5º día del viaje. Martes, 12 de Septiembre. Estamos alojados en Interlaken y vamos a explorar durante unos días la región del Berner Oberland. Tras un buen y variado desayuno, nos preparamos con la ropa de montaña y los bocadillos. Preguntamos en recepción la previsión meteorológica para el día de hoy en los alrededores de Interlaken y nos dan la buena noticia de que no va a hacer mal día En Suiza hay webcams en todas las estaciones importantes, por lo que puedes ver cómo está el día en tiempo real.
Nos dirigimos en el coche hacia Grindelwald. Desde Interlaken se tarda unos 30 minutos. Conforme nos vamos adentrando por el valle Lütschental se va haciendo más agreste el paisaje. Se pueden observar además los destrozos ocasionados por las lluvias torrenciales de semanas anteriores: puentes arrancados, vías del tren dañadas, carreteras en obras. Hemos tenido suerte de que se puede circular en la zona desde hace unos días. Grindelwald es el llamado pueblo de los glaciares, pero yo aún diría más: el pueblo de las flores. Este pueblo me transmite alegría. Qué decir del paisaje. Está ubicado a los pies de míticas montañas suizas como el Wetterhorn y el Eiger. Pero ya tendremos más tarde tiempo de disfrutar del pueblo. Lo primero que queremos es buscar la estación de salida del teleférico First (52 FS, desde las 8:00-8:30 h, según la temporada). Según vamos ascendiendo, el paisaje se va volviendo más increible, porque se empiezan a apreciar las montañas en todo su conjunto, aunque por ser temprano (sobre las 10:30) la niebla está levantando todavía. Se ven algunas personas subiendo por las praderas o por las caminos habilitados para el coche y que les permiten ir hasta sus granjas. Cuando el teleférico llega a la estación terminal estamos a 2168 m de altitud (Grindelwald está a 1034 m).
Nos dirigimos en el coche hacia Grindelwald. Desde Interlaken se tarda unos 30 minutos. Conforme nos vamos adentrando por el valle Lütschental se va haciendo más agreste el paisaje. Se pueden observar además los destrozos ocasionados por las lluvias torrenciales de semanas anteriores: puentes arrancados, vías del tren dañadas, carreteras en obras. Hemos tenido suerte de que se puede circular en la zona desde hace unos días. Grindelwald es el llamado pueblo de los glaciares, pero yo aún diría más: el pueblo de las flores. Este pueblo me transmite alegría. Qué decir del paisaje. Está ubicado a los pies de míticas montañas suizas como el Wetterhorn y el Eiger. Pero ya tendremos más tarde tiempo de disfrutar del pueblo. Lo primero que queremos es buscar la estación de salida del teleférico First (52 FS, desde las 8:00-8:30 h, según la temporada). Según vamos ascendiendo, el paisaje se va volviendo más increible, porque se empiezan a apreciar las montañas en todo su conjunto, aunque por ser temprano (sobre las 10:30) la niebla está levantando todavía. Se ven algunas personas subiendo por las praderas o por las caminos habilitados para el coche y que les permiten ir hasta sus granjas. Cuando el teleférico llega a la estación terminal estamos a 2168 m de altitud (Grindelwald está a 1034 m).
Nos dirigimos a la parte trasera de la estación, que es de donde sale el camino al lago Bachalpsee. Es un sendero ancho muy facilito. Según el panel informativo se tarda 1 hora aproximadamente en llegar, aunque con las paradas para hacer fotos ya se sabe. El sendero transcurre sin grandes desniveles, sólo pequeñas cuestas que no son significativas, aunque es como un tobogán. Vamos cruzando algunas praderas y la zona es cada vez más montañosa.
El lago no se ve de momento pero está ubicado al pie de las montañas del fondo, una de las cuales es el Faulhorn.
Una vez que llegamos al lago Bachalpsee, uno de los más bonitos de Suiza según dicen, decidimos continuar hasta el pico Faulhorn. Para ello tenemos que bordear el lago por su lado derecho hasta el final. El camino continúa subiendo en zig-zag por la ladera. Es bastante bueno pero la pendiente es fuerte (Aproximadamente unos 400 m de desnivel en 1 hora).
Foto del lago y el pico Faulhorn: El Faulhorn es la montaña del fondo de la foto que parece una meseta llana inclinada hacia la izquierda.
Foto del lago y el pico Faulhorn: El Faulhorn es la montaña del fondo de la foto que parece una meseta llana inclinada hacia la izquierda.
Conforme vamos subiendo el camino se va volviendo más arenoso. La niebla está bajando de nuevo y se intuye que el lugar por el que subiremos al pico estará totalmente cubierto.
La última parte del camino es una cuesta de muy fuerte pendiente que hacemos sin ver nada, pues está todo tapado por la niebla. Afortunadamente el camino es ancho y bien marcado, por lo que no hay posibilidad de perderse. Llegamos al Faulhorn (2681 m de altitud), donde hay un refugio. La visibilidad es la justa para ver el refugio y nada más. Es una pena, porque a un lado está el lago Brienzersee y al otro lado (por el que hemos subido) los Wetterhorn, Eiger, Mönch, etc... Nos tomamos los bocadillas, descansamos unos minutos y empezamos la bajada, porque la temperatura está bajando por momentos y hace bastante frío. Cuando hemos bajado un centener de metros la niebla ya no nos cubre y hacemos una parada intermedia para ver el lago Bachalpsee desde arriba. La estampa es preciosa.
Según nos vamos acercando a la estación terminal, tenemos una panorámica del Grosser Fischerhorn (la estación se ve debajo) y otra del pueblo de Grindelwald a los pies del Fischerhorn y del glaciar del Eiger.
Cerca de la estación aparece un momento entre las nubes el Schreckhorn.
Cuando llegamos al restaurante de la estación, se han ido casi todas las nubes, lo que permite tener una mejor visibilidad de los picos.
Qué mejor forma que celebrar la estupenda tarde que se ha quedado, las panorámicas de las que disfrutamos y la terraza tan agradable en la que estamos, que con un delicioso äfpelkuchen, o pastel con compota de manzana. ¡Qué rico!.
Sobre las 16:30 bajamos en el teleférico hasta Grindelwald. Es la hora de pasear. Este pueblo es una maravilla para los sentidos. Las casas de madera, los maceteros repletos de flores, la cantidad de gente que hay paseando por las calles, no hace sino confirmarme la primera sensación que tuve al llegar por la mañana a este pueblo. ¡Me produce alegría!. Si no fuera porque ya tenemos el alojamiento reservado y porque la carretera es un poco pesada sobre todo para conducir por la noche, me alojaría gustosamente aquí. Nos acercamos a la oficina de turismo un momento para ver los paneles informativos y coger algunos folletos.
Como estamos que tiramos la casa por la ventana decidimos sobre la marcha acercarnos hasta el pueblo de Brienz. Este pueblo está a poco más de 20 km de Interlaken (poco más de 20 minutos). El paisaje de camino merece la pena porque vamos bordeando el lago Brienzersee, junto al que está ubicado el pueblo, ya casi al final. Precisamente este lago y los pueblos circundantes es lo que deberíamos haber contemplado desde el pico Faulhorn, si no hubiera sido por la niebla. Primero nos dirigimos hacia el lago.
No va a tardar en empezar a atardecer y de momento tenemos una bonita panorámica con el reflejo de las montañas y nubes en el agua.
Sobre las 16:30 bajamos en el teleférico hasta Grindelwald. Es la hora de pasear. Este pueblo es una maravilla para los sentidos. Las casas de madera, los maceteros repletos de flores, la cantidad de gente que hay paseando por las calles, no hace sino confirmarme la primera sensación que tuve al llegar por la mañana a este pueblo. ¡Me produce alegría!. Si no fuera porque ya tenemos el alojamiento reservado y porque la carretera es un poco pesada sobre todo para conducir por la noche, me alojaría gustosamente aquí. Nos acercamos a la oficina de turismo un momento para ver los paneles informativos y coger algunos folletos.
Como estamos que tiramos la casa por la ventana decidimos sobre la marcha acercarnos hasta el pueblo de Brienz. Este pueblo está a poco más de 20 km de Interlaken (poco más de 20 minutos). El paisaje de camino merece la pena porque vamos bordeando el lago Brienzersee, junto al que está ubicado el pueblo, ya casi al final. Precisamente este lago y los pueblos circundantes es lo que deberíamos haber contemplado desde el pico Faulhorn, si no hubiera sido por la niebla. Primero nos dirigimos hacia el lago.
No va a tardar en empezar a atardecer y de momento tenemos una bonita panorámica con el reflejo de las montañas y nubes en el agua.
Mirando de espaldas hay una iglesia junto al lago, aunque como da todavía el sol pilla todavía a contraluz.
Otra panorámica del lago:
Visto el Brienzersee por vamos a pasear por el resto del pueblo. Por lo visto es uno de los pueblos del Berner Oberland que mantiene en mayor medida su carácter rural. Es famosa en este pueblo la artesanía en madera tallada. Por lo visto la mayoría de los osos de madera que venden en Interlaken, Berna y Lucerna están realizados aquí. Podemos contemplar algunos de los destrozos realizados por las lluvias de hace semanas. Esta localidad se vio especialmente afectada al estar junto al lago Brienzersee. El nivel del lago subió varios metros y se desbordó, anegando calles y casas. Observamos las obras que están llevando a cabo en algunas casas para reparar los daños. En el escaparate de una tienda vemos un ordenador que está pasando una presentación con imágenes del pueblo durante las inundaciones. Había quedado en un estado desastroso, nada que ver con la situación actual, aunque todavía queda mucho por arreglar.
Por hoy ya hemos concluido las visitas y excursiones y es hora de volver a Interlaken. Como hemos tenido un día intenso lo celebramos cenando en un restaurante una fondue de queso.
Damos una vuelta y al hotel, porque al día siguiente tenemos una jornada dura, no de senderismo pero si de coche y muchos paisajes.
Por hoy ya hemos concluido las visitas y excursiones y es hora de volver a Interlaken. Como hemos tenido un día intenso lo celebramos cenando en un restaurante una fondue de queso.
Damos una vuelta y al hotel, porque al día siguiente tenemos una jornada dura, no de senderismo pero si de coche y muchos paisajes.