Después del desayuno, lo primero que hicimos fue comprar la Vienna card.Yo pienso que es totalmente recomendable. En la mayoría de sitios turísticos que se visitan tienes descuento, llegando en algunos casos al 20%. Y con cada una entra un menor de 15 años en el transporte público gratis. O sea, que con la Tarjeta viajas 2 personas, uno de ellos tiene que ser menor de 15 años. He de mencionar que el acceso al metro y al tranvía no está nada controlado. En los 4 días que estuvimos en la ciudad no vimos ni un solo revisor que controlase el que todos estuviesen con el billete en regla. Además, para el acceso a las estaciones no hay ningún tipo de torno, solo una cajita que ticka el billete o la vienna card con la fecha. Igualico que en España, vaya.
Así que nos encaminamos hacia el centro a ver la Catedral San Esteban Está situada en el centro de Viena en la Stephanplatz. A ésta se accede por dos calles peatonales-comerciales en la que puedes encontrar todo tipo de tiendas (incluidas Zara y Mango) además de numerosas terrazas donde tomar un refrigerio (preparad el bolsillo que os lo dejarán temblando)
Después de la visita a la catedral, nos dirigimos hacia el Hofburg. De camino nos encontramos con la iglesia de San Pedro, que está inspirada en la Basílica de San Pedro de Roma. Una vez visitada, ya nos fuimos hacia el Hofburg- Esta primera vez que lo visitamos fue exterior: contemplamos los edificios que forman parte de este complejo. Es majestuoso, en el se encuentran la Biblioteca Nacional y la Escuela Española de Equitación. Como no pensábamos entrar en el museo de Sisi en el dia de hoy, nos dimos una vuelta por los jardines de alrededor. En uno de ellos, el Volksgarten se encuentra el Theseustempel un monumento a la memoria de Theseo.
A la salida del parque nos encontramos con el Parlamento y al lado con el Rathaus o Ayuntamiento. El estilo es una copia del Ayuntamiento de Bruselas, ambos muy bonitos. Frente a este se encuentra el Burgtheatre, separado del Rathaus por una plaza bastante grande (en esa semana celebraban el festival de cine de viena y proyectaban películas al aire libre). Además en esa plaza habían puestos en los que servían comida, especialidades de diferentes países (India, Japón, USA, Sudáfrica…) Se convirtió en el centro logístico de nuestros avituallamientos. Era el lugar ideal para descansar mientras calmábamos nuestros estómagos. Aún así, decidimos que para afrontar lo que nos quedaba de día, lo mejor era no renunciar a nuestra procedencia, así que por unanimidad acordamos ir al hotel a echar la SIESTA
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El Parlamento
Rathaus
Y es que nuestra siguiente visita era al barrio judío. Así que fuimos en metro hasta la Schwedenplatz y desde allí nos recorrimos toda la zona, la Judenplatz, el monumento al holocausto, el Hotermarkt. También estuvimos un rato contemplando el canal del Danubio. A eso de las 19h está concurrido. Una de las orillas está habilitada para bicicletas y gente que hace footing y en el otro se encuentran terrazas. A esa hora, y ante las protestas del peque, decidimos volvernos al hotel. Pero al llegar pensamos que mejor que meternos ya en la habitación (ya estábamos cansados) nos metimos en el Stadtpark que está justo al lado del hotel y nos sentamos en un banco a disfrutar del paraje y de la agradable temperatura de Viena.