Ya que teníamos poco tiempo para ver Buenos Aires y que por la tarde teníamos que ir a Aeroparque para tomar nuestro primer vuelo a Trelew, decidimos montarnos en el bus turístico, para hacernos una idea de cómo es y donde están las cosas en una ciudad tan grande. Cuesta 70 pesos y el recorrido comienza en la calle Florida, durando en total unas 3 horas y media, aunque te puedes bajar y volver a subir todas las veces que quieras durante el día. Es verdad que es una turistada, pero qué éramos nosotros sino turistas, y además, lo recomiendo para quien tenga poco tiempo para conocer la ciudad. A nosotros nos sirvió para decidir qué queríamos ver el día y medio que pasaríamos en Buenos Aires.
El problema es que el día amenazaba lluvia, así que le pusieron la capota al autobús, con lo que las cosas no se ven igual. Pero bueno, vimos muchas cosas y nos gustó, además te van explicando la historia de la ciudad, de los diferentes barrios y monumentos que se ven (aunque un poco desfasado con respecto al recorrido, y la música de acompañamiento… podían variar, que cansina!).
Os dejo algunas imágenes de la ciudad:
A eso de las dos terminamos el recorrido y ya teníamos hambre, así que fuimos a comer al restaurante El Palacio de la Papa Frita, ampliamente recomendado en este foro, en la calle peatonal Lavalle. Pedimos dos menús ejecutivos por 95 pesos cada uno, con entrada, plato, postre y un porrón de Quilmes (porrón = botellín de 33 cl). No estuvo mal, pero me esperaba más.
Después de comer, caminamos por la Avenida de Mayo y fuimos a la plaza del Congreso, que nos había parecido muy bonita cuando pasamos con el autobús. Lo malo es que empezó a llover y no pudimos disfrutar mucho el paseo y la plaza .
Llegaba la hora de irnos al aeropuerto, así que fuimos al hotel a recoger las maletas. En nuestra ignorancia le habíamos dicho al hotel que nos reservara un taxi, pero lo que nos reservaron fue un remis. A ver, un remis es un taxi privado, con un precio fijo, que generalmente sale más caro que un taxi, que lo paras en la calle y sale más barato (va con taxímetro, por lo que depende del tráfico). El remis nos cobró 60 pesos, cuando un taxi del centro a Aeroparque suele salir si no hay mucho tráfico entre 30-35 pesos. En fin, de los errores se aprende .
Llegamos a Aeroparque con más de dos horas de antelación, porque queríamos dejar una maleta chica en consigna con la ropa de verano, ya que nos íbamos al sur donde hacía frío. No era solo por no pasarnos de peso con Aerolíneas Argentinas, porque aunque en teoría no permiten más de 15 kg por pasajero, esto no lo tuvieron en cuenta en todo el viaje. Era más bien porque llevábamos un queso para una amiga a la que veríamos la semana siguiente y, según habíamos leído, en las regiones de la Patagonia sí que hay un exhaustivo control de la entrada de alimentos de fuera por razones de seguridad alimentaria.
Dejamos la maleta (18 pesos/día) y nos dirigimos al mostrador de facturación de Aerolíneas. Otra larga cola más para que al llegar nos diga la chica: “Su vuelo está cancelado, tendrán que volar mañana” . “¿Cómo que mañana? ¡Esta noche tenemos hotel en Puerto Madryn y mañana vamos a ver la pingüinera de Punta Tombo!” Nada, que mañana, que nos daba la tarjeta de embarque para el primer vuelo de la mañana o nos devolvía el dinero. Nosotros no queríamos el dinero, queríamos volar, así que nos resignamos y aceptamos las tarjetas de embarque . Nos dijo que fuéramos a otra oficina donde nos darían el vale para alojamiento y traslados. Mi marido se puso en la cola y yo me fui a llamar a Puerto Madryn para decir que no llegaríamos esa noche y que no haríamos la excursión a Punta Tombo. La cola no avanzaba y no es que hubiera mucha gente, es que solo había una chica atendiendo, rodeada de guardias de seguridad y sin dejar entrar a nadie, atendían fuera, detrás de una cinta, increíble. Por fin llegamos y nos dijeron que mejor pagásemos nosotros el hotel y ya reclamaríamos nosotros el importe, que ellos no tenían plaza en ningún hotel. ¡¿¿Cómo??! De eso nada, no pensaba perder otras 2 horas reclamando mañana temprano. Al final conseguimos que nos dieran la noche de hotel, pero los traslados los pagamos nosotros, ya reclamaríamos, porque si no teníamos que esperar otras 2 horas en el aeropuerto. Así que nos fuimos en taxi al hotel América, en la calle Bartolomé Mitre, justo al lado del Congreso. En el vale que nos dieron ponía que nos darían también la cena, pero el hotel no servía comidas, así que nos la habían colado. Comimos unas empanadas allí cerca y nos fuimos a la cama, que a las 6 nos pasaban a recoger para volver de nuevo a Aeroparque.
Sobre este incidente, más adelante nos enteramos que el vuelo en realidad no estaba cancelado, sino que habían cancelado otros anteriores y habían colocado a la gente en nuestro vuelo, porque no teníamos asiento, aunque sí billete. Y nosotros todavía fuimos afortunados, porque a otros viajeros del mismo vuelo no les dieron tarjeta de embarque para el día siguiente, sino que les dijeron que se retrasaba una hora, luego otra hora más y otra más, hasta que a las 12 de la noche les dijeron que se cancelaba, y a esas horas ya no podían volver al hotel por lo que pasaron noche en el aeropuerto. Como recomendación importante, haced siempre el chek-in online el día antes, así os aseguráis un sitio en el vuelo, ya que Aerolíneas Argentinas por lo general sobrevende sus vuelos. Da igual que no podáis imprimir la tarjeta de embarque, te respetan el asiento igual.