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Zona Cero. Dia 6 Jueves.
De nuevo un día plomizo, pero de momento, al menos no llovía.
Tras el desayuno, de nuevo al metro, y a cruzar Manhattan, hasta al distrito financiero. Muchísima gente bajando del metro en la parada de Wall Street.
Como habíamos hecho las reservas el día anterior para visitar el memorial del 11/S y teníamos hora a media mañana, decidimos entretener el tiempo entrando en el Century 21. Tras recorrer toda la tienda durante un buen rato, finalmente mi mujer decidió comprar un par de prendas, pero para nuestra sorpresa no le dejaron probárselas, ya que no había donde (¿?).
Ante esto, y un poco dubitativa, decidió finalmente llevárselas, aunque no muy convencida. Al salir, como todavía era muy pronto, decidimos hacer la parada de rigor en un Starbucks, y una vez allí, mi mujer no pudo resistir la tentación y se probó una de las prendas en el baño. Al ver que era Ok, decidió volver a la carga y volver a entrar en la tienda, pero esta vez yo me quedé en la cafetería esperando la tranquilamente, pero fue una falsa ilusión, ya que un cuarto de hora después y ya con un par de bolsas en la mano me vino a buscar para que entrase a ver un par de cosas. ¡Había sido un buen intento!
Finalmente, acabó llegando la hora, y tuvimos que marcharnos hacia el memorial, aunque la verdad y para ser sinceros, el desastre fue mínimo.
Para entrar al memorial primero que debes dirigir a la oficina que está en una de las calles que desembocan en la plaza. Una vez allí, con el código de internet comprueban tu reserva y te dan las entradas. Desde allí, siguiendo las instrucciones de los voluntarios, querían hasta la entrada, donde supongo que en verano debe haber unas colas considerables. Lógicamente, en una fea y desapacible mañana de enero, la entrada era muy fluida.
Una vez dentro, puedes circular libremente por toda la zona y contemplar los dos estanques que ocupan el lugar de los cimientos de las torres gemelas, así como ver el exterior del futuro museo del memorial. (Desconozco la fecha exacta de su apertura)
En los bordes de los estanques figuran los nombres de las víctimas y en uno de los laterales hay unos puestos de información donde se puede localizar la situación exacta de cualquier nombre.
La verdad es que al ritmo que llevan, ahora sí que parece factible que en uno o dos años desaparezcan todos los rastros de la tragedia, y la zona vuelve a brillar en todo su esplendor. Evidentemente, para las víctimas, sus familiares y allegados, esta zona siempre será recordada como era antes del atentado, pero para próximas generaciones será difícil imaginar la magnitud de la catástrofe y la sensación que produjo aquel gigantesco montón de chatarra y escombros.
Cuando finalmente salimos de allí, volvimos a coger el metro hacía Times Square, y una vez allí puesto que ya era bastante tarde decidimos entrar a comer en Red Lobster www.redlobster.com/. Se trata de una cadena de restaurantes en los cuales se sirve preferentemente pescado y marisco al estilo USA, es decir, estilo fast food, o sea que el que espere una mariscada al estilo español más vale que se busque otros sitios. Por lo demás, el sitio no está mal, la comida es aceptable, el servicio normal y sobre todo, ¡es muy centrico! (en pleno Times Square). Comida para dos con la Samuel Adams y la Cola de rigor 85$ incluyendo propinas.
Por la tarde, después de comer nos fuimos a dar un paseo por la quinta avenida, que acabó derivando en una tarde de compras en toda regla con las visitas de rigor a las tiendas de Apple, NBA, Disney, y ya que estábamos al megaZara que han montado donde estaba la tienda de la NBA (aunque aquí solo a curiosear el local en sí). Aunque como grande la tienda de Uniqlo, que realmente es gigantesca, y donde mas gente habia…
Si bien en casi todas partes todavía estaban de rebajas, y en algunos sitios ya eran segundas rebajas, los precios de muchas de las tiendas continúan siendo intocables, y sólo el capricho de cada uno puede permitir algún que otro desliz.
Esta noche, al ir cerrando las tiendas, fuimos volviendo dando un paseo hacia el hotel, y en una tienda 24 horas compramos algo de fruta para cenar puesto que nuestro aparato digestivo ya empezaba a quejarse. Eso sí, ¡a precio de marisco del bueno!
Flushing Meadows y High Line. Dia 7 Viernes.
Bueno, pues esto se iba acabando, y por ello supongo que amaneció un día de perros (para que no nos diese mas pena irnos…). Por suerte, al estar cubierto y lloviendo a ratos, hizo que subiesen bastante las temperaturas, y ya estábamos en lo habitual de Enero en España..
Como algún otro día, y mientras mi mujer bajaba a echarse el primer cigarrito del día, le pegué un repaso rápido alas cosas que queríamos hacer, y al final decidimos ir a ver el funicular de la Isla Roosevelt, que si bien no teníamos del todo decidido, finalmente decidimos arrancarnos y acercarnos a verlo, ya que nos encajaba de camino a Flushing Meadows.
Está entretenido, sin más. Simplemente por decir que has estado allí, y porque va con la Metrcard…
Al lado está también Serendipity, por si le interesa a alguien..
De nuevo otra vez en el metro para encaminarnos a Flushing Meadows. La verdad es que está un poco lejos, y te pasas un muy buen rato en el metro, pero al fin y al cabo, tampoco teníamos prisa.
Una vez en la parada, antes de dirigirnos hacia la parte del club de tenis y del parque, cruzamos al otro lado de las vías para ir a ver el estadio de los Mets (el otro equipo de beisbol de Nueva York). El problema fue que justo en ese momento, caía un chaparrón de proporciones más que respetables, así que fuimos andando bordeando el estadio por debajo de las vías del metro (que aquí son elevadas), hasta la caseta del vigilante.
A este buen hombre le preguntamos si había algo abierto para tomar un café y sí se podía visitar el estadio, a lo que nos respondió de forma negativa para ambas cuestiones. De todas formas, como ya estábamos allí y ya empezaba a parar de llover, decidimos acercarnos hasta la entrada principal para hacer un par de fotos.
Y mira por donde, que al lado de la entrada había una tienda de merchandaising abierta con grandes letreros de ofertas y liquidación así que nos tiramos de cabeza.
También era un poco de museo y exposición, así que aprovechamos para esperar que parase de llover, y ya puestos, compramos un par de camisetas.
En el exterior, si quieres, te puedes comprar una losetilla de estas, o regalársela a alguien.
A partir de aquí, y como efectivamente, paró de llover, ya volvimos a cruzar al otro lado de la estación de metro y nos dirigimos al estadio Billy Jean King, donde se disputa el US Open de tenis, y donde en su Hall nos saludan Orantes, Aranchita y Rafa Nadal (y algún otro como un suizo y algunos yanquis que también han ganado allí).
Por suerte, aquí si que había cafetería, y nos hicimos un cafetito para entrar en calor.
Por si alguien no recuerda como fue el US Open 2011. (¡Gr#*/@!)
Al salir, empezó de nuevo a llover un poquito, y aunque ya nos habíamos pertrechado con un par de paraguas en el badulaque de turno, la verdad es que se hizo un poco incómodo, y le hicimos un par de fotos al globo terráqueo, otra a las torres de la Expo que salían en Men in Black, y de nuevo al club de tenis.
Por cierto, como en el estadio de los Mets, losetas con los nombres de los paganos en su paseo de la Fama…
Bueno, pues con la tontería de los paseítos, ya habíamos echado la mañana, así que de nuevo hacia el metro, y aprovechando un express, directos hacia el PIER21.
Ahora sí que el día empezó a abrirse con decisión, lo que nos permitió hacer unas cuantas fotos del puente de Brooklyn y de los alrededores.
También, como el gusanillo ya empezaba a apretar, y dentro del centro comercial había varios sitios de comida rápida, decidimos hacer una parada de reavituallamiento. Como todavía no había caído ninguno, decidí hacerme unos hot dogs en una de las franquicias del Famous Nathan’s. La verdad, es que para mí, eran absolutamente normales e intrascendentes.
Por cierto, dentro del centro comercial hay wifi en toda la zona de los restaurantes.
Al salir, en el otro lado de la calle, hay también una zona con varias tiendas de marca, pero la verdad, es que los precios eran los mismos que en la quinta avenida, y las tiendas son mucho más pequeñas.
Tras chafardear un poco, fuimos cruzando a buscar el metro en la zona de Wall Street, y de camino, buscar algún sitio donde comprar tabaco, ya que mi mujer se había despistado y no había cogido de sus reservas del hotel. Así que caminando, encontré una mini tienda con pinta de estanco y con toda mi inocencia le pedí un paquete de Marlboro: ¡la broma fueron doce dólares! Sin comentarios.
De aquí, a la tienda de juguetes de los niños grandes: B&H Por si alguien no lo sabe, es una tienda de electrónica gigantesca regentada y atendida exclusivamente por judíos ortodoxos (los de las trencitas). Aquí puedes encontrar cualquier cosa relacionada con fotografía, música o video. Lo que no hay son teléfonos, que era precisamente lo que yo estaba buscando, ya que buscaba un cargador de coche para el mío, aunque en el fondo, no era más que una excusa para babear un rato…
Ya que estábamos por la zona, al salir de esta tienda nos fuimos andando hasta el www.thehighline.org/ que es un paso que me encanta, y en el cual han finalizado un nuevo tramo.
Como ya se había hecho de noche, estuvimos haciendo fotos, tanto del paseo en sí, como de los diferentes edificios y vistas que se ven desde el.
Curiosos los miradores en forma de grada, encima de las calles.
Después de pasear de punta a punta, cogimos un autobús (más entretenido que el metro) y volvimos a Broadway, y como esta noche no teníamos plan, entramos a cenar enhttp://www.hardrock.com/locations/cafes3/cafe.aspx?LocationID=99&MIBEnumID=3
Dentro, pues ya sabes, mucha gente, muchos turistas, también mucha gente local, y sobre todo: ¡música muy alta! Pero en el fondo, el sitio mola, y las hamburguesas están más que aceptables. La broma: 47,00 $ dos hamburguesas, cerveza y cocacola.
Ultima fotos nocturnas de Broadway para acabar de retener las imágenes…
Estas son las famosas webcam de www.earthcam.com/ ...messquare/# en la puerta del McDonals de Times Square, donde todo el mundo va a saludar a los amigotes. (por cierto, saludé a una de las chicas que reparten la “publi” de Chicago, y que vemos siempre por la webcam…)
De aquí, a un Starbucks para tomarnos un cafetito ¡y a dormir!.
Esto se acaba: Central Park y ultimas compras. Dia 8 Sabado.
Pues si, había pasado la semana, y tocaba recoger la parada para volver a casa…
Para mas INRI, el día se levantó radiante, con un sol espectacular, así que después tomar el café, nos fuimos a hacer los últimos desastres (compras) para apurar y poder meter todo en las maletas antes de dejar la habitación.
Una visita a la tienda Apple, otra a Uniqlo y unas zapatillas de ultima hora para mi en Nike, y rápidamente a recoger toda la habitación, hacer las maletas, y hacer el checkout, dejando las maletas en la recepción, y quedando ya libres hasta mediodía.
Con el tema de las horas de los embarques, ya sabéis que todos empezamos a contar hacia atrás, y empezamos que si una hora antes para embarcar, otra para pasar el control de seguridad, otra para facturar, más el desplazamiento hasta el aeropuerto, y acabas saliendo cinco horas antes cuando con un par tienes de sobra…
Bueno, pues nosotros ni una cosa no otra, sino todo lo contrario…así que nos fuimos www.jacksonholeburgers.com/ ...w-york.htm a hacer el brunch, puesto que como era sábado, y con nuestra previsión, era la ocasión perfecta , ya que comer algo sobre las 12h-12h30’ nos encajaba de muerte.
Una ultima www.samueladams.com/index.aspx con una hamburguesa, y un completo para mi mujer por 26,00$ que comparado con el sablazo de la noche anterior me pareció hasta barato.
Al salir, aun tuvimos tiempo de dar una vuelta por Central Park (por la parte Sur), y ver los bancos que la gente dedica a sus seres queridos (¿pagando también?).
Por fin, volvimos al hotel sobre las 14h, recogimos las maletas, y al metro, a Penn Station. El tren llegó de inmediato (ya lo llevábamos mas o menos cuadrado), e igualmente el Airtrain de Newark nos dejó en la terminal prácticamente sin tiempo ni de parar un momento.
Para mi sorpresa, el control de seguridad fue rapidísimo (muy light), y la facturación en la terminal de salida la pudimos hacer en unos postes automáticos en los mostradores, y tan solo una señora iba yendo de uno a otro por si alguien tenia problemas.
Así que antes de las cinco estábamos en nuestra terminal, preparaditos y esperando nuestro vuelo que salía a las 19h30’, por lo que tuvimos tiempo de darle más de una vuelta, y puedo constatar que no tiene ningún interés.
A la hora en punto, embarque y por suerte, la chica que llevábamos al lado se cambió a unos asientos vacíos, así que quedamos los dos solos en el grupo de tres, y nos pudimos poner realmente cómodos.
A las dos horas de salir nos sirvieron la cena (aceptable), y cuando recogieron los trastos, ya apagaron las luces, y la gente se fue quedando dormida, y tan solo a los que estábamos despiertos nos fueron trayendo refrescos, zumos o agua…
Por la mañana, ya llegando a Barcelona, nos dieron el desayuno, y finalmente, sobre las 8h30’ de la mañana del domingo aterrizábamos en El Prat.
Otro viaje acabado, y otros nuevos en el horizonte.
Hasta luego USA! Nos vemos pronto!
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