Llegamos a Venecia ya de noche. Después de mucho buscar hospedaje económico en Venecia, decidimos quedarnos en Mestre.
Tenía mis dudas porque pensé que estaríamos muy alejados de todo, pero debo decir que la opción resultó bastante bien.
Mi búsqueda había sido a través de varios buscadores en internet, y originalmente me había decidido por el Nice House Mestre, que es un B&B sencillo (nuevo en momento de mi búsqueda, abril 2013) que estaba ubicado justo enfrente de la estación de tren de Mestre, por lo que su ubicación era cómoda para moverse.
Resulta que un día antes de nuestra llegada me escribe el dueño del B&B y me comenta que se descompuso el elevador y están en un octavo piso, me dice que mi reserva sigue en pie, pero que entenderá si prefiero buscar otras opciones, que no me cobrarán penalidad por cancelarla.
Decidimos cancelarla porque eso de subir 8 pisos con maletas no sonaba bien. Inmediatamente me puse manos a la obra a buscar un nuevo hospedaje en Venecia o en Mestre, un dia antes de mi llegada por la noche, pensé que todo iba a estar carísimo y no encontraría disponibilidad en ningún lado.
Me lleve una gran sorpresa cuando vi una oferta en booking.com, aproximadamente 60% descuento en el hotel Ambassador, que de mas de 130euros por noche bajaba a 60 aprox, por lo que se ajustaba a mi presupuesto.
Inmediatamente hice la reserva, y al llegar al día siguiente, nos comentaron que nuestra habitación estaría en el hotel de junto, el Delfino.
Nos pareció perfecto! Nos dieron una especie de suite que tenía 2 recámaras, baño de muy buen tamaño, sala de TV. En general las instalaciones del hotel y el desayuno muy muy bien, sobre todo por el precio que nos dieron.
Tenía mis dudas porque pensé que estaríamos muy alejados de todo, pero debo decir que la opción resultó bastante bien.
Mi búsqueda había sido a través de varios buscadores en internet, y originalmente me había decidido por el Nice House Mestre, que es un B&B sencillo (nuevo en momento de mi búsqueda, abril 2013) que estaba ubicado justo enfrente de la estación de tren de Mestre, por lo que su ubicación era cómoda para moverse.
Resulta que un día antes de nuestra llegada me escribe el dueño del B&B y me comenta que se descompuso el elevador y están en un octavo piso, me dice que mi reserva sigue en pie, pero que entenderá si prefiero buscar otras opciones, que no me cobrarán penalidad por cancelarla.
Decidimos cancelarla porque eso de subir 8 pisos con maletas no sonaba bien. Inmediatamente me puse manos a la obra a buscar un nuevo hospedaje en Venecia o en Mestre, un dia antes de mi llegada por la noche, pensé que todo iba a estar carísimo y no encontraría disponibilidad en ningún lado.
Me lleve una gran sorpresa cuando vi una oferta en booking.com, aproximadamente 60% descuento en el hotel Ambassador, que de mas de 130euros por noche bajaba a 60 aprox, por lo que se ajustaba a mi presupuesto.
Inmediatamente hice la reserva, y al llegar al día siguiente, nos comentaron que nuestra habitación estaría en el hotel de junto, el Delfino.
Nos pareció perfecto! Nos dieron una especie de suite que tenía 2 recámaras, baño de muy buen tamaño, sala de TV. En general las instalaciones del hotel y el desayuno muy muy bien, sobre todo por el precio que nos dieron.
El hotel está justo frente a la parada de camión que en 10min y por 1 o 2 euros aprox te lleva a Venecia.
Nos levantamos temprano después de una excelente noche de descanso y bajamos a desayunar delicioso. Después del hostel de Florencia (que no estaba mal, pero no dejaba de ser un hostel) lo apreciamos muchísimo!
Después tomamos el camión y el 10 min estábamos en Venecia.
Decidimos comprar el ticket de vaporetto por todo el día (18euros). Nos pareció muy caro, pero comprar los billetes sueltos parecía ser más caro aún, así que lo hicimos para despreocuparnos del transporte por el resto del día.
En realidad no le sacamos tanto provecho, pero en fin. Nuestra primera parada: Plaza de San Marcos!
Apenas empezó a avanzar el vaporetto y dobló la esquina del muelle para encaminarse por el gran canal, nos quedamos maravillados.
Nos levantamos temprano después de una excelente noche de descanso y bajamos a desayunar delicioso. Después del hostel de Florencia (que no estaba mal, pero no dejaba de ser un hostel) lo apreciamos muchísimo!
Después tomamos el camión y el 10 min estábamos en Venecia.
Decidimos comprar el ticket de vaporetto por todo el día (18euros). Nos pareció muy caro, pero comprar los billetes sueltos parecía ser más caro aún, así que lo hicimos para despreocuparnos del transporte por el resto del día.
En realidad no le sacamos tanto provecho, pero en fin. Nuestra primera parada: Plaza de San Marcos!
Apenas empezó a avanzar el vaporetto y dobló la esquina del muelle para encaminarse por el gran canal, nos quedamos maravillados.
Había oído mil cosas de Venecia, pero de verdad que es una maravilla. Todo el ambiente es mágico, me parecía ver en los puentes que cruzan los canales a personajes de otras épocas, no podía dejar de pensar en cómo habrá sido vivir ahí en la época de esplendor veneciano, el lujo de las casas, la belleza del paisaje, todo… Y en ese estado, como si tuviera algodón rosa en la cabeza, estuve todo el día disfrutando de las maravillas de este lugar.
Por fin llegamos a la Plaza de San marcos… ay esa esquina!!! ver el Palacio Ducal de frente y voltear hacia la derecha y ver el otro lado del Gran Canal… pensé que los todos cuadros que mostraban justo ese paisaje lo realzaban, pero la realidad es mucho mejor que los cuadros.
Caminamos con calma hacia el centro de la plaza, como queriendo absorberlo todo, hasta que por fin llegamos a donde están las famosas palomas.
Obviamente, como buenos turistas (jiji) tuvimos que darles de comer. Abajo mi foto alimentando palomas, sentada en plena Plaza de San Marcos.
Obviamente, como buenos turistas (jiji) tuvimos que darles de comer. Abajo mi foto alimentando palomas, sentada en plena Plaza de San Marcos.
Después estuvimos un buen rato admirando la Basílica de San Marcos por fuera, viendo los detalles embobados. No nos imaginábamos todavía el shock que nos esperaba al verla por dentro.
Apenas entramos y el resplandor dorado nos envolvió. Hubo que hacer una pausa para recoger las quijadas del suelo…. Si por fuera nos parecía hermosa por dentro no tiene nombre. Hasta el día de hoy me parece la iglesia más bonita en la que haya estado. (Incluida Basílica de San Pedro, capilla Sixtina y demás).
Pasamos horas (literal) como transportados a otro mundo… viendo cada pequeño detalle, el techo, los mosaicos del piso, etc… Cuando logramos superar la impresión y salir de ahí, nos sentamos un rato afuera para digerir todo aquello.
Como siguiente parada, decidimos aprovechar el ticket del vaporetto y conocer la isla de Murano.
Tardamos aproximadamente 30 min en llegar hasta la isla. Es muy parecida a Venecia, pero mucho menos lujosa, más terrenal, pero no por eso menos bonita. Tomamos muchas fotos de paisajes con las casitas y los barcos. Entramos a un taller de cristal y paseamos por las muchas tiendas de cristal, hay de todo, unas verdaderas obras de arte (carísimas) y algunas otras bastante comunes.
Como siguiente parada, decidimos aprovechar el ticket del vaporetto y conocer la isla de Murano.
Tardamos aproximadamente 30 min en llegar hasta la isla. Es muy parecida a Venecia, pero mucho menos lujosa, más terrenal, pero no por eso menos bonita. Tomamos muchas fotos de paisajes con las casitas y los barcos. Entramos a un taller de cristal y paseamos por las muchas tiendas de cristal, hay de todo, unas verdaderas obras de arte (carísimas) y algunas otras bastante comunes.
De regreso de Murano, a bordo del vaporetto, vimos unas de las vistas más lindas de Venecia.
Nuestra siguiente parada fue el famoso puente Rialto. Hay muchos lugares para comer en los alrededores, pero los precios son un robo! Caminando entre callecitas secundarias encontramos un mercadito, donde compramos algo de fruta y nos sentamos en un pequeño muelle a comerla y a disfrutar de la tarde en Venecia.
Ese momento en el muelle fue uno de los más bonitos de todo el viaje. La tranquilidad de sentirnos solos, alejados del mundo de gente, con un clima excelente y con Venecia como paisaje!
Por momentos como ese es que vale la pena viajar!
Pasamos alrededor de 1 hora contemplando los barcos y la gente pasar.
Después fuimos caminando con calma por las muchas callecitas, admirando cada rincón, cada puente, la combinación de colores de las casas, de nuevo imaginando la vida en Venecia.
Por momentos como ese es que vale la pena viajar!
Pasamos alrededor de 1 hora contemplando los barcos y la gente pasar.
Después fuimos caminando con calma por las muchas callecitas, admirando cada rincón, cada puente, la combinación de colores de las casas, de nuevo imaginando la vida en Venecia.
Hasta que llegamos a la plaza donde salen los camiones de regreso a Mestre, ya era de noche y teníamos hambre, así que regresamos a Mestre a comer algo a precios normales, y después a la camita!