La travesía en barco de Volos a Rodas fue la más larga del crucero. Salimos de Volos más o menos como cada día, alrededor de las 18:00 - 19:00 y no llegamos a Rodas hasta las 14:00 del día siguiente. Sabiendo eso, la noche anterior aprovechamos el todo incluido del barco para ir a la discoteca, y claro, bebimos como si no hubiera mañana. El caso es que entre eso y el mareo (también fue la noche que más se movió el barco), el día de Rodas estábamos algo tocados. Sin embargo, no perdimos la ocasión de pasear por esta preciosa ciudad medieval.
Rodas es una isla, cuya principal ciudad, Rodas tiene una parte llamada "Old City" que pega al mar y está amurallada y llena de calles, castillos y casas medievales. El paseo por esas calles es precioso, y merece la pena perderse por ellas, sin llevar un sentido concreto o una idea de donde se quiere ir. Puede que Rodas esté excesivamente plagada de tiendas de souvenirs. Es algo normal, pero veniamos de Volos, donde aquello escaseaba, y de nuevo en Rodas nos topábamos con los cientos y miles de souvenirs que ya nos habían dado la bienvenida antes en Turquía. A mi me encantan esas tiendas, así que nada que objetar, pero hay gente que no las puede ni ver. Nos sorprendió que estaba en muchos sitios el "ojo de la suerte", que creimos que solo era propio de Turquía.
En Rodas paseamos como digo por las calles medievales, hasta que llegamos al castillo, desde el cual baja la principal calle de la ciudad, la Calle de los Caballeros. Es una calle con decenas de escudos de antiguos caballeros templarios, en la que, aquí sí, no hay ninguna tienda de souvenirs. Es historia pura. En esta calle está el Hospital de los Caballeros, que es ahora un museo, y hay también varios consulados europeos.
Eso sí, no esperéis encontrar en Rodas el mítico Coloso. El Coloso de Rodas era una de las antiguas maravillas del mundo. Era una gran estatua del dios griego Helios. En 226 aC un terremoto derribó la estatua, aunque los habitantes de Rodas decidieron dejarla allí tumbada en el mar. Sin embargo, años después en 654 dC, en una invasión musulmana, éstos se apoderaron de los restos tomados como botín. Yo quizá esperaba alguna referencia más al Coloso, pero en Rodas lo único que queda relacionado con él, son souvenirs.
Es recomendable tomar en Grecia (ya sea en Rodas, Heraklion, Santorini, ...) un zumo de naranja en alguno de los puestos callejeros que los venden. Son muy ricos, aunque algo caros. Pero bueno, merece la pena. Junto al mar vimos también un puesto muy curioso de venta de esponjas naturales de mar. Mi novia compró una, no eran demasiado caras, y es un buen recuerdo, además de muy útil.
Siento no poderos contar mucho más de Rodas, pero como os he dicho, no fue nuestro mejor día físicamente. Y es una pena, porque Rodas es de los sitios que más me gustó del crucero. Pero bueno, aún quedaba muchos días por delante, para disfrutar de otras islas y ciudades.
Rodas es una isla, cuya principal ciudad, Rodas tiene una parte llamada "Old City" que pega al mar y está amurallada y llena de calles, castillos y casas medievales. El paseo por esas calles es precioso, y merece la pena perderse por ellas, sin llevar un sentido concreto o una idea de donde se quiere ir. Puede que Rodas esté excesivamente plagada de tiendas de souvenirs. Es algo normal, pero veniamos de Volos, donde aquello escaseaba, y de nuevo en Rodas nos topábamos con los cientos y miles de souvenirs que ya nos habían dado la bienvenida antes en Turquía. A mi me encantan esas tiendas, así que nada que objetar, pero hay gente que no las puede ni ver. Nos sorprendió que estaba en muchos sitios el "ojo de la suerte", que creimos que solo era propio de Turquía.
En Rodas paseamos como digo por las calles medievales, hasta que llegamos al castillo, desde el cual baja la principal calle de la ciudad, la Calle de los Caballeros. Es una calle con decenas de escudos de antiguos caballeros templarios, en la que, aquí sí, no hay ninguna tienda de souvenirs. Es historia pura. En esta calle está el Hospital de los Caballeros, que es ahora un museo, y hay también varios consulados europeos.
Eso sí, no esperéis encontrar en Rodas el mítico Coloso. El Coloso de Rodas era una de las antiguas maravillas del mundo. Era una gran estatua del dios griego Helios. En 226 aC un terremoto derribó la estatua, aunque los habitantes de Rodas decidieron dejarla allí tumbada en el mar. Sin embargo, años después en 654 dC, en una invasión musulmana, éstos se apoderaron de los restos tomados como botín. Yo quizá esperaba alguna referencia más al Coloso, pero en Rodas lo único que queda relacionado con él, son souvenirs.
Es recomendable tomar en Grecia (ya sea en Rodas, Heraklion, Santorini, ...) un zumo de naranja en alguno de los puestos callejeros que los venden. Son muy ricos, aunque algo caros. Pero bueno, merece la pena. Junto al mar vimos también un puesto muy curioso de venta de esponjas naturales de mar. Mi novia compró una, no eran demasiado caras, y es un buen recuerdo, además de muy útil.
Siento no poderos contar mucho más de Rodas, pero como os he dicho, no fue nuestro mejor día físicamente. Y es una pena, porque Rodas es de los sitios que más me gustó del crucero. Pero bueno, aún quedaba muchos días por delante, para disfrutar de otras islas y ciudades.