Nos vamos de Hungría con muy buen sabor de boca y contentos de haber podido repetir la experiencia del año anterior. Antes de cruzar la frontera paramos en un supermercado para gastar los últimos florines que nos sobran.
De nuevo en Austria, decidimos poner rumbo hacia la región de Estiria para conocer su capital, Graz. Por el camino nos encontramos una gasolinera que tiene el diesel a precio de chollo, 1,30€/l, decidimos llenar el depósito pero tenemos dificultades porque el sistema del surtidor es un poco extraño y no entendemos ni una palabra de las instrucciones que están en alemán, después de un buen rato y gracias una chica que nos echa una mano conseguimos nuestro objetivo.
Atravesamos Estiria que es muy verde con montañas más suaves y pueblos menos “idílicos” que en la zona de los Alpes. Hay muchísimos viñedos, los vinos producidos en esta zona cuentan con una muy buena reputación. Llegamos a Graz, parece más un pueblo grande que la segunda ciudad de Austria, y encontramos el camping sin mayores problemas.
El camping Centrum de por si ya está bien (30€/noche), con parcelas cómodas, buena organización y transporte directo al centro, pero lo que no sabemos es que por alojarnos en él tenemos la posibilidad de utilizar gratis la descomunal piscina natural pública a la que tenemos acceso directo desde el cámping. (más parece un lago por el tamaño, 11.000m2).
Tras armar la tienda (a estas alturas del viaje ya lo hacemos con los ojos cerrados) decidimos comer pronto, pasar un rato disfrutando de la piscina y cuando disminuya un poco el calor, ir a dar una vuelta por Graz.
Sobre las 16.45 cogemos el bus delante del camping para llegar al centro. Son muchas paradas, pero nos lleva directo, sin transbordos. Va llenísimo de gente que vuelve de la piscina y dentro no se soporta el calor. Los billetes nos cuestan 2,20€, los compramos en el bus, pero una vez que llegamos a Graz, en la parada en la que nos apeamos hay una máquina expendedora donde compramos un bono-bus con 10 viajes que nos sirve para ambos (9,40€).
Empezamos a recorrer el centro de Graz, el casco histórico es patrimonio mundial de la Unesco. Lo mejor es ir caminando por ella y dejarte sorprender con lo que te vas encontrando.
En la Hauptplatz destacan las numerosas fachadas renacentistas y el edificio del Ayuntamiento, ricamente ornamentada. Un poco más allá se encuentra la farmacia Adler, que data de 1535.
Caminamos hasta la Schlossberg Strasse de la que parte una empinadísima escalinata que nos conduce hasta la torre del reloj. También es posible acceder en funicular hasta la cima o en coche por una carretera llena de curvas que rodea la colina. Aquí se encontraba el antiguo castillo, demoli del que prácticamente se conserva algún lienzo de muralla y la mencionada torre del reloj. Desde allí arriba las vistas de los tejados rojos de la ciudad con las montañas detras son espectaculares.
Descendemos para cruzar el rio Mur a la altura de la isla en la que con motivo de la designación de Graz como capital de la cultura en 2003 se construyó un moderno anfiteatro de cristal con forma de concha invertida.
Allí cerca, en la otra orilla, se encuentra la Kunsthaus Graz, también levantado en 2003, alberga exposiciones de arte contemporáneo y tiene un aspecto de nave espacial ultramoderna que contrasta enormemente con el resto de edificios circundantes. A partir de las 18h se encuentra todo cerrado por lo que ya no podemos visitar ningún interior, lo dejamos para el día siguiente y continuamos paseando por el centro. Después tomamos de nuevo el autobús para llegar al cámping a la hora de cenar.
De nuevo en Austria, decidimos poner rumbo hacia la región de Estiria para conocer su capital, Graz. Por el camino nos encontramos una gasolinera que tiene el diesel a precio de chollo, 1,30€/l, decidimos llenar el depósito pero tenemos dificultades porque el sistema del surtidor es un poco extraño y no entendemos ni una palabra de las instrucciones que están en alemán, después de un buen rato y gracias una chica que nos echa una mano conseguimos nuestro objetivo.
Atravesamos Estiria que es muy verde con montañas más suaves y pueblos menos “idílicos” que en la zona de los Alpes. Hay muchísimos viñedos, los vinos producidos en esta zona cuentan con una muy buena reputación. Llegamos a Graz, parece más un pueblo grande que la segunda ciudad de Austria, y encontramos el camping sin mayores problemas.
El camping Centrum de por si ya está bien (30€/noche), con parcelas cómodas, buena organización y transporte directo al centro, pero lo que no sabemos es que por alojarnos en él tenemos la posibilidad de utilizar gratis la descomunal piscina natural pública a la que tenemos acceso directo desde el cámping. (más parece un lago por el tamaño, 11.000m2).
Tras armar la tienda (a estas alturas del viaje ya lo hacemos con los ojos cerrados) decidimos comer pronto, pasar un rato disfrutando de la piscina y cuando disminuya un poco el calor, ir a dar una vuelta por Graz.
Sobre las 16.45 cogemos el bus delante del camping para llegar al centro. Son muchas paradas, pero nos lleva directo, sin transbordos. Va llenísimo de gente que vuelve de la piscina y dentro no se soporta el calor. Los billetes nos cuestan 2,20€, los compramos en el bus, pero una vez que llegamos a Graz, en la parada en la que nos apeamos hay una máquina expendedora donde compramos un bono-bus con 10 viajes que nos sirve para ambos (9,40€).
Empezamos a recorrer el centro de Graz, el casco histórico es patrimonio mundial de la Unesco. Lo mejor es ir caminando por ella y dejarte sorprender con lo que te vas encontrando.
En la Hauptplatz destacan las numerosas fachadas renacentistas y el edificio del Ayuntamiento, ricamente ornamentada. Un poco más allá se encuentra la farmacia Adler, que data de 1535.
Caminamos hasta la Schlossberg Strasse de la que parte una empinadísima escalinata que nos conduce hasta la torre del reloj. También es posible acceder en funicular hasta la cima o en coche por una carretera llena de curvas que rodea la colina. Aquí se encontraba el antiguo castillo, demoli del que prácticamente se conserva algún lienzo de muralla y la mencionada torre del reloj. Desde allí arriba las vistas de los tejados rojos de la ciudad con las montañas detras son espectaculares.
Descendemos para cruzar el rio Mur a la altura de la isla en la que con motivo de la designación de Graz como capital de la cultura en 2003 se construyó un moderno anfiteatro de cristal con forma de concha invertida.
Allí cerca, en la otra orilla, se encuentra la Kunsthaus Graz, también levantado en 2003, alberga exposiciones de arte contemporáneo y tiene un aspecto de nave espacial ultramoderna que contrasta enormemente con el resto de edificios circundantes. A partir de las 18h se encuentra todo cerrado por lo que ya no podemos visitar ningún interior, lo dejamos para el día siguiente y continuamos paseando por el centro. Después tomamos de nuevo el autobús para llegar al cámping a la hora de cenar.