Décimo capítulo, If you´re going to San Francisco…
Muchísimo tráfico en la autovía a San Francisco, con algún atasquillo incluido, sobre todo en las cabinas del peaje para cruzar el puente de Oakland, esto, y que habíamos salido un poco tarde de Groveland hizo que llegásemos a San Francisco bajo la luz de la luna.
Teníamos pensado acercarnos hasta Twin Peaks al llegar, para ver atardecer desde allí, pero al llegar ya por la noche decidimos ir directos al hotel.
Nuestro hotel en San Francisco, uno de los quebraderos de cabeza de todo viaje a la costa oeste, estaba situado en pleno Japan Town, una zona que nos encanto y que solo podemos recomendar, por tranquila, segura y porque está repleta de restaurantes, bares y tiendas muy chic a buenos precios. Además, para cuatro aficionados a la gastronomía japonesa (…tal vez próximamente Japón… ) perfecto.
El hotel nos sorprendió para bien, muy moderno y en un royo muy juvenil. Cuando descargamos y aparcamos en el cercano garaje de Japan Town era un poquito tarde, así que salimos a cenar a una peatonal que había frente al hotel y que estaba llenita de restaurantes japo. Cenamos en el que vimos más animado de gente, y no nos equivocamos, un sushi espectacular, nos pusimos las botas…
Estuvimos dando un paseo por los alrededores buscando algún bar para tomar una copa, pero, o lo que sonaba no nos llamaba demasiado la atención o nos pedían una entrada bastante cara…al final acabamos con una mini cata de vinos californianos en un bar muy chulo en la famosa Sutter street.
Tan cansados como de costumbre nos retiramos a nuestro último hotel de un viaje que estaba dando para mucho.
Teníamos pensado acercarnos hasta Twin Peaks al llegar, para ver atardecer desde allí, pero al llegar ya por la noche decidimos ir directos al hotel.
Nuestro hotel en San Francisco, uno de los quebraderos de cabeza de todo viaje a la costa oeste, estaba situado en pleno Japan Town, una zona que nos encanto y que solo podemos recomendar, por tranquila, segura y porque está repleta de restaurantes, bares y tiendas muy chic a buenos precios. Además, para cuatro aficionados a la gastronomía japonesa (…tal vez próximamente Japón… ) perfecto.
El hotel nos sorprendió para bien, muy moderno y en un royo muy juvenil. Cuando descargamos y aparcamos en el cercano garaje de Japan Town era un poquito tarde, así que salimos a cenar a una peatonal que había frente al hotel y que estaba llenita de restaurantes japo. Cenamos en el que vimos más animado de gente, y no nos equivocamos, un sushi espectacular, nos pusimos las botas…
Estuvimos dando un paseo por los alrededores buscando algún bar para tomar una copa, pero, o lo que sonaba no nos llamaba demasiado la atención o nos pedían una entrada bastante cara…al final acabamos con una mini cata de vinos californianos en un bar muy chulo en la famosa Sutter street.
Tan cansados como de costumbre nos retiramos a nuestro último hotel de un viaje que estaba dando para mucho.
Nos levantamos con energía por la ilusión de estrenar destino una vez más, teníamos un día bastante cargado de paradas en el que pensábamos quitarnos de en medio la mayoría de visitas "obligatorias" en San Francisco.
Buscamos un restaurante que nos habían recomendado en el hotel para el desayuno, pero estaba cerrado, así que acabamos en el clásico recurso de turistas y locales, un Starbuck´s, de paso visitamos un mercado de verduras ecológicas.
Fuimos a por nuestro coche y pagamos 13 USD de una noche de aparcamiento. Nada disparatado. Habíamos decidido movernos en coche esa mañana y por la tarde probaríamos con el transporte público, que es lo que la mayoría de gente recomienda en San Francisco.
Nuestra primera parada la arrastrábamos del día anterior que como de costumbre…se nos había quedado corto, el mirador de las colinas gemelas, “Twin Peaks”. En seguida nos dimos cuenta de que a diferencia del resto de las ciudades hasta ahora, San Francisco es una ciudad bonita , repleta de casitas de estilo victoriano muy coloridas, muy verde…y con muchas y muy empinadas cuestas…unas cuantos de esas cuestas tuvo que subir nuestro Chevrolet para llegar al repleto mirador. Desde luego un gran mirador de San Francisco y una pequeña frustración para nosotros …nublado, viento infernal, frio…una lástima.
Buscamos un restaurante que nos habían recomendado en el hotel para el desayuno, pero estaba cerrado, así que acabamos en el clásico recurso de turistas y locales, un Starbuck´s, de paso visitamos un mercado de verduras ecológicas.
Fuimos a por nuestro coche y pagamos 13 USD de una noche de aparcamiento. Nada disparatado. Habíamos decidido movernos en coche esa mañana y por la tarde probaríamos con el transporte público, que es lo que la mayoría de gente recomienda en San Francisco.
Nuestra primera parada la arrastrábamos del día anterior que como de costumbre…se nos había quedado corto, el mirador de las colinas gemelas, “Twin Peaks”. En seguida nos dimos cuenta de que a diferencia del resto de las ciudades hasta ahora, San Francisco es una ciudad bonita , repleta de casitas de estilo victoriano muy coloridas, muy verde…y con muchas y muy empinadas cuestas…unas cuantos de esas cuestas tuvo que subir nuestro Chevrolet para llegar al repleto mirador. Desde luego un gran mirador de San Francisco y una pequeña frustración para nosotros …nublado, viento infernal, frio…una lástima.
Como no teníamos el día para esperar a que se despejase la Golden bay decidimos seguir con lo previsto y llevarnos a casa esa pequeña decepción, las vistas en un día soleado deben de ser buenísimas.
Nuestra siguiente parada, Castro, el barrio Gay más famoso del mundo y perfectamente reconocible por las banderas que cuelgan de farolas, balcones y escaparates. Está repleto de tiendas muy cool, peluquerías y bares, por desgracia la calle principal estaba en obras, completamente vallada, y el paseo por las aceras no era de lo más idílico.
Nuestra siguiente parada, Castro, el barrio Gay más famoso del mundo y perfectamente reconocible por las banderas que cuelgan de farolas, balcones y escaparates. Está repleto de tiendas muy cool, peluquerías y bares, por desgracia la calle principal estaba en obras, completamente vallada, y el paseo por las aceras no era de lo más idílico.
Tras algunas compras regresamos a nuestro coche, lo habíamos aparcado en una de las calles aledañas ¡de gratis!, y pusimos rumbo a otro de los barrios mítico de San Francisco, Haight Ashbury, una de las calles con más personalidad en las que he estado…repleta de tiendas muy curiosas donde pasar un buen rato rebuscando entre cachivaches, reliquias, obras de arte o auténticos horrores.
En una de esas tiendas cayeron un par de zapatillas y en un bar estilo francés un par de buenos crêpes que hicieron de almuerzo. 8)
En una de esas tiendas cayeron un par de zapatillas y en un bar estilo francés un par de buenos crêpes que hicieron de almuerzo. 8)
Volvimos a por nuestro coche, el cual habíamos aparcado de nuevo muy cerca de la calle principal, en una zona de aparcamiento gratuito, por cierto una calle con unas casitas preciosas, y es que esta zona de Haight Ashbury es especialmente bonita.
Nos separaban unas cuantas manzanas de nuestra siguiente parada, la célebre Alamo Square, desde donde se obtiene una de las imágenes más famosas y fotografiadas de San Francisco, las “Painted ladies” con el Sky line de fondo.
Nos separaban unas cuantas manzanas de nuestra siguiente parada, la célebre Alamo Square, desde donde se obtiene una de las imágenes más famosas y fotografiadas de San Francisco, las “Painted ladies” con el Sky line de fondo.
La pradera desde la que se puede disfrutar estas vistas estaba repleta de gente haciendo picnic, mucha gente pasaba también por allí en bici... (No me pareció ni de lejos una ciudad cómoda para moverse en bici, la verdad ) y otros paseaban a sus mascotas. En que nos hartamos de fotos, esta vez con el horizonte despejado y el cielo azul, volvimos a nuestro coche, aparcado en un lateral de la plaza, de nuevo aparcamiento libre…
Había un sitio más en San Francisco por el que queríamos pasar con nuestro coche…las famosas curvas de Lombard street, la calle mas sinuosa del mundo. Desde luego es una experiencia curiosa…aunque absolutamente saturada de gente . Merece la pena venir hasta aquí aunque solo sea para disfrutar de las vistas de la ciudad y sus vertiginosas calles desde lo alto de Lombard street, para llegar a ese alto y con todo el tráfico del lugar hay que poner a prueba los frenos y la potencia del coche…por que la pendiente que hay que subir es de ¡aúpa!
Desde Lombard volvimos de nuevo a Japan town para aparcar el coche, y cogimos el autobús 42 justamente frente a nuestro hotel, en 15 minutos estábamos en Union Square, autentico eje central de San Francisco…ya se nos estaba pasando la hora de comer y teníamos apuntado un restaurante muy recomendado en el foro que está muy cerca de Union Square, el famoso Loris dinner.
El local es una chulada, nos recordó las buenas comilonas en la ruta 66…que nos parecía que habíamos recorrido hace 6 meses. Nos zampamos de nuevo unas buenas hamburguesas, batiditos de campeón y sus buenas guarniciones, ¡qué dura vida la del turuta !
La comilona nos vino bien, aprovechamos que desde Loris dinner hasta el cruce de Powell con Market street era todo bajada…y prácticamente lo hicimos rodando…la báscula nos esperaba impasible en el baño para nuestra vuelta a casa .
Nos dirigimos hasta ese cruce porque allí hay un pequeño quiosco donde vende los pases MUNI para el transporte público de San Francisco, de allí, si conseguíamos descifrar los planos de transporte público de San Francisco , debíamos llegar fácilmente al Pier 33, de donde salen los ferris a la isla de Alcatraz.
La comilona nos vino bien, aprovechamos que desde Loris dinner hasta el cruce de Powell con Market street era todo bajada…y prácticamente lo hicimos rodando…la báscula nos esperaba impasible en el baño para nuestra vuelta a casa .
Nos dirigimos hasta ese cruce porque allí hay un pequeño quiosco donde vende los pases MUNI para el transporte público de San Francisco, de allí, si conseguíamos descifrar los planos de transporte público de San Francisco , debíamos llegar fácilmente al Pier 33, de donde salen los ferris a la isla de Alcatraz.
Bueno…pues despues de preguntar a varias personas…y de esperar durante un buen rato en la parada correcta a nuestro autobús…decidimos ir andando hasta donde pudiéramos coger otro transporte… ¡desastroso inicio de nuestra experiencia con el transporte público en San Francisco!
Tras un rápido paseo llegamos frente al bonito edificio Ferry Building, donde pudimos coger otro autobús que en pocos minutos nos dejó frente al Pier 33… ¡llegamos! Pero me había quedado sin mi ratito para el café…
Habíamos reservado la visita nocturna a la archifamosa y televisiva Prisión de Alcatraz, La Roca. Nuestro barco saldría a las 18:30, todavía de día, son ferris muy grandes con espacio suficiente para ir sentado y en el interior, aunque nosotros estuvimos bastante rato en cubierta, disfrutando de las fantásticas vistas de la bahía, la isla, la ciudad y la brisa del mar en la cara.
Tras un rápido paseo llegamos frente al bonito edificio Ferry Building, donde pudimos coger otro autobús que en pocos minutos nos dejó frente al Pier 33… ¡llegamos! Pero me había quedado sin mi ratito para el café…
Habíamos reservado la visita nocturna a la archifamosa y televisiva Prisión de Alcatraz, La Roca. Nuestro barco saldría a las 18:30, todavía de día, son ferris muy grandes con espacio suficiente para ir sentado y en el interior, aunque nosotros estuvimos bastante rato en cubierta, disfrutando de las fantásticas vistas de la bahía, la isla, la ciudad y la brisa del mar en la cara.
Desembarcamos en Alcatraz y más o menos agrupados vamos recorriendo la ruta que los presos hacían al llegar a la isla, en este primer tramo hay guías, solo en inglés, que explican algunas curiosidades de los edificios que van quedando en el camino…no era difícil entenderlos pero nosotros desconectamos un rato nuestro módulo cerebral de traducción simultánea y nos dedicamos a disfrutar del corto recorrido.
En cuanto entras en la antigua Prisión te entregan la audio guía en el idioma que desees y empiezas la visita. Tengo que decir que con muchísima diferencia es la mejor visita que he hecho nunca con una audio guía. Simplemente espectacular, las salas cobran vida con las explicaciones y relatos y hay momentos en los que te metes de lleno en las historias y anécdotas que estas escuchando. Durante el recorrido hay un punto en el que se tiene una fantástica vista del skyline de la ciudad y sus cuestas, en nuestro caso al atardecer:
Al terminar la visita ya era completamente de noche, cogimos a la carrera el penúltimo ferri que sale de la isla y nos marchamos de allí bajo los focos que antes iluminaron a Capone…con la vista puesta en las luces de la ciudad.
Aguantamos un buen rato en cubierta como buenos chicarrones del norte, pero al final nos dimos por vencidos y nos escondimos del viento helado que recorría la bahía de San Francisco.
Hay un corto paseo desde el punto donde nos dejó el ferri y el Pier 39, otro de los puntos de visita obligada en San Francisco, por desgracia era algo tarde cuando llegamos y había muchas tiendas ya cerradas, así que nos limitamos a tomar unas “clam chouders”, típico plato de San Francisco, un pan al que le sacan la miga y lo rellenan con una espesa crema de cangrejo… A nosotros nos gusto mucho, y además estaba calentito.
Hay un corto paseo desde el punto donde nos dejó el ferri y el Pier 39, otro de los puntos de visita obligada en San Francisco, por desgracia era algo tarde cuando llegamos y había muchas tiendas ya cerradas, así que nos limitamos a tomar unas “clam chouders”, típico plato de San Francisco, un pan al que le sacan la miga y lo rellenan con una espesa crema de cangrejo… A nosotros nos gusto mucho, y además estaba calentito.
Cansadísimos después de haber visto todo lo que nos habíamos propuesto nos quedaba la difícil tarea de localizar la parada del bus que nos llevaba directos a la puerta del hotel…vueltas, otra manzana, vueltas… preguntamos…nadie sabe nada . Finalmente lo cogimos a la carrera, el autobús terminaba la línea allí y salía desde un aparcamiento…
El ambiente en el autobús…bastante desagradable la verdad, varios “homeless”, alguno dando voces, otros en evidente estado de embriaguez…otro de ellos llevaba un enorme cuchillo en el pantalón… vamos que no fue un viaje tranquilo, la verdad…por suerte nos esperaban nuestra mullidas y reparadoras camitas.
El ambiente en el autobús…bastante desagradable la verdad, varios “homeless”, alguno dando voces, otros en evidente estado de embriaguez…otro de ellos llevaba un enorme cuchillo en el pantalón… vamos que no fue un viaje tranquilo, la verdad…por suerte nos esperaban nuestra mullidas y reparadoras camitas.
Amanece otro brillante día en la costa oeste americana, hoy nos levantamos con ese gusanillo en la tripa…que nos recuerda que queda poquito viaje por delante.
En seguida decidimos que no íbamos a desaprovechar nuestro último día completo en San Francisco, nos levantamos rápido de la cama y nos fuimos a por nuestro autobús habitual, que nos llevo de nuevo hasta Union Square, esta vez paramos un poco antes para acercarnos hasta la parroquia Glyde Memorial muy cerca del cruce de Ellis con Mason, donde los domingos a las 9h. se celebra una misa Gospel.
Llegamos algo antes y como no se veía mucha gente por allí nos fuimos a la cafetería que hay en la esquina enfrente de la parroquia y desayunamos unos enormes donuts de chocolate y unos buenos cafés entre una clientela cuanto menos…curiosa… estábamos en una de las zonas poco recomendables de San Francisco así que era lo menos que podíamos esperar.
En que terminamos nuestro desayuno nos fuimos a la iglesia, hay que subir una planta, y nos sentamos en uno de los bancos, poco a poco fue llegando gente, algún turista más, pero la gran mayoría de gente eran feligreses habituales.
La verdad es que la misa era curiosa, con su propia banda de música y algunos muy buenos cantantes…te cogías de la mano, te ponían videos de las actividades que hace la parroquia, algún feligrés salía a contar su historia personal y como la iglesia y el pastor le habían ayudado… :#l( ¡lástima de nuestro inglés nivel alto de currículo español!
Al final estuvimos allí una hora…pero como no tenía pinta de terminar nos marchamos discretamente. Una experiencia interesante, pero no imprescindible.
En seguida decidimos que no íbamos a desaprovechar nuestro último día completo en San Francisco, nos levantamos rápido de la cama y nos fuimos a por nuestro autobús habitual, que nos llevo de nuevo hasta Union Square, esta vez paramos un poco antes para acercarnos hasta la parroquia Glyde Memorial muy cerca del cruce de Ellis con Mason, donde los domingos a las 9h. se celebra una misa Gospel.
Llegamos algo antes y como no se veía mucha gente por allí nos fuimos a la cafetería que hay en la esquina enfrente de la parroquia y desayunamos unos enormes donuts de chocolate y unos buenos cafés entre una clientela cuanto menos…curiosa… estábamos en una de las zonas poco recomendables de San Francisco así que era lo menos que podíamos esperar.
En que terminamos nuestro desayuno nos fuimos a la iglesia, hay que subir una planta, y nos sentamos en uno de los bancos, poco a poco fue llegando gente, algún turista más, pero la gran mayoría de gente eran feligreses habituales.
La verdad es que la misa era curiosa, con su propia banda de música y algunos muy buenos cantantes…te cogías de la mano, te ponían videos de las actividades que hace la parroquia, algún feligrés salía a contar su historia personal y como la iglesia y el pastor le habían ayudado… :#l( ¡lástima de nuestro inglés nivel alto de currículo español!
Al final estuvimos allí una hora…pero como no tenía pinta de terminar nos marchamos discretamente. Una experiencia interesante, pero no imprescindible.
Mientras desayunábamos ya habíamos visto bastantes grupillos de gente disfrazada que pasaban hacia Market street…sospechábamos que había una carrera…en que llegamos al cruce de Powell, donde giran los tranvías, confirmamos nuestras sospechas, muchísima gente disfrazada, al parecer ese día se celebraba una carrera bastante conocida en la que participaban unos 14000 corredores.
A nosotros la carrera en cuestión nos fastidio bastante…ya que todos los transportes que se dirigían hacia el Pier 39, que era donde pretendíamos llegar, estaban temporalmente fuera de servicio, pero nadie sabía decirnos cuando volverían a funcionar . Hicimos algo de tiempo en las tiendas de la zona, y al final, decidimos caminar en dirección a nuestro objetivo…tras un buen trecho recorrido, cuando ya caminábamos junto a los primeros muelles, paso uno de los tranvías de la costa y pudimos cogerlo para llegar hasta el Pier 39.
Teníamos previsto alquilar unas bicis para hacer el clásico recorrido hasta Sausalito por el Golden Gate. Hay unos cuantos puestos de alquiler de bicis, aunque todos los que vimos nosotros eran de la misma empresa, Blazzingsadless, y en todos ellos nos dieron el mismo precio, que nos pareció carísimo, casi 50 USD por bici, incluyendo el ferry de vuelta desde Sausalito. Decidimos pensarlo mientras hacíamos un almuerzo-comida en un Jhonny Rocket´s del puerto (muy recomendable ).
A nosotros la carrera en cuestión nos fastidio bastante…ya que todos los transportes que se dirigían hacia el Pier 39, que era donde pretendíamos llegar, estaban temporalmente fuera de servicio, pero nadie sabía decirnos cuando volverían a funcionar . Hicimos algo de tiempo en las tiendas de la zona, y al final, decidimos caminar en dirección a nuestro objetivo…tras un buen trecho recorrido, cuando ya caminábamos junto a los primeros muelles, paso uno de los tranvías de la costa y pudimos cogerlo para llegar hasta el Pier 39.
Teníamos previsto alquilar unas bicis para hacer el clásico recorrido hasta Sausalito por el Golden Gate. Hay unos cuantos puestos de alquiler de bicis, aunque todos los que vimos nosotros eran de la misma empresa, Blazzingsadless, y en todos ellos nos dieron el mismo precio, que nos pareció carísimo, casi 50 USD por bici, incluyendo el ferry de vuelta desde Sausalito. Decidimos pensarlo mientras hacíamos un almuerzo-comida en un Jhonny Rocket´s del puerto (muy recomendable ).
Ya era bastante tarde, más de las 12, pero el chico del alquiler nos dijo que teníamos tiempo de sobras para hacer todo el recorrido, incluso llegando a Tiburón, así que al final acabamos pagando el dineral que nos pedían por las bicis. En la misma tienda te dan un planito y te explican el recorrido, aunque es muy evidente y súper transitado.
El día era soleado pero con un horrible viento muy fuerte, que hacía que el paseo en bici fuera en algunos tramos bastante duro, y en otros muy incomodo. En todo el trayecto tan solo hay 3 cuestas pronunciadas y no muy largas que se salvan fácilmente. 8)
El recorrido es muy bonito, pasando por el puerto primero, por la famosa fábrica de chocolate Ghirardelli´s después, algunos parques donde había bastante gente haciendo deporte, también paramos un rato en el precioso Palacio “of Fine Arts” y su lago con tortugas y patos, muy reconocible de películas como “La Roca. También pasamos por una zona de playa desde donde había unas vistas fantásticas del Golden Gate totalmente despejado, con el viento que hacía era imposible que hubiese nubes.
Al final del paseo llegas hasta la base del puente, increíblemente grande, desde alli toca regresar para tomar la carretera que sale a la derecha y que nos deja sobre un bonito mirador, Vista point, en el que nos entretuvimos echando fotos…mientras descansábamos de la última cuesta.
El siguiente tramo era uno de los que más nos apetecían, por fin íbamos a cruzar el célebre puente de la Golden Bay.
Es una opinión personal…como todas las opiniones, pero la experiencia de pasar el puente en bici no es para nada idílica , la primera desilusión: las bicis pasan por el lado del océano, y el lado de la bahía está reservado a los peatones, así que despedíos de las vistas sobre la ciudad. La segunda desilusión: el puente tiene muchísimo tráfico, así que imaginad ese idílico paseo en bici junto a una autovía en hora punta…en tercer lugar: el viento en el puente era infernal, cuando bordeabas las columnas te azotaba sin piedad, era divertido ver como la gente se frenaba en seco al intentar rodearlas, alguno incluso se cayó. En definitiva, lo peor de la excursión con diferencia.
Después de cruzar estuvimos unos minutos dudando si subir hasta el mirador de Battery Spencer, que es probablemente el mejor, pero del que nos separaba un buen puerto, o enfilar la preciosa carretera completamente en bajada que se dirige a Sausalito…finalmente decidimos seguir hacia Sausalito para que no se nos hiciese muy tarde.
Desde aquí todo el recorrido es muy cómodo y muy bonito, además la temperatura subió un par de grados y el viento paro… ¿Por qué vivirá la gente en el otro lado de la bahía ?
Desde aquí todo el recorrido es muy cómodo y muy bonito, además la temperatura subió un par de grados y el viento paro… ¿Por qué vivirá la gente en el otro lado de la bahía ?
Sausalito es un pueblo con mucho encanto, nos recordó mucho más a Santa Mónica o Venice beach que a su vecina San Francisco. Teníamos una hora hasta la salida del ferry que nos debía devolver al Pier 39, así que nos quedamos dando un agradable paseo por el centro del pueblo y nos comimos unos ricos helados en el muelle disfrutando del sol y de las vistas.
A la hora prevista cogimos el ferri con nuestras bicis, casi todo el mundo va con la bici así que esta todo sobradamente preparado.En media hora llegamos a San Francisco, y como todavía era de día y había bastante ambiente, nos quedamos curioseando por el pier, vimos los leones marinos y un bonito atardecer.
Entramos en algunas tiendas de chuches, también en el “zurditorium” y compramos algunos recuerdos.
Cuando anocheció volvimos a coger el autobús que nos llevaba directos al hotel desde la “parada fantasma”, con unos compañeros de viaje parecidos a los del día anterior . Como podréis concluir de nuestras experiencias…no somos grandes defensores del transporte público de San Francisco…
Una vez en el hotel, cambiaditos y abrigados, salimos a darnos un homenaje de comida japo…entramos en uno de los restaurantes cercanos y pedimos un montón de platos y unas Shapporo, cuando se acabó ese montón de platos…seguimos pidiendo más…y después más…hasta que nos dijeron que cerraban la cocina . Estaba todo buenísimo… ¡vaya atracón de sushi!
Una vez en el hotel, cambiaditos y abrigados, salimos a darnos un homenaje de comida japo…entramos en uno de los restaurantes cercanos y pedimos un montón de platos y unas Shapporo, cuando se acabó ese montón de platos…seguimos pidiendo más…y después más…hasta que nos dijeron que cerraban la cocina . Estaba todo buenísimo… ¡vaya atracón de sushi!
Llegamos al triste final de nuestro viaje…esta noche la íbamos a pasar en un avión , aunque teníamos intención de aprovechar la mañana paseando San Francisco.
Preparamos las maletas y las dejamos guardadas en el hotel. Nos acercamos de nuevo al restaurante que nos recomendaron para desayunar, Sweet Mapple…esta vez estaba abierto y además vimos que había mucha gente desayunando…normal, el sitio esta genial. Unos platos increíbles y muy muy buenos. ¡Menudo depósito de energías! Pagamos 81 USD por el desayuno de los 4 y disfrutamos como críos. 100% recomendable.
Preparamos las maletas y las dejamos guardadas en el hotel. Nos acercamos de nuevo al restaurante que nos recomendaron para desayunar, Sweet Mapple…esta vez estaba abierto y además vimos que había mucha gente desayunando…normal, el sitio esta genial. Unos platos increíbles y muy muy buenos. ¡Menudo depósito de energías! Pagamos 81 USD por el desayuno de los 4 y disfrutamos como críos. 100% recomendable.
Cogimos de nuevo el bus hacia Union Square, y allí iniciamos el paseo recomendado por Lonely Planet que recorre el famoso barrio Chino y algunos de sus rincones más famosos. De paso, compramos una bolsa de galletitas de la fortuna en la fábrica que las invento. ¡Estaban muy buenas!
Continuamos el recorrido por Little Italy y aprovechamos para tomar un expreso de verdad y un pedazo de tarta en el café Trieste, en una de esas mesas se escribió “El Padrino”.
Los barrios por los que ibamos pasando nos estaban gustando, el camino es entretenido y ofrece buenas vistas desde lo alto del recorrido. Aunque nos quedaba subir más alto todavía…nuestros pasos nos llevaban a la Coit Tower, aunque para llegar hasta ella hay que subir unas buenas cuestas, pero las vistas desde lo alto bien valen el esfuerzo…y el ratito de cola que nos costó coger el ascensor…
Nuestro paseo continuaba por una bonito bajada entre jardines que nos llevaba directos a la Levi´s Square, bonita plaza dedicada al inventor más celebrado de San Francisco, el señor que invento los vaqueros.
Salimos de nuevo a los muelles y después de dudar un rato sopesando las opciones, decidimos volver a comer por la zona del hotel, además teníamos el capricho de unas pizzas y teníamos fichado un italiano muy cerca. Puestos a volver al hotel…hagámoslo en tranvía. Nos acercamos al inicio de una de las líneas más bonitas de tranvía de San Francisco, cogimos uno en el inicio de la ruta y lo dejamos, después de disfrutar de las vistas durante el recorrido, muy cerca de Union square, donde cambiamos al autobús.
Comimos en ese italiano que teníamos fichado en el cruce con Bush street, bien, como de costumbre, y además estábamos a un pasito del parking subterráneo donde habíamos dejado descansar a nuestro Chevrolet, ya lo echábamos de menos…Después de pagar 53,50 USD del aparcamiento (de 2 días enteritos) nos acercamos hasta la puerta del hotel para cargar las maletas.
Como lo nuestro es aprovechar el tiempo el máximo y sabiendo que íbamos bien de hora para devolver el coche y llegar al aeropuerto, nos desviamos unas cuantas manzanas para echar un vistazo al Ayuntamiento de San Francisco, un edificio impresionante. Merece la pena acercarse hasta allí, aunque la zona no es de las mejores de la ciudad.
Tan solo nos faltaba devolver el coche, algo que no tiene ningún misterio…y facturar nuestra maletas con pena…habíamos disfrutado de unos días increíbles en la costa oeste, íbamos a necesitar tiempo para procesar todo lo que habíamos visto y vivido en el que para mí ha sido sin duda el viaje más espectacular que he hecho hasta ahora.
Dormimos durante tres noches en el Hotel Tomo a Joie de Vivre, en pleno Japan Town, y no podemos hacer otra cosa que recomendarlo el 100%. Bonito hotel, muy funcional y perfectamente situado. Pagamos 605 € por una habitación para tres noches con dos camas King, espaciosa y bien equipada, una pasta, pero es que San Francisco es muuuuy caro.
Los pases MUNI nos costaron en total 90 USD y nos permitieron viajar sin límite en los diferentes transportes urbanos de San Francisco durante tres días consecutivos. Para nosotros el transporte urbano fue una desilusión, lo esperábamos mucho mejor, pero con paciencia se puede llegar a todas partes.
Pensábamos que con dos días y medio nos quedarían cosas pendientes en San Francisco, pero después de hacerlo no me arrepiento en absoluto, creo que la ciudad…a la que se le puede dedicar un mes…no necesita más para visitar sus atractivos más importantes y hacerse una idea del estilo de vida de esta ciudad americana tan singular