EL VIAJE: Costa Oeste de USA - Septiembre 2013 ✏️ Blogs de USARecorrido por la Costa Oeste americana: ciudades, naturaleza, carretera.... y una experiencia INOLVIDABLE.Autor: Lidiaqxp Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (10 Votos) Índice del Diario: EL VIAJE: Costa Oeste de USA - Septiembre 2013
01: Preparativos del VIAJE
02: De Asturias a LA. ¡Comienza la aventura!
03: “Bienvenidos a Hollywood … ¿cuál es tu sueño? “ ¡Hollywood y más!
04: En la variedad está el gusto: el centro, los orígenes y la playa
05: De cine y televisión…
06: En ruta por tres estados. Destino final: la ciudad del neón…
07: De shopping
08: Al este del Bellagio... y acabamos con “absenta”
09: De paseo por el centro…y el pasado
10: De nuevo en la carretera: calor + calor = Death Valley
11: Día de naturaleza: Yosemite
12: Último día en carretera, hasta San Francisco
13: Primer día en San Francisco. Del Golden Gate a Chinatown
14: Barrios de San Francisco y vistas desde las alturas
15: De compras y a la cárcel: ¡Alcatraz!
16: Último día de una experiencia INOLVIDABLE
17: El regreso…
18: Conclusiones
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Antes de empezar el relato del viaje, quiero agradecer enormemente toda la ayuda que he tenido de los forer@s de “Los Viajeros”. Sin ellos, creo que ni siquiera podría haber empezado a organizarlo. Ante todo, agradecer a los que contestasteis a mis preguntas, que no fueron pocas: Macorís (eres una crack, María; te admiro y me encanta todo lo que escribes), Eirey (gracias por tu ayuda con el hotel de San Francisco), Iris29 (tus consejos sobre el alquiler del coche fueron fundamentales y, cómo no, sobre la ya famosísima nevera ;-), sargentoj (gracias a ti, llevábamos preparadísimo el tema de mapas), Isun05 (por tu ayuda con el hotel de LA), Irene25 (gracias por tu diario y por los consejos sobre Las Vegas),…. en fin… y al resto por escribir vuestros diarios, que son mejores que cualquier guía que puedas comprar. THANK YOU!!!
El tema del viaje por la costa oeste de USA fue algo que surgió un poco “por casualidad”. He de decir que yo soy de las que prepara las vacaciones con muchísima antelación –quizás demasiada -, pero este año no acertábamos a decidirnos por el destino… Incluso nos acercamos a FITUR, que nunca habíamos ido y a mí me apetecía mucho, para ver si “nos venía la inspiración”. Había tantos sitios que nos gustaban… Pero, finalmente, allí en la feria hablamos con una chica que organizaba este tipo de viajes y poco a poco, nos fue picando el gusanillo… Teniendo en cuenta que San Francisco era una ciudad que nos llamaba muchísimo la atención y que a Las Vegas queríamos volver, puesto que ya habíamos estado pero por diversas circunstancias no pudimos “aprovechar” esta ciudad a tope…ya está!!! Viaje por la Costa Oeste de mis queridos USA!! Y, claro, una vez que me puse a leer los diarios…ya no había marcha atrás. Ese viaje era para nosotros! Eso sí: teníamos claro que no queríamos meternos muchos kilómetros en coche, así que pensamos más en disfrutar de las 3 ciudades y, “de camino”, aprovechar la naturaleza de Yosemite o Death Valley. Este año tampoco teníamos muchos días como en años anteriores, así que... Voy a ver si puedo ir contándoos por orden todos los pasos que seguimos hasta tenerlo todo organizado: • VUELOS: Fue lo primero que tuvimos. Concretamente, en febrero. Después de mucho buscar por varios buscadores y webs de líneas aéreas, nos decidimos por Iberia por varios motivos: el primero, y quizás el más importante, fue que tenían vuelo directo Madrid-Los Ángeles, cosa muy cómoda para nosotros, puesto que a Sergio, mi marido, –debido a su nombre- siempre le paran en inmigración y no queríamos arriesgarnos a, en una escala demasiado corta, perder el vuelo de conexión…es que la última vez que fuimos a NYC estuvo como más de dos horas “entretenido” con los agentes de inmigración, así que os podéis imaginar. Otro motivo es que desde Asturias, para ir a Madrid en avión, en ese momento sólo había la posibilidad de ir en Iberia así que…. Y bueno, el precio tampoco estaba tan mal, comparándolo con otras compañías. • HOTELES: Los primeros que buscamos, por consejo de otros viajeros, fueron los de Yosemite (en Mammoth Lakes y Mariposa); el primero es “The Mammoth Creek Inn” y en Mariposa, el “Mariposa Lodge”. En Los Ángeles, cogimos un motel cuya valoración en TripAdvisor nos sorprendió muy gratamente cuando lo vimos: el “Jerry’s Motel”. Algo que Sergio tenía hiper-claro es que quería repetir hotel en Las Vegas: el “Bellagio”. Es uno de los caprichinos que nos dimos en este viaje. Nos había gustado tantísimo cuando estuvimos la otra vez, que tampoco nos lo pensamos mucho. Y, por último, el de San Francisco, quizás fue el que más trabajo nos costó. Alucinamos un poco con los precios porque, en comparación, nos parecieron bastante caros, pero encontramos una buena oferta en Booking del “Orchard Hotel” y por ese nos decidimos. Por supuesto, todos los hoteles tienen parking (bueno, el de San Francisco es público, pero tienen un acuerdo con el hotel) porque no queríamos arriesgarnos a tener que buscar aparcamiento cada vez que llegásemos. Sobre cada uno de los hoteles, os hablo en las siguientes etapas, según vayamos “llegando”… • COCHE: Aquí quizás fue donde más lío tuvimos, especialmente con el tema del seguro, ya que a pesar de todo lo que leímos en el foro, todavía no nos quedaba completamente claro. Finalmente, lo cogimos con “ealquilerdecoches”, a través de su página web y con varios correos de por medio para hacer algún que otro cambio. Luego, en cada etapa, os iré contando en qué quedó todo y como se fueron desarrollando los acontecimientos. • SEGURO: Aquí también miramos con varias compañías. Ya sabemos que un seguro, siempre que no te pase nada, es estupendo; los problemas vienen cuando surge alguna cosina que tengas que echar mano de ellos. Por suerte, no tuvimos que usarlo en ningún momento. Después de muchas vueltas, lo hicimo con “Columbus Direct”. A grandes rasgos, esto sería lo principal a la hora de organizar el viaje. A partir de aquí y de tener la ruta ya segura (después de “algún que otro” cambio), empezamos a mirar las cosas específicas en cada sitio del viaje: restaurantes que nos gustasen, espectáculos, excursiones,…. Pero eso, ya os lo cuento en cada etapa. Empezamos: (NOTA: Resulta que la agenda donde llevaba toooodas las notas del viaje, me la dejé en el avión , así que hay algunas cosas que tenía apuntado para escribir en el diario -como los gastos de la gasolina, por ejemplo- que finalmente no podré hacerlo. Lo siento mucho, chic@s. He reclamado a Iberia a ver si me la devuelven pero, cómo no, no he tenido ningún tipo de contestación por su parte . Espero poder acordarme de todo y escribirlo sin dejarme nada importante) Etapas 1 a 3, total 18
Viernes, 06 de septiembre de 2013. Por fin. Por fin había llegado el día. Después de tantos meses, desde febrero, ya estábamos ahí, preparados para comenzar una nueva aventura. La aventura por la Costa Oeste Americana. Yiiiihaaaa!!!!!
Nuestro vuelo de Asturias a Madrid salía a las 09:15 de la mañana pero como somos así de “exageraos” (vale, la mayor parte de las veces soy yo la exagerada), a las 5 ya estábamos en pie! Total, que mientras que nos preparamos, hicimos las comprobaciones de última hora con respecto al equipaje, maletas y demás, a las 6 de la mañana estábamos yéndonos al aeropuerto. A mi padre, el pobre, que siempre hace “de taxista”, le hicimos madrugar de lo lindo… Pues nada, que a las 7 menos algo ya estábamos en la cola de facturación de Iberia. Pero si todavía estaban facturando al vuelo anterior al nuestro! Da igual, siempre prefiero aburrirme de esperar a estar con los nervios a tope por si llegamos tarde. Y mira que los nervios los tenía igual a flor de piel! En fin, que una vez que facturamos las maletas grandes (sin exceso de equipaje, eso sí) pues nos fuimos a desayunar; mi estómago no estaba para muchos trotes, pero algo había que comer, no? A esas horas, el aeropuerto todavía estaba bastante tranquilo y decidimos pasar el control de seguridad con calma y sin apurarnos. Y tanto que lo hicimos! Estábamos solos! Y, gracias a eso, tuvimos la suerte de encontrarnos con un señor de seguridad súper-amable con el que estuvimos hablando un buen rato acerca de todas las medidas que se toman para embarcar a los pasajeros y el porqué de éstas. Fue una conversación muy interesante y aprendimos un montón de cosas sobre la seguridad de los aeropuertos. Veis? De algo sirve ser tan “exagerá”… jejeje… En fin, que ya embarcados, sólo pensábamos que nos quedaría un laaaargo día por delante hasta llegar a USA, pero seguro que merecería la pena. El vuelo hasta Madrid, sin problemas; es un trayecto cortito, así que se pasa pronto. A las 10:30 aterrizábamos en la capital y el siguiente vuelo hasta LAX era a las 12:45. Total, que entre salir del avión, cambiar de terminal, buscar la puerta de embarque y pasar por el control que hacen para todos los vuelos a EEUU, la espera se nos hizo más bien corta. Bien! Ya en el vuelo hasta Los Angeles...eso sí que se hizo más largo. Uff... Lo cierto es que 11 horas, así dicho, igual no parece tanto pero cuando estás allí...... Bueno, daba igual, estábamos cada vez más cerca de nuestro destino. Habíamos comprado los asientos a través de la web de Iberia (pagando un poquito más puedes escogerlos) porque no queríamos que nos tocase en los del medio -donde hay 5 juntos-; total, que tuvimos unos bastante buenos, cerca de los baños y con nadie detrás, lo cual era bastante cómodo porque no tienes que preocuparte por echar hacia atrás el asiento ni nada por el estilo. Aún así, el espacio... bueno, ya seguro que todos sabéis que no es lo que se dice "amplio"... Nos dieron comida (a escoger entre lasaña de verduras y pollo), más tarde pasaron con sandwiches y por último una cena, si no recuerdo mál. La comida? Pues de avión. Sin más. No creo que haya más que decir. Durante todas esas horas vimos una peli (en nuestra tableta, porque las pantallas no eran individuales y estaban más bien "un poquito mal situadas"), leimos, intentamos dormir (y digo "intentamos" porque ninguno de los dos lo consiguió ),... vamos, que menos pilotar el avión hicimos de todo! Jijiji... Y por fin, a eso de las 16:30, hora local,..... aterrizábamos en LAX!!!! Vivaaaa!!! Tranquilamente, nos bajamos del avión y nos dirigimos a recoger el equipaje. Qué mogollón de gente!!!! Nosotros, como digo con calma, nos pusimos en una y a esperar nuestro turno. Ya estábamos haciendo planes de cómo organizarnos mientras a Sergio lo "retenían" en Inmigración; sí, sí, como lo oís: es que las anteriores veces que habíamos estado en USA, debido a su nombre, lo habían hecho pasar a una sala y esperar a que revisasen toda su documentación. No es nada grave ni nada -imagino que a alguno le habrá pasado-, pero sí que es un tostón tener que esperar y demás... La última vez, en Newark, se tiró como unas 2 horas! Y yo sola que me quedé en el aeropuerto esperándolo con todas las maletas. Parecía que me habían abandonado! Jajajaja!! En fin, que cuando nos tocó el turno, como siempre, pasé yo la primera: huellas, retina, y cuño en el pasaporte. Pum! Hecho! Yo estaba dentro. Turno de Sergio: huellas, retina y.... pum! Cuño! No nos lo podíamos creer!!!! No le habían parado!!! Estábamos súper-contentos. Empezaba bien la cosa... A todo esto, hago una aclaración que creemos que fuel el motivo por el cual no le pararon (queremos creer que sirvió de algo). Y es que esta vez, al hacer las reservas del avión por internet, a través de la web de Iberia, había una apartado donde ponía "REDRESS" -o algo así, no recuerdo bien el nombre exacto-. Era la primera vez que lo veíamos y leimos a ver para qué era. Pues bien, es algo así como hacer una "petición" al Departamento de Inmigración de los EEUU, para evitar que te hagan más inspecciones a la hora de entrar al país. Que era justamente lo que le había pasado en anteriores ocasiones. Pues bien, parece que funcionó. Eso, o que esta vez, les dio por ahí... cualquier cosa es posible en América! Estando ya en suelo americano y con nuestras maletas (ambas dos! no nos perdieron ninguna!), tocaba el siguiente paso: el coche. Como os contaba en la anterior etapa, lo alquilamos a través de la web de "ealquilerdecoches.com", un vehículo de la gama "SUV", que ellos llaman allí, y el proovedor del mismo era "Alamo". Fuimos hacia la zona de los shuttles de las oficinas de alquileres -está muy bien indicado, no tiene pérdida ninguna- y pillamos el nuestro que, por suerte, estaba ya en la parada. Al llegar a Alamo nos pusimos a la cola con toda la documentación preparada para que nos dieran el coche; llevábamos un poco de lío con el tema de seguro, como os contaba, por ver si hacía falta pillar algo más y qué sería lo más conveniente, pero bueno, eso nos lo diría el chico al llegar al mostrador, no? Pues resulta que mientras estábamos en la cola, había un chico de la compañía "deambulando" por allí y le preguntó a Sergio quién estaba puesto como conductor. Le dijo que los dos, así que me pidió a mí que me quedara en la cola y a él que le acompañase para ver si podía hacer el "auto check-in" sin necesidad de pasar por el mostrador y apurar así los trámites. Bueno, por intentarlo... Así que mientras yo cargaba con todas las maletas (unas 10mil o así... ) él fue a la maquinita esa y con ayuda del chico.....tachán!!! Hecho!!! Nos ahorramos la espera de la cola y ya podíamos ir a elegir el coche! Por cierto, que al preguntarle si era necesario coger otro seguro diario o algo así, él le dijo que con lo que llevábamos era más que suficiente, no nos "vendió" nada más. Bravo! Pues hala, al aparcamiento y a escoger coche. En teoría, lo que habíamos contratado era un "Jeep Grand Cherokee", pero no había ninguno. Ya sabíamos que muchas veces no hay los coches exactos que ofertan, así que no nos pilló por sorpresa. Después de dar alguna que otra vueltecita y mirar más de un coche, nos decidimos por un "Hyundai Tucson" nuevecito gris que había; a Sergio no le entusiasmó mucho en un principio, pero luego resultó portarse todo el viaje como un campeón Aquí lo tenéis: Pues nada, metimos todo el equipaje en nuestro Tucson y… p’adelante! Ahora sí que sí! Ahora ya estábamos de pleno inmersos en nuestra aventura!!!! Habíamos encendido previamente el GPS ( llevábamos en ambos móviles –iphones- y un Tom-Tom que nos habían prestado) y ya teníamos metida la dirección del hotel, así que fue subirnos al coche, que Sergio “se hiciera” un poco con él y… a la jungla de asfalto! Jajajaja!! Al principio resultó un poco raro y complicado con el tema de los semáforos al otro lado de la carretera, el hecho de poder girar a la derecha con el semáforo en rojo siempre que no haya nada que te lo impida y que no vengan coches, claro, y la cantidad de tráfico impresionante, pero bueno… el que conducía era Sergio! Jijiji… Sí, sí, ya sé que tengo mucho morro, pero es que he de seros sincera: odio conducir. Y al ver el lío que hay por esas carreteras… me entró el canguelo! Y teniendo la gran suerte de que a él no le importaba… pues qué queréis… que me aproveché. Eso sí: hice de copiloto divinamente; vamos, que ni Luis Moya con Carlos Sainz! Camino del hotel ya vimos lo que iba a ser un clásico en este viaje: perdernos! Yo no conté las veces que nos perdimos por las carreteras de las ciudades pero andarían alrededor del millón, millón y medio. Lo bueno es que, si te equivocas y sales por una calle que no es o te pasas de la salida, enseguida se puede solucionar porque hay otras tantas posibilidades. Puedes tardar 5 minutinos más, pero no supone un gran rompedero de cabeza. Nuestro hotel, el “Jerry’s Motel”, se encuentra cerca del Downtown, por lo que no tardamos mucho en llegar. Se trata del típico motel que estamos acostumbrados a ver en las pelis, con su parking delante de las habitaciones, las cuales todas dan a la calle. Os pongo las fotos: Qué cansados estábamos y qué ganas de irnos a dormir! A todo esto, serían como las 8 de la tarde, pero para nosotros… bueno, ya ni llevaba la cuenta. Sólo sabía que estaba exhausta y que quería irme a la cama. Total, que llegamos, aparcamos e hicimos el check-in. La chica que nos atendió fue muy amable y hablaba español porque sus padres eran mexicanos. Nos explicó todo lo que necesitábamos saber del hotel, nos dio un mapa e información de la ciudad y una bolsita con agua y unos snacks, que nos vinieron muy bien para comer algo. Estábamos tan agotados que ni siquiera fuimos a cenar, nos “apañamos” con los aperitivos de la bolsa y… a dormir!!! A pesar de que hacía muchísimo calor, caímos rendidos y dormimos como nunca… El día siquiente, sería muy largo… Etapas 1 a 3, total 18
Sábado, 07 de septiembre de 2013. Me despierto desorientada. He dormido taaaan bien… Habíamos puesto el despertador para las 8 de la mañana, si no recuerdo mal, y todavía no había sonado. No tardará mucho. Miro el reloj y……¡¡¡¡las 3:10 de la mañana!!!! ¡¡¡¿¿Cómo??!!! Pero si parece que haya dormido como doce horas!!! Estoy completamente espabilada, no me lo puedo creer; y lo más gracioso de todo es que Sergio, a mi lado, estaba igual que yo. ¿Y que haces un sábado a las 3 de la mañana? Normalmente es la hora en la que llegas a casa después de ir de “marchuki”, no? Jejeje… Pues nada, como ya no teníamos una gota de sueño, lo que hicimos fue organizar un poco el día, darnos una duchita y salir “a explorar”…
La exploración nos salió un poco rana, ahora es cuento; y sí, fue mi culpa, lo reconozco. Pero tampoco pensé que tardase tanto en amanecer! Bueno, antes de contaros mi metedura de pata, comentaros algo que también nos parecía muy raro: y es que nos levantamos sin nada de hambre. Y eso que no habíamos cenado la noche anterior y que la comida del avión tampoco es que se pueda considerar…consistente, digamos. En fin, seguro que habría tiempo suficiente para que nos entrara el hambre, así que cero preocupaciones. Vale, ahí voy: mi idea, aprovechando que tendríamos tiempo de sobra, era subir hasta la zona en la que se ve el cartel de Hollywood, por Mullholand Drive, y así tener hecha ya esa visita, para luego bajar tempranito para Hollywood Boulevard y aprovechar a ver la zona sin gente. Cuando salimos del hotel eran como las 04:30 de la mañana así que calculé que mientras llegábamos y tal, ya habría amanecido. ¡Ja! Eso es lo que yo me creía… Total, que como había poquito tráfico, enseguida encaminamos las colinas y… ¡ni una gota de luz! Qué miedo pasé chic@s! La carretera era bastante sinuosa y no se veía nada de nada; así durante un ratito, hasta que decidimos dar la vuelta porque aquello no tenía pinta de nada bueno. Y el amanecer “no se veía por ningún sitio”. Madre mía! La primera en la frente, como se suele decir. ¡Y Sergio casi me mata! Con toda la razón, he de decir… ¡Malísima idea! Total, que nos fuimos a Hollywood Bl. pero, claro, ahí todavía no había nada abierto, ni gente, vaya. Es que nuestro madrugón fue de órdago! Claro, yo había dormido tanto que me parecía que eran ya las 10 de la mañana, cuando no pasaban ni de las 05:30… En fin… Y ahí, a Sergio se le puso a funcionar la neurona y pensó que podíamos ir al Observatorio Griffith y ver el amanecer desde allí. ¡Eso sí que fue una buenísima idea! Nos encaminamos hacia allí y nos dimos cuenta de lo madrugadora que es la gente: ya había muchísimos haciendo deporte por la zona. Y qué valor, porque hay algunas cuestas que…. Total, que cuando llegamos arriba ya nos hicimos una idea de lo bonito que era aquello y de lo que íbamos a disfrutar ese amanecer. Las vistas desde el Observatorio son espectaculares. Por cierto, la dirección exacta –la que nosotros pusimos en nuestro GPS- es: 2800 East Observatory Avenue. No tiene pérdida porque hay muchas indicaciones a lo largo de toda la carretera. Y estas son las vistas de LA desde allí arriba y el precioso amanecer que nos ofreció la ciudad: Qué rato más agradable pasamos allí paseando, haciendo fotos, disfrutando de las vistas,… La pena es que a esas horas el Observatorio estaba todavía cerrado; pensamos en volver otro día de noche pero, como más adelante veréis, no nos dio tiempo. ¡Para la próxima! A eso de las 07:30, pusimos rumbo hacia abajo, pero quisimos pasar antes por la zona más cercana posible al cartel de Hollywood para sacar alguna foto. Ya sabéis que no se puede subir justo hasta arriba, pero gracias a las indicaciones del foro, encontramos un sitio muy chulo: 3147 Canyon Lake Drive. Es un parque muy cuco donde hay mucha gente con sus perros y las vistas del cartel son geniales. A esa hora ya nos estaba entrando el hambre, así que decidimos poner rumbo a Hollywood Boulevard y pasar el resto de la mañana por esa zona. Eso sí: lo primero sería encontrar aparcamiento e, inmediatamente después, ir a desayunar. En un primer momento, teníamos claro dónde dejaríamos el coche: en el parking que hay en el centro comercial al lado del Teatro Chino, peeeeero…. ¡obras! ¡Pero cómo era posible! Si hacía como 3 horas que habíamos pasado por allí y no había nada, ni carriles, ni calles cortadas, ni policía… Pues nada, que en ese tiempo habían desplegado “todos los efectivos” y no había forma de llegar al parking del mall. Habría que buscar el plan B: dar vueltas hasta llegar a un parking público. Lo cierto que no nos costó mucho: justo detrás del teatro “Capitán” hay uno –al aire libre, eso sí- que por $20 dejas el coche todo el día y está vigilado; lo único malo que está “a la solana”. Vale, el precio ya sé que es un poco demasiado pero, ya de vuelta, nos dimos cuenta que lo del tema “parking” iba a ser un gasto importante del viaje; en comparación, casi gastas más en aparcamiento que en gasolina, por increíble que pueda parecer. Una vez que dejamos el coche nos fuimos a desayunar. En el centro comercial del Teatro Kodak, encontramos un Starbucks –lugar habitual a partir de entonces en todo el viaje-, donde comimos unos sandwiches y café que, a pesar de ser “estadounidense”, no estaba del todo mal… ¿sería el hambre que hacía que las percepciones fueran distintas? Jejeje… Ya con el estómago lleno y viendo que las tiendas del centro comercial todavía no estaban abiertas, decidimos ir a ver el Mann Chinese Theatre, con sus famosas huellas de actores y artistas. Mira que era temprano y aún así ya había muchísima gente, lo cual hacía complicado ver las huellas, pero rebuscando, rebuscando, llegué a la que quería: Es mi actor favorito y me hice una especie de “homenaje a mí misma”. Os explico: la primera vez que fui a USA, concretamente a Los Angeles, tenía 19 añitos (ya llovió desde entonces) y mi ilusión era ver la estrella de Tom Hanks. Pues bien, el caso es que familia con la que me quedaba allí, que eran una amor, cumplieron mi deseo y me llevaron a Hollywood, a ver la estrella; y, sin ni siquiera saberlo, el día antes de que yo fuese, el mismo Hanks había puesto sus huellas en el Theatre. Qué pena no haber estado allí un día antes, ¿verdad? El caso es que en esta ocasión, con “taitantos” años más ;-), quise rememorar ese día yendo de nuevo a las huellas. Es una tontería, pero a mí me hizo mucha ilusión! Pues nada, después de deambular durante un rato por delante del teatro, proseguimos nuestro paseín por Hollywood Boulevard. Estrellas y más estrellas, de las cuales veíamos muchas que nos llamaban la atención, pero después de unos metros mirando al suelo… mejor mirar hacia delante para no chocar con el que te venía en frente y hacía lo mismo. Jejeje… ¡Ay por cierto! Que justo delante del Kodak estaban montando un “tinglao” con luces, alfombra roja, cámaras… ¿¿¿??? ¡Tenía que enterarme de quién iba a estar por allí! A ver si venía alguien interesante y nosotros nos lo perdíamos… ¡no era plan! Además, incluso había gente ya por allí con sillas y demás para estar en primera fila…. Total, que me acerqué a una de las chicas que había por allí y le pregunté. Al final, resultó que quienes iban eran los de “Sons of Anarchy”, una serie de televisión; si os sois sincera, jamás había oído hablar de ella, así que no me dio pena tener que irme. Seguimos nuestro paseo por el Boulevard tranquilamente, con mucho calor y entrando en alguna que otra tienda, aunque en ninguna nos entreteníamos mucho porque era el primer día y no era plan de empezar ya con nuestro/mi afán consumista… Hasta que llegamos a una que nos llamó la atención desde fuera. Lo cierto es que no recuerdo el nombre, pero había cosas del ejército y a mí toda esa parafernalia me encanta así que… pa’ dentro! Aquí sí que nos entretuvimos un buen rato e incluso pedí permiso para hacer fotos para poder enseñárselas luego a mi padre, que es súper-fan de todo este tema (de casta le viene al galgo…) Después de caminar un buen rato, decidimos dar la vuelta y volver al mall donde habíamos desayunado, que por allí también había algunas tiendas que nos habían parecido interesantes. Hacía muchísimo calor y parecía que ya nos entraba un poco “la gusa”, así que decidimos quedarnos por allí y comer algo ligerito, en el propio centro comercial. Mira que no habrá sitios donde comer algo por allí… ¡pues debimos escoger el peor! ¡Jolín qué mal! Ya ni recuerdo cómo se llamaba el sitio (memoria selectiva) pero de lo que sí me acuerdo es de la comida: Sergio se pidió una ensalada César y yo un wrap… bueno, pues resultó ser exactamente lo mismo, pero el mío con el panecito este tan típico de los wraps y lo de Sergio en un bol de ensalada… ¡Lo que nos reímos luego! Eso sí: lo cierto es que debió ser la única comida mala que recordamos del viaje. Pues ya con el estómago…. ¿lleno?... volvimos a por el coche y nos encaminamos a nuestro siguiente destino, no sin antes tener que volver un momento al hotel porque se me había olvidado algo importante allí. Con esto perdimos un poco de tiempo, pero tampoco era demasiado tarde e íbamos a poder ver todo lo que teníamos planeado para ese día, así que sin problema. ¡Con lo que habíamos madrugado, como pa’ no! “¡Ve a Rodeo Drive, pequeña!” ¿Os acordáis de esta frase de película? Yo he visto “Pretty Woman” como una 15 mil veces, así que… ¡A Rodeo Drive! Llegamos allí y lo primero, parking. Esta vez encontramos uno público pero ya subterráneo, y menos mal porque nuestro pequeño Tucson, que había estado al sol tooooda la mañana “se había quedao tostaíto”, el pobre. Esta vez fueron $15 y podíamos tenerlo hasta la medianoche. Al final, estuvimos poquito tiempo, pero bueno… ¿qué se le va hacer? Vimos sitios por la calle, pero todos estaban ocupados y, por vez primera, vi los parquímetros individuales acerca de los cuales había leído en el foro. Me llamaron tanto la atención que tuve que hacerles una foto; ¡si hasta se pagaba con tarjeta! Pues nos dimos un paseíto por Via Rodeo muy agradable porque parecía que allí estaba más fresquito y todo. Sergio, en plan guasa, decía que claro, que como era una zona de ricos, allí había hasta aire acondicionado por la calle. Jajaja… No sé lo que era, pero el caso es que sí es cierto que no había tanto bochorno. Vimos las tiendas tan famosas y taaaaaan carisísimas que hay por allí, unos cochazos que hasta a mí me llamaban la atención, unas señoronas que se les veía que les caían los $$$ por las orejas,… ¡Barrio de ricos, chic@s!¡Ah! Y el famoso hotel que sale en la peli que os decía antes: el Royal Beverly Wilshire. Después del paseo, nos sentamos en un banquito que había por allí a la sombra y estuvimos descansando un rato. Luego, decidimos volver a por el coche e irnos hacia Beverly Hills. Nos metimos por lo que es el barrio con el coche y estuvimos por allí viendo las casas. Bueno, eso no son casas, eso son mansiones. Pero lo cierto es que no fue algo que nos llamara la atención excesivamente. Son casas; grandes, sí y muchas de ellas bonitas, sí, pero casas, al fin y al cabo. Por cierto, por si os interesa, la foto del cartel la hicimos en el cruce entre Santa Monica Boulevard y N Doheny Drive. También nos acercamos hasta el famosísimo “The Beverly Hills Hotel”, donde debía haber una fiesta o algo así porque llegaba gente de lo más elegante. Con todo esto, cabía la posibilidad de acercarnos hasta Bel Air, pero como ya estábamos bastante cansados y no nos apetecía seguir viendo más casas, decidimos ir encaminándonos ya hacia el hotel y hacer una paradita en un supermercado para comprar algo y cenar en la habitación. Paramos en un “Ralph’s” (no muy barato, precisamente), compramos unos sándwiches, unos snacks y algo de chocolate y nos fuimos ya a descansar. Para ser el primer día, no estaba del todo mal, ¿no os parece? Había sido un día muy largo y lo habíamos aprovechado muy bien, así que ahora tocaba descansar y coger fuerzas para el día siguiente. Etapas 1 a 3, total 18
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