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Jueves, 18/9/08 / Miércoles 24/9/08 / Viernes 26/9/08
Tras el gran desayuno, Giovanni, el dueño de la casa, nos dio los horarios de los trenes que iban a Florencia, y nos indicó donde estaban las dos estaciones de tren cercanas a la casa. Decidimos ir en tren, que cuesta 1.80€ el trayecto, y así no preocuparnos de aparcar allí el coche.
En 15 minutos llegamos a la estación de Santa María Novella.....
Nuestra primera parada fue en Santa María de Novella, y situada enfrente de la estación. Íbamos a pasar, pero lo dejamos para otro día... total, pasaríamos por su puerta, dos veces cada día que pisáramos Florencia. Como podéis imaginar, nos quedamos sin entrar... Esas cosas que pospones y al final nunca se hacen.
Caminamos hacia el Arno, para encontrarnos con el Puente Vecchio, qué maravilla!!! Sí estábamos en Florencia. Tras asegurarnos, caminamos hasta el Duomo. Ya empezábamos a ver en las calles el ambiente de esta ciudad. Y llegamos al Duomo, a pesar de haber estado ya, no dejó de sorprendernos ese majestuoso edificio en una plaza tan pequeña... Las fotos pertinentes, y a hacer cola para entrar. Por dentro es verdad que deja un poco que desear, pero ver la cúpula desde abajo, te hace sentirte muy pequeño. Tras la visita nos fuimos hacia el baptisterio. Su interior es impresionante... marea de tanto mirar hacia arriba, para ver cada detalle. Estuvimos allí sentados un ratillo admirando cada historia reflejada.
Y a seguir paseando. Callejeamos hasta la casa de Dante, que no nos terminó de convencer, así que nos fuimos sin entrar. Y nos dirigimos hacia la Santa Croce, ya la habíamos visitado en un viaje anterior, así que no entramos, pero nos apetecía ver el ambiente de la plaza. Y tras eso, a la Plaza de la Signoria, con su palacio Comunale y sus obras de arte al aire libre. Estaba repleto de gente, así que nos acercamos a ver hasta donde llegaba la cola de los Uffizzi, nada, mínimo 2 horas de espera, lo dejamos y nos vamos a comer. La primera pizza para mi marido, y lasaña para mí...
Luego nos dirigimos a cruzar el Arno, paramos en Orsanmichaell, es increíble como este trigal reconvertido da una sensación de paz en su interior. Y luego paradita en la plaza de la República, cruzamos su arco, y vimos algunos de los palacios que por aquí se esconden.
Ahora sí, cruzamos el puente Vecchio, con su oro resplandeciente en los escaparates.
Nos vamos hacia la iglesia del Santo Spirito , la iglesia por fuera es un poco austera, pero el interior nada tiene que ver. Aprovechamos en esta plaza para comer nuestro primer helado... sin palabras,
.
Y luego fuimos a visitar el claustro de la iglesia de Santa Maria del Carmine pero justo cuando llegamos lo estaban cerrando... pues nada, para otro día... que por supuesto, tampoco llegó.
Miramos la hora, y pensamos subir a ver el atardecer a la Plaza Michelangelo, dando un paseíto... el paseo fue largo, pero como no teníamos prisa... claro, hasta que llegaron las escaleras... madre mía, no se acababan nunca. Pero llegamos, y vimos una de las imágenes más bonitas de la ciudad.
Nuestro segundo día en Florencia comenzó descubriendo el Mercado de San Lorenzo , claro nos llevó su tiempo llegar hasta la Capilla Medici, y al llegar, vaya desilusión, ¿y esa Iglesia a medio construir?... pero nada indica lo que esconde dentro... pasamos aquí un buen rato mirando cada obra... y luego al salir, yo que iba tan feliz a ver la biblioteca, y sobre todo, para qué engañarnos, la escalera de Miguel Ángel, resulta que estaba cerrada por mejoras... oooohhhhhhhhh.
Pues nada, ya que no vemos la escalera, nos vamos a ver el David.... y sí, había una pequeña cola, y pensamos que no duraría mucho, pues bien, hora y media en la cola, esperando para entrar, pero bueno, cuando entras, y te encuentras de frente con esa gran obra, se olvida. Lo que cuesta más es olvidar los 10€ que te cobran, para ver un mini museo... pero bueno, se hace negocio con lo que se puede.
Al salir, paseamos hasta el Mercado Nuevo, a ver los puestecillos y comparar los precios que ya habíamos visto por la mañana.
Comimos por allí, y luego nos fuimos a ver la Iglesia de Maria Anunzziata, que la verdad, tienen un poco olvidada, igual que la plaza, y estando tan cerca del Duomo da un poco de pena.
Entonces fue cuando mi marido dijo que quería subir a la Cúpula de Brunelescchi, y para allá nos fuimos, un poco de cola, y para arriba, él solo, porque mi vértigo no me lo permitió, yo me quedé dando una vuelta por la zona, tomando un capuccino (por cierto, cuidado en donde os metéis, porque te llegan a cobrar 5.5€ por un capuccino en una mesa) y viendo como caía el sol, sentada en las escaleras del Duomo. Luego vi las maravillosas vistas en la cámara. Tras esto cena, y a descansar.
El tercer día en Florencia era el día de compras (por supuesto cargamos) y de visitas. Primero nos fuimos al Palacio Pitti, pero el sistema de entradas que han puesto es abusivo, para nuestro entender, así que como lo que queríamos ver estaba cada cosa en un ticket distinto y la gracia nos costaría 20€ por cabeza, dijimos que no.
De ahí nos fuimos al restaurante Gusto Leo, recomendado por Isis80 y genial, nos encantó, lástima que hubiésemos esperado al último día para probarlo. Con la tripa llena, nos fuimos hasta los Uffizzi, era el último día y por narices teníamos que entrar.... la cola fue menos que en la Academia y en una hora estábamos dentro... el primer inconveniente es que las salas de Rubens estaban cerradas, con las ganas que tenía mi marido de verlas. Pero vimos el resto, compramos un libro a la entrada y no nos perdimos ni una obra. Claro, salimos cuando lo cerraban, pero había merecido la pena.
Había sido nuestra última visita, compramos un helado y para la estación.
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