Tras un montón de merecidas horas de sueño, nos levantamos y ya estaba Frau Heidi trajinando en la cocina y preparándonos el desayuno, que consistió en té, café, zumo, embutidos, queso, huevos, fruta, tostadas y mermeladas; más que suficiente para empezar el día con fuerza. Con desayunos así quién tiene ganas de comer a la una de la tarde, problema que tuvimos todo el viaje, se nos juntaban las comidas y al final creo que comimos más que visitamos.
A sólo unos 26 Km de Wörnitz está otro de los pueblos más bonitos de la ruta romántica, Dinkelsbühl. El casco histórico no es muy grande y afortunadamente salió intacto de la II Guerra Mundial, por lo que pudimos disfrutar de la arquitectura tradicional, casas de colores con sus entramados de madera y rodeado por una muralla, con sus correspondientes puertas y torres bien conservadas.
[img]hhttps://s25.postimg.cc/yyc4g6g67/DSC_0875.jpg[/img]-------------------------
Aparcamos junto a un pequeño lago, de varios que hay en el parque que rodea la muralla y dedicamos la mañana a dar un paseo tranquilo. A pesar de ser un día de diario había poco movimiento en las calles, sobre todo de turistas, de los que no vimos ni uno.
El centro del pueblo se sitúa en el Wine Markt, donde unos cuantos puestos de comida formaban el mercado, el lugar con más trajín que encontramos. En esta pequeña plaza encontramos algunos de los edificios más antiguos, de alrededor del año 1.600.
-------------------------
Al otro lado del mercado está la iglesia gótica de San Jorge, con algunos retablos y obras interesantes.
--------------------
Desde Dinkelsbühl hay unos 35 Km a Nördlingen. Volvimos a aparcar junto a la muralla, en la zona de parking para mujeres, o eso entendimos de la señal, y vuelta a las calles medievales y antiguas murallas.
Lo más característico de Nördlingen es su muralla circular, también perfectamente conservada, por algo las tres ciudades visitadas, Rothenburg, Dinkelsbühl y Nördlingen son conocidas como las tres únicas ciudades alemanas que conservan su muralla completa.
La ciudad cuenta con más de 1.100 años de historia y llegó a ser una de los centros comerciales de Alemania.
Su forma circular se debe a que está construida en el lugar de impacto de un meteorito hace unos 15 millones de años, aunque al parecer hasta mediados de este siglo se pensaba que era un volcán lo que había creado el cráter.
En número de habitantes es casi el doble de grande que Dinkelsbühl, lo que se notaba en que el pueblo tenía mucha más vida, la plaza del mercado estaba muy animada y las cafeterías llenas. Esto nos animó pues ya pensábamos que todos los pueblos alemanes son demasiado tranquilos y que no íbamos a poder hacer mucho al anochecer, cosa que al final nos pasó en la mayoría de pueblos visitados.
Como curiosidad forma decir parte del movimiento Cittaslow, que consiste, más o menos, en mejorar la calidad de vida de las ciudades evitando la homogeneización y la americanización. Siendo ciudades interesadas en su historia y que promuevan la cultura, entre otras cosas.
---------------
Impregnándonos de este sentimiento disfrutamos de sus callejas medievales y recorrimos parte de la muralla, para luego almorzar en uno de sus muchos cafés, que a esa hora estaban llenos de gente, probablemente en su descanso para comer del trabajo.
La tarde de este día la pasamos en Ulm, una ciudad bastante más grande que las anteriores, con unos 120.000 habitantes, conocida por ser el lugar de nacimiento de Albert Einstein.
Es una ciudad muy antigua, aparece en escritos ya en el siglo IX, pero como no, quedó muy destruida en la guerra, alrededor de un 80% quedó en ruinas y las restauraciones se hicieron en estilo más moderno.
Esto se notaba al pasear por sus calles, en las que encontramos una mezcla de casas antiguas y modernas, por lo que el paisaje de la ciudad en principio puede no convencer mucho para una visita.
La zona más interesante está a orillas del Danubio, que cruza la ciudad y al que se unen el río Blau y el Iller. Las orillas están convertidas en parques llenos de vida, por suerte hacía buen tiempo y había muchísima gente paseando y en bici. Ulm es una ciudad que se presta a disfrutarla con tranquilidad.
-------------------------
Junto a la desembocadura del Blau, encontramos el mágico barrio de los pescadores, pescadores de río obviamente, formado por un laberinto de casas, callejas y los canales del río. Es un barrio pequeño pero que recorrimos sin perdernos ni un solo rincón. Las casas de entramados se asoman al río, entre ellas encontramos el hotel más inclinado del mundo cuyo edificio data de principios del siglo XV, y algunas otras de un estilo más moderno aunque en este caso más acordes al lugar que las rodea.
-----------------------------------
Nos dirigimos hacia el Ulmer Münster, la catedral, que tiene el honor de ser la más alta del mundo, con una torre de 161,5 metros, además de ser la catedral protestante más grande de Alemania.
Se empezó a construir en el siglo XIV, pero su construcción llevó 500 años, por lo que lo que empezó como una catedral católica acabo como luterana.
---------------
La leyenda dice que el emperador Carlos IV decidió prohibir la entrada a su iglesia, situada en las afueras de la ciudad, por lo que los ciudadanos decidieron construir una propia dentro de las murallas. Además, para fastidiar un poco a los comerciantes de Colonia, con los que rivalizaban en prestigio, hicieron que la torre sobrepasara por poco a la de la catedral de Colonia.
---------------
Su interior bien merece una visita, con la sobriedad de todas las iglesias protestantes que visitamos, esta está llena de detalles que le dan mucha belleza.
------------------------------
El acceso a la torre está justo a la entrada de la catedral, mientras el templo es gratuito para subir hay que pagar en una máquina, aunque realmente el acceso es libre, nadie nos pidió el billete, por lo que colarse queda dentro de la responsabilidad de cada uno.
Para subir los casi 150 metros de la última plataforma a la que se puede acceder, hay 768 escalones, que no son pocos.
A unos 50 metros llegamos a la parte alta del primer cuerpo, donde hay un mirador con una zona de exposición con información de la torre y otras grandes catedrales.
---------------
Hasta aquí la subida es bastante llevadera, ya que se hace por el interior de la torre y a mí por lo menos no me dio vértigo. A partir del mirador se sube por una estrecha escalera de caracol que va por una de las columnas laterales, el vértigo aquí empieza a apretar, pero las vistas desde las ventanas son impresionantes, podemos ver el interior de la torre y casi podemos tocar las gárgolas.
--------------------
El último trecho se me hizo eterno, la escalera se estrecha aún más y casi no puedes pararte porque no hay hueco para que los de atrás te adelanten, pero la recompensa merece la pena, llegamos a una plataforma dentro del pináculo que corona la torre, desde el que las vistas son espectaculares.
Se puede subir un poco más, hasta un pequeño balcón casi arriba del todo, pero ahí ya no tuve valor.
---------------
Justo en la plaza de la catedral está el edificio la Stadthaus, que funciona como oficina de turismo y centro de exposiciones. Se construyó sobre el solar de un antiguo monasterio y, dado que su arquitectura moderna contrasta brutalmente con la catedral, el proyecto se presentó a referéndum entre los ciudadanos. A mí no me gustó especialmente, aunque visto desde arriba daba un bonito contraste a la plaza.
-----
A un paso de la catedral, pasando por una plaza muy moderna con una más moderna todavía biblioteca, está la plaza del mercado y el Rathaus, o ayuntamiento, con una magnífica fachada renacentista.
----------
Sobre ésta destaca el reloj astronómico del siglo XVI, con infinidad de manecillas que indican desde los signos del zodiaco a la posición de la luna.
----------
En la planta baja del ayuntamiento aprovechamos para tomarnos una buena cerveza y unas Flammkuchen, un tipo de pizza típica que está realmente buena.
-----