Pues ya estamos en Berlín… y al menos no hace tanto frío como esperábamos. No me malinterpretéis, a partir de, más o menos, las 5 de la tarde, empiezan a helarse hasta las ideas, y más aún si corre el aire, pero bueno… pensábamos que iba a ser peor.
Pensaba poner dos días en una misma etapa, pero me ha parecido que esta ya ha quedado suficientemente extensa, como para encima añadirle un día más, aemás teniendo en cuenta todo lo que hemos visto hoy… así que, iremos narrando el viaje, en principio, con un día de retraso.
Ayer tocaba día de vuelos, y además, empezaba muy temprano, sobre todo para mi, que apenas dormí una hora… carnavales, cena para celebrar mi cumpleaños, etc. Pero bueno, a eso de las 6 estábamos las 3 puntuales en el aeropuerto de Loiu, facturamos las maletas, y fuimos a la cafetería a tomarnos el desayuno de rigor.
Primer desayuno del viaje, en el aeropuerto
Los dos vuelos con Lufthansa fueron muy bien, a destacar el hecho de que en el aeropuerto de Munich, además de internet gratis también hay máquinas de café gratuitas para los pasajeros mientras esperas a que salga tu vuelo. Un 10 para estos alemanes.
Llegamos al aeropuerto de Tegel a eso de las 12:30, y como no nos apetecía mucho andar arrastrando las maletas, decidimos coger un taxi hasta el apartamento, que estaba a una media hora más o menos. Cuando llegamos aún lo estaban limpiando, al menos en esto de la limpieza son bastante meticulosos, estaba todo muy bien. Pero, ¡que estamos en Berlín! ¡Vamonos a la calle!
Comenzamos a andar hacia Alexanderplatz, y a darnos cuenta de que aquí los domingos esta todo, o prácticamente todo cerrado, incluso muchos de los restaurantes. Hasta que no llegamos a la zona de la torre de televisión, no vimos casi signos de vida. Qué poquita gente hay por aquí un domingo. Se puede subir hasta lo alto y contemplar las vistas de Berlín, desde una posición, creo que puedo asegurar, inmejorable, pero nosotras de momento decidimos dejarlo para otro día.
Cuál se contruiría antes, ésta o el Pirulí de Madrid?
Como nuestros estomagos empezaban a pedirnos combustible y casi no habíamos visto restaurantes abiertos, nos metimos en un Mac Donald’s. Nada que reseñar de la comida, todo el mundo sabe lo que se puede encontrar en estos sitios.
Seguimos caminando hasta la plaza donde está el ayuntamiento rojo, o Rotes Rathaus. Rodeando todo el edificio un friso en relieve nos cuenta la historia de Berlín, desde la fundación del imperio alemán, allá por 1871. Seguimos avanzando y justo antes de cruzar el río Spree, por uno de sus innumerables puentes, nos encontramos con Marx-Engels Forum, dos de los padres del socialismo, que miran de manera paternal hacia el Este, como diciendo, ay! este pobre hijo mío, el capitalismo descarriado
La menda junto a Marx y Engels "socializando"
Justo frente a las esculturas de ambos, está la Berliner Dom, que se levanta majestuosa, aunque eso sí, bastante sucia por la contaminación, antes de acceder a la famosísima Isla de los Museos. La entrada costaba unos 6€, y como pensamos comprar una Welcome Card, si está dentro de los descuentos la visitaremos otro día.
Berliner Dom, un poco sucia, pero la verdad es que impresiona
La verdad es que este día habíamos pensado tomárnoslo con calma, en plan dar una vuelta cerca del apartamento, pero es que no podíamos dejar de caminar y ver cosas, y más cosas. Así que como ya podemos divisarla a lo lejos, nos dirigimos hacia la puerta de Brandenburgo. Pero antes de llegar a ella, en medio del Unter den Linden está la estatua ecuestre de Federico II, el Grande, que, según cuenta alguna leyenda urbana, durante la ocupación comunista giraron la escultura para que esta mirase hacia el Este, aunque los estudios desmienten que nunca se haya movido… no me diréis que no es mejor la otra versión?
Federico II, el Grande, mirando hacia el Oeste
Y, ya por fin, nos encontramos a los pies de la Puerta de Brandenburgo! El monumento más famoso de Berlín, muy probablemente de Alemania, y una de las imágenes más icónicas del mundo, tanto como la Torre Eiffel lo es de París y Francia. Decir que es preciosa, probablemente se quede corto, pero lo realmente atrayente de este arco de triunfo, no deja de ser sino eso, es la Historia que le ha tocado vivir, los numerosos acontecimientos que han transcurrido a lo largo de la historia en la ciudad la han mantenido como protagonista indiscutible, hasta finalmente convertirse en símbolo de la reunificación de la ciudad.
Brandenburger Tor por el día...
Estaba haciendo bastante frío y queríamos alargar un poco nuestra estancia por esa zona para poder verla iluminada, así que nos metimos en el Starbucks para tomar algo calentito, hacer un poco de tiempo, y ya de paso conectarnos a internet. Mereció mucho la pena la espera, solo por disfrutar del espectáculo de verla con luces en la noche.
… y también iluminada cuando cae la noche
Continuamos por la Ebertrasse y pasamos junto al Holocaust Mahmal, como estaba ya bastante oscuro decidimos dejarlos para el día siguiente… y tal vez nos equivocamos, porque hoy nos han recomendado precisamente visitarlo cuando ya es de noche… Otro día volveremos
Finalmente, ya en Potsdamer Platz cogimos el metro, línea U2, hasta el apartamento, que ya habíamos pateado bastante, y visto un montón de cosas, aunque solo eran las 18:00. Cenamos algo en el apartamento y nos fuimos temprano a la cama, que el día había comenzado hacía muchas horas…
Gastos del día:
Desayuno en el aeropuerto de Loiu –> 11,50€
Taxi Tegel-Apartamento –> 20€
Comida en el Mac Donald’s –> 27,54€
Chocolate y cafés en el Starbucks –> 13,50€
Tickets para el metro –> 3 x 2,30€ = 6,90€