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Tras el desayuno cogimos el metro y nos dirigimos hasta el palacio Nymphenburg, lo primero fue que deberíamos haber cogido el tranvía que nos hubiera dejado mucho más cerca, pero de todo se aprende la vuelta la hicimos en tranvía. Para el transporte cogimos el bono de un día. El palacio es bonito pero nada del otro mundo, los jardines son muy grandes pero no están muy cuidados como en otros palacios visitados a nosotros nos salio gratis con la tarjeta de 14 días.
Es un visita que depende del gusto se puede hacer o no, es mi opinión, a nosotros como nos salio gratis nos resulto una cosa más que hemos visto pero poco más.
Volvimos hasta el centro en el tranvía numero 17 y nos bajamos en la Karlsplatz una pequeña plaza que destaca por su fuente,
atravesamos la Karlstor y entramos en la mismas calles del día anterior pero ahora de día, hicimos unas cuantas fotos pero al ser domingo las tiendas estaban cerradas incluso las de recuerdos. Entramos a la Michaelskirche, en obras por fuera pero muy bonita por dentro,
destacando su pila bautismal,
se visita en poco tiempo, de hay fuimos a la cercana catedral, por fuera es llamativa por su color y sus dos torres y su interior destaca por su magnitud, y como cosa curiosa la gran altura a la que esta colgado el cristo en mitad de la nave de la catedral de nuestra señora,
también nos gusto un monumento funerario que había entrando a la derecha.
El repiqueteo de las campanas era una constante durante esa mañana debido a las muchas iglesias que había en la zona. Nos hicimos unas cuantas fotos en la Marienplatz con el ayuntamiento de fondo
y continuamos hasta la bonita Isartor, otra de las puertas de la ciudad.
De allí fuimos a la Odeonsplatz, donde destaca el bonito Feldherrnhalle o Pórtico de los Mariscales muy parecido al que hay en Florencia,
la Theatinerkirche, muy bonita
y los jardines de Hofgarten. Nos gusto mucho esta ambientada plaza y todo lo que en ella vimos. Tocamos 3 de los 4 leones de la Residenz que dicen que es lo que hay que hacer
y la visitamos por dentro, de forma gratuita con la tarjeta de los 14 días. Primero visitamos el teatro Cuvilliés una verdadera obra de arte, nos encanto, se visita de forma rápida y con el privilegio de estar casi solos en un sitio como ese, su decoración y sus pequeñas dimensiones lo hacen destacar.
Luego visitamos la cámara del tesoro donde se ven algunas piezas de verdadera belleza, como una copia de la columna de trajano
o algunas coronas y joyas.
Después visitamos el museo del palacio sin duda lo mejor. Lo que más destaca es el anticuario,
una enorme sala repleta de esculturas romanas, que te transporta a otro tiempo, es fabulosa.
Las dependencias o salas son de gran lujo como las habitaciones principales
o la sala verde,
también nos resulto curiosa la gruta que había en uno de los jardines.
La capilla lastima que no este reformada tras ser destruida pero tuvo que ser digna de ver, ahora se representan algunos conciertos en ella. Tras salir maravillados de la residencia llegamos hasta la plaza Max-Joseph, donde se encuentra el teatro nacional.
Tras esto fuimos a comer a la Hofbräuhaus, la cervecería más famosa de Munich,
el ambiente en ella es tradicional gente sentada en grandes mesas de madera mezclados unos con otros,
los tradicionales músicos vestidos con el traje típico bavaro,
y muchas cervezas en sus mesas. Conseguimos pillar una buena mesa y pedimos de comer pollo asado y el filete empanado,
y por supuesto dos cervezas enormes y eso que no nos gustan mucho, mi novia una negra y yo una con limón que la verdad estaban ambas muy buenas.
Disfrutamos mucho de la experiencia y estuvimos un buen rato allí sentados, muy recomendable. A la salida nos tomamos un rico helado al lado de la cervecería. Y desde aquí hasta el English Garten en metro, nos pillo una tormenta pero durante un rato que dejo de llover pudimos pasear y ver el Monóptero,
con unas buenas vistas del enorme jardín,
el templo chino donde se hace la ceremonia del te, interrumpida ese día por la lluvia.
Aunque nos mojamos un poco el paseo estuvo genial. Luego tomamos rumbo a la zona de los museos una parte muy tranquila de la ciudad,
decidimos hacerlo en plan paseo para disfrutar de lo poco que nos quedaba en la ciudad, de ahí terminamos en la Königsplatz,
que de día parece aun más bonita con sus peculiares edificios y que fue un gran final para este increíble viaje.
Desde la plaza fuimos hasta el hotel y cogimos el coche hasta Memmingen, salir de Munich lleva un buen rato. Llegamos al hotel el Airport Bergers Park un hotel nuevo y con unas instalaciones de superior categoría, que estaba a menos de dos minutos del aeropuerto en coche, todo un acierto.
Nos acostamos que al día siguiente había que coger el avión de vuelta muy temprano.
Es un visita que depende del gusto se puede hacer o no, es mi opinión, a nosotros como nos salio gratis nos resulto una cosa más que hemos visto pero poco más.
Volvimos hasta el centro en el tranvía numero 17 y nos bajamos en la Karlsplatz una pequeña plaza que destaca por su fuente,
atravesamos la Karlstor y entramos en la mismas calles del día anterior pero ahora de día, hicimos unas cuantas fotos pero al ser domingo las tiendas estaban cerradas incluso las de recuerdos. Entramos a la Michaelskirche, en obras por fuera pero muy bonita por dentro,
destacando su pila bautismal,
se visita en poco tiempo, de hay fuimos a la cercana catedral, por fuera es llamativa por su color y sus dos torres y su interior destaca por su magnitud, y como cosa curiosa la gran altura a la que esta colgado el cristo en mitad de la nave de la catedral de nuestra señora,
también nos gusto un monumento funerario que había entrando a la derecha.
El repiqueteo de las campanas era una constante durante esa mañana debido a las muchas iglesias que había en la zona. Nos hicimos unas cuantas fotos en la Marienplatz con el ayuntamiento de fondo
y continuamos hasta la bonita Isartor, otra de las puertas de la ciudad.
De allí fuimos a la Odeonsplatz, donde destaca el bonito Feldherrnhalle o Pórtico de los Mariscales muy parecido al que hay en Florencia,
la Theatinerkirche, muy bonita
y los jardines de Hofgarten. Nos gusto mucho esta ambientada plaza y todo lo que en ella vimos. Tocamos 3 de los 4 leones de la Residenz que dicen que es lo que hay que hacer
y la visitamos por dentro, de forma gratuita con la tarjeta de los 14 días. Primero visitamos el teatro Cuvilliés una verdadera obra de arte, nos encanto, se visita de forma rápida y con el privilegio de estar casi solos en un sitio como ese, su decoración y sus pequeñas dimensiones lo hacen destacar.
Luego visitamos la cámara del tesoro donde se ven algunas piezas de verdadera belleza, como una copia de la columna de trajano
o algunas coronas y joyas.
Después visitamos el museo del palacio sin duda lo mejor. Lo que más destaca es el anticuario,
una enorme sala repleta de esculturas romanas, que te transporta a otro tiempo, es fabulosa.
Las dependencias o salas son de gran lujo como las habitaciones principales
o la sala verde,
también nos resulto curiosa la gruta que había en uno de los jardines.
La capilla lastima que no este reformada tras ser destruida pero tuvo que ser digna de ver, ahora se representan algunos conciertos en ella. Tras salir maravillados de la residencia llegamos hasta la plaza Max-Joseph, donde se encuentra el teatro nacional.
Tras esto fuimos a comer a la Hofbräuhaus, la cervecería más famosa de Munich,
el ambiente en ella es tradicional gente sentada en grandes mesas de madera mezclados unos con otros,
los tradicionales músicos vestidos con el traje típico bavaro,
y muchas cervezas en sus mesas. Conseguimos pillar una buena mesa y pedimos de comer pollo asado y el filete empanado,
y por supuesto dos cervezas enormes y eso que no nos gustan mucho, mi novia una negra y yo una con limón que la verdad estaban ambas muy buenas.
Disfrutamos mucho de la experiencia y estuvimos un buen rato allí sentados, muy recomendable. A la salida nos tomamos un rico helado al lado de la cervecería. Y desde aquí hasta el English Garten en metro, nos pillo una tormenta pero durante un rato que dejo de llover pudimos pasear y ver el Monóptero,
con unas buenas vistas del enorme jardín,
el templo chino donde se hace la ceremonia del te, interrumpida ese día por la lluvia.
Aunque nos mojamos un poco el paseo estuvo genial. Luego tomamos rumbo a la zona de los museos una parte muy tranquila de la ciudad,
decidimos hacerlo en plan paseo para disfrutar de lo poco que nos quedaba en la ciudad, de ahí terminamos en la Königsplatz,
que de día parece aun más bonita con sus peculiares edificios y que fue un gran final para este increíble viaje.
Desde la plaza fuimos hasta el hotel y cogimos el coche hasta Memmingen, salir de Munich lleva un buen rato. Llegamos al hotel el Airport Bergers Park un hotel nuevo y con unas instalaciones de superior categoría, que estaba a menos de dos minutos del aeropuerto en coche, todo un acierto.
Nos acostamos que al día siguiente había que coger el avión de vuelta muy temprano.
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