ETAPA 6. Saliendo de Lisboa, 270 Km.
Nos pusimos en marcha muy temprano porque nos aguardaba una etapa muy movida de carretera y visitas. Nuestro próximo lugar de alojamiento era Coimbra, pero quisimos aprovechar para ver otros lugares por el camino, naturalmente.
Rumbo a Estremadura y Ribatejo, la primera parada la hicimos en ÓBIDOS, un pueblo muy pintoresco, encaramado en una colina y rodeado por una muralla del Siglo XIV que se puede recorrer en todo su perímetro.
Rumbo a Estremadura y Ribatejo, la primera parada la hicimos en ÓBIDOS, un pueblo muy pintoresco, encaramado en una colina y rodeado por una muralla del Siglo XIV que se puede recorrer en todo su perímetro.
Aunque hacía mucho calor, mereció la pena patear sin prisas sus callejuelas medievales.
Le dedicamos toda la mañana y comimos en una terraza, a la sombra de las buganvillas. Preciosa la estampa que ofrecía con sus casas de fachadas blancas salpicadas de flores en contraste con un cielo sumamente azul. Y muy sugerente esta foto con la Iglesia de Santa María y la picota en primer plano.
Lamentablemente tuvimos que desistir de uno de los lugares que teníamos programado: la ciudad de Tomar y su famoso Convento de Cristo. Lo sentí mucho porque me atraía mucho esa visita, pero había que desviarse bastante y no hubiéramos podido dedicarle el tiempo necesario, así que preferimos dejarlo para “la próxima vez”. Seguimos hacia la costa y pasamos por la playa de Nazaré que estaba atestada de bañistas pues como ya he comentado era un día de mucho calor y a finales de julio. En la foto, al fondo se aprecia el funicular que sube al pueblecito de Sitio.
Nos llamó la atención las decenas de casetas multicolores apiñadas en las que se refugiaba una multitud buscando la sombra. Sinceramente, no les envidié: menudo calor que debía hacer allí.
No utilizamos el funicular sino el coche para subir a Sitio. Resultó agradable dar una vuelta tranquila, viendo la Iglesia barroca de Nuestra Señora de Nazaré y la pequeña ermita da Memoria, comprar unos recuerdos en alguna de sus tiendas (aquí vi las toallas más bonitas y, aunque no eran demasiado baratas, compré varios juegos) y, naturalmente, asomarse a un bonito mirador que nos regaló estas bonitas vistas:
A media tarde llegamos a ALCOBAÇA, que cuenta con la iglesia más grande de Portugal integrada en el Monasterio cisterciense de Santa María. La abadía se fundó en 1153 y está vinculada a la conquista de Santarem a los musulmanes por parte de Alfonso I, que prometió levantar un gran templo para la orden del cister. Se completó en 1223 y se considera la primera obra gótica que se construyó en suelo portugués. La fachada del templo fue recubierta en el siglo XVIII en estilo barroco. Por sus dimensiones (222 metros de longitud), el conjunto resulta realmente impresionante, y la bóveda y las columnas de la nave central de la iglesia sobrecogen por su altura y por su sencillísima ornamentación. Además, tiene el atractivo de poder contemplar las tumbas de Pedro I e Inés de Castro, que protagonizaron una de las más bellas y tristes historias de amor del medievo portugués.
Lo malo fue que la Praça do 25 de abril, en la que se ubica la Abadía, estaba en obras, totalmente patas arriba, y fue una auténtica odisea moverse por el centro hasta encontrar aparcamiento. De todas formas, mereció la pena aguantar aquel cáos de tráfico por ver el Monasterio, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1989, y en 2007 fue calificada como una de las 7 Maravillas Nacionales Lusas.
Lo malo fue que la Praça do 25 de abril, en la que se ubica la Abadía, estaba en obras, totalmente patas arriba, y fue una auténtica odisea moverse por el centro hasta encontrar aparcamiento. De todas formas, mereció la pena aguantar aquel cáos de tráfico por ver el Monasterio, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1989, y en 2007 fue calificada como una de las 7 Maravillas Nacionales Lusas.
Continuamos nuestro viaje pasando por BATALHA, cuyo mayor atractivo es el Monasterio Dominco de Santa María da Vitoria, obra maestra del gótico portugués, que conmemora la victoria de Aljubarrota en 1385. Ya estaba cerrado cuando llegamos y sólo pudimos sacar unas fotos de su fachada exterior. También es Patrimonio de la Humanidad.
Aunque no teníamos un interés especial, nos dio tiempo a echar un vistazo al Santuario de Fátima, que estaba cerca, y conocer la gran explanada y el exterior de la basílica. Era última hora de la tarde y estaba prácticamente vacío. Dejando aparte cualquier consideración religiosa que merecen el mayor respeto, no nos gustó especialmente Ya era noche cerrada cuando llegamos a COIMBRA y nos costó bastante encontrar el hotel.