El primer dia en la Toscana lo dedicamos a visitar estas dos magníficas ciudades. Por la carretera SR 429 hasta Colle di Val d’Elsa y de ahí dirección a Volterra. Conforme nos alejamos de Colle, el paisaje te sumerge en las típicas postales toscanas con sus colinas de múltiples colores, sus cipreses y sus viñedos.
De camino a Volterra
Volterra es un pueblo encantador, encaramado a lo alto de una colina con unas vistas increíbles sobre los paisajes toscanos. Eso sí, se aparca bastante abajo de la ciudad y te toca subir unas cuestas importantes para llegar. Destacar de esta ciudad su Duomo, la Piazza dei Priori, donde se concentran los principales monumentos decorados con la bandera de la ciudad (el Duomo y el propio Palazzo dei Priori). La decoración de las ciudades con las banderas de la ciudad o, incluso, de cada barrio o contrade es habitual en los pueblos toscanos.
Callejuelas de Volterra
Piazza dei Priori
En la misma plaza está la Oficina de Turismo donde os pueden dar un plano de lo más destacado de la ciudad. Completamos un paseo muy agradable por las callejuelas centrales para luego pasear hacia la Fortaleza Medicea (actual prisión). Tras aprovisionarnos de comida en uno de los supermercados de la ciudad, nos dirijimos a visitar el Teatro Romano de la ciudad, en muy buen estado de conservación. Nos gustó mucho. Comimos en un parque cercano y continuamos con nuestra ruta.
Restos del Teatro romano de Volterra
De Volterra a San Gimignano
Qué decir de San Gimignano, una auténtica joya medieval que se conserva de manera magnífica. Para aparcar existen tres parking concertados y de pago (creo recordar que el precio estaba en torno a los 2€/hora) que rodean la plaza principal de entrada al pueblo, la Porta de San Giovanni, aunque nosostros dejamos el coche en la carretera de acceso al pueblo (lo deja todo el mundo así que no tengáis miedo).
Panorámica de San Gimignano
Atravesando esta puerta se accede al interior del pueblo a través de una callejuela empinada, estrecha pero llena de encanto, tiendas y locales para tomar algo. La subidita nos lleva a la Piazza de la Cisterna, rodeada de torres y que debe su nombre a la famosa cisterna del siglo XIII presente en su centro, (observad los surcos de las cuerdas en su superficie).
Callejuelas y tienda típica de San Gimignano
En esta plaza se encuentra la multipremiada Gelateria di Piazza, campeona del mundo de 2007-2008. Multitud de sabores y colores que, por supuesto, probamos a un precio asequible (unos 3€ un buen cucurucho). Atravesando el Arco dei Becci, llegamos a la Piazza del Duomo. Nos dirigimos a visitar La Collegiata de San Gimignano (3,50€/pax), situada a la izquierda de la plaza, subiendo la escalinata. La visita es altamente recomendable, por los frescos tanto de Ghirlandaio (capilla de Santa Fina) como de Gozzoli y el resto de paneles que decoran toda la iglesia. Os desafío a encontrar uno en el que se ve incluso un pene, además de otros que hacen referencia al Juicio Final, con todo tipo de monstruos y escenas extremas.
Torres Medievales en la Piazza del Duomo de San Gimignano
Saliendo de la Collegiata, descartamos la visita del Museo Cívico ni tampoco teníamos ganas de subir a la Torre Rossa (5€/pax 9.30 -19.00) y nos dedicamos el resto de la tarde a recorrer por completo las callejuelas de esta encantadora ciudad. Destacar también la Iglesia de Sant’Agostino y la ascensión por la Via San Matteo hacia la Piazza del Duomo.
Torres Medievales subiendo por Via San Matteo
Como el ambiente era genial y estábamos relativamente cerca de nuestro alojamiento, decidimos volver, darnos una ducha y regresar a San Gimignano a cenar y ver esta ciudad de noche. La iluminación es justa y elegante, dotando a la ciudad de una ambiente único y relajante, encima en verano. Aprovechamos la bonanza para cenar al aire libre en la Piazzeta di San Matteo. Cena típicamente italiana con antipasto, ensalada y pizza con tiramisú de postre (21€). Muy recomendable. Disfrutamos del resto de la noche del ambiente en la Piazza del Duomo antes de volver a descansar en medio de la campiña Toscana.