Al igual que en días anteriores cruzamos la frontera francesa y nos dirigimos al corazón de la Selva Negra, comenzamos la jornada visitando Gengenbach, quizás el pueblo más bonito que hemos visitado en la parte alemana, se trata de un pueblo medieval con casas de varios siglos de antigüedad pero exquisitamente cuidado, la Markplatz con el Ayuntamiento en uno de sus laterales presenta una estampa preciosa. Hay multitud de adornos tanto en las puertas de las casas como en las aceras de las calles con bancos con todo tipo de adornos y hasta un banco cubierto de croché con motivos florales otro con forma de lápiz, etc. La ciudad tiene tres entradas con sendos torreones cada una de ellas incluso alguna con una empalizada y campanario. Pasear por sus callecitas es como revivir una historia de cuento, y no en vano ha sido elegida como fondo de varias películas, como por ejemplo Charlie y la fábrica de chocolate del director Tim Burton, y también ha servido de musa inspiradora a pintores y escritores, en definitiva una visita que no puede faltar en la agenda.
Después de esta gratificante visita y pensando en los niños nos dirigimos a Gutach pueblo en el que en sus alrededores se encuentra una atracción en la que lo pasamos en grande, se trata especie de montaña rusa cuyo trazado esta construido sobre un monte y sobre sus railes se desplazan a una velocidad vertiginosa unos trineos en los que tu eres quien toma el control mediante un freno, se llama Rodelbahn ( www.sommerrodelbahn-gutach.de/ ...utach.html ). Realmente divertido y barato, hay que esperar un poco de cola para subir pero lo dimos por bien empleado, después de echar un buen rato comimos allí mismo unas salchichas y unas Flammkuchen (especie de pizza carbonara de masa fina) acompañadas como no por una cerveza de gran formato y nos encaminamos a nuestro siguiente destino Triberg, cuna de la industria artesanal de los relojes de cuco.
La cruza el río Gutach, que forma un sistema de cascadas de más de 163 m de caída (las más altas de la Selva Negra) y que es su gran atracción turística. Pagamos la entrada (3,5€ adultos y 2€ niños) y subimos por un sendero que nos permite parar frente a varios saltos de agua verdaderamente bonitos. Durante el recorrido podemos fotografiar alguna que otra ardilla. Existen varios senderos para recorrer el bosque diferenciados por colores y que varían según duración del recorrido y dificultad, pero todo esta perfectamente indicado.
Para reponer fuerzas nos tomamos una cerveza y unos helados y continuamos la ruta para llegar a la localidad cercana de Schonach donde se puede visitar el reloj de cuco más grande del mundo, construido en una pequeña casa que aloja el mecanismo en su interior. Llegamos un poco después de cerrar asi que no pudimos entrar pero al menos nos traemos una foto de la fachada que realizamos desde la carretera.
Por último visitamos la localidad de Schiltach, ya cayendo el sol. Nos damos un paseo por sus vacías calles, destaca por su maravilloso casco histórico medieval excelentemente conservado y repleto de casas con entramados de madera de considerable antigüedad. El bonito conjunto de casas que rodea la empinada Marktplatz o Plaza del Mercado la convierten en un lugar idílico, es una plaza triangular e inclinada donde destaca su Ayuntamiento (Rathaus), del siglo XVI, con el frontal repleto de frescos pintados que narran algunos hechos de la historia del pueblo.
Los ríos Schiltach y Kinzig cruzan el pueblo formando agradables paseos por sus orillas, muchas casas pintadas de diferentes colores se asoman al río, permitiendo realizar preciosas fotos desde sus numerosos puentes. La imagen es digna de una postal.
La jornada de hoy la dedicamos a Francia por la región de la Alsacia, de norte a sur, paralelo por la izquierda a la frontera con Alemania y, por tanto, al río Rhin y por la derecha a la cordillera de Los Vosgos, sistema montañoso en el noreste de Francia, frontera natural entre las regiones de Alsacia y de Lorena. En definitiva, la denominada ruta de los vino de Alsacia.
En primer lugar visitamos Ribeauvillé, una pequeña localidad que acoge casas con verdadero encanto. Recorremos la calle principal en el que se encuentran todos los comercios del pueblo, claramente se nota que estamos en Francia por la exquisitez con la que están montados los escaparates, el paseo es realmente agradable admirando las coloridas casas de entramado.
Llegamos a una pequeña plaza en la que se encuentra el ayuntamiento y una buena vista de una de las torres existentes de la puertas de entrada a la ciudad, donde nos sentamos en un bar y probamos el vino Riesling típico de la comarca, excelente. Como pueblo típicamente alsaciano, los nombres de las calles están traducidos al alemán, su soberanía ha estado debatida largo tiempo entre Alemania y Francia.
Partimos hacia el siguiente destino Riquewihr, más famoso que el anterior y, por tanto, más turístico y más masificado. Por este último motivo nos causa una peor impresión que Ribeauvillé. A pesar de ello, hay que reconocer que sus casas medievales son verdaderamente fantásticas y el conjunto hace que te sientas en una autentica ciudad medieval no en vano por su belleza y atractivo turístico es uno de los pueblos distinguidos por la asociación Les plus beaux villages de France, por tanto imprescindible su visita.
Ponemos rumbo a Kayserberg pero antes decidimos parar en Kientzheim buscando algún sitio donde parar a comer dado que se nos echó el tiempo encima. El pueblo es muy pequeño en comparación a los visitados anteriormente, pero también merece una pequeña visita. Finalmente no encontramos nada para comer y continuamos nuestro camino hacia Kaysersberg ciudad que se extiende sobre el valle del Weiss, en medio de un paisaje de hermosas montañas y viñedos. Después de comer, recorremos sus empedradas calles, la morfología y arquitectura medieval son muy similares a los anteriores. El río Weiss cruza el pueblo y cuenta con un viejo puente fortificado ubicado en medio de una serie de antiguas edificaciones y agradablemente decorado con múltiples flores. En conjunto, la pequeña urbe tiene un encanto especial. Imprescindible su visita.
Continuamos la travesía hasta llegar a Colmar, la capital de la comarca de la ruta de los vinos, ciudad de mayor entidad y también muy turística. Pasamos por la oficina de turismo y nos dan un plano en el que se puede seguir un recorrido turístico que hace posible ver los monumentos y lugares más destacables de la ciudad. Se nos ocurre la idea de dejárselo a los chavales para que sean ellos los que nos guíen y así vayan acostumbrándose, la verdad es que aprobaron con nota.
El recorrido nos sumergió en los barrios viejos, con sus casas antiguas con entramado y las fachadas decoradas con antiguos rótulos de hierro forjado, son un verdadero encanto.
También visitamos uno de los lugares más apreciados de Colmar “la Pequeña Venecia”, el barrio romántico por excelencia. Las hermosas casas de entramado de madera con paredes de colores del muelle de la Poissonnerie y los puentecitos con flores que atraviesan el Lauch acentúan el encanto del lugar.
El barrio de los Curtidores también resulto muy pintoresco, con sus casas altas que albergan desvanes, pasamos también por la calle de los Mercaderes la cual es conocida por sus bonitas casas y sobre todo por la casa Pfister, de 1537, la más famosa y bella de las casas del entramado de madera de Colmar. Fue construida en madera y piedra en un estilo renacentista. Lo que me gustó especialmente es que fuera de la casa está decorada con frescos en la totalidad de sus dos plantas.
En esta calle también se encuentra la casa natal de Auguste Bartholdi, escultor de la estatua de la Libertad de Nueva York de la que hay una replica al salir de la ciudad en una de sus rotondas.
De vuelta, justo a la hora de la caída del sol, visitamos Estrasburgo, que nos sorprende y nos corrobora la grata impresión que nos dejo en nuestra primera mini visita al principio del viaje. Visitamos la “Petite France”, zona en la que el río Ill se divide en varios brazos a su entrada en la ciudad, que constituyen los canales por los que navegan las embarcaciones de recreo, algunos de ellos con esclusa. Contemplamos la puesta de sol desde lo alto del puente, en una especie de azotea practicable desde la que se divisan los distintos brazos del río y la rojiza catedral de Notre Dame al fondo.
Nos adentramos en la ciudad recorriendo uno de los canales que desemboca en el centro de la urbe y podemos presenciar en vivo el funcionamiento de la esclusa con motivo del paso de un barco panorámico. Muy didáctico, una cosa es conocer la teoría y otra verlo en directo.
Aunque ya ha anochecido el calor es sofocante lo que se traduce en que las calles estén repletas de gente a esa hora y las terrazas de los restaurantes a rebosar. Damos un largo paseo por el centro y en una pequeña plaza atestada de personas presenciamos un concierto de un grupo de músicos aparentemente austriacos jubilados de música típica tirolesa, así que disfrutamos un rato del ambiente y cuando finaliza la actuación decidimos finalizar la jornada turística.
DIA 6: RUTA SUR SELVA NEGRA Y CAMINO HACIA AUSTRIA
• Friburgo
• Schaffhaussen
• Damüls
Abandonábamos definitivamente nuestro campamento base en Brumath (Francia) para pasar el resto del viaje en el segundo alojamiento que teníamos reservado en los Alpes austriacos, antes nos damos un baño a las afueras de Brumath en el Plan d’eau una especie de parque con lago enfocado a la diversión en la naturaleza con tirolinas, puentes colgantes, etc. Después de refrescarnos nos encaminamos hacia el primer destino turístico del día, Friburgo.
Comenzamos nuestra caminata hacia el interior de Freiburg, una ciudad universitaria con mucha vida y con un casco histórico más que atractivo.
Como suele ser normal en las urbes alemanas, lo más interesante en cuanto a visitas es el casco antiguo. En Friburgo el centro histórico más destacable lo marca la Münsterplatz, que es como se conoce a la Plaza de la Catedral, donde se alza el imponente templo de rojizos muros y más de 100 metros de altura en su torre.
Justo al lado se encuentra una animadísima Markplatz en la que estaban vendiendo frutas, verduras, embutidos y todo tipo de jugosas viandas de la gastronomía Germana. Como era ya hora de comer decidimos tomarnos unas salchichas (2,25€) para variar nuestra dieta.
Desde ahí, la ciudad se abre en coloridas y ornamentadas callejuelas por las que pasear admirando sus cuidadas casas y sus bonitos edificios,
en muchas de estas calles peatonales existen unos riachuelillos que reciben el nombre de Bächle y su función originaria era la de transportar agua no potable, aprovechando los frescos manantiales de las montañas aledañas hoy en día son el recuerdo de épocas pasadas y para muchos turistas, sobre todo en el estío, sirven para mojar sus molidos y cansados pies, también los niños saben dar utilidad a estos curiosos canales poniendo a navegar pequeños barquitos de madera.
Esta foto no es mía, esta sacada de internet.
Después de dar un largo paseo por la ciudad e incluso merendar el famoso Apfelstrudel o strudel de manzana, un postre típico tradicional de la cocina del sur de Alemania, abandonamos Friburgo.
Tras un rato de viaje entramos en Suiza, en la pequeña frontera nos preguntan por nuestro destino, le decimos al guardia que vamos a Schaffhaussen y proseguimos el viaje sin mayor problema. Una vez llegamos a Schaffhaussen paramos para ver las Rheinfall o cataratas del Rhin, son el mayor salto de agua en la Europa central tienen 150 metros de anchura y 23 m de altura. La escena es impresionante, aguas realmente bravas caen por un salto que aunque no es de gran altura tiene una anchura enorme. Pudimos montarnos en el último barco que acerca hasta los pies de las cataratas en un espectáculo realmente impactante.
Existen diversos recorridos marcados por colores que se pueden hacer en los barcos que te llevan hasta la catarata, e incluso alguno te deja en la roca central de la misma para que puedas estar un rato y fotografiarlas con mas detalle, en nuestro caso no pudimos bajarnos en la roca por la hora tan tardía que era ya que el barco que nos llevo hasta ella solo recogía ya personas, aun así es espectacular.
Después de esta experiencia ponemos rumbo a nuestro último destino del día, Damüls un pequeño pueblo en los Alpes austriacos al que se llega después de una interminable ascensión. Nos acomodamos en nuestro nuevo campamento base, un espectacular apartamento a estrenar.
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De nada, con lo entretenida que estoy yo con este foro desde que lo descubrí, que mínimo que escribir nuestras experiencias de viaje, después de todo lo que preguntamos.... Jeje..
Por cierto, cerca de Colmar se pueden visita trincheras de la I Guerra Mundial. Yo la verdad que no tenía tiempo para meterlas en mi viaje, pero creo que quien disponga de más días y le gusten estos temas, puede ser una visita interesante.
Por otro lado, el guía de Friburgo nos dio su teléfono. Nos comentó que era guía de la Selva Negra de nieve (raquetas, fuera de pista), de senderismo y de no sé cuantas... Leer más ...
Quiero ir a la selva negra 5 días me hacéis un planing día a día? Sería de gran ayuda gracias, aterrizó en basel y duermo 3 días norte y 2 sur
Buenas noches
Has mirado en el hilo información para ver la ruta que pueda gustarte más?
En la parte de arriba hay una estrella que te filtra también por los mensajes más importantes, échale un vistazo y vas preguntando dudas que puedan surgirte.
Me cito a mi misma, pera comentar por si a alguien le sirve al final estuvimos día y medio en basilea (con noche), no fuimos a Friburgo y nos merecio muchisimo la pena, la ciudad tiene mas para ver de lo que parece y ademas pudimos aprovechar para hacer un crucero por el Rin muy chulo. Así que una grata sorpresa y descubrimiento Basilea.
Luego a parte de Estrasburgo, donde 100% recomiendo 3 días, hicimos Colmar, Riquewihr, Ribeauville y Turkheim, Kayseberg y Eguiseim. Todo precioso!
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