Después de dos dias raros, el primero con jet lag y el segundo con unas visitas un poco decepcionantes, estabamos algo deprimidos. Hoy nos proponíamos visitar Higashiyama que era, según habíamos leído, de lo más interesante de Kyoto. Y no se equivocaban. Durante este día tomamos contacto con el Kyoto tradicional mejor preservado, nos metimos de lleno en el ambiente turístico de la ciudad y pudimos visitar dos de los templos más espectaculares de Japón: Kiyomizu-Dera y Sanjusangendo.
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El día amaneció con un sol espléndido y un calor húmedo tropical sofocante. Después de desayunar decidimos ir andando a nuestra primer objetivo, el templo de Shoren-in. El paseito de 20 minutos por calles impersonales fue de nuevo prescindible. A medio camino pudimos ver de lejos hacia el norte un gran torii con el templo de Heian Shingu. Parecia impresionante, pero lo tendremos que comprobar en otro viaje.
Shoren-in es otro complejo templario budista cercado por un muro. Según nuestra guía no tenía gran interés (templo de madera del S. XVIII reconstruido varias veces, paneles pintados, jardines con estanque... ¿os va sonando repetitivo?) y una vez allí nos asomamos a la puerta y lo que vimos nos pareció bastante soso asi que seguimos al siguiente templo tras ahorrarnos 1300 yenes.
CHION-IN
Este templo es enorme y espectacular. Es el templo principal en el país de la secta budista Jodo (si, Jodo). La entrada se realiza por una puerta monumental de madera del siglo XVII de 24 metros de alto y 50 de ancho que es la mayor puerta de madera de todo Japón: la puerta Sanmon. Es enorme, masiva y anonadante y está situada en lo alto de una escalinata que le da aún un aspecto más impresionante.
Puerta Sanmon *** Imagen borrada de Tinypic ***
Tras la puerta a la derecha hay un jardín japonés (jardin Yuzen, visita de pago, pasamos de él) e inmediatamente comienza un camino con escaleras que serpentea hasta llegar a lo alto de una colina donde estan el resto de los edificios del templo.
Sin embargo arriba nos esperaba otra decepción: el principal edificio, el Mieido estaba cubierto por andamios y cerrado al público por restauración hasta 2019. Joeee que rachita llevabamos. No obstante el Amidado, un pequeño templo con un Buda justo al oeste si era visitable y desde allí por una plataforma elevada te llevaban a una exposición de los objetos más importantes del Mieido: estatuas, joyas, tambores ceremoniales, paneles pintados, etc. También se podía echar un vistazo a las labores de restauración.
Amidado *** Imagen borrada de Tinypic ***
Buda del Amidado *** Imagen borrada de Tinypic ***
Luego pasamos por una sala moderna donde estaba teniendo lugar una ceremonia budista con monjes recitando esos canticos repetitivos tan hipnóticos y que nos enganchó durante unos minutos.
Tras salir de nuevo fuera volvimos al Mieido y hacia el este habia un pequeño estanque con jardin con un puente que conducía a otro edificio del siglo XV, el Seishido. De él partía una escalinata que subía por la colina hacia otros edificios del templo pero decidimos ir a favor de la ley de la gravedad y volvimos a bajar a la puerta Sanmon. La visita había sido interesante y además gratuita, ¿que más se puede pedir?
Seishido
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HIGASHIYAMA
A continuación cruzamos el parque Maruyama que ya habíamos visitado el primer día y salimos por su puerta sur hacia Higashiyama. La calle ya tenía mucho más encanto que las que habíamos pateado hasta ahora. A ambos lados, casas de madera oscura de uno o dos pisos con restaurantes y comercios y empezábamos a ver ambiente "turístico".
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Comenzamos tambien a ver rickshaws con turistas, coches de dos ruedas con tracción humana con los que dar una vuelta por el barrio. Los rickshaweros no son nada tradicionales. Son jovenes (de ambos sexos), bastante cachas todos ellos, con mallas y camisetas de deporte como para ir a participar en un maraton pero con unas curiosas zapatillas que tienen una muesca entre el pulgar y el resto de los dedos. No sé cuanto pedían porque ninguno nos ofreció el viaje. Solo se lo enseñaban a turistas japoneses con los que regateaban el precio así que asumimos que no querian guiris. De todas formas tampoco teniamos mucho interés en ser arrastrados de esa manera.
Tracción humana a las 2 ruedas
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A medida que avanzabamos y ya entrando en Higashiyama nos empezamos a encontrar calles peatonales pavimentadas, los postes con cables habían desaparecido, había pequeñas estatuas en las esquinas, y entre los negocios turísticos comenzaron a aparecer pequeños templos, santuarios y jardines. Todo extremadamente agradable con un aire a lo que debia haber sido Kyoto cuando era la capital imperial.
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Unos metros más adelante nos metimos por la calle Masuyacho que era espectacular, llena de tiendas tradicionales y restaurantes en casas de madera de estilo japones muy uniformes.
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Logicamente también había cientos de turistas. La mayoría eran visitantes locales y curiosamente muchos llevaban trajes tradicionales, sobre todo ellas con coloridos kimonos, sandalias de madera, abanico de seda, bolso de marca y cámara fotográfica en ristre, pero tambien ellos con los más sobrios yukatas. Una maravilla, Japón en estado puro.
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Alli tambien vimos una falsa geisha, una turista que había pagado para hacerse un reportaje fotográfico maquillada y ataviada como una geisha.
Falsa geisha *** Imagen borrada de Tinypic ***
Al final de la calle nos encontramos con unas escalinatas llamadas Ninenzaka desde donde la vista es preciosa.
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En lo alto de la Ninenzaka todo el mundo seguía subiendo hacia la izquierda pero por llevar la contraria y porque no nos gusta subir (y porque teníamos un mapa) nosotros giramos a la derecha hasta llegar a la pagoda de 5 pisos Yasaka, el simbolo del barrio y que es el único resto del templo Hokanji. Se podía subir a lo alto pero como no permitían niños (señora haciendo el simbolo del aspa y señalando a Alejandro con 7 reverencias) pues ellos se lo perdieron.
Pagoda Yasaka
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Así que volvimos sobre nuestros pasos uniendonos de nuevo a las hordas turísticas. Un poco más adelante se sube otro tramo de escaleras llamado Sannenzaka y la vista del Kyoto más clásico de casas bajas salpicado con siluetas de templos ahora es ya soberbia.
Sannenzaka *** Imagen borrada de Tinypic ***
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Luego giramos a la izquierda para continuar la subida hacia el templo Kiyomizu-dera. Durante la subida no paramos de curiosear tiendas de comida, dulces, juguetes tradicionales y souvenirs made in China. Aprovechamos para comparar algunos regalos y mi hijo se encapricho de unos nunchakos de plástico para hacer de ninja loco.
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Vendían unos pepinos gigantes agridulces pinchados en un palito marinados con sésamo y metidos en hielo un poco insípidos y que refrescar tampoco resfrescaban mucho.
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Tambien probamos un helado de te verde y otro de wasabi. Así dicho no son muy apetecibles, y la verdad es que una vez probados, tampoco. Los helados japoneses son de hielo, muy poco cremosos y de sabores suaves. Es dificil encontrar helados italianos de chocolate o nata y por supuesto nada de pistacho, turrón, café o sabores occidentales. De hecho les encanta tomarse tarrinas con hielo picado al que le echan siropes de colores por encima para darle sabor. Mis padres me dicen que así eran los helados en la posguerra en España.
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TEMPLO KIYOMIZU-DERA
Tras una subida de 1 km aproximadamente en este ambiente se llega a una pequeña explanada donde está la puerta Deva de entrada al templo.
Monje mendicante a las puertas del templo *** Imagen borrada de Tinypic ***
Kiyomizu-dera es un templo budista patrimonio de la Humanidad fundado en el 780 alrededor de un manantial sagrado. El templo se extiende varios kilometros por las boscosas laderas de dos colinas contiguas.
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Plano de Kiyomizu Dera con el itinerario en rosa
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Una vez cruzada la puerta, y siempre subiendo, se pasa junto a varios edificios menores y una pagoda de 5 pisos con detalles pintados en rojo.
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Luego hay otra expladada donde está la taquilla y donde se entra tras atravesar unos soportales de madera a la sala principal del templo u Hondo que alberga una estatua de la diosa Kannon.
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Aqui se puede ofrecer incienso (previo pago), hacer peticiones a la diosa en tablillas de madera (previo pago) o comprar unas hojas de papel con tu horóscopo (previo pago). Una vez leído, el papel se dobla formando una tira estrecha y se ata con devoción en unas cuerdas (esto ya es gratis), suponemos que para que se cumpla.
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En el templo tambien hay un caldero gigante de bronce que se puede golpear y rezar mientras resuena tras hacer un poco de cola. El templo tiene una plataforma desde la que se tiene una vista espectacular de una pequeña pagoda que esta al otro extremo de un pequeño valle y que forma tambien parte del complejo del templo.
Avanzando por el templo a la izquierda sale una estrecha escalera que sube al altar de Jishu, la diosa del amor.
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Arriba, hay dos rocas separadas por 18 metros. Se dice que si consigues llegar de una a otra con los ojos cerrados sin tropezarte (ni chocar con algun turista, lo que es más difícil), encontrarás el amor verdadero. Mi hijo lo hizo sin problemas y en menos de 8 segundos (creo que es record local en la categoria de 8 años) lo que arranco vitores y aplausos de un grupo de japonesas que aprovecharon para tocarle el pelo rubio (les encantan los rubios, oyes).
A por la piedra que va *** Imagen borrada de Tinypic ***
Tambien en la misma zona habia otros altares. Uno de ellos tenía una estatua de un personaje con un conejo gigante que todo el mundo tocaba.
Hombre y conejo gigante *** Imagen borrada de Tinypic ***
En otro altar se escribían tus desdichas en un papel de arroz (previo pago) que al sumergirlo en agua se deshacía, haciendolas desaparecer magicamente. Nosotros lo hicimos y un mes depues todavía persisten así que creo que no funciona. Como veis, la religión en Japón (bueno como en muchos otros sitios) tiene un alto grado de superstición y fetichismo. Y sospecho que la economía monacal descansa en gran medida en estas creencias.
Preparando el papelito evanescente *** Imagen borrada de Tinypic ***
A partir de aqui salen dos caminos que van a distintos niveles por la ladera del bosque. Por el superior se pasa junto a otros edificios del templo y se llega a la pagoda de 3 pisos roja que se veía desde el edificio principal, que no tiene mucho interés pero desde la que se tiene una vista magnífica del conjunto del templo.
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Por el de abajo, que es el que nosotros cogimos, tambien se llega a la pagoda, pero se pasa junto a los espectaculares cimientos de madera de la plataforma del templo de unos 13 metros de altura y se llega al corazón del templo, el manantial sagrado Otowa cuyo chorro se separa en tres caños. Se dice que cada uno tiene poderes beneficiosos distintos: longevidad, exito en los estudios y fortuna en el amor (el clásico salud, dinero y amor) pero sólo se puede beber de uno. Había una cola de unos 30 minutos para coger un cacillo con mango largo y beber de uno de los chorros asi que decidimos vivir poco, catear exámenes y ser unos desgraciados en el amor.
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Dimos un paseíto por el bosque y nos encaminamos a la salida. En el camino, además de pasar junto a otros edificos del templo, paramos a comer en un pequeño restaurante con terraza donde tomamos unos noodles rápidos en la típica postura incomoda japonesa esa de medio sentado bajo y medio arrodillado.
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TEMPLO DE SANJUSANGENDO
Eran ya cerca de las 3 y decidimos intentar visitar el templo de Sanjusangendo dándonos prisa. Bajamos del templo por la vía más directa posible hasta la calle Higashioji (las calles de Higashiyama o son peatonales o muy estrechas con grandes atascos) y allí tomamos un taxi que en 10 minutos nos puso en el templo a las 3 y 20 (y cerraba a las 4, que estres de horarios, oye).
Por fuera el templo es un largo edificio de madera de 120 metros de longitud muy discreto. Sin embargo, el exterior del templo no presagia su maravilloso interior. De hecho, si estais preparando el viaje leyendo esto, os aconsejo saltaroslo para llevaros la sorpresa que nos llevamos nosotros.
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Tras descalzarse, se entra por un lateral y de subito te encuentras con 500 estatuas de tamaño natural de Kannon, la diosa de la misercordia, que se dice tiene 10 caras y 1000 brazos pero se representa "solo" con 42 de ellos (si se quitan los dos brazos normales y se multiplican los 40 restantes por los 25 planos de la existencia según el budismo, ahí tienes los 1000 brazos). Las estatuas son de madera con una cubierta dorada y se disponen perfectamente ordenadas en filas sobre 10 gradas de altura creciente. Por delante de ellas a intervalos hay estatuas más grandes de demonios y reyes con cara de mala uva. Las estatuas miran hacia el pasillo lateral por el que vas andando boquiabierto. Los techos y las columnas del edificio son tambien magníficos.
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En el medio del templo, cuando terminan las estatuas hay una estatua gigante dorada de la misma diosa con su altar. Pero al otro lado de ella te encuentras con... ¡otras 500 estatuas similares a las primeras en perfecta simetría! La vista desde un extremo del templo es grandiosa: 1000 estatuas de diosas con 1000 brazos. Apabullante. Lamentablemente no dejaban sacar fotos así que estas son de Internet.
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TEMPLOS NISHI E HIGASHI HONGANJI
Era todavia pronto asi que podíamos visitar algún templo más (masoquismo puro o ignorancia probablemente) así que miramos el mapa y vimos los templos budistas gemelos Nigashi y Nishi Hongangi, patrimonio de la Humanidad, que parecía que estaban ahí mismo y cerraban a las 6. Pues vamos dando un paseo, dijimos. ¿Paseo? Una tortura de 40 minutos bajo un sol abrasador por una zona feísima de Kyoto que acabó con nuestras escasas fuerzas (de nuevo teníamos que haber cogido bus o taxi). Encima al llegar al Nigashi Honganji, su pabellón principal estaba en restauración asi que aún tuvimos que ir más lejos para ver el Nishi Hongangi.
La parte no cubierta del Nigashi Honganji *** Imagen borrada de Tinypic ***
Ambos tienen una estructura parecida de varios edificios enooooooormes alrededor de un patio de gravilla. Al poco de llegar encima comenzaron a echar a los turistas para cerrar asi que nos dió tiempo a echar un rápido vistazo al interior (grandioso pero a estas alturas ya nos parecía todo un poco más de lo mismo) y asistimos a una curiosa ceremonia de 3 monjes golpeando ritmicamente con martillos a un tronco colgante.
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Al sur de la estacion de Kyoto están los templos Toji y Tofukuji, interesantes sobre el papel, pero estaban cerrados, había que ir en tren y estábamos derrengados y saturados de templos así que ni nos lo planteamos.
Salimos del templo, intentamos coger un bus pero fuimos incapaces de descifrar cual nos venía bien así que cogimos un taxi y al hotel. Descansamos un poco y salimos a cenar a un restaurante italiano muy agradable junto al arroyo Kiyamachi al lado de Pontocho llamado Pizza Salvatore Cuomo & Grill.
Transportes: Trenes 0; Metros 0; Autobuses 0; Taxis 2; Barcos 0