Ohhhh, se acababa nuestro viaje. Parecía ayer cuando nos estábamos montando el avión para ir a Roma, aunque nuestros pies no opinaban igual, jeje. Hoy nos preparaba el casero el desayuno, que fue a elección nuestra el día anterior junto con la hora a la que lo queríamos. Hubo 2 English Breakfast y 2 estilo venezolano. Nos pusimos como el kiko! Estuvimos el rato del desayuno hablando con el casero, un tio super amable. Le comentamos lo del restaurante que iba a estar cerrado y que habíamos visto comentarios muy buenos de il Circolino (Cooperativa) y nos recomendó encarecidamente que no fueramos. El había estado trabajando allí y nos dijo que al principio el sitio estaba genial pero que ahora estaba asociado a un restaurante que le pasaba la materia prima que ellos ya no usaban. Nosotros por si acaso, no fuimos. Nos recomendó La Tana.
Fuimos a dar otra vuelta, y ésta vez nos llegamos a ver La Roca, una construcción defensiva de la ciudad. Intentamos subir a la torre del Gombito pero ese día estaba cerrado, por lo que subimos al Campanone. Vistas espectaculares de toda la zona. ¡Cuidado con el sonido de las campanas! (3€ por persona).
Cuando bajamos, fuimos hacia la parada del funicular que sube todavía más arriba, hasta San Vigilio, pero los horarios no nos cuadraban en exceso, ya que sólo ibamos a poder estar media hora arriba viendo el Castello. Así que nos fuimos acercando a la zona donde estaba La Tana, porque ibamos a tener que comer para las 13h y no llegar muy tarde al aeropuerto por si acaso.
En La Tana, todos los platos que pedimos estaban muy buenos excepto una bistecca que no había cómo comérsela de estropajosa que estaba. Hay que decir que era el segundo plato de un menú (10€), puede que si la pides fuera de menú te pongan otra calidad.
Nos fuimos hacia el B&B a recoger las maletas y a despedirnos del casero. Cogimos nuestro funicular y nuestro autobús hacia el aeropuerto, y sin ningún tipo de percance llegamos a España, de nuevo antes de hora. Ahhh! Se me olvidaba. En el avión tuvimos suerte, y como había asientos libres en el pasillo de las puertas de emergencia (tienen muchísima más amplitud que el resto) nos dijeron si nos queríamos cambiar. Por supuesto!
En La Tana, todos los platos que pedimos estaban muy buenos excepto una bistecca que no había cómo comérsela de estropajosa que estaba. Hay que decir que era el segundo plato de un menú (10€), puede que si la pides fuera de menú te pongan otra calidad.
Nos fuimos hacia el B&B a recoger las maletas y a despedirnos del casero. Cogimos nuestro funicular y nuestro autobús hacia el aeropuerto, y sin ningún tipo de percance llegamos a España, de nuevo antes de hora. Ahhh! Se me olvidaba. En el avión tuvimos suerte, y como había asientos libres en el pasillo de las puertas de emergencia (tienen muchísima más amplitud que el resto) nos dijeron si nos queríamos cambiar. Por supuesto!
Conclusiones:
El viaje ha sido precioso, hemos disfrutado muchísimo. Si a esto le añades que somos unos apasionados de la gastronomía italiana y de sus helados, imaginaros! Con tan pocos días de por medio, aunque haya sido una semana, para aglutinar Roma, Florencia y Venecia, tuvimos que ser realistas y concentrarnos en patearnos las ciudades y entrar en los menos sitios posibles. Era una cosa u otra. Si sois amantes del arte y de los museos, pienso que haría falta el doble de días.
Roma es preciosa aunque, a título particular, no me ha llegado del todo al corazón como para decir tengo que volver, como sí me pasó con Londres.
Florencia, es un museo al aire libre. A ésta parte de Italia sí le dedicaría otro viaje para pasar una semanita por la Toscana y ver la zona de alrededor.
Venecia, la gran sorpresa para mí. Supongo que sería por las pocas expectativas que tenía, porque todos los comentarios de gente conocida que había estado allí, me habló muy negativamente de ella. A mí me encantó perderme por sus canales.
Bergamo, el descubrimiento. Es una ciudad perfecta para pasar un fin de semana. Preciosa su parte alta.
Tengo que darle un comentario de lo más positivo a Ryanair. No todo van a ser palos para esta gente. Llegamos las dos veces antes de hora y encima en la vuelta lo que os he comentado. Genial por su parte.
Y la pregunta es, ¿dónde será el siguiente destino? ¡Ya lo veréis! ¡Gracias de nuevo y hasta pronto!
El viaje ha sido precioso, hemos disfrutado muchísimo. Si a esto le añades que somos unos apasionados de la gastronomía italiana y de sus helados, imaginaros! Con tan pocos días de por medio, aunque haya sido una semana, para aglutinar Roma, Florencia y Venecia, tuvimos que ser realistas y concentrarnos en patearnos las ciudades y entrar en los menos sitios posibles. Era una cosa u otra. Si sois amantes del arte y de los museos, pienso que haría falta el doble de días.
Roma es preciosa aunque, a título particular, no me ha llegado del todo al corazón como para decir tengo que volver, como sí me pasó con Londres.
Florencia, es un museo al aire libre. A ésta parte de Italia sí le dedicaría otro viaje para pasar una semanita por la Toscana y ver la zona de alrededor.
Venecia, la gran sorpresa para mí. Supongo que sería por las pocas expectativas que tenía, porque todos los comentarios de gente conocida que había estado allí, me habló muy negativamente de ella. A mí me encantó perderme por sus canales.
Bergamo, el descubrimiento. Es una ciudad perfecta para pasar un fin de semana. Preciosa su parte alta.
Tengo que darle un comentario de lo más positivo a Ryanair. No todo van a ser palos para esta gente. Llegamos las dos veces antes de hora y encima en la vuelta lo que os he comentado. Genial por su parte.
Y la pregunta es, ¿dónde será el siguiente destino? ¡Ya lo veréis! ¡Gracias de nuevo y hasta pronto!