Al día siguiente dejamos Dun Laoghaire para viajar hasta Tralee. Cogimos primero el Dart hasta Conolly Station, en Dublín. De allí teníamos que ir hasta Heuston Station. Para ello cogimos el Luas (tranvía). Justo a la salida de Conolly Station te encuentras con la parada del Luas y con las máquinas para comprar los billetes. El trayecto dura unos 15-20 minutos y el precio son 1,5 euros por persona. Al llegar a Heuston Station, nos dirigimos a las máquinas para imprimir nuestros billetes. Para los que queráis viajar en tren por Irlanda, os aconsejo que compréis los billetes con antelación en la página http://www.irishrail.ie. De esta forma os saldrán mucho más baratos. Podéís elegir entre que os manden los billetes a casa (es bastante caro) o recogerlos en la estación que vosotros elijáis. Solo tenéis que escribir en la máquina el número de reserva y se imprimen los billetes. También os aconsejo llevar un cojín porque los asientos son bastante duros. .. Mientras esperamos al tren compramos un par de sandwiches para comer durante el viaje. El viaje hasta Tralee dura 4 horas y hay que hacer un transbordo en Mallow.
Llegamos a Tralee a las 15:00 y vamos a buscar nuestro hotel: el Tralee Townhouse. Está en el centro de Tralee, a unos 10-15 minutos andando de la estación de tren y autobús. La primera sorpresa fue que el hotel estaba cerrado y había una nota en la puerta en la que decía que el responsable de recepción volvía a las 17:30. Hasta entonces, se puede ir a una inmobiliaria que hay en la acera de enfrente y preguntar allí. Con asombro, nos dirijimos allí... La chica que había me pregunta el nombre y me acompaña al hotel para darnos la llave de la habitación. La primera impresión no fue ni buena ni mala, un hotel normalito (aun no sabíamos la noche que nos esperaba). Dejamos la maleta y nos vamos a dar un paseo por el pueblo. Tralee, la capital del condado de Kerry, no tiene nada de especial aunque parece un lugar agradable. Paseamos un poco por las calles del centro, vemos el monumento a los nacionalistas de Kerry, vamos hasta la iglesia principal (pero está cerrada y no podemos entrar). Nos hubiera gustado visitar el Museo de Kerry, pero eran ya las 17:00 y cerraban solo media hora después por lo que decidimos no entrar.
Lo que más nos gustó de Tralee fue el Ashe Memorial Town Park... Es un parque muy tranquilo y agradable. En él encontramos el jardín de los sentidos. Un jardín muy original con cinco esculturas con reminiscencias celtas (cada una dedicada a uno de los cinco sentidos). Desde allí, encontramos una entrada a otra de las iglesias de la ciudad, St. John the Baptist Church. Esta sí estaba abierta... entramos y nos encontramos dentro ¡¡¡¡¡con un bautizo!!!!! Ya habían terminado por lo que pudimos entrar sin problema. A mi me dio un poco de apuro pero nadie nos miró mal ni nos dijo nada, la verdad. Lo que más nos gustó de la iglesia fueron las pilas para el agua bendita: dos esculturas preciosas con forma de ángel.
Llegamos a Tralee a las 15:00 y vamos a buscar nuestro hotel: el Tralee Townhouse. Está en el centro de Tralee, a unos 10-15 minutos andando de la estación de tren y autobús. La primera sorpresa fue que el hotel estaba cerrado y había una nota en la puerta en la que decía que el responsable de recepción volvía a las 17:30. Hasta entonces, se puede ir a una inmobiliaria que hay en la acera de enfrente y preguntar allí. Con asombro, nos dirijimos allí... La chica que había me pregunta el nombre y me acompaña al hotel para darnos la llave de la habitación. La primera impresión no fue ni buena ni mala, un hotel normalito (aun no sabíamos la noche que nos esperaba). Dejamos la maleta y nos vamos a dar un paseo por el pueblo. Tralee, la capital del condado de Kerry, no tiene nada de especial aunque parece un lugar agradable. Paseamos un poco por las calles del centro, vemos el monumento a los nacionalistas de Kerry, vamos hasta la iglesia principal (pero está cerrada y no podemos entrar). Nos hubiera gustado visitar el Museo de Kerry, pero eran ya las 17:00 y cerraban solo media hora después por lo que decidimos no entrar.
Lo que más nos gustó de Tralee fue el Ashe Memorial Town Park... Es un parque muy tranquilo y agradable. En él encontramos el jardín de los sentidos. Un jardín muy original con cinco esculturas con reminiscencias celtas (cada una dedicada a uno de los cinco sentidos). Desde allí, encontramos una entrada a otra de las iglesias de la ciudad, St. John the Baptist Church. Esta sí estaba abierta... entramos y nos encontramos dentro ¡¡¡¡¡con un bautizo!!!!! Ya habían terminado por lo que pudimos entrar sin problema. A mi me dio un poco de apuro pero nadie nos miró mal ni nos dijo nada, la verdad. Lo que más nos gustó de la iglesia fueron las pilas para el agua bendita: dos esculturas preciosas con forma de ángel.
Después de pasar un buen rato paseando y descansando en el parque decidimos buscar un lugar para cenar. Vemos varios menús de distintos pubs y restaurantes y, al final, nos decidimos por el Grand Hotel, que tenía menus a precios bastante buenos y con variedad. Para nuestra sorpresa, cuando ya nos habíamos sentado en la mesa y nos dan el menú, resulta que parte de él estaba cambiado (casualmente, los platos que queríamos pedir no estaban). Nos dio apuro irnos así que, a regañadientes, pedimos otra cosa. La cena no estuvo tan mal como parecía en un principio, aunque tampoco fue gran cosa y salimos un poquillo decepcionados. Ese sería el inicio de una noche... cómo decirlo... diferente. Decidimos irnos pronto a dormir, porque ese día habíamos tenido que madrugar mucho y estábamos cansados de las 4 horas de tren. Al rato de dormirnos, empezamos a oir gritos, carreras por el pasillo, golpes. El ruido duraría varias horas... Un grupo de adolescentes alojados en el hotel estaban haciendo de las suyas. Pensé en ir a dar aviso a recepción pero recordé que había un cartel en el que decía que no había personal desde las 10 de la noche hasta las 7 de la mañana... y, con mi nivel de inglés, no me veía capaz de salir y decirles cuatro cosas a los críos. El plato fuerte fue cuando empieza a sonar la alarma del hotel. Al poco empezamos a oir unos gritos de alguien echando una bronca monumental a los chavales. Al principio pensé que era algún huésped, pero luego pensamos que fue alguien responsable del hotel porque la alarma se paró... Por si fuera poco, aun tuvimos que aguantar que nos llamaran al teléfono de la habitación. Eso, por no hablar del ruido que se oía de fuera del hotel. Al estar en el centro de la ciudad, había varios pubs cerca, por lo que tuvimos que aguantar ruido durante toda la noche. La verdad es que no conservamos muy buen recuerdo de Tralee. Al menos, tengo que decir que el desayuno del hotel no estuvo mal y la atención de la camarera fue muy buena.