En cuanto me despierto, salto de la cama, deslizo la extraña puerta corredera y abro con ilusión los porticones azules. Mmmm, nubes y claros, bueeeeno. Salgo fuera. Fuuuuuu, fuuuuuu, fuuuuuu. (no se me dan muy bien las onomatopeyas... ) Viento otra vez!!! Pero con esta vista marina, una no se puede enfadar!!!
Después de mil siglos, como siempre, enfilamos para el restaurante. Hay que subir escaleras, hemos dejado la silla en la habitación.
Si es que ya me vale!!! Siempre que vamos a ir a un hotel con Laia, me entero bien del tema de la accesibilidad, y llamo y pregunto mil veces. Pero ahora, con esto de que da un par de pasos sola, nos comemos el mundo En el sentido de la accesibilidad no podía haber escogido peor . Pero es algo que vamos superando, así que cogemos a la peque de la mano, y p’arriba!
En los otros sentidos, de momento el Park Hotel Resort me gusta. Ayer cenamos de muerte. Nos han asignado una mesa desde la que se ve el mar, y la mantendremos durante toda la estancia. Había un pequeño buffet de ensaladas, y de tartas y fruta. Luego, antipasti, primo y secondo en mesa. El maître y el segundo maître son de Alghero, y hablan un catalán algo arcaico, pero nos hemos entendido bastante bien! Nos tomamos una especie de tallarines con mejillones y almejas para chuparse y repucharse los dedos.
En el restaurante nos aguarda la mesa de ayer, con la trona de Queralt y los cojines de Laia (lo mejor que hemos podido apañarles), así que nos evitaremos el trasiego continuo de los artilugios que las peques necesitan para llegar a la mesa. El buffet de desayuno no está mal, el hotel no es muy grande, pero ni hay cocina en vivo ni creps (mi perdición) ni cava... Aunque el café es de cafetera!!! Quiero un café con hielo y cojo el librito de italiano de viaje que compré (aprovechando que aparco muy cerca de un Abacus, y como minidiccionarios los había de todos los idiomas menos de italiano, pues cogí esta guía de italiano de viaje, con muy buena pinta, pero que al final no nos ha servido de mucho, aunque la llevábamos siempre encima). Es que anoche en el bar pedí un café con hielo (la camarera era argentina), y me trajeron el café y el hielo todo junto. Resultado: café amargo y tibio...
Hielo no aparece, mmmm, ni cubito , … al final consigo explicarme … ahhh “llatcho” (ghiaccio). Allora... un espresso e un “biquiere” (bicchiere) con “llatcho”, due “llatcho”. Vamos, un café y un vaso con dos cubitos. Me traen dos vasos llenos de hielo La de risas que nos echamos a cuenta del idioma
Vamos a ir a la playa de Capriccioli. Está relativamente cerca, aunque hay curvas y curvas para llegar. El navegador nos ha dicho que tardaremos media hora en llegar… Pasamos al lado de Porto Cervo, que está como a 10 minutos, y comentamos que nos podemos acercar una tarde a verlo. Cuando estamos llegando a Capriccioli, quito el GPS, para que no nos mande al “centro”, y busco las indicaciones de “spiaggia”, pero no las veo… hasta que el camino se acaba. Mmmm. Ay, mira, pero si hay un aparcamiento ahí arriba…, de pago, claro!. Le preguntamos al chico si la playa está muy lejos, y nos dice que desde el final del aparcamiento como a 20 metros. Perfecto!
El aparcamiento no está muy lleno y aparcamos bastante cerca del final. Vamos que hay dos caminos, y optamos por uno cualquiera. Enseguida llegamos a la playa. Qué pequeña!!! Es bonita, pero muy pequeña, no hay mucha gente y ya no sé donde poner la toalla. A un lado hay como un riachuelillo que no tiene muy buena pinta. Mmmm Probamos el otro camino?? Por si acaso, mi marido se va a hacer una inspección, y cuando vuelve nos dice que aquella playa es algo más grande. Así que nos vamos para allà. Pues sí, es “algo” más grande. Me parece que hay mucha gente, será porque hoy es domingo!
Con Queralt nos vamos a hacer una inspección a la orilla. La arena es de un color gris clarito, el agua es completamente transparente, apenas cubre, y vemos pececillos nadando que se apartan a nuestro paso. El agua está bastante fría para mi gusto, pero la peque se baña entera…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El color del mar es precioso, diferente al azul intenso al que estoy acostumbrada, o al marrón directamente... . La playa está enmarcada por unas originales rocas a los lados y por un pinar detrás… en el que se apostan un montón de vendedores, que de vez en cuando pasan por allí “madam, madam…”
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Voy a buscar algo al coche y veo otro caminillo. Se irá a la playa también por ahí? Echo un vistazo pero no me quiero alejar mucho, así que me vuelvo con la family y me quedo con la duda. Pienso que luego podemos ir todos a ver qué hay por allí, pero como siempre, luego se me va el santo al cielo…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos quedamos bastante rato en la playa, y nos cobran 4 euros (aquí, eso de cobrar por minutos, ni saben qué es lo que es...). A la vuelta para Baia Sardinia paramos en el pueblo y damos una vuelta por allí. No es muy grande, apenas la calle sobre la playa y alguna más, con los típicos restaurantes y tiendas costeras. No veo por ningún lado una heladería con un toldo naranja… (sólo me había “apuntado” dos sitios, el restaurante Roca’ja de Castelsardo y la heladería de Baia Sardinia, pero no he dado con ninguno de los dos )
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La playa, Cala Batistone, se ve muy bonita desde arriba, con los mismos tonos esmeralda que en Capriccioli.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos quedamos a comer por allí, en un restaurante-bar-club-chill-out al lado del Club Hotel Baja, con una terraza con preciosas vistas a la playa, de la que de vez en cuando parece que vayamos a salir volando!
De vuelta al hotel, siesta, cómo no! Vemos también algo de fórmula 1, que la retrasaron por la lluvia o algo así. Y por primera y no última vez sudamos a mares intentando duchar a Laia. A la peque le hace gracia y se lo pasa pipa, pero a Laia no le hace ni chispa de gracia y además aquella ducha no tiene un mal asidero para que se pueda aguantar… Me veo comprando una de esas asas con ventosas que venden en la teletienda y llevándomela en la maleta, por si acaso hubiese ducha en vez de bañera Eso sí, la ducha tiene un cordoncito, que me parece un timbre para llamar en caso de caída. Por si acaso, no lo probé…
Entre pitos y flautas se hace bastante tarde, así que muy lejos no iremos a pasear. Pues a Porto Cervo! En 10 minutillos nos plantamos allí, y aparcamos sin problemas, justo al lado de un letrero que indica algo como “centro villaggio” y “marina commerciale”. Primero damos una vuelta por las tiendas, en las que no hay mucha gente, supongo que porque es domingo. No hay mucho súper yate ni mucho súper deportivo, aunque alguno nos hemos cruzado. Todo es como muy artificial. El tipo de construcción parece sencillo, pero supongo que está muy estudiado. “Arreglao pero informal”, que diría la Martirio. Esos sí, todavía no hemos visto (ni veremos) edificios tipo Benidorm por aquí. Bien!!!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hace viento y la peque se ha dormido (lleva todo el rato en brazos del papi, 10 minutos de coche bastan para dejarla KO), así que cuando pasamos otra vez al lado del coche, en vez de ir al centro villaggio nos metemos en el coche, porque no nos hemos traído la silla. Previsora que es una . Como estamos cerca, ya volveremos otro día, que en alguna foto he visto un puentecito de madera sobre el mar, y curiosamente a Laia alguno que conocemos le hace mucha gracia.
Nos damos alguna vuelta por la marina grande, que está muy tranquila y sacamos alguna foto a la iglesia, súper sencilla en medio de tanto glamour, y nos vamos al hoel. En cuanto abrimos la puerta del coche Queralt se despierta. Ya le vale a esta niña
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cenamos otra vez un montón, nos tomamos un café shekeratto (mmm) y nos vamos a dormir. Por el caminito a la habitación hay unos banquitos frente al mar. Se estaría súper agusto oyendo el sonido de la olas (aunque son pequeñitas), pero es que hace bastante viento, y no apetece.
Cuando llegamos al hotel, miro la previsión del tiempo para mañana en el teletexto. Olbia: viento, 17 nudos.
Después de mil siglos, como siempre, enfilamos para el restaurante. Hay que subir escaleras, hemos dejado la silla en la habitación.
Si es que ya me vale!!! Siempre que vamos a ir a un hotel con Laia, me entero bien del tema de la accesibilidad, y llamo y pregunto mil veces. Pero ahora, con esto de que da un par de pasos sola, nos comemos el mundo En el sentido de la accesibilidad no podía haber escogido peor . Pero es algo que vamos superando, así que cogemos a la peque de la mano, y p’arriba!
En los otros sentidos, de momento el Park Hotel Resort me gusta. Ayer cenamos de muerte. Nos han asignado una mesa desde la que se ve el mar, y la mantendremos durante toda la estancia. Había un pequeño buffet de ensaladas, y de tartas y fruta. Luego, antipasti, primo y secondo en mesa. El maître y el segundo maître son de Alghero, y hablan un catalán algo arcaico, pero nos hemos entendido bastante bien! Nos tomamos una especie de tallarines con mejillones y almejas para chuparse y repucharse los dedos.
En el restaurante nos aguarda la mesa de ayer, con la trona de Queralt y los cojines de Laia (lo mejor que hemos podido apañarles), así que nos evitaremos el trasiego continuo de los artilugios que las peques necesitan para llegar a la mesa. El buffet de desayuno no está mal, el hotel no es muy grande, pero ni hay cocina en vivo ni creps (mi perdición) ni cava... Aunque el café es de cafetera!!! Quiero un café con hielo y cojo el librito de italiano de viaje que compré (aprovechando que aparco muy cerca de un Abacus, y como minidiccionarios los había de todos los idiomas menos de italiano, pues cogí esta guía de italiano de viaje, con muy buena pinta, pero que al final no nos ha servido de mucho, aunque la llevábamos siempre encima). Es que anoche en el bar pedí un café con hielo (la camarera era argentina), y me trajeron el café y el hielo todo junto. Resultado: café amargo y tibio...
Hielo no aparece, mmmm, ni cubito , … al final consigo explicarme … ahhh “llatcho” (ghiaccio). Allora... un espresso e un “biquiere” (bicchiere) con “llatcho”, due “llatcho”. Vamos, un café y un vaso con dos cubitos. Me traen dos vasos llenos de hielo La de risas que nos echamos a cuenta del idioma
Vamos a ir a la playa de Capriccioli. Está relativamente cerca, aunque hay curvas y curvas para llegar. El navegador nos ha dicho que tardaremos media hora en llegar… Pasamos al lado de Porto Cervo, que está como a 10 minutos, y comentamos que nos podemos acercar una tarde a verlo. Cuando estamos llegando a Capriccioli, quito el GPS, para que no nos mande al “centro”, y busco las indicaciones de “spiaggia”, pero no las veo… hasta que el camino se acaba. Mmmm. Ay, mira, pero si hay un aparcamiento ahí arriba…, de pago, claro!. Le preguntamos al chico si la playa está muy lejos, y nos dice que desde el final del aparcamiento como a 20 metros. Perfecto!
El aparcamiento no está muy lleno y aparcamos bastante cerca del final. Vamos que hay dos caminos, y optamos por uno cualquiera. Enseguida llegamos a la playa. Qué pequeña!!! Es bonita, pero muy pequeña, no hay mucha gente y ya no sé donde poner la toalla. A un lado hay como un riachuelillo que no tiene muy buena pinta. Mmmm Probamos el otro camino?? Por si acaso, mi marido se va a hacer una inspección, y cuando vuelve nos dice que aquella playa es algo más grande. Así que nos vamos para allà. Pues sí, es “algo” más grande. Me parece que hay mucha gente, será porque hoy es domingo!
Con Queralt nos vamos a hacer una inspección a la orilla. La arena es de un color gris clarito, el agua es completamente transparente, apenas cubre, y vemos pececillos nadando que se apartan a nuestro paso. El agua está bastante fría para mi gusto, pero la peque se baña entera…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El color del mar es precioso, diferente al azul intenso al que estoy acostumbrada, o al marrón directamente... . La playa está enmarcada por unas originales rocas a los lados y por un pinar detrás… en el que se apostan un montón de vendedores, que de vez en cuando pasan por allí “madam, madam…”
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Voy a buscar algo al coche y veo otro caminillo. Se irá a la playa también por ahí? Echo un vistazo pero no me quiero alejar mucho, así que me vuelvo con la family y me quedo con la duda. Pienso que luego podemos ir todos a ver qué hay por allí, pero como siempre, luego se me va el santo al cielo…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos quedamos bastante rato en la playa, y nos cobran 4 euros (aquí, eso de cobrar por minutos, ni saben qué es lo que es...). A la vuelta para Baia Sardinia paramos en el pueblo y damos una vuelta por allí. No es muy grande, apenas la calle sobre la playa y alguna más, con los típicos restaurantes y tiendas costeras. No veo por ningún lado una heladería con un toldo naranja… (sólo me había “apuntado” dos sitios, el restaurante Roca’ja de Castelsardo y la heladería de Baia Sardinia, pero no he dado con ninguno de los dos )
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La playa, Cala Batistone, se ve muy bonita desde arriba, con los mismos tonos esmeralda que en Capriccioli.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos quedamos a comer por allí, en un restaurante-bar-club-chill-out al lado del Club Hotel Baja, con una terraza con preciosas vistas a la playa, de la que de vez en cuando parece que vayamos a salir volando!
De vuelta al hotel, siesta, cómo no! Vemos también algo de fórmula 1, que la retrasaron por la lluvia o algo así. Y por primera y no última vez sudamos a mares intentando duchar a Laia. A la peque le hace gracia y se lo pasa pipa, pero a Laia no le hace ni chispa de gracia y además aquella ducha no tiene un mal asidero para que se pueda aguantar… Me veo comprando una de esas asas con ventosas que venden en la teletienda y llevándomela en la maleta, por si acaso hubiese ducha en vez de bañera Eso sí, la ducha tiene un cordoncito, que me parece un timbre para llamar en caso de caída. Por si acaso, no lo probé…
Entre pitos y flautas se hace bastante tarde, así que muy lejos no iremos a pasear. Pues a Porto Cervo! En 10 minutillos nos plantamos allí, y aparcamos sin problemas, justo al lado de un letrero que indica algo como “centro villaggio” y “marina commerciale”. Primero damos una vuelta por las tiendas, en las que no hay mucha gente, supongo que porque es domingo. No hay mucho súper yate ni mucho súper deportivo, aunque alguno nos hemos cruzado. Todo es como muy artificial. El tipo de construcción parece sencillo, pero supongo que está muy estudiado. “Arreglao pero informal”, que diría la Martirio. Esos sí, todavía no hemos visto (ni veremos) edificios tipo Benidorm por aquí. Bien!!!!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Hace viento y la peque se ha dormido (lleva todo el rato en brazos del papi, 10 minutos de coche bastan para dejarla KO), así que cuando pasamos otra vez al lado del coche, en vez de ir al centro villaggio nos metemos en el coche, porque no nos hemos traído la silla. Previsora que es una . Como estamos cerca, ya volveremos otro día, que en alguna foto he visto un puentecito de madera sobre el mar, y curiosamente a Laia alguno que conocemos le hace mucha gracia.
Nos damos alguna vuelta por la marina grande, que está muy tranquila y sacamos alguna foto a la iglesia, súper sencilla en medio de tanto glamour, y nos vamos al hoel. En cuanto abrimos la puerta del coche Queralt se despierta. Ya le vale a esta niña
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Cenamos otra vez un montón, nos tomamos un café shekeratto (mmm) y nos vamos a dormir. Por el caminito a la habitación hay unos banquitos frente al mar. Se estaría súper agusto oyendo el sonido de la olas (aunque son pequeñitas), pero es que hace bastante viento, y no apetece.
Cuando llegamos al hotel, miro la previsión del tiempo para mañana en el teletexto. Olbia: viento, 17 nudos.