Llegamos al aeropuerto de Ámsterdam sobre las 6 de la tarde, y tras recoger maletas y el coche de alquiler, pusimos en el GPS la dirección de uno de los campings que teníamos pensado, cerca de Marken. La idea era empezar la ruta por este pueblo, y acabar en Ámsterdam, para no estar corriendo de un lado para otro el último día. Así que pusimos la dirección y en vez de elegir “ruta más rápida” elegimos “ruta más corta”. Falta de práctica, error de principiante (aunque no lo seamos con esto del GPS) o simplemente que siempre nos tiene que pasar algo con el dichoso aparatito cada vez que nos vamos de viaje… En fin, como elegimos ruta más corta, nos metió por el mismo centro de Ámsterdam, recorriendo callejuelas, sorteando cientos de bicicletas, peatones, tranvías y camiones, y mirando como locos a todos lados para no llevarnos a nadie por delante!
Y de repente, salimos de la ciudad, y aparecieron ante nosotros las llanuras de Waterland, una auténtica maravilla de tierra ganada al mar Ijssel, cubierta de verde y salpicada por pequeños canales de agua, lagos y multitud de vacas pastando en lo que debe ser algo parecido al paraíso vacuno.
Y de repente, salimos de la ciudad, y aparecieron ante nosotros las llanuras de Waterland, una auténtica maravilla de tierra ganada al mar Ijssel, cubierta de verde y salpicada por pequeños canales de agua, lagos y multitud de vacas pastando en lo que debe ser algo parecido al paraíso vacuno.
Waterland es un municipio de Holanda totalmente llano y húmedo, con muchos pueblecitos pequeños y encantadores que invitan a perderse en sus callejuelas. Recorrimos un poco la zona en coche y nos dirigimos hacia el camping, pero nos encontramos con el primer camping cerrado. Como ya he comentado al principio, si se va de camping, hay que tener muy en cuenta los horarios. Y en ese momento serían las 7 y pico de la tarde, y ya no había nadie para atendernos. La barrera estaba bajada y tampoco podíamos entrar e instalarnos, por lo que tuvimos que decirle a nuestro super GPS que buscara un camping cercano. Nos llevó a otro, en Volendam, y más de lo mismo, con el añadido de que éste parecía directamente abandonado. La suerte es que en esta zona las distancias son cortas, y el paisaje es tan bonito que no nos importó demasiado. Busqué otro camping de mi lista y que coincidiera con alguno de los que nos proponía el GPS y nos decidimos por uno que estaba en Edam, por lo que nos subimos en el coche y volvimos a cruzar las llanuras.
Llegamos a Edam cuando casi era de noche, y por los pelos pillamos al dueño del camping con la recepción abierta. Eran las 20:25 y cerraba a y media. Menos mal!!! (fue el único camping que vimos que cerraba a esas horas). Pudimos instalar nuestra caseta, sacos y demás y salir en busca de algo de comer, que estábamos con un bocadillito desde las 12 del mediodía. Nos costó dar mil vueltas para encontrar algo, porque como ya dije, en Holanda todo cierra muy temprano. El supermercado cerrado, y tooodos los bares también!!! No había un alma en la calle, ya era de noche y había empezado a llover un poco. ¿¿Es que no hacen vida fuera de casa estos holandeses??
Pues… parece que no. Al menos no en Edam Tras varias vueltas en coche, callejeos varios y preguntarle por sitios para comer a nuestro amigo GPS, encontramos un local con unas luces encendidas y fuimos muertos de hambre a ver si estaba abierto. Y siiii!!!! Era un pub, donde había un par de chicos jugando al billar y bebiendo cerveza. Y pudimos tomarnos un sándwich y probar nuestra primera cerveza holandesa.
Ya de mejor humor y con la barriguita llena, fuimos hacia el camping, meternos en nuestra diminuta caseta y dormir de un tirón con el agua y los barcos casi al lado
Llegamos a Edam cuando casi era de noche, y por los pelos pillamos al dueño del camping con la recepción abierta. Eran las 20:25 y cerraba a y media. Menos mal!!! (fue el único camping que vimos que cerraba a esas horas). Pudimos instalar nuestra caseta, sacos y demás y salir en busca de algo de comer, que estábamos con un bocadillito desde las 12 del mediodía. Nos costó dar mil vueltas para encontrar algo, porque como ya dije, en Holanda todo cierra muy temprano. El supermercado cerrado, y tooodos los bares también!!! No había un alma en la calle, ya era de noche y había empezado a llover un poco. ¿¿Es que no hacen vida fuera de casa estos holandeses??
Pues… parece que no. Al menos no en Edam Tras varias vueltas en coche, callejeos varios y preguntarle por sitios para comer a nuestro amigo GPS, encontramos un local con unas luces encendidas y fuimos muertos de hambre a ver si estaba abierto. Y siiii!!!! Era un pub, donde había un par de chicos jugando al billar y bebiendo cerveza. Y pudimos tomarnos un sándwich y probar nuestra primera cerveza holandesa.
Ya de mejor humor y con la barriguita llena, fuimos hacia el camping, meternos en nuestra diminuta caseta y dormir de un tirón con el agua y los barcos casi al lado