MALAPASCUA
El día cinco estaba programado el traslado a Malapascua. Nos levantamos a las 6 de la mañana. Ya habíamos dejado pagada la factura del centro de buceo y habíamos hecho el chek out en el resort, la tarde anterior.
Después de desayunar nos pusimos en marcha, cogimos un triciclo hasta la parada de los autobuses y esperamos al primero que pasara.
Aquí, los autobuses, son como en el resto del país. Los hay de dos tipos:
- con aire
- con aire acondicionado.
Los primeros llevan todas las ventanas abiertas y el aire asegurado. Mucho aire.
Los segundos son neveras con ruedas.
En este caso nos subimos al primero que pasó, porque necesitábamos estar en Maya, en el extremo norte de la isla de Cebú, antes de las cuatro de la tarde. A esa hora sale la última barca para Malapascua.
El viajecito, con aire, duró desde la 7:20 hasta las 11 de la mañana. Estos buses son mucho mas cutres que los que llevan a/a. También son mas baratos, céntimos de euro, pero eso es determinante para que mucha gente se decida por uno o por otro.
Este trayecto nos costó 64 pp. Algo así cómo 1,07€.
Al llegar a Cebú, cogimos un taxi para ir de la terminal sur a la norte y allí estaba el autobús a Maya listo para salir.
Necesitaba cambiar dinero y le pregunté al conductor donde podía hacerlo. Me dijo que había un sitio a cinco minutos andando y que además faltaban 20 minutos para salir el autobús, vamos, que me daba tiempo. Dejé a Rosalía en el autobús, para que no se fueran sin mi.
Al salir a la calle cogí un taxi. No me fiaba de conductor del bus. El taxista me llevó al sitio, que se trataba de un enorme centro comercial SM. Tardamos 10 minutos ...en taxi.
Le dije al taxista que me acompañara, cosa que hizo encantado y empezamos a buscar.. corriendo por el centro comercial.
Cuando encontramos la oficina de cambio había cola. Pedí a la gente que me dejaran colarme, y amablemente me dejaron pasar, pero la empleada de turno intuyó que tenia prisa y decidió complicarme la vida.
Me hizo rellenar al menos 3 papeles y cuando ya los tenía, ... Me hizo poner el numero de serie de todos los billetes. Nunca me había pasado.
Cuando llegamos a la estación de autobús había pasado media hora. Y veo a Rosalia a lo lejos, en la acera, con cara desencajada.
Le habían sacado las maletas, sin previo aviso, y se habían largado dejándola en tierra.
Pasado el mal trago, cogimos el siguiente y llegamos a Maya a las cuatro. Un cuarto de hora antes de salir la barca.
Estos viajes por carretera, tan largos, te dan la oportunidad de observar el pais y son muchas las cosas que llaman la atención:
tienen una curiosa forma de hacer obras en la calzada. Por tramos de pocos metros..
Las contundentes líneas de la carretera. No perdonan.
Cualquier sitio es bueno, para poner un negocio.
Gallos atados, por todo el pais. Es increible la cantidad de gallos, siempre atados, que he visto en este pais.
Un entierro. El coche fúnebre y el ataud son blancos, al contrario que aquí.
La presencia de manglares, indica que estamos en el extremo norte de la isla de Cebú.
Una vez en Maya, en la barca con destino a Malapascua, descansamos tranquilos.
Parece ser, que si hay gente suficiente, sale otra barca a las seis de la tarde. Pero eso ya es una lotería.
La barca cuesta 80 pp., pero al llegar a Malapascua, te dejan a 20 metros de la orilla... Para que tengas que coger otra barquita que hace los últimos metros por otros 20 pp por cabeza.
En fin, una tomadura de pelo en toda regla. No es el importe, que al final, entre las dos barcas, es de 2 euros, es el hecho de que siempre te tengan reservada una sorpresa. De que te tomen por tonto.
Una vez en tierra, preguntas por tu destino, el resort Exótic, y te dicen que está aquí al lado. Y se ofrecen a acompañarte... Cobrando, claro está.
Le digo al individuo que si hay algún transporte motorizado, para llevar el equipaje e insiste en que esta muy cerca..
Pero vamos cargados con dos maletas y dos mochilas. Y el suelo es de arena, no hay nada pavimentado en la isla... Como las maletas no ruedan por la arena, hay que llevarlas arrestrando.
El viajecito hasta el resort se hace penoso, tardamos bastante mas previsto y llegamos agotados, después de 10 horas de viaje para 180 km. Y el cuarto de hora por la isla, arrastrando dos maletas y dos mochilas... uffff.
LLegué empapado.
Pero es que lo bueno se hace de rogar. Porque el sitio al que llegamos, es lo mas próximo al paraíso que conozco.
El resort, una maravilla. Habitación mas que decente por 1000pp al día.
Las paredes exteriores están tapizadas con esta solución tan típica filipina. Es una especie de entramado de tiras de caña de bambú, de dos colores, haciendo dibujos geométricos. Se ven por todo el pais.
Pero normalmente en un estado mas lastimoso. Aquí, las paredes, están preciosas.
La habitación, encima del restaurante, delante del mar.
Con wi fi, con a/a, con tv. En la playa. Pero sin desayuno.
Las comidas, que son buenas y bien presentadas, son un poco mas caras, así como las inmersiones. La política es cobrar barato el alojamiento y mas caros los servicios, como la comida o el buceo.
A pesar de ello, tengo que decir que la valoración global del sitio es altísima.
El sitio es magnífico. La isla es magnífica. A mi me ha robado el corazón.
Es uno de los sitios donde deben de buscarme, si algún día me pierdo.
Una gente mas que amable. Sin carreteras, sin calles, sin coches. Solo caminos de arena por los que puedes andar descalzo, un paisaje idílico, unos chiringuitos locales donde puedes comer por poco mas de un euro. Y si quieres mas lujo, también lo hay. Y asequible.
Quiero hacer una mención especial para Rubí e Irati. Son una pareja, el catalán y ella vasca, que viven en la isla. Son instructores de buceo.
Contacté con ellos hace meses, cuando hacia los preparativos del viaje y me lo debieron presentar tan fácil, que desde entonces, Malapascua ha estado entre los objetivos fijos del viaje. Mas tarde, volví a contactar con ellos y se han encargado de hacerme la reserva en el Exótic y de planificarme las inmersiones, además de enseñarnos los rincones y chiringuitos de la isla.
Sencillamente encantadores.
También hay que decir, que no nos han dedicado la atención que, sin duda, hubieran querido ellos, sencillamente porque estaban desbordados de visitas y amigos. Y es que, es imposible multiplicarse.
Pero con todos ellos hemos pasado los mejores días de Filipinas.
Su contacto lo tenéis en su web, www.buceomalapascua.com
En esta preciosa isla hemos pasado 6 días, buceando y esperando a que viniera el barco Ona, con el que queríamos hacer una semana de vida a bordo, buceando en busca de nuevos puntos de buceo.
En el resort Exótic, he hecho 8 inmersiones. Rubí me hizo un programa de inmersiones, diferente para cada día, que me ha permitido disfrutar mucho de las aguas de esta isla.
Para el primer día hicimos una toma de contacto en las inmersiones que hay delante del resort. Una zona de arena con poco interés, pero que les sirve para evaluar al cliente. Todos los centros lo hacen.
A pesar del poco atractivo, la fauna que te encuentras, al ser diferente a la nuestra, siempre es una novedad.
Estos peces, graciosos y torpes, se llaman pegasos. Viven en la arena.
Unos payasos negros, siempre son motivo de alegría.
pez pipa que imita a una posidonia
En esta zona abundan los erizos. Estos de larguísimas púas.
Estos otros, con luz propia.
Hay estrellas de lo mas variado
Actinia
Para el segundo día, fuimos a ver los famosísimos tiburones zorro. Los tiburones zorro tienen poco mas de dos metros de largo y una cola mas larga que el cuerpo. Lo que hacen unos cinco metros de animal. Emplean esta larguísima cola para entrar en los bancos de peces pequeños y a latigazos, aturdirlos, para después alimentarse con ellos. El carácter, con respecto a nosotros, es tímido e inofensivo.
Estos animales son los que le dan exclusividad a la isla. Los que le dan el atractivo turístico que le hace ser única en el mundo.
Los zorros tienen su hábitat en aguas profundas. Y aquí, en Malapascua, hay una estación de limpieza, de estos tiburones. Te trata de una gran terraza, sumergida a unos 25 metros de profundidad y rodeada de fondos de mas de 200 metros.
A esta terraza, suben los tiburones zorro, con las primeras horas del día, a buscar los lábridos. Estos son pececitos que viven en los corales de la plataforma, que les limpian los parásitos.
No suben antes porque los lábridos, de noche, están inactivos, durmiendo.
Y en cuando levanta el sol, y la luz tenue del alba deja paso a la luz del día, los tiburones desaparecen.
Los zorros tienen unos ojos muy grandes, adaptados a vivir en profundidad, con poca luz. Y el sol, la luz fuerte, les molesta y se van. Por ello, para verlos, hay que levantarse a las 4, 30h. para estar en el centro de buceo a las 5. La salida del sol se ve navegando hacia el punto de inmersión, cosa que le da un plus de atractivo a la actividad.
LLegando al punto de observación, en una foto que me hizo un compañero de Bilbao.
Llegados al sitio bajamos a la plataforma y nos situamos en unos terracitas salientes, mas bajas que la terraza principal. A 30 metros de prof. aprox. Completamente tumbados sobre el fondo, mirando al azul profundo. Como asomados al borde de un acantilado.
A los pocos minutos apareció el primero, cinco metros por encima nuestro. En la terraza principal.
Y unos minutos mas tarde, apareció otro dando vueltas a nuestro alrededor. Y luego otros. En algún momento hubieron dos o tres.
Pero tuvimos mucha suerte, tanto porque vimos muchos, como por que se acercaron bastante y además, por que los vimos durante mucho rato. No siempre es así.
Las fotos son gentileza de Rubi, que este día se encargó de la cámara.
Y ya como guinda, os dejo este vídeo, también obra de Rubi. Un artista.
Este día le hicimos trabajar de lo lindo.
www.flickr.com/ ...819799164/
Luego completamos esa inmersión con otra, en una zona de coral. Muy bonita.
coral, by Rubi
Pez hoja by Rubi
Nudibranquio by Rubi
Serpiente marina, by Rubi
Amphiprion ocellaris. Pez payaso
En los mares tropicales es frecuente encontrar al pez payaso, de los que hay muchas variedades. Pero este, el ocelaris, que pasa por ser el autentico payaso, es la primera vez que lo veía. Es precioso y poco frecuente.
Este otro payaso, también precioso, es mucho mas abundante.
Esta foto, tambien es de Rubi
El siguiente día, nos fuimos Gato island.
Es un peñasco, como a una hora de barca, que también tiene muchos atractivos. Tienen una fauna y una flora abundante y variada. Unos de los puntos fuertes de Gato es que tiene una gruta, de unos 30 metros de larga, poco profunda, como mucho 15 metros. Esta gruta, con linternas, no es nada claustrofóbica. De hecho nosotros tardamos mucho en recorrerla porque nos recreamos hasta el aburrimiento. A la salida es frecuente encontrarse tiburones puntas blancas. Nosotros los vimos un poco después, debajo de una piedra. Habían dos reposando y mas tarde vimos otro, también reposando, al que levantamos y se dio un montón de vueltas, delante de nosotros, dentro de su cueva particular. Nos alegraron el día.
Aunque la foto no sea mía, son los mismos puntas blancas que vimos nosotros. Y en el mismo sitio.
Esta foto la he tomado de la web del Exótic. Yo ese día, no llevé cámara de fotos. Llevé la Go Pro. Pero hoy ya tengo muy claro, que debajo del agua, da mucho mas juego la cámara de fotos, que el video.
El cuarto dia de inmersión, con los del Exótic, hicimos una de las zonas de jardín de coral, por la mañana y por la tarde nos fuimos a ver los mandarines en una inmersión nocturna.
Este es otro espectáculo de los que no se olvidan fácilmente.
Los mandarines son unos pececillos fuertemente coloreados, yo diría que son del Barça, que viven ocultos en el coral, durante el dia. Pero a la puesta del sol salen para hacer una espectacular danza nupcial.
Cuando se pone el sol y se hace de noche, vuelven a su refugio en el coral. O sea, que el espectáculo se limita al crepúsculo.
Luego se continua la inmersión con abundancia de caballitos de mar, siempre en pareja y de diferente color.
También se ve mucho marisco de buen tamaño. Es una nocturna muy entretenida. A muy poca profundidad, max. 10 metros, por lo que se puede alargar 70 minutos.
Tengo que decir, que en cada una de las inmersiones con el Exótic, dispuse de un dive master para mi, que me acompañaba y me indicaba la presencia de puntos o animales de interés.
Esto es un autentico lujo, que no creo que lo hagan con todo el mundo.
Además, estos Dive Master locales del Exotic, o sea nativos filipinos, conocen al dedillo la zona de inmersión. Y no es lo mismo ir en un grupo numeroso, que tener un guia para ti solo.
Gracias Rubi.
El último día no buceé, porque ya habían llegado algunos de los que iban a compartir el crucero con nosotros. Y traían noticias.
La primera es que el barco Ona se iba a retrasar un dia, porque habían encontrado mal tiempo.
Otra era que íbamos a estar algún día en Malapascua, para hacer las inmersiones de la zona. Querían ver los zorros. Por ello, decidí no bucear mas con el resort, porque después lo podría volver a hacer desde el barco.
Me quedaban dos inmersiones importantes:
Una era en el barco hundido Doña Marilyn
Otra era en la isla de Kalanggaman
Confiaba en que se harían desde el barco. En la primera me quedé con las ganas. La segunda si que la hicimos y fué la mas bonita de las del barco.
Entonces, además de holgazanear, me dediqué a hacer fotos.
En Malapascua, desde que sale el sol a las 5h.15, es un placer hacer fotos. Una salida o una puesta de sol, se pueden convertir en todo un espectáculo.
El día 10 me levanté a esta hora, para ver la salida del sol. A la puerta del resort me encontré un perro, que hubiera jurado que me estaba esperando.
Me acompañó durante mas de hora y media, la mar de alegre. Si se encontraba con otros perros, de los muchos que hay en la isla, su intención era la de ir a jugar, pero si la respuesta era agresiva, se defendía. Y en el caso de que el contrario fuera mas grande, sin dudarlo, venia corriendo a mi lado, buscando protección. Increible el animal.
En Malapascua hay una pequeña representación española formada, además de Rubi e Irati, de los que ya he hablado, por otros como Harry, un navarro que se mueve en el mundo del video submarino y otros que pasan una temporada sacando algún título como Kimetz, otro navarro que vivía con Harry.
Pero que buena gente!
Además hay una nada despreciable cantidad de españoles que visitan la isla en estancias cortas de 4 a 6 días.
Esto hace que en esos días nos juntáramos un nutrido grupito de unos 20 o 30 españoles. Y una vez juntos, compartiendo ratos de cháchara y cerveza, surgió la idea de asar un lechón. Harry, activo donde los haya, se encargó de todo. De localizar el animal, de comprarlo, de buscar al que lo matara, guisara y donde comerlo. Harry es un artista.
Por la noche me enteré, de que el perro que me había acompañado, era el perro de Harry. Yo no lo conocía, pero parece ser que el me conocía a mi...
Como son los animales!
Y hablando de animales...
Si la victima no fue esta, fue un primo suyo.
El mismo día del lechón, estábamos viendo fotos, por la mañana, con unos de Bilbao, cuando me dicen al ver una foto:
- a estos los conozco.
Refiriéndose a Luciano y Mari Carmen.
- Han desayunado con nosotros esta mañana…
- Imposible. Están en Siquijor
- Seguro.. llevaban la misma ropa que en la foto..
Al cabo de un rato, nos volvimos a encontrar por cuarta vez con ellos. Habían recibido un correo mio, en el que les decía que estábamos muy a gusto en la isla y no se lo pensaron dos veces.
...A Malapascua.
Total que esa noche nos juntamos, en principio 20, luego se añadieron mas, para cenar un lechón…de 35 kilos. 300pp por cabeza..
En Salamanca, mi tierra, esto es una barbaridad (por el tamaño), pero en Filipinas, es lo típico.
Pasamos muy buenos ratos con toda esta gente.
El día 11 de agosto tampoco buceamos. Hicimos el check out en el Exótic y nos pasamos el dia, con las maletas en la recepción, esperando la llegada del Ona.
LLegó al anochecer.
Al fondo el Ona con las luces encendidas.
Por ello, pasamos el dia haciendo..nada. O sea, fotos.
La puesta de sol fue mas que bonita. Extraordinaria.
Ya lo he dicho anteriormente. No me importa repetirme.. Este sitio es muy bonito.!!!