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09/02/09 Empuriabrava-ES
Aeropuerto de Girona, que cada vez es más grande, salida en hora. Llegamos a Treviso, el aeropuerto es nuevo. El viaje ha sido bueno, se ha hecho ameno, leyendo. Salimos de Treviso en autobús, la carretera está llena de obras, como aquí. Dejamos atrás la ciudad de Mestre y llegamos a Venecia, después de pasar por un puente superlargo que une Venecia con tierra firme, se ha hecho de noche. Cogemos el vaporetto, hacia Rialto. Callejeando llegamos al hotel por calles estrechas. Están colocando unas pasarelas, está todo muy mojado. Llegamos hasta la plaza de San Marcos, es impresionante. Unas fotos y volvemos a Rialto, donde las tiendas están cerradas. Vamos con el plano, aquí es imprescindible, aunque el que nos han dado en el hotel tiene las letras minúsculas. Buscamos un sitio para cenar, la verdad es que hay mucha variedad, en cuanto a precios y a calidades. Volvemos al hotel, y nos perdemos, aunque aquí en Venecia, perdido perdido, no estás, más bien desorientado, y no hay nadie a quien preguntar. Menos mal que al final un chico nos ha guiado por el laberinto de calles, que es esta hermosa ciudad flotante. La situación del hotel es inmejorable para nosotros, ya que esta bastante céntrico. La habitación es acogedora, de colores azules con motivos geométricos en azul clarito. Las paredes están forradas de tela desde el suelo hasta el techo, al que se unen con unos cordones. El aseo es pequeñito, con plato de ducha. Como ya hemos dicho acogedor y coqueto.
10/02/09 Venecia-IT
El desayuno lo hacemos dentro de un comedor, formado por una marquesina de plástico, bien cuidada y muy bonita, que hay a un costado del hotel.
Las dos columnas. Compramos los tickets para ver los museos Marcianos, (que están encima del coro de la Basilica. Aquí están los famosos “cavalli”, traídos de oriente. Son grandes, de bronce. Dentro hay mosaicos. No esta mal, aunque lo mejor, son las vistas que hay desde la terraza, se ve toda la plaza, y como afuera llueve, la gente con sus paraguas, y sus botas. Se ve también la Torre del Orologio, con sus gigantes, es muy bonita, tiene un zodiaco, y las horas las da, en diferente sitio que los minutos, por cierto señala las XI y 10, a la nena le ha gustado mucho. Bajamos a ver la iglesia, es muy bonita. Hay mosaicos de todas las formas y colores posibles, desde el suelo hasta el techo todo es mosaico, espectacular. Ya fuera vemos los tetracas. La visita al Palacio Ducal, nos lleva las tres horas, muy interesante. Hay unos cuadros del Bosco, únicos en Italia. Patios grandes con su pozo. Y “las bocas del León”. Vemos los calabozos, que están al otro lado del puente de los suspiros, de piedra desnuda, fríos y húmedos. Hay muchas salas, la de las 4 puertas, la del colegio, la del buzón (con su leyenda). La del consejo. Impresiona que todos los suelos son de una pieza. Nos han gustado mucho sus chimeneas. Tintorettos por aquí, Tizzianos por allá, mires donde mires hay algo que ver. Por fuera, el Ponti dei Sospiri, pero esta de obras.
Entramos en el Museo Correr. Salimos de la zona de San Marcos. Pasamos por la Iglesia de Santa M. de la Salutte, y detrás de aquí hay unos talleres, donde se trabaja en la construcción de góndolas. Seguimos buscando algún sitio para comer, y encontramos el museo Guggenhein, que está cerrado, aunque no estaba prevista su visita, por cierto la puerta de entrada es preciosa, seguimos camino. Llegamos a la Accademia y como no encontramos ningún sitio para comer y estamos a las puertas, decidimos visitarlo. Las primeras salas están dedicadas a los pintores venecianos, policromias y trípticos de vírgenes y santos, lo típico de la época. Las salas VI y VII albergan obras de Verones. Despues llegan los Tintorettos, los Canaletto, Belloto. Llegamos a la sala XX, donde hay una obra que desde que la vi, cuando preparabanos el viaje, me llamo la atención, se titula “Curación de un poseso cerca de Rialto” es de Carpaccio 1460. Para mi es de lo mejor del museo, es muy expresivo y se ve la vida diaria de la Venecia del siglo XV. Salimos de la Academia. Este barrio, Dorsoduro, tiene más vida en cuanto a comidas baratas y gente joven. Hemos visto la famosa lámpara del canal. En el trayecto, fotos de puentes canales y mas puentes. Pasamos por San Rocco. Seguimos camino y llegamos a S. M. Maricoli, donde nos perdemos otra vez, que rabia para cuatro calles que son. Llegamos a Rialto, y aun hay alguna tienda abierta, aprovechamos para mirar los horarios del vaporetto, para mañana y vamos hacia el hotel.
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