Viaje a Pisa, visita y vuelta a casa ✏️ Diarios de Viajes de Italia

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Nos levantamos y pagamos las tasas que no teníamos pagadas al hacer la reserva (3 euros por persona y día, 18 euros) y nos vamos andando hacia la cercana estación de Santa María de Novella.
Cogimos el tren, ya que queríamos visitar Pisa por la mañana y el bus de Terravisión te llevaba directamente al aeropuerto de Galileo Galilei si pasar por la ciudad. Cogimos uno que paraba en Pisa Centrale, pero nos dijeron que había una parada de tren que llegaba hasta muy la plaza del Milagro (donde está la torre de pisa y resto de los monumentos), pero como nadie en el vagón estaba seguro y todos bajaban en Pisa central, pues eso hicimos.
Llegamos a la estación centrale de Pisa y nos bajamos, no hay paneles informativos de cómo llegar a la Plaza del Duomo o del Milagro así que pregunté a un Policía y me dijo que la línea “Rosso” del bus nos dejaría allí, salimos y esperamos, cuando pregunté al conductor me dijo que había que cogerlo enfrente porque él iba en dirección contraria, estuvimos 10 minutos esperando y no venía ningún bus, así que cogimos un taxi en la propia estación y en 5 minutos estábamos allí (8 euros).
Detrás de la Torre inclinada estaba la taquilla, la entrada a la catedral y la Torre (sin el baptisterio ni el campo santo) costó 18 euros por persona, nos dieron hora para una hora y media más tarde, la visita dura unos 40 minutos. Visitamos la catedral y nos avisaron de que no podíamos arrastrar los troleys por el suelo de la catedral así que mientras uno la contemplaba desde los bancos centrales, el otro la visitaba. Era muy grande y bonita, pero la verdad es que cuando has visto tantas al final me parecen todas parecidas.
Salimos a los jardines e hicimos las clásicas fotos que nos hacemos todos los turistas como si estuviéramos aguantando la torre. Daba igual que fuéramos europeos que americanos que chinos, todos hacíamos la misma foto.
Dejamos los troleys en la consigna que hay para dejar las bolsas y mochilas antes de subir a la torre, (no dejan subir más que con una cámara, ni siquiera una pequeña bandolera) y no puedes dejar las cosas en la taquilla salvo 15 minutos antes de subir, al menos en el precio está incluida la taquilla.
Un guía italiano nos echó una pequeña charla en Ingles sobre la historia de la torre y el motivo por el que había estado cerrada al público durante tantos años hasta hace bien poco, y es que se estaba inclinando demasiado y tuvieron que poner un sistema que la sujetase. La verdad es que la escalera del campanille de Florencia era bastante más estrecha que esta, así que lo de no dejar subir ni una pequeña bandolera me pareció innecesario.
Una vez en la torre observamos las maravillosas vistas de la plaza con el cercano perfil del Duomo y un poco más allá, el Baptisterio. Bajamos de la torre súper rápido, la verdad es que estaba muy bien organizado.
Esperamos cinco minutos en la parada del bus pero como me gusta llegar con tiempo a los aeropuertos preferimos coger un taxi que nos llevara desde la plaza del Duomo (10 euros). Comimos la típica basura aeroportuaria a precio de oro y embarcamos.
Llegamos a Valencia y cogimos un taxi que nos llevó de Manises a Godella, nos costó la friolera de 17 euros habiendo recorrido apenas 3 km (4 minutos), el taxista dijo que solo la bajada de bandera en el aeropuerto eran 12 euros desde marzo de 2014 y que los precios los marcaba la Generalitat, no los taxistas, no me volverá a pasar, no me extraña que la gente opte por el metro u otras opciones. Tras tres días en Italia, este taxi me pareció lo más desproporcionado del viaje, y fue en mi ciudad.

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