El día de hoy lo voy a narrar através de las personas que me han ayudado a través del día pues ha sido increíble.
1. El chico que me llevó a la oficina de turismo. Después de ir a comprar mi billete de bus nocturno para Rasht, volví a la zona del bazar y por un momento me sentí agobiada porque había muchas personas mirándome, incluso me pasaban y giraban la cabeza y me miraban largo rato. A uno de ellos le pregunté si pasaba algo, el pobre se me acercó y solo decía “turist”, le dije que sí (por supuesto, con las pintas que llevo) y me dijo por gestos que le siguiera, fui detrás de él más de cinco minutos preguntándome a donde me llevaba. Pues sí, me llevó a la oficina de turismo!
2. El profesor de historia que me hizo un plano. Después de hablar con los de turismo, tomarme un té y decirme que para ir a las cuevas tenía que coger un taxi y pagar 100.000 tomans, decidí dar un paseo por el bazar. Mientras callejeaba, un hombre muy mayor y con cara de buena gente y me llamó e invitó a entrar en su minúscula tienda de antiguedades. Eran un profesor de historia retirado que ahora vendía cosas varias con mucha historia. Fue una maravilla estar hablando con él sobre Mossadegh y los cambios que hizo en una minúscula tienda repleta de antiguedades y baratijas en el bazar más grande del mundo!
Después de una charla me dijo que tenía que ir a las cuevas de Kandovan, le dije que era muy caro y él me hizo un croquis con lo que tenía que hacer para hacer el recorrido en transporte público. Yo, feliz!
3. El guía del bazar. Nada más despedirme del profesor me abordó otro hombre mayor que me dijo que le encantaría enseñarme el bazar, le dije que no tenía mucho tiempo y me hizo un recorrido express contándome algunas historias, luego me acompañó a la salida y me deseó un feliz día…
4. La mujer que me pagó el billete. Con las indicaciones del profesor, cogí un autobús (las mujeres va detrás, separadas) y me fijé que había una lector, pregunté a las mujeres si tenía que haber comprado una tarjeta y, como no me entendieron, solo me indicaron que me sentara y una dijo (con señales), que ya pagaba ella… Y en dos minutos erámos un corro de mujeres intentando comunicarnos y muertas de la risa. Fue super divertido, una de ellas, la que me pagó el billete, me “adoptó” y llamó a su hija que sabía inglés para que me dijera que ella me iba a ayudar, que me llevaría hasta el minibus que me llevaría hasta el pueblo más cerca de las cuevas. Y así fue, bajó del bus en mi parada, me cogió de la mano y me guió por unas calles, habló con el del minibús y se fue con una sonrisa. Increible…
5. El chico que me pagó el taxi, compró un helado y pan y me invitó a un té. Al llegar al pueblo de Oskou, un taxista me ofreció llevarme a las cuevas, me pedía 12.000, le dijé que no y en eso apareció un chico iraní que me dijo que también iba y que compartíamos el taxi. En mitad del camino el taxista para y va por agua, mientras el chico va a comprar dos helados, uno para él y otro para mi… Luego vuelve a parar y compra pan y cuando ya llegamos voy a pagar y me dijo que no, que pagaba él. Insistí, pero nada. Le doy las gracias y me da el pan que llevaba al que no consigo negarme, me dijo algo de cocacola y le dije que sí, por lo menos iba a intentar invitarle a la coca, pero no lo conseguí. Nos fuimos a una zona super bonita donde te sientas en las alfombras y ahí, tomando una coca él y un té yo, intentamos comunicarnos con mi diccionario de farsi. Fue divertido.
Al rato ya me fui a dar un paseo por el pueblo, que tal cuál parece Capadocia como lo anuncian. Lo malo es que hay mucha tienda y había mucha gente. Me fui caminando hasta que pasó un taxi al que le pagué 6.000 t, al llegar a Oskou estaba a punto de salir el minibús y, por 1.000 t más ya estaba otra vez en Tabriz. Pagando todo, el viaje sale en 16.000, muchísimo menos de los 100.000 que me ofrecían en la oficina de turismo. Y todo gracias al profe!
6. El chico que me acompañó al bazar. Al bajar del minibús le pregunté a un chico que bus tenía que coger y, como no, cogió el bus y me llevó hasta allí, acompañándome todo el rato hasta que me vio el profe y le conté que me acompañaba pero que no hablaba inglés y que no hacía falta que siguiera conmigo. Él se lo explicó y se marcho.
7. La familia de Rasht. Y mientras volvía a hablar con el profe, se acercó una familia interesada en unas joyas y empezamos todos a hablar, pues resulta que eran del próximo lugar que voy a visitar. Pues que me quedara con ellos, que ellos estaban dos días más y luego volvían, que ya nos íbamos todos juntos para su casa. Amablemente rehusé y me recomendaron un lugar genial para descansar del calor.
8. El chico que me compró el agua. Y cuando ya me dirigía al hotel a buscar mis cosas para irme a coger el bus nocturno, me puse a buscar un sitio donde comprar agua, como no lo veia pregunté, a un chico joven y por supuesto, allá me llevó y compró el agua, por mucho que insistí, nada.
Y de ahí a la estación de bus a esperar a las 21.30 haciendo un repaso del día de hoy. Increíble![/align][/align]