ETAPA III DEL TRIÁNGULO CULTURAL: ANURADHAPURA - MIHINTALE - BUDA DE AUKANA - ELEFANTES SAGRADOS - POLONNARUWA
13 de agosto de 2014
Nuestro recorrido para el día de hoy, desde Anuradhapura hasta llegar a Polonnaruwa
.De nuevo madrugón, un buen desayuno en el Hotel London Palace de Anuradhapura y check-out en el mismo.
Hoy, Chami, nos iba a llevar a Mihintale, Buda de Aukana y, en teoría, para acabar el día antes de llegar a Polonnaruwa, a Habarana para intentar montar en elefante pero… mi sueño no era éste puesto que en varias ocasiones lo hemos hecho y aunque sigue pareciéndome muy emocionante ir a lomos de este paquidermo, mi sueño era el poder meterme en un río o lago y darme un baño con él y, así, se lo hice saber en varias ocasiones a Chaminda vía mail pero, bueno, si no podía ser, me conformaría con el paseo por el Parque de Hurulu y con nueva ilusión, pusimos rumbo al Templo del Cielo, Mihintale.
En coche, se llega enseguida puesto que se encuentra a sólo 12 kilómetros al este de Anuradhapura y en menos de media hora estábamos plantados al borde del inicio de subida de unas nuevas escaleras. Ufff, pero que manía de construir los lugares sagrados en las alturas por favor!!!! Jajajajaj. Bueno, siempre hay que ver el lado positivo de las cosas jajajaja, pensar que para nuestras piernas y culete es muy beneficioso este tipo de ejercicio jajajajaj .
Con gran devoción, empezamos la ascensión de los 1.840 peldaños que conducen a la cima del complejo monástico de Mihintale. Es importante que esta visita se haga a primera hora de la mañana para que el calor se haga más llevadero. Creo recordar que poco antes de la 9 am, iniciamos la subida.
El importe de la entrada es de 250 Rps / persona.
En un principio, pensé que en el mismo día de la ruta podría incluir Anuradhapura y Mihintale y menos mal que, Chami muy sabiamente, me recomendó que no lo hiciera así y fue todo un acierto. Hubiera sido agotador y más conociéndome que me gusta ver todo, todito, el tiempo no daba para visitar los dos lugares.
Mihintale, en realidad, es un pequeño pueblo con una antiquísima y rica historia puesto que estamos en la cuna del budismo cingalés, el monte sagrado de la conversión, el lugar donde el rey de Ceilán recibió de Mahinda la primera enseñanza del budismo. El monarca, que se encontraba cazando cuando se le apareció el príncipe, impresionado por su bondad hizo construir para él un monasterio y numerosos santuarios y cuevas en los alrededores para albergar a los tres mil monjes que le acompañaban. A medio camino de la ascensión hay lugares interesantes para visitar y reposar, como el Kanataka Chetiya, una dagoba milenaria de doce metros de alto donde se conservan cuatro altares de piedra y extraordinarios frisos, del siglo II a.C., muy bien conservados.
Al final del tramo principal de la escalinata se abre un espacioso claro donde se erige la Dagoba Ambasthale, en el lugar donde el príncipe Mahinda se le apareció al rey suplantando al ciervo que éste estaba cazando. Se trata de una sencilla estupa encalada y rodeada de pilares de piedra, de estilo similar a Thuparama en Anuradhapura, a donde acuden miles de peregrinos y monjes a rezar. Alrededor de este emplazamiento mágico y detenido en el tiempo, hay numerosas palmeras y rocas de distinto tamaños. Desde esta luminosa explanada parte una senda escarpada que conduce hasta una gran estatua de hormigón de Buda. Unos metros por encima de la Dagoba Ambasthale se alza una gran roca conocida como Aradhana Gala o la Cama de Mahinda donde al parecer el santo durmió o meditó en el lecho de su cima.
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Hoy, Chami, nos iba a llevar a Mihintale, Buda de Aukana y, en teoría, para acabar el día antes de llegar a Polonnaruwa, a Habarana para intentar montar en elefante pero… mi sueño no era éste puesto que en varias ocasiones lo hemos hecho y aunque sigue pareciéndome muy emocionante ir a lomos de este paquidermo, mi sueño era el poder meterme en un río o lago y darme un baño con él y, así, se lo hice saber en varias ocasiones a Chaminda vía mail pero, bueno, si no podía ser, me conformaría con el paseo por el Parque de Hurulu y con nueva ilusión, pusimos rumbo al Templo del Cielo, Mihintale.
En coche, se llega enseguida puesto que se encuentra a sólo 12 kilómetros al este de Anuradhapura y en menos de media hora estábamos plantados al borde del inicio de subida de unas nuevas escaleras. Ufff, pero que manía de construir los lugares sagrados en las alturas por favor!!!! Jajajajaj. Bueno, siempre hay que ver el lado positivo de las cosas jajajaja, pensar que para nuestras piernas y culete es muy beneficioso este tipo de ejercicio jajajajaj .
Con gran devoción, empezamos la ascensión de los 1.840 peldaños que conducen a la cima del complejo monástico de Mihintale. Es importante que esta visita se haga a primera hora de la mañana para que el calor se haga más llevadero. Creo recordar que poco antes de la 9 am, iniciamos la subida.
El importe de la entrada es de 250 Rps / persona.
En un principio, pensé que en el mismo día de la ruta podría incluir Anuradhapura y Mihintale y menos mal que, Chami muy sabiamente, me recomendó que no lo hiciera así y fue todo un acierto. Hubiera sido agotador y más conociéndome que me gusta ver todo, todito, el tiempo no daba para visitar los dos lugares.
Mihintale, en realidad, es un pequeño pueblo con una antiquísima y rica historia puesto que estamos en la cuna del budismo cingalés, el monte sagrado de la conversión, el lugar donde el rey de Ceilán recibió de Mahinda la primera enseñanza del budismo. El monarca, que se encontraba cazando cuando se le apareció el príncipe, impresionado por su bondad hizo construir para él un monasterio y numerosos santuarios y cuevas en los alrededores para albergar a los tres mil monjes que le acompañaban. A medio camino de la ascensión hay lugares interesantes para visitar y reposar, como el Kanataka Chetiya, una dagoba milenaria de doce metros de alto donde se conservan cuatro altares de piedra y extraordinarios frisos, del siglo II a.C., muy bien conservados.
Al final del tramo principal de la escalinata se abre un espacioso claro donde se erige la Dagoba Ambasthale, en el lugar donde el príncipe Mahinda se le apareció al rey suplantando al ciervo que éste estaba cazando. Se trata de una sencilla estupa encalada y rodeada de pilares de piedra, de estilo similar a Thuparama en Anuradhapura, a donde acuden miles de peregrinos y monjes a rezar. Alrededor de este emplazamiento mágico y detenido en el tiempo, hay numerosas palmeras y rocas de distinto tamaños. Desde esta luminosa explanada parte una senda escarpada que conduce hasta una gran estatua de hormigón de Buda. Unos metros por encima de la Dagoba Ambasthale se alza una gran roca conocida como Aradhana Gala o la Cama de Mahinda donde al parecer el santo durmió o meditó en el lecho de su cima.
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Os recomiendo totalmente que subáis porque las vistas desde aquí aún son más espectaculares porque abarcan otras Dagobas importantes como la de Mahaseya, la estructura más grande de todo el complejo, que conserva un cabello de Buda. Eso sí, la subida tiene tela también porque, prácticamente, en su inicio, no hay escalones sino muescas hechas en la dura roca y con cuidado hay que ir poniendo un pie y después el otro . Menos mal que tiene una barandilla metálica donde te puedes ir sujetando pero una vez arriba… ufff, que bonito todo!!
Vuelvo a hacer un inciso. Los lugares Sagrados de Sri Lanka, no son aptos para personas que sufran vértigo . Yo que no padezco, hubo momentos que mirar abajo… se me hacía duro pero merece totalmente hacer el esfuerzo y realizar todas las subidas posibles.
Nuestro recorrido por Mihintale una vez en la Dagoba Ambasthale, y a los pies de un estanque, fue empezar la subida para visitar la Dagoba Mahaseya que es la más grande del recinto. Si rodeamos ésta, os encontraréis con otra más pequeña con los típicos ladrillos de color ocre.
Volvimos a bajar para iniciar la subida a Aradhana Gala. Aquí disfrutamos del aire y de las magníficas vistas de los alrededores .
Continuamos con el ascenso hasta el gran Buda Blanco y desde donde se divisan también, unas buenas panorámicas de todo el recinto de Mihintale.
Pasadas casi las dos horas de visita, decidimos ir al encuentro de Chaminda para continuar con el viaje pero… ¿cómo nos íbamos a ir si aún nos quedaba por visitar la Estupa circular de Kantaka Centiya? Ufff, yo me quedé, unos segundos, pensando en la base de un nuevo tramo de escaleras que llevaban a ella en que si la visitaba o no. Mis piernas empezaban a flaquear jjajajaja, pero viendo como subía el cabra loca de mi marido, me dije: “qué narices, vamos a por ellas” jajajajaj y una vez arriba, me sentí como Rocky en la famosa película !!!
Kantaka Cetiya es una estupa que tiene una circunferencia de aproximadamente 425 pies y unos 13 metros de altura. Cuenta con cuatro fachadas orientadas a los cuatro puntos cardinales. Las puertas, llamadas vaahalkada, están decoradas con esculturas de los enanos, animales, figuras humanas, divinas y motivos florales. Una de las esculturas más importantes es el dios cabeza de elefante con dos brazos. Los saivitas lo llaman Ganapati o Ganeesaa. Las esculturas de Ganapati han creado confusión entre los arqueólogos e historiadores. Nadie sabe explicar la conexión entre el dios Ganapati y el budismo. Por lo tanto, los historiadores y arqueólogos cingaleses han tratado de dar una interpretación imaginaria. Las cuatro fachadas tienen diferentes animales en la parte superior de los pilares cuadrados: el elefante en el este, el león en el norte, el caballo en el oeste y el toro en el sur, creyendo que puede haber una relación con los cuatro puntos cardinales.
Y después de la rápida visita a esta última estupa, nos pusimos en marcha de nuevo para ir a Aukana.
El nombre del Buda se debe a la población en la que se haya, Aukana o Avukana. Esta visita, para mí, es totalmente imprescindible. No sé cómo explicaros la primera sensación al verla, una mezcla de estupor, sorpresa y admiración . Aunque la había visto en innumerables fotos, hasta que no la tienes delante, no te das cuenta realmente de lo impresionantes que es.
La entrada cuesta 750 Rps por persona. Ah, y como en todos los lugares, toca descalzarse ¡eh?
No os olvidéis y otro detalle importante que no os he comentado hasta el momento. La mujeres, si llevamos los hombros al descubierto, tenemos que cubrirlos. Si lleva una camiseta de manga corta, no es necesario. Yo siempre llevo en mi equipaje, varias pashminas o pañuelos para este fin.
Os vuelvo a recordar también, la prohibición de darle la espalda a las imágenes de Buda. Para haceros las fotos, sirve con que os pongáis de lado y solucionado el problema.
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Vuelvo a hacer un inciso. Los lugares Sagrados de Sri Lanka, no son aptos para personas que sufran vértigo . Yo que no padezco, hubo momentos que mirar abajo… se me hacía duro pero merece totalmente hacer el esfuerzo y realizar todas las subidas posibles.
Nuestro recorrido por Mihintale una vez en la Dagoba Ambasthale, y a los pies de un estanque, fue empezar la subida para visitar la Dagoba Mahaseya que es la más grande del recinto. Si rodeamos ésta, os encontraréis con otra más pequeña con los típicos ladrillos de color ocre.
Volvimos a bajar para iniciar la subida a Aradhana Gala. Aquí disfrutamos del aire y de las magníficas vistas de los alrededores .
Continuamos con el ascenso hasta el gran Buda Blanco y desde donde se divisan también, unas buenas panorámicas de todo el recinto de Mihintale.
Pasadas casi las dos horas de visita, decidimos ir al encuentro de Chaminda para continuar con el viaje pero… ¿cómo nos íbamos a ir si aún nos quedaba por visitar la Estupa circular de Kantaka Centiya? Ufff, yo me quedé, unos segundos, pensando en la base de un nuevo tramo de escaleras que llevaban a ella en que si la visitaba o no. Mis piernas empezaban a flaquear jjajajaja, pero viendo como subía el cabra loca de mi marido, me dije: “qué narices, vamos a por ellas” jajajajaj y una vez arriba, me sentí como Rocky en la famosa película !!!
Kantaka Cetiya es una estupa que tiene una circunferencia de aproximadamente 425 pies y unos 13 metros de altura. Cuenta con cuatro fachadas orientadas a los cuatro puntos cardinales. Las puertas, llamadas vaahalkada, están decoradas con esculturas de los enanos, animales, figuras humanas, divinas y motivos florales. Una de las esculturas más importantes es el dios cabeza de elefante con dos brazos. Los saivitas lo llaman Ganapati o Ganeesaa. Las esculturas de Ganapati han creado confusión entre los arqueólogos e historiadores. Nadie sabe explicar la conexión entre el dios Ganapati y el budismo. Por lo tanto, los historiadores y arqueólogos cingaleses han tratado de dar una interpretación imaginaria. Las cuatro fachadas tienen diferentes animales en la parte superior de los pilares cuadrados: el elefante en el este, el león en el norte, el caballo en el oeste y el toro en el sur, creyendo que puede haber una relación con los cuatro puntos cardinales.
Y después de la rápida visita a esta última estupa, nos pusimos en marcha de nuevo para ir a Aukana.
El nombre del Buda se debe a la población en la que se haya, Aukana o Avukana. Esta visita, para mí, es totalmente imprescindible. No sé cómo explicaros la primera sensación al verla, una mezcla de estupor, sorpresa y admiración . Aunque la había visto en innumerables fotos, hasta que no la tienes delante, no te das cuenta realmente de lo impresionantes que es.
La entrada cuesta 750 Rps por persona. Ah, y como en todos los lugares, toca descalzarse ¡eh?
No os olvidéis y otro detalle importante que no os he comentado hasta el momento. La mujeres, si llevamos los hombros al descubierto, tenemos que cubrirlos. Si lleva una camiseta de manga corta, no es necesario. Yo siempre llevo en mi equipaje, varias pashminas o pañuelos para este fin.
Os vuelvo a recordar también, la prohibición de darle la espalda a las imágenes de Buda. Para haceros las fotos, sirve con que os pongáis de lado y solucionado el problema.
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Bueno, y después de estos pequeños consejos, continúo con nuestra visita al Buda de Aukana. Como no, hay un poquitas escaleras para acceder a él, pero esta vez, de verdad, son muy pocas y no requieren de ningún esfuerzo. Justo en el inicio de las mismas, si levantáis la cabeza, cruzan unos cables de electricidad de donde cuelgan tres simpáticos Flying Fox o Zorros Voladores. Que encantadores son estos animales. Me enamoré de ellos en Bali y siempre que los veo, no puedo dejar de maravillarme ante un animal tan extraño y fascinante a la vez. Según el monje que nos vendió los tickets, siempre están ahí colgados puesto que se encargan de alimentarlos. Jejejeje, anda que no son listos ni na’ ¿eh??
La visita no dura más de 30 minutos, durante la cual no dejamos de hacer un montón de fotografías mientras contemplamos la gigantesca escultura rupestre que se alza labrada en un peñasco en medio de las ruinas de un templo. Se trata de una estatua monolítica de Buda erguido, tallada en una sola roca de granito, que alcanza los 13 m de altura. Fue esculpida probablemente en tiempos del rey Dhatusena (459-477 d C).
La estatua es de gran elegancia, con un rostro de serena expresión y el cuerpo cubierto con una túnica de finos pliegues que dejan entrever su anatomía. La mano derecha está levantada a la altura del hombro, con la palma orientada hacia la izquierda, en una posición que es una variante del Abhaya mudra (que, en el lenguaje de las manos de Buda, significa protección y bendición). Los pies reposan sobre un pedestal en forma de flor de loto, que fue esculpido aparte y encastrado bajo la estatua.
En el recinto hay también un Árbol de Buda, una pequeña estupa y un estanque con flores de loto.
Muy satisfechos con nuestra visita a esta magnífica estatua de Buda, volvimos al punto de partida donde nos dimos cuenta de que el tiempo estaba pasando velozmente y ya eran casi las 2 de la tarde. Aún nos quedaba mucho día por delante y, para mí, una de las mejores experiencias de mi vida, un sueño cumplido, pero eso, queda para otro rato en el que os contaré todo .
De momento, los gastos de lo que llevábamos de día, habían sido:
- Entrada Mihintale: 250 Rps / persona.
- Compra de dos botellas de agua: 160 Rps.
- Entrada Buda de Aukana: 750 Rps / persona.
La visita no dura más de 30 minutos, durante la cual no dejamos de hacer un montón de fotografías mientras contemplamos la gigantesca escultura rupestre que se alza labrada en un peñasco en medio de las ruinas de un templo. Se trata de una estatua monolítica de Buda erguido, tallada en una sola roca de granito, que alcanza los 13 m de altura. Fue esculpida probablemente en tiempos del rey Dhatusena (459-477 d C).
La estatua es de gran elegancia, con un rostro de serena expresión y el cuerpo cubierto con una túnica de finos pliegues que dejan entrever su anatomía. La mano derecha está levantada a la altura del hombro, con la palma orientada hacia la izquierda, en una posición que es una variante del Abhaya mudra (que, en el lenguaje de las manos de Buda, significa protección y bendición). Los pies reposan sobre un pedestal en forma de flor de loto, que fue esculpido aparte y encastrado bajo la estatua.
En el recinto hay también un Árbol de Buda, una pequeña estupa y un estanque con flores de loto.
Muy satisfechos con nuestra visita a esta magnífica estatua de Buda, volvimos al punto de partida donde nos dimos cuenta de que el tiempo estaba pasando velozmente y ya eran casi las 2 de la tarde. Aún nos quedaba mucho día por delante y, para mí, una de las mejores experiencias de mi vida, un sueño cumplido, pero eso, queda para otro rato en el que os contaré todo .
De momento, los gastos de lo que llevábamos de día, habían sido:
- Entrada Mihintale: 250 Rps / persona.
- Compra de dos botellas de agua: 160 Rps.
- Entrada Buda de Aukana: 750 Rps / persona.
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Después de visitar el Gran y Espectacular Buda de Aukana, nos dirigimos hacia Habarana donde se encuentra el Parque Nacional Hurulu Eco Park.
Una de mis principales fuentes de inspiración para mis viajes es la magnífica web de El Rincón de Sele, que os aconsejo le echéis un vistazo, y en el viaje que él hizo a Sri Lanka, leí y vi que había hecho en Hurulu Eco Park un tour a lomos de un elefante, a pelo, por el que se metían incluso por las lagunas llegándoles el agua a la altura de los pies.
Bualaaa, cuando vi las fotos!!! Me dije: “yo quiero hacer eso como sea” jajajaja y así me lo propuse. Por ello, estuve todo el año dándole la paliza a Chami para que nos llevara y, sobre todo, le insistía en que quería hacer precisamente eso. Si al final no se podía y sólo íbamos a poder ir en el gigante paquidermo dentro de la típica cesta… pues bueno, también nos conformaríamos con ello porque, para mí, estar cerca de un animal tan inteligente y magnífico como es el elefante, es una oportunidad que no hay que perder en esta vida.
A las 14:30 h estábamos en la caseta de inicio de los tours en elefante dentro de Hurulu Eco Park y ya vimos que había mucha actividad porque muchos turistas esperaban su turno para hacer el paseo pero… primero de todo, había que preguntar si se podía hacer algo especial, eso que nosotros queríamos y… nos dijeron que no, porque en esa época había poco agua y sólo se andaba un corto trayecto por los caminos que bordean la laguna del Parque.
Ufff, que decepción más grande me llevé pero bueno, lo dicho, ya que estábamos allí no iba a perder la ocasión de volver a subir en un elefante y sentir la grandiosa fuerza que emana de él. Lo único que nos dijeron también que estaba todo lleno y que hasta las 16 h no iba a poder ser. Pues nada, nos tocaría esperar, qué le íbamos a hacer ¿no? Además, para este día ya no teníamos nada más planeado por lo que no teníamos ninguna prisa puesto que una vez acabada la ruta, terminaríamos en el hotel que teníamos reservado con antelación y desde Esapaña como siempre hacemos.
Una vez más, Chami nos propuso una idea que aceptamos al instante. Acercarnos hasta la ciudad de Habarana y darnos un buen masaje de una hora. Así que, allá que nos fuimos jajajaja .
Nos llevó a un local de masajes donde él conocía a los dueños y nos dijo que eran muy buenos chicos y que nos gustaría mucho. Lo que ya no nos gustó tanto fue el precio jajajaja.
Mira que son baratos los masajes en todo el Sudeste Asiático ¿eh??? Pues en Sri Lanka no y, lo peor de todo, es que no hay manera de regatear con ellos, son muy duros y es muy difícil, por lo menos para mí, el conseguir bajar los precios. Al final, y después de un ratico de intentarlo, al final, terminamos accediendo y el precio fue… el mismo que nos ofrecieron desde el principio jajajaja: 3.000 Rps por persona por 1 hora de masaje descontracturante y relajante!!
Tengo que decir que me encantan los masajes y… a quién no ¿verdad? Jejejejeje. Nos metieron en una sala, a mi marido a mí, donde había dos camillas, entraron dos chicas que muy amablemente nos indicaron que nos quedáramos en porreta viva jajajaj y que nos tumbáramos cada uno en una de las mismas. Y así empezó una gloriosa hora en la que, a momentos, notaba como un hilillo de baba descendía por mi barbilla desde la boca jajajajaja .
Al finalizar, salimos a la sala principal y nos ofrecieron un te buenísimo para que nos lo tomáramos tranquilamente mientras nos preguntaban cosas como… ¿de dónde éramos? ¿si nos estaba gustando el País? Etc, etc. Es justo añadir, que me he encontrado con un pueblo muy agradable que, a cada tanto, te paran para pedirte una foto o simplemente charrar un poco contigo y que les cuentes cosas del exterior. Para mí siempre será “El pueblo de la amable sonrisa”.
Y antes de irnos de allí, tocaba pagar y yo, en tono de broma, les dije que como no me había gustado, pues que no les pagaba jajajajaja . Aquí se inició uno de los momentos más divertidos de todo el viaje, a través del cual, se gastaron bromas y chistes y donde nos reímos muy a gusto con esta gente tan, tan maja!!!
Yo miré el reloj nerviosa y vi que ya eran casi las 16 h y ya me estaba poniendo nerviosa porque quería ir ya con mis amigos los elefantes , así que nos despedimos y partimos de nuevo hacia Hurulu Eco Park pero… enseguida me di cuenta de que no volvíamos por la misma carretera que la anterior, si no que pasaba el pueblo y que luego giraba a la derecha por un camino de tierra y nos internamos entre casitas de los locales por los campos que araban y yo me pregunté: Ayyy madre, ¿dónde nos está llevando Chami??? La verdad, estaba perpleja. Pero de repente, cruzamos por encima de un riachuelo y volvimos a girar a la derecha y… NO ME LO PODÍA CREER!!! Conforme nos íbamos acercando, a lo lejos y sumergido en el río, tumbado de lado, había un elefante con su cuidador metido hasta la cintura en el agua que le estaba limpiando y aseando en ese momento.
Cuando llegamos a su lado, Chaminda paró el coche, se giró hacia mí y me dijo: ¡Mam (es que Chami siempre, siempre, me llamaba Mam, incluso era el nombre con el que me saludaba en los cientos de mails que cruzamos), This is for you, is your surprise, a bath with this elephant and then a walk along the fields in him!!
Ahhh, no sabía si reír, llorar,… sólo me quedé mirando a Miguel, mi marido, con cara de asombro y, prontamente, salimos del coche y nos plantamos en la orilla del río viendo como el mahout (cuidador de elefante) le estaba lavando y bañando.
Estábamos ensimismados contemplando la escena cuando Chami nos dice que mejor nos cambiemos de ropa para adentrarnos en el río y… claro, yo le pregunté: “pero… ¿es que vamos a entrar allí con él?””, es que no me lo creía, de verdad. Jajajaja, además, nos teníais que haber visto, abriendo el maletero del coche y una de las maletas para buscar un bikini y bañador y… algo más de ropa de baño. Cogimos lo primero que encontramos, nos cambiamos dentro del coche y allá que fuimos, a entrar en el río.
El agua estaba espectacular de temperatura pero creo que aunque hubiera estado congelada, ni me hubiera dado cuenta jajajaja, tan absorta que estaba en la escena que se estaba desarrollando delante nuestro. Una vez al lado del elefante comenzamos a acariciarlo, estaba tumbado de medio lado y casi tenía todo el cuerpo cubierto por el agua sólo que su trompa estaba en pleno movimiento y con la puntica fuera de la misma para poder respirar. Estaba tan tranquilo y relajado el bichejo jajajajaj!!
Bueno, tengo que rectificar y decir que era una elefanta, lo que no recuerdo es su nombre pero sí que tenía 27 años y que aún se la consideraba “jovencita” jajajaja.
El mahout nos dio media cáscara de coco porque es con eso con lo que lavan a sus elefantes y nos enseñó cómo hacerlo. Se tiene que hacer muy enérgicamente y haciendo fuerza porque no os podéis ni imaginar la piel tan dura que tienen y unos pelos que parecen pinchos jajajaja, pero… para mí son perfectos.
A Chami le dimos las dos cámaras y pobre jajajaja, no paró de hacernos fotos con ambas y vídeos. Siempre le agradeceré este momento tan especial que viví.
Cuando ya llevábamos un rato, el cuidador me indicó que me subiera a la elefanta pero… ¿cómo me iba a montar si estaba de medio lado? Y, acto seguido, el animal se incorporó en sus patas delanteras y mi marido me ayudo a subir porque… “Vaya telaaaa, si dentro del agua parecía pequeña pero no”, era enorme y yo no sabía ni donde agarrarme para subir a ella pero, en un momento, me ayudaron entre los dos y allí estaba yo, parecía “Emerald de la Selva” JAJAJAJA, QUE EMOCIÓN MÁS GRANDE!! Mi marido subió detrás de mí y, de repente, notamos como los músculos de la elefanta comenzaban a moverse debajo nuestro y rápidamente se puso de pie.
WOWWWW, QUE ALTURA!!! Yo creo que había como unos tres metros de altura y lo primero que pensamos y dijimos al unísono los dos fue…”Joerrrr, vaya bofetada que nos vamos a dar como nos caigamos” jajajajaja. Tengo que confesar que me acojoné un poco ¿eh?? Jejejejejej, y… perdón por la palabrota pero es que es como me sentí verdaderamente jajajaj.
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Una de mis principales fuentes de inspiración para mis viajes es la magnífica web de El Rincón de Sele, que os aconsejo le echéis un vistazo, y en el viaje que él hizo a Sri Lanka, leí y vi que había hecho en Hurulu Eco Park un tour a lomos de un elefante, a pelo, por el que se metían incluso por las lagunas llegándoles el agua a la altura de los pies.
Bualaaa, cuando vi las fotos!!! Me dije: “yo quiero hacer eso como sea” jajajaja y así me lo propuse. Por ello, estuve todo el año dándole la paliza a Chami para que nos llevara y, sobre todo, le insistía en que quería hacer precisamente eso. Si al final no se podía y sólo íbamos a poder ir en el gigante paquidermo dentro de la típica cesta… pues bueno, también nos conformaríamos con ello porque, para mí, estar cerca de un animal tan inteligente y magnífico como es el elefante, es una oportunidad que no hay que perder en esta vida.
A las 14:30 h estábamos en la caseta de inicio de los tours en elefante dentro de Hurulu Eco Park y ya vimos que había mucha actividad porque muchos turistas esperaban su turno para hacer el paseo pero… primero de todo, había que preguntar si se podía hacer algo especial, eso que nosotros queríamos y… nos dijeron que no, porque en esa época había poco agua y sólo se andaba un corto trayecto por los caminos que bordean la laguna del Parque.
Ufff, que decepción más grande me llevé pero bueno, lo dicho, ya que estábamos allí no iba a perder la ocasión de volver a subir en un elefante y sentir la grandiosa fuerza que emana de él. Lo único que nos dijeron también que estaba todo lleno y que hasta las 16 h no iba a poder ser. Pues nada, nos tocaría esperar, qué le íbamos a hacer ¿no? Además, para este día ya no teníamos nada más planeado por lo que no teníamos ninguna prisa puesto que una vez acabada la ruta, terminaríamos en el hotel que teníamos reservado con antelación y desde Esapaña como siempre hacemos.
Una vez más, Chami nos propuso una idea que aceptamos al instante. Acercarnos hasta la ciudad de Habarana y darnos un buen masaje de una hora. Así que, allá que nos fuimos jajajaja .
Nos llevó a un local de masajes donde él conocía a los dueños y nos dijo que eran muy buenos chicos y que nos gustaría mucho. Lo que ya no nos gustó tanto fue el precio jajajaja.
Mira que son baratos los masajes en todo el Sudeste Asiático ¿eh??? Pues en Sri Lanka no y, lo peor de todo, es que no hay manera de regatear con ellos, son muy duros y es muy difícil, por lo menos para mí, el conseguir bajar los precios. Al final, y después de un ratico de intentarlo, al final, terminamos accediendo y el precio fue… el mismo que nos ofrecieron desde el principio jajajaja: 3.000 Rps por persona por 1 hora de masaje descontracturante y relajante!!
Tengo que decir que me encantan los masajes y… a quién no ¿verdad? Jejejejeje. Nos metieron en una sala, a mi marido a mí, donde había dos camillas, entraron dos chicas que muy amablemente nos indicaron que nos quedáramos en porreta viva jajajaj y que nos tumbáramos cada uno en una de las mismas. Y así empezó una gloriosa hora en la que, a momentos, notaba como un hilillo de baba descendía por mi barbilla desde la boca jajajajaja .
Al finalizar, salimos a la sala principal y nos ofrecieron un te buenísimo para que nos lo tomáramos tranquilamente mientras nos preguntaban cosas como… ¿de dónde éramos? ¿si nos estaba gustando el País? Etc, etc. Es justo añadir, que me he encontrado con un pueblo muy agradable que, a cada tanto, te paran para pedirte una foto o simplemente charrar un poco contigo y que les cuentes cosas del exterior. Para mí siempre será “El pueblo de la amable sonrisa”.
Y antes de irnos de allí, tocaba pagar y yo, en tono de broma, les dije que como no me había gustado, pues que no les pagaba jajajajaja . Aquí se inició uno de los momentos más divertidos de todo el viaje, a través del cual, se gastaron bromas y chistes y donde nos reímos muy a gusto con esta gente tan, tan maja!!!
Yo miré el reloj nerviosa y vi que ya eran casi las 16 h y ya me estaba poniendo nerviosa porque quería ir ya con mis amigos los elefantes , así que nos despedimos y partimos de nuevo hacia Hurulu Eco Park pero… enseguida me di cuenta de que no volvíamos por la misma carretera que la anterior, si no que pasaba el pueblo y que luego giraba a la derecha por un camino de tierra y nos internamos entre casitas de los locales por los campos que araban y yo me pregunté: Ayyy madre, ¿dónde nos está llevando Chami??? La verdad, estaba perpleja. Pero de repente, cruzamos por encima de un riachuelo y volvimos a girar a la derecha y… NO ME LO PODÍA CREER!!! Conforme nos íbamos acercando, a lo lejos y sumergido en el río, tumbado de lado, había un elefante con su cuidador metido hasta la cintura en el agua que le estaba limpiando y aseando en ese momento.
Cuando llegamos a su lado, Chaminda paró el coche, se giró hacia mí y me dijo: ¡Mam (es que Chami siempre, siempre, me llamaba Mam, incluso era el nombre con el que me saludaba en los cientos de mails que cruzamos), This is for you, is your surprise, a bath with this elephant and then a walk along the fields in him!!
Ahhh, no sabía si reír, llorar,… sólo me quedé mirando a Miguel, mi marido, con cara de asombro y, prontamente, salimos del coche y nos plantamos en la orilla del río viendo como el mahout (cuidador de elefante) le estaba lavando y bañando.
Estábamos ensimismados contemplando la escena cuando Chami nos dice que mejor nos cambiemos de ropa para adentrarnos en el río y… claro, yo le pregunté: “pero… ¿es que vamos a entrar allí con él?””, es que no me lo creía, de verdad. Jajajaja, además, nos teníais que haber visto, abriendo el maletero del coche y una de las maletas para buscar un bikini y bañador y… algo más de ropa de baño. Cogimos lo primero que encontramos, nos cambiamos dentro del coche y allá que fuimos, a entrar en el río.
El agua estaba espectacular de temperatura pero creo que aunque hubiera estado congelada, ni me hubiera dado cuenta jajajaja, tan absorta que estaba en la escena que se estaba desarrollando delante nuestro. Una vez al lado del elefante comenzamos a acariciarlo, estaba tumbado de medio lado y casi tenía todo el cuerpo cubierto por el agua sólo que su trompa estaba en pleno movimiento y con la puntica fuera de la misma para poder respirar. Estaba tan tranquilo y relajado el bichejo jajajajaj!!
Bueno, tengo que rectificar y decir que era una elefanta, lo que no recuerdo es su nombre pero sí que tenía 27 años y que aún se la consideraba “jovencita” jajajaja.
El mahout nos dio media cáscara de coco porque es con eso con lo que lavan a sus elefantes y nos enseñó cómo hacerlo. Se tiene que hacer muy enérgicamente y haciendo fuerza porque no os podéis ni imaginar la piel tan dura que tienen y unos pelos que parecen pinchos jajajaja, pero… para mí son perfectos.
A Chami le dimos las dos cámaras y pobre jajajaja, no paró de hacernos fotos con ambas y vídeos. Siempre le agradeceré este momento tan especial que viví.
Cuando ya llevábamos un rato, el cuidador me indicó que me subiera a la elefanta pero… ¿cómo me iba a montar si estaba de medio lado? Y, acto seguido, el animal se incorporó en sus patas delanteras y mi marido me ayudo a subir porque… “Vaya telaaaa, si dentro del agua parecía pequeña pero no”, era enorme y yo no sabía ni donde agarrarme para subir a ella pero, en un momento, me ayudaron entre los dos y allí estaba yo, parecía “Emerald de la Selva” JAJAJAJA, QUE EMOCIÓN MÁS GRANDE!! Mi marido subió detrás de mí y, de repente, notamos como los músculos de la elefanta comenzaban a moverse debajo nuestro y rápidamente se puso de pie.
WOWWWW, QUE ALTURA!!! Yo creo que había como unos tres metros de altura y lo primero que pensamos y dijimos al unísono los dos fue…”Joerrrr, vaya bofetada que nos vamos a dar como nos caigamos” jajajajaja. Tengo que confesar que me acojoné un poco ¿eh?? Jejejejejej, y… perdón por la palabrota pero es que es como me sentí verdaderamente jajajaj.
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Tranquilamente, comenzó a andar para salir del río y se dirigió hacia la pendiente por donde habíamos bajado nosotros unos momentos antes y joerrrr, que allí había árboles con sus ramas y teníamos que apartarlas con las manos porque si no, nos las comíamos entéricas jajajaja.
Y… bueno, no me quiero alargar más con este tema. Simplemente que dimos un paseo de unos 20 minutos por los caminos de los alrededores y que se adentraban por los campos cultivados por los locales, dimos la vuelta y de vuelta al río donde se el paquidermo se sentó dentro del agua y nos bajamos de ella. Aprovechamos estos últimos momentos para seguir acariciándola y yo no paraba de dejar de decirle cosas bonitas como… “guapa, preciosa, etc, etc”, es que os tengo que confesar que tengo pasión por todo tipo de animales, me gustan todos, incluidos los reptiles, no tengo ningún problema en tocar o coger una serpiente porque me encanta el tacto que tienen tan suave.
Jajajaja, teníais que haber visto a Chaminda, el pobre, no dejó de hacernos fotos y, al final, hubo cachondeo con el tema puesto que le dijimos que tampoco se le daría mal el que fuera fotógrafo profesional y demás jajajaja.
Y como todo lo maravilloso tiene un fin y llegó el momento de despedirnos de nuestra elefanta y su mahout, claro está, previo pago de 6.000 Rps entre los dos, es decir, nos costó este sueño 3.000 Rps por persona y si me hubieran pedido más, más que hubiera dado por cumplir este fantástico sueño.
Nos secamos, yo me enrollé una toalla para no volverme a cambiar allí dentro del coche y, además, ya estábamos muy cerca del hotel donde nos alojaríamos en Polonnaruwa y allí que pusimos rumbo.
En la siguiente etapa, os hablaré de este hotel que, por cierto, fue el que menos me gustó de todo el viaje. No os lo recomiendo. Lo único que vale la pena del Seraya Holiday Resort es el jardín tan grande y bonito que tiene pero… por dentro es bastante cutrecillo y sucio. Sólo estuvimos una noche ya que, como sabéis, íbamos en ruta haciendo todo el itinerario por el Triángulo Cultural.
Os pongo el resumen de gastos totales de este día:
- Entrada Mihintale: 250 Rps / Persona.
- Entrada Buda de Aukana: 750 Rps / Persona.
- Botellas de agua: 160 Rps.
- Masaje en Habarana: 3.000 Rps / Persona.
- Sueño del Elefante: 3.000 Rps / Persona.
Y… bueno, no me quiero alargar más con este tema. Simplemente que dimos un paseo de unos 20 minutos por los caminos de los alrededores y que se adentraban por los campos cultivados por los locales, dimos la vuelta y de vuelta al río donde se el paquidermo se sentó dentro del agua y nos bajamos de ella. Aprovechamos estos últimos momentos para seguir acariciándola y yo no paraba de dejar de decirle cosas bonitas como… “guapa, preciosa, etc, etc”, es que os tengo que confesar que tengo pasión por todo tipo de animales, me gustan todos, incluidos los reptiles, no tengo ningún problema en tocar o coger una serpiente porque me encanta el tacto que tienen tan suave.
Jajajaja, teníais que haber visto a Chaminda, el pobre, no dejó de hacernos fotos y, al final, hubo cachondeo con el tema puesto que le dijimos que tampoco se le daría mal el que fuera fotógrafo profesional y demás jajajaja.
Y como todo lo maravilloso tiene un fin y llegó el momento de despedirnos de nuestra elefanta y su mahout, claro está, previo pago de 6.000 Rps entre los dos, es decir, nos costó este sueño 3.000 Rps por persona y si me hubieran pedido más, más que hubiera dado por cumplir este fantástico sueño.
Nos secamos, yo me enrollé una toalla para no volverme a cambiar allí dentro del coche y, además, ya estábamos muy cerca del hotel donde nos alojaríamos en Polonnaruwa y allí que pusimos rumbo.
En la siguiente etapa, os hablaré de este hotel que, por cierto, fue el que menos me gustó de todo el viaje. No os lo recomiendo. Lo único que vale la pena del Seraya Holiday Resort es el jardín tan grande y bonito que tiene pero… por dentro es bastante cutrecillo y sucio. Sólo estuvimos una noche ya que, como sabéis, íbamos en ruta haciendo todo el itinerario por el Triángulo Cultural.
Os pongo el resumen de gastos totales de este día:
- Entrada Mihintale: 250 Rps / Persona.
- Entrada Buda de Aukana: 750 Rps / Persona.
- Botellas de agua: 160 Rps.
- Masaje en Habarana: 3.000 Rps / Persona.
- Sueño del Elefante: 3.000 Rps / Persona.
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