¡Qué ganas tenía de dejar el coche! así que descansé cuando lo hicimos. La oficina está dentro del centro comercial enfrente del parlamento y no hay indicaciones, por lo que dimos varias vueltas.
De la ciudad en sí solo puedo decir que me sorprendió muy gratamente, tiene algo que la hace especial. La visita a la ciudad la empezamos desde aquí, así que pudimos ver el Holiday Inn, hotel de los periodistas durante la guerra y el Parlamento totalmente restaurado. Después fuimos andando hacia el centro, pasando delante de muchos edificios aún con heridas de guerra y otros con una falta clara de ser adecentados, pero no por ello le quita encanto a la ciudad.
De la ciudad en sí solo puedo decir que me sorprendió muy gratamente, tiene algo que la hace especial. La visita a la ciudad la empezamos desde aquí, así que pudimos ver el Holiday Inn, hotel de los periodistas durante la guerra y el Parlamento totalmente restaurado. Después fuimos andando hacia el centro, pasando delante de muchos edificios aún con heridas de guerra y otros con una falta clara de ser adecentados, pero no por ello le quita encanto a la ciudad.
La ciudad está vertebrada por el Río Miljacka y la avenida Marsala Tita. El casco histórico es bastante compacto, subiendo el río primero encontramos todos los edificios construidos bajo el Imperio Austro-húngaro, la calle Ferhandija es la principal, mientras que más adelante ya accedemos al antiguo bazar otomano de Baščaršija, ahora restaurado y repleto de tiendas, restaurantes y establecimientos donde comer el delicioso y barato Ćevapi (las raciones grandes desde 5KM), la comida rápida tradicional por excelencia, una especie de salchichas especiadas con pan lepinja y cebolla.
A diferencia de los pueblos de BiH, en Sarajevo sí que hay bastantes turistas, cosa que por otra parte no me extraña, pasear por la ciudad es muy agradable, las terrazas de los bares son espectaculares, el ambiente que tiene...
Alrededor del río hay un montón de sitios que ver, como la biblioteca (aunque ahora estaba completamente bajo reconstrucción), la Academia de Bellas Artes, la Mezquita del Emperador la fábrica de cerveza Sarajevska Pivara, una de las empresas más importantes de toda Yugoslavia en la época de Tito, el Puente Latino, donde se produjo el asesinato del Archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía que propició el inicio de la 1º Guerra Mundial... y montón de cosas más, aunque el río en sí no es ninguna maravilla, no tiene casi caudal y hay algo de cosas flotando, pero bueno.
Alrededor del río hay un montón de sitios que ver, como la biblioteca (aunque ahora estaba completamente bajo reconstrucción), la Academia de Bellas Artes, la Mezquita del Emperador la fábrica de cerveza Sarajevska Pivara, una de las empresas más importantes de toda Yugoslavia en la época de Tito, el Puente Latino, donde se produjo el asesinato del Archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía que propició el inicio de la 1º Guerra Mundial... y montón de cosas más, aunque el río en sí no es ninguna maravilla, no tiene casi caudal y hay algo de cosas flotando, pero bueno.
Una de las cosas que más impresiona al pasear por Sarajevo son las Rosas de Sarajevo. Son marcas de rojo en el suelo rellenando los agujeros de los morteros allí donde hubo víctimas mortales, además hay placas con los nombres de cada uno de ellas, es imposible entender las barbaries de la guerra.
Desde Zuta Tabija hay unas vistas muy bonitas de la ciudad, la subida se hace a través del cementerio de Şehitlik, lugar donde muchos de los musulmanes asesinados durante en asedio han sido enterrados, impresiona y eso que no es ni mucho menos de los cementerios más grandes de la ciudad.
Desde lo alto se divisa en primer término la parte antigua de Sarajevo, además se pueden contemplar infinidad de mezquitas por toda la ciudad, a su vez se ve claramente como en cuestión de un par de centenares de metros hay templos dedicados a las 4 mayores religiones, varias mezquitas islámicas, una iglesia ortodoxa, una catedral católica y una sinagoga judía, mostrando el crisol de culturas que siempre ha habido en Sarajevo y porqué es la mezcla y límite de oriente y occidente.
Otra de las visitas que no puede faltar es el Tunel de Sarajevo, la única vía de escape y abastecimiento de la ciudad durante todo el sitio. Discurría por debajo del aeropuerto, actualmente solo queda la casa que hacía las veces de entrada y unas pocas decenas de metros, pero aún así está de ver.
Pasear por la noche por Baščaršija y tomarse algo en las terrazas es muy agradable, aunque se vacía pronto, en general los precios son baratos aunque en un sitio nos clavaron 4 KM por un tercio, ¡que esto no es España, leñe!
En fin, apenados por los dos grandes días que pasamos en esta maravillosa ciudad teníamos que decir adiós ya que al día siguiente abandonábamos Bosnia, impresionante el país, super bonito y muy natural. Nos gastamos los pocos marcos que nos quedaban y nos fuimos a dormir.