A las 7:30 de la tarde, con la habitual puntualidad de Ryanair llegamos al aeropuerto Galileo Galilei de Pisa.
Frente a la puerta de salida tomamos el bus Lam Rossa, que nos lleva a la Piazza dei Miracoli. Se adquieren los billetes en la máquina expendedora que hay en la parada y se validan en el interior del bus. Hay tres tipos de billete, en función del tiempo de validez (70 minutos 1,10 euros, 120 minutos 1,45 euros y 240 minutos 1,75 euros). www.cpt.pisa.it/orari/pisa.htm
Frente a la puerta de salida tomamos el bus Lam Rossa, que nos lleva a la Piazza dei Miracoli. Se adquieren los billetes en la máquina expendedora que hay en la parada y se validan en el interior del bus. Hay tres tipos de billete, en función del tiempo de validez (70 minutos 1,10 euros, 120 minutos 1,45 euros y 240 minutos 1,75 euros). www.cpt.pisa.it/orari/pisa.htm
Tras un breve paseo por la incomparable plaza con la torre, el baptisterio y la catedral, volvemos a subir al bus para dirigirnos a la estación donde tomamos el tren con dirección a Florencia. www.trenitalia.it. Precio por trayecto 7,10 euros.
Hicimos esta visita relámpago porque queríamos ver la iluminación de los monumentos, y aunque nos gustó mucho, nada comparable con la visión a la luz del día. Por ello, si no se tiene mucho tiempo se puede prescindir de esta visita nocturna.
Tras una hora de viaje llegamos a la estación Santa Maria Novella, y a las 21,45 ya estamos a las puertas del hotel Bellettini. El chek-in es rápido, dejamos las maletas y nos dirigimos a la plaza del duomo donde cenamos unas pizzas al taglio que no nos gustaron mucho, pero estar sentados frente a la fachada de la catedral compensaba con creces la poca calidad de la comida. Tras pasear por las calles adyacentes y tomar un delicioso helado de chocolate regresamos al hotel.
Tras una hora de viaje llegamos a la estación Santa Maria Novella, y a las 21,45 ya estamos a las puertas del hotel Bellettini. El chek-in es rápido, dejamos las maletas y nos dirigimos a la plaza del duomo donde cenamos unas pizzas al taglio que no nos gustaron mucho, pero estar sentados frente a la fachada de la catedral compensaba con creces la poca calidad de la comida. Tras pasear por las calles adyacentes y tomar un delicioso helado de chocolate regresamos al hotel.
El Bellettini es un hotel muy flojo, lo elegimos porque esta muy bien situado y en Tripadvisor tenía buenas críticas, pero nos decepcionó bastante. Es un establecimiento de unas veinte habitaciones situado en los pisos 2º y 3º de un viejo edificio. El acceso es un poco deprimente. Tras entrar al patio del edificio se toma un diminuto ascensor que te lleva a la pequeña recepción que ya resulta más agradable. Necesita pintura y actualización, sobre todo el cuarto de baño. El desayuno con poca variedad y escasa calidad, y una sola persona atendiendo aunque prepara buenos cafés de máquina o cacaos calientes.
Pagamos 295 euros las tres noches, barato comparado con los precios de los hoteles de la zona y lo mejor es su situación ya que se encuentra a pocos metros de la plaza de la Catedral y a 10 minutos andando de la estación de tren.
Otro aspecto destacable es la excelente atención recibida del personal del hotel. Siempre hay una persona en recepción.
Con todo, si valoramos la situación y el servicio recibido, la relación con el precio no está tan mal.
Pagamos 295 euros las tres noches, barato comparado con los precios de los hoteles de la zona y lo mejor es su situación ya que se encuentra a pocos metros de la plaza de la Catedral y a 10 minutos andando de la estación de tren.
Otro aspecto destacable es la excelente atención recibida del personal del hotel. Siempre hay una persona en recepción.
Con todo, si valoramos la situación y el servicio recibido, la relación con el precio no está tan mal.