Nuestro tren salía a las 8:30 y llegaba a las 10:20 a Venecia Mestre. Sobre las 8 estábamos en la estación de trenes y nos compramos algunas cosillas para desayunar de camino. Llegamos puntuales y lo primero era soltar las maletas en el hotel. En 15' estabamos en el hotel y como era temprano todavía no estaban listas las habitaciones. Hicimos el check in y dejamos las maletas en una habitación que tienen en el hall, habilitada para eso mismo. Nosotros nos quedamos un poco preocupados porque ahí podía entrar cualquiera pero os adelanto que no tuvimos ningún percance.
De vuelta a la estación, para comprar los billetes a Santa Lucía. Hay que advertir que no está muy claro el tema de los billetes, y eso que está disponible el idioma español en la máquina expendedora. Hay que tener cuidado porque el número del tren sólo te lo pone una vez cuando lo escoges, en el billete impreso no viene, y con ese numero es más fácil ver el andén por el que va a salir. Después, no olvidaros de validar esos billetes en las máquinas que hay en los andenes! A nosotros en el viaje de ida se nos olvidó, y no se lo recomiendo a nadie! Qué calores me entraron hasta que nos bajamos en Santa Lucía. En los viajes de ida/vuelta en Venecia tuvimos nuestra única experiencia en trenes regionales y es un pequeño desastre el tema de horarios. Para la ida tuvimos unos 20' de retraso. Para la vuelta por lo menos 30'.
Nada más salir de la estación te encuentras las paradas de los Vaporettos. Es muy rápido pillar los tickets (7€). Nosotros nos subimos al 4.1 que recorre todo el Gran Canal y nos bajamos en San Zaccaria, justo al lado de la piazza San Marco. No olvidaros de validar los tickets aquí también! Nosotros ya ibamos atentísimos. El paseo por el canal es precioso, recomendable 100%. Te sirve para darte una idea amplia de la ciudad.
De vuelta a la estación, para comprar los billetes a Santa Lucía. Hay que advertir que no está muy claro el tema de los billetes, y eso que está disponible el idioma español en la máquina expendedora. Hay que tener cuidado porque el número del tren sólo te lo pone una vez cuando lo escoges, en el billete impreso no viene, y con ese numero es más fácil ver el andén por el que va a salir. Después, no olvidaros de validar esos billetes en las máquinas que hay en los andenes! A nosotros en el viaje de ida se nos olvidó, y no se lo recomiendo a nadie! Qué calores me entraron hasta que nos bajamos en Santa Lucía. En los viajes de ida/vuelta en Venecia tuvimos nuestra única experiencia en trenes regionales y es un pequeño desastre el tema de horarios. Para la ida tuvimos unos 20' de retraso. Para la vuelta por lo menos 30'.
Nada más salir de la estación te encuentras las paradas de los Vaporettos. Es muy rápido pillar los tickets (7€). Nosotros nos subimos al 4.1 que recorre todo el Gran Canal y nos bajamos en San Zaccaria, justo al lado de la piazza San Marco. No olvidaros de validar los tickets aquí también! Nosotros ya ibamos atentísimos. El paseo por el canal es precioso, recomendable 100%. Te sirve para darte una idea amplia de la ciudad.
Llegamos a nuestra parada, y nos llevamos una sorpresa, era la maratón de Venecia! Y la meta en plena piazza de San Marco. Al final no nos molestó para nada. Una anécdota más que llevarnos de recuerdo. Algunos llevaban una cara de sufrimiento, pero óle sus ... Estuvimos viendo el puente de los Suspiros y la piazza en sí, cuando nos dimos cuenta de que iban a abrir en breve la Basílica (los domingos de 14 a 16h), así que fuimos a la calle Basso para dejar nuestros bolsos en las consignas y evitar la cola. Cuando llegamos allí nos dijo el buen hombre que no teníamos que dejarlos allí porque el tamaño de los bolsos era permitido. Ay! Qué cola nos encontraremos! 10 personas, yuhu! Fue ponernos en la cola y entrar. Serían las 13:45. Se supone que no se puede grabar en el interior, pero allí todo el mundo estaba haciéndolo y no pasaba nada, así que aprovechamos. El interior me dejó una sensación ambigua. Me resultaba lujosa y austera a la vez.
Decidimos no subir al museo y nos fuimos. Iba siendo hora de comer y queríamos probar los cicchetti venecianos (pinchos de pescado al estilo vasco) ya que Dal Moro's los domingos cierra y era nuestra primera opción. Por lo que fuimos acercándonos a la zona donde teníamos apuntados un par de bares de este estilo. Y para llegar, había que cruzar el puente Rialto. Callejeando y callejeando llegamos al famoso puente. Lo cruzamos y la calle estaba llena de pequeñas tiendas con infinidad de souvenirs. Incluso nos probamos alguna máscara.
Estábamos al lado pero eramos incapaces de dar con la Osteria Alla Ciurma, unos 20' dando vueltas por las callejuelas sin dar con el sitio para comer algo. Aquí vimos que es muy fácil perderse por Venecia. Encontramos una pareja de españoles que llevaban buscando su hotel un buen rato y no eran capaces de acordarse por donde se llegaba. Al final dimos con la Osteria y estaba cerrada. Probamos en Cantina do Spade pero hasta por la tarde no iba a poder ser, lo apuntamos para cenar. Despues de todo, acabamos en Antico Forno y menuda suerte. Pizzas al taglio buenísimas! Quién las pillara ahora!
Seguimos callejeando sólo con el destino final de la Basílica de Sta. Mª della Salute, pero sin un rumbo establecido. Perdiendonos por el laberíntico entramado del que está formada Venecia. De esta manera, de vez en cuando estábamos incluso solos en alguna calle recóndita, algo inaudito para el típico turisteo de la ciudad. Eso sí, la heladería Grom la encontramos, jeje. Llegamos a la basílica justo cuando empezaba a anochecer, con una bajada de temperatura importante. En este punto nos dimos cuenta que no nos iba a dar tiempo a subir al Campanile di San Marco. Así que nos tomamos con tranquilidad la visita a la basílica e incluso descansamos un rato los pies.
Seguimos callejeando sólo con el destino final de la Basílica de Sta. Mª della Salute, pero sin un rumbo establecido. Perdiendonos por el laberíntico entramado del que está formada Venecia. De esta manera, de vez en cuando estábamos incluso solos en alguna calle recóndita, algo inaudito para el típico turisteo de la ciudad. Eso sí, la heladería Grom la encontramos, jeje. Llegamos a la basílica justo cuando empezaba a anochecer, con una bajada de temperatura importante. En este punto nos dimos cuenta que no nos iba a dar tiempo a subir al Campanile di San Marco. Así que nos tomamos con tranquilidad la visita a la basílica e incluso descansamos un rato los pies.
Retomamos parte del camino andado hasta el puente de la Academia, para ésta vez ir andurreando hasta llegar a Cantina do Spade para cenar algo ligero. Llegamos en torno a las 20h y no había sitio para sentarse dentro, pero cogimos unas copitas de vino y unos pinchos, y nos salimos fuera como un veneciano más. El vino nos sentó genial para subirnos la temperatura pero los pinchos no nos gustaron. Por poner un ejemplo, el bacalao muy seco, los buñuelos de prosciutto y mozarella muy grasientos, pero eso sí, el calamar relleno buenísimo.
Ya sólo nos quedaba dejarnos llevar hasta la estación de tren... pero siempre usando las señales que hay por toda la ciudad, indicándote por donde se llega a los edificios más importantes. Llegamos sin problemas y cogimos nuestro tren de vuelta. El tren masificado pero llegamos a salvo. A descansar viendo un poco de La Comunidad el Anillo en italiano! Mañana paso por Milan y Bergamo. Esto iba tocando a su fin.
Ya sólo nos quedaba dejarnos llevar hasta la estación de tren... pero siempre usando las señales que hay por toda la ciudad, indicándote por donde se llega a los edificios más importantes. Llegamos sin problemas y cogimos nuestro tren de vuelta. El tren masificado pero llegamos a salvo. A descansar viendo un poco de La Comunidad el Anillo en italiano! Mañana paso por Milan y Bergamo. Esto iba tocando a su fin.
Este itinerario es sólo orientativo, imposible ver por dónde fuimos