inglaterra, ahí es nada, y había muchos actos conmemorativos, y de hecho, como comprobamos luego, tamién había muchos souvenirs conmemorativos (principalmente tazas y juegos de té de porcelana).

Callejeando un poco más llegamos a la abadía de "Westminster", que es el principal lugar de celebraciones reales en el Reino Unido: Coronaciones, bodas, funerales, etc. No entiendo mucho de estilos, pero diría que se aproxima más al gótico y aún así, a mí que me den la catedral de León

Quizás nos habría apetecido entrar, pero tampoco lo considerábamos imprescindible. Además en domingo estaba cerrada a las visitas turísitas y a la hora que llegamos había también ceremonia religiosa. Total que lo descartamos, porque no queríamos volver tampoco otro día a visitarlo.

Así que bordeamos la abadía después de las pertinentes fotos y fuimos por una lateral de las casas del parlamento hasta llegar de nuevo a la parada de metro de Westminster. Tocaba irnos ya para Campden.

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Ante la Abadía de Westminster y en el lateral del parlamento que da precisamente a la abadía.

AMBIENTE MULTICULTURAL EN CAMPDEN

El trayecto en metro iba a ser un poco más largo en esta ocasión, ya que el barrio de Campden está en la zona norte de Londres y poco tiene que ver con el turismo monumental del centro. Primero cogimos la línea circular (amarilla) para bajarnos en la primera parada, Embankment, y hacer trasbordo a la línea norte (negra), desde ya teníamos 8 paradas hasta la estación de Campden. Había que estar al loro, ya que la estación la cerraban sobre las cinco de la tarde y para volver tendríamos que estar al loro.

Allí estábamos y al salir de la parada estábamos en la calle principal que se ve en varias fotos turísticas con tiendas de ropa, tatuajes, etc. Seguro que recordáis la instantánea de la zapatilla o el avión en las diversas fachadas. Esta calle es la de las tiendas que se supone que abren todos los días, no la de los puestos, aunque eso no lo sabíamos tampoco. Estábamos un poco perdidos

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Como el hambre ya apretaba y se acercaba la hora, lo primero que hicimos fue buscar un sitio para comer, y encontramos diversos burguer tipo KFC, que no eran baratos y que tampoco nos convencía. Y cuando la "desesperación" comenzaba a aparecer, se nos apareció la solución.

De repente a mano derecha nos encontramos con un canal, a cuya ribera habia muchos puestos. Pero de principio nos encontramos con un puesto donde hacían "Fish&Chips" y ya no lo pensamos más... Realmente era barato, no sé si con una coca cola pague 4 libras, ahora bien, a saber la calidad del pescado, pero supo rico, mejor que una hamburguesa del McDonalds.

Para sentarse, con encontramos con unos ciclomotores habilitados como zona para comer y donde había mucha gente, pero el tema es que era una guarrada, porque el asiento del ciclomotor estaba rajado y la gente metía ahí los residuos que generaba Comimos y luego nos daríamos cuenta que la amplitud era mucho mayor en cuanto a puestos de comida y de diversas procedencias.

Y en esta zona de Campden había principalmente puestos de ropa, calzado y souvenirs. Ahí funciona el regateo igualmente (no hace falta irte a un zoco magrebí ). En mi caso vi un cenicero (de segunda mano) con el escudo del Liverpool, y se me ocurrió comprarlo para un amigo. Cuando pregunté por el precio y me lo dijo, me fui, rápidamente vino el tío a decirme que se había equivocado y que el precio era menor

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El caso es que si te pones a investigar detenidamente echas ahí todo el día y nosotros nos fuimos parando. Llegamos de nuevo a la calle principal y pensamos que Campden no tenía más... Pero decidimos seguir un poco más adelante y después de pasar por debajo de un puente de la vía del tres...

Ahora era a mano izquierda donde había un inmenso mercado, llamado "The Stables Market", mucho más grande y cuidado que el anterior y a resguardo en la mayoría de casos. Ahí sí que fuimos más rápido porque si no daban las nueve y no salíamos de allí. Aparte de la ropa, aquí la variedad era mucho mayor: bisutería, orfebrería, librería, música, etc e infinidad de puestos de comida de diferente origen y dulces.

Vamos, todo muy sibarita y con infinidad de gente. La verdad es que paramos en muchos sitios, porque el ambiente nos gustaba pero no compramos nada. Ese mercado era como un laberinto de callejuelas con infinidad de puestos, y si no tenías un poco de orientación, podías perderte.

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Y después de un buen rato regresamos a la calle principal de Campden, con intención de ir ya en dirección a la estación de metro. Antes nos encontramos alguna transversal más donde había más puestos, y los fuimos viendo pero algo más rápido porque ya estábamos saturados. Al final recuerdo que encontramos una tienda de chuches y aprovechamos para comprar.

EN BUSCA DEL ADAPTADOR, EL METRO CERRADO Y EL BRITISH MUSEUM TAMBIÉN

Ahora sí, ya nos íbamos de regreso. Serían sobre las cinco de la tarde y hasta entonces habíamos tenido el cambio de guardia de Buckingham y la pateada por Campden. Y ahí nos acordamos de un pequeño problema.

Los móviles ya los teníamos bajo mínimos de batería y en Reino Unido los enchufes son de tres patillas con los que los cargadores no valían. Y teníamos que conseguir un adaptador. En esa calle principal había ya las típicas tiendas de souvenirs regidas por hindús y pakistanís que había también en otras zonas de Londres y vendían dichos adaptadores, pero los muy... se aprovechaban del hecho de que los turistas se encontraban con ese problema sin haberlo previsto antes, y los cobraban a 6 libras.

Así que decidimos tener un poco más de paciencia y al volver al hotel, preguntar si tenían algún adaptador. No obstante, a mí se me ocurrió comprar una cajetilla de té decorada con imágenes de Londres por una libra. Ahora bien, cuando me dio por probarlo, sabía a rayos ni se os ocurra comprar té en esas tiendas.

Llegamos a la estación de metro y nos encontramos que ya estaba cerrada, y a parte del cartel, había un empleado avisando a la gente que debíamos cogerlo en la siguiente estación que estaba calle abajo. En este punto estábamos cansados de caminar y nos encontramos con un "Costa Coffee", donde nos tomamos dos tazones gigantescos de capuccino debidamente espolvoreados y que supieron a gloria, aparte de poder estar un poco sentados antes de continuar adelante.

Fue momento para pensar qué hacer en lo que nos quedaba de día, así que ingenuos de nosotros decidimos irnos al "British Museum" Cogimos la calle principal abajo, llamada Campden High Street y tras diez minutos nos encontramos ya con la siguiente estación de metro que sí estaba abierta: Mornintong Crescent.

Allí cogimos la línea norte (negra) y tras cuatro paradas nos bajamos en la estación de "Tottenham Court Road", sitio que ya habíamos visto pateando por ser uno de los límites del Soho, desde donde sale Oxford Street y se puede acceder a Trafalgar Square.

En ese punto también hay diversos teatros y vimos que hay ambiente, ya que había largas colas para acceder a uno de ellos.

Desde esa plaza, está indicado mediante señales cómo llegar al "British Museum", está allí cerca, y nos fuimos andando. En cinco minutos estábamos enfrente de ese edificio, pero nuestro gozo en un pozo. Estaba cerrado y el museo cerraba sobre las 17:30 h.

HACIA EL "TOWER BRIDGE" Y PASO POR EL "MONUMENT"

Aún nos sobraba tiempo, y queríamos ir hacia el famoso puente de Londres que se abre cuando pasa un barco. No me digáis por qué, pero tiré de plano y vi que había una cosa llamada "The Monument" al lado del "London Bridge" y dí por hecho que era eso.

Así que cogimos el metro, en Tottenham Court Road, en esta ocasión la línea central (roja) y tras cuatro paradas llegamos a una llamada "Bank" y desde ahí hicimos un trasbordo a pie un poco largo hacia la que se llamaba "Monument".

Cuando salimos, nos dimos cuenta que me había equivocado El "London Bridge" es un puente normal, moderno y sin atractivo turístico alguno sobre el río Támesis. Eso sí, nos dimos ahí vimos que lo que queríamos visitar era el siguiente puente y que se llamaba el "Tower Bridge". Realmente lo sabíamos, pero me lie .

Pero ya de estar ahí, quería saber, que rayos era eso del "Monument", así que en medio de diversos edificios modernos, nos encontramos con una columnata a la que se podía subir por unas tres libras, pero no veíamos el interés y no lo hicimos. Luego me enteré que ese monumento se construyó en el siglo XVII (cualquiera lo diría) y conmemoraba el resurgimiento de la ciudad de Londres después del gran inciendo. ¡Pues vale!

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The Monument

Cogimos de nuevo el metro y ahora sí que nos fuimos hacia el puente que realmente queríamos ver. Línea circular (amarilla) y tras una parada llegamos a "Tower Hill". La estación está en el acceso trasero de ese castillo que se llama "La torre de Londres".

Lo bordeamos y ahora sí estábamos en el puente "Tower Bridge". Como no podía ser menos, sacamos numerosas fotos desde las dos orillas del Támesis y lo cruzamos.

Estábamos en plena "City" de Londres. Es decir, la zona financiera de la ciudad y de grandes edificios por lo que podíamos contemplar diversas cosas llamativas. Algo que me llamó la atención fue la presencia de un buque de guerra, el "HMS Belfast", fondeado en el río y que ahora está habilitado como museo, pero tampoco consideramos la necesidad de entrar .

Pero lo que más me llamó la atención fue el Skyline con grandes edificios que también vimos en algunas fotos, como el que se conoce como el "Pepinillo" que se parece mucho a la torre Agbar de Barcelona, o uno que no había visto y que me parecía gigantesco en forma de pirámide, impresionante, que aún andaba con grúas.

Al poco tiempo me enteré que se llamaba "Shard London Bridge", que medía 310 metros de altura y que durante unos meses fue el edificio más alto de Europa. Curiosidades; todos estos edificios estaban muy próximos al río y se podían vers desde allí (de eso ya subo fotos en la siguiente etapa).

Pero sin duda, lo que más nos interesaba era ver ese impresionante puente de la torre, que según nos informaron, se abría dos veces al día para el paso de barcos.

Aún nos recreamos un buen rato sacando fotos desde diversos ángulos al tiempo que estaba anocheciendo.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

A CENAR A NOTTING HILL E INVESTIGAR PORTOBELLO

Aún seguía entre ceja y ceja con lo de "Portobello" y no me resignaba a ir alguna vez aunque no hubiese mercado. Y lo de "Notting Hill" me llamaba la atención por lo de la película

Además la estación de metro de Notting Hill estaba a una parada de la de nuestro hotel, con lo que no podía estar lejos. Así que se me antojó ir a cenar en esa zona.

Lo cierto es que ya estábamos cansados, pero hicimos un último esfuerzo. Cogimos de nuevo el metro en "Tower Hill" y más concretamente la línea circular (amarilla) que nos dejaría directamente en nuestro destino. El matiz es que había 14 paradas y si hubiésemos cogido la línea "district" (verde) que iba en paralelo nos habríamos ahorrado unas cuantas.

El viaje nos llevó más de media hora y cuando llegamos ya era noche cerrada.

Salimos de la estación de Notting Hill y ya vimos un McDonalds, así que a tiro fijo Eran ya algo más de las nueve y lo cierto es que esa zona estaba muerta por completo y quedaba muy poca gente en el local, así que nos pedimos algo para pasar el trámite tranquilamente.

Aún tuve fuerzas para querer investigar y ver por dónde se iba al mercado de Portobello. Pero simplemente empezamos a caminar una calle llamada Pembridge Road, desde donde más adelante comenzaba Portobello y llegamos hasta una iglesia y pegamos la vuelta. Se veía que era una zona residencial con varios chalecitos típicos ingleses, pero a esa hora estábamos solos en la calle y ya daba impresión.

Deshicimos nuestros pasos y llegamos a la estación de metro de Notting Hill, pero sabiendo que la siguiente era Queensway, la nuestro hotel, fuimos andando, esperando ver algo, ya que estábamos en la calle Bayswater y en teoría era de las principales de esa zona, pero tampoco había nadie, por lo que no se hizo nada agradable el paseo.

En fin, que todavía tardamos más de 15 minutos en llegar al hotel y el trayecto se hizo largo.

Al llegar lo primero que hicimos fue preguntar si tenían adaptador para los enchufes ingleses de tres patillas y nos dio una alegría cuando nos dijeron que sí y que nos lo dejaban desinteresadamente. Lo cierto es que una de las cosas buenas del "Comfort Inn Hyde Park" era que si te podían ayudar lo hacían.

Poco más, ya eran más allá de las diez y media y no tardamos en dormir, ya que estábamos cansados y nos quedaba la traca final el día siguiente, que era el último entero que íbamos a estar en Londres.

👉 Ver Etapa: 3-Buckingham-cambio de guardia, Campden y "Tower Bridge" (Domingo 8 de ⏫ Volver arriba Compartir: