Si me parecía que todos los días estábamos madrugando un montón este día se llevo la palma, el avión era muy temprano así que nos tuvimos que despertar a las 5.30 pero aún pudimos desayunar algo ante de irnos. Como la vez anterior, la agencia ya había facturado nuestras maletas y solo era embarcar por lo que nos ahorramos un montón de tiempo en colas.
Shanghai yace en el delta del río Yangtsé, centrada en la costa del mar de la China Oriental y con más de 18 millones de habitantes, es una de las ciudades más pobladas de China y el centro económico, financiero e industrial de este país. Es la gran ciudad por excelencia de Asía. Shanghai es en sí misma una contradicción entre dos mundos, su alma china y su espíritu cosmopolita, que se unen para formar esta maravillosa ciudad.
El vuelo como el anterior un vuelo, con todos los pasajeros chinos excepto nosotros, la película en chino y la comida china, al llegar ya estaba nuestra nueva guía Carmen esperándonos. Carmen nos estuvo contando cosas de su ciudad y de su vida en Shanghai, ella está muy orgullosa de su ciudad porque es la más cosmopolita de todas. Ella misma ya nos advirtió que ya no nos iban a pedir fotos los chinos y es verdad. Nos dio un poco de pena ya no sentirnos famosos...
Subimos al bus y nos dirigimos al Jardín Yuyuan que es uno de los más bellos y famosos de toda China. Se trata de un lugar tranquilo que combina los pabellones tradicionales y preciosos estanques con una exuberante vegetación. Fue diseñado durante la dinastía Ming, entre los años 1559 y 1577. Un funcionario decidió construirlo a imagen y semejanza de los jardines imperiales. El funcionario quería que sus padres, que no podían trasladarse a la capital ya que eran demasiado mayores para viajar, pudieran ver que aspecto tenía un jardín de este estilo. Por eso le dio el nombre de Jardín Yuyuan (Yu significa salud y tranquilidad). El jardín se encuentra en la Old City, allí es donde lógicamente se encuentran los edificios, la comida y en definitiva la cultura más tradicional.
Algunas fotos
*** Imagen borrada de Tinypic ***
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De ahí nos dirigimos al Templo del buda de Jade que es el templo más famoso de Shanghai. Fue construido a primeros del siglo XX, para albergar las dos estatuas de Buda de jade, traídas desde Birmania. Su mayor atractivo son precisamente estas estatuas, ya que no destaca por su arquitectura. La figura más impresionante es el Buda sentado, que mide dos metros de altura, pesa 200 kilos y está decorado con piedras semi-preciosas.
La otra escultura realizada en jade blanco, es una figura de Buda reclinado, de menor tamaño, que no llama tanto la atención.
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Pero aparte de estas figuras de Jade, en los distintos salones del templo puedes ver otras numerosas figuras, como las que se encuentran en el Gran Salón y en la Cámara de los Cuatro Reyes Divinos.
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Dada la escasez de templos en Shanghai, es frecuente encontrar ceremonias religiosas durante la visita. Se puede fotografiar todo, incluidos los rezos y cantos de los monjes, excepto de los dos budas de jade, pero hay una copia del buda de jade reclinado al que si que se le pueden hacer fotos.
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Monjes cantando
Monjes cantando
No he comentado que era agosto y Shanghai tiene una humedad insoportable, pero la guía nos animo diciendo que el año pasado por esas fechas llovió un montón porque es la temporada de tormentas. Así que con eso nos conformamos. Ya nos habíamos acostumbrado a vernos a todos sudados.
Hicimos una parada técnica a la fabrica de seda, al final decidimos ante la mirada anonadada de las guías no bajar del bus para las paradas técnicas. ¡¡Aunque nos apagasen el aire acondicionado!! estábamos hartos de tanta paradita.
Esta de la seda bajamos porque el autobús no tenia sitio para parar y nos descargaba, pero vimos como hacían la seda los gusanos, dentro de lo que cabe es de las más interesantes. (para variar nadie compró nada)
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Como expertos de la seda volvimos a subir al bus para ir a ver el Malecón o Bund, es una zona peatonal de 2 kilómetros de longitud que recorre la parte oeste del río Huangpu. El Bund es la zona más transitada de la ciudad y desde donde se obtienen las mejores vistas de Pudong (el distrito de negocios donde se encuentran los rascacielos).
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Además de ofrecer las mejores panorámicas de la "Shanghai futurista", el Bund también es famoso por los edificios que lo rodean, ya que constituyen un legado del primer distrito comercial de Shanghai. La zona fue conocida como el "Wall Street de Oriente".
Esta guía era muy rápida y no nos dejó prácticamente hacer fotos. Nos devolvió al hotel, y nos propuso hacer una excursión por la noche, un crucero por el río, pero no nos apuntamos porque estábamos muy cansados. Como he dicho antes madrugamos mucho esa mañana. Además yo estaba deseosa de utilizar la piscina del hotel. No tenia batería en la cámara así que no pudimos hacer fotos pero tenia unas vistas espectaculares y la cerveza de la maquina expendedora era muy barata. Tomarnos una cerveza en la piscina con esas vistas nos pareció un lujo.
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foto sacada de internet
foto sacada de internet
Una vez duchados y fresquitos nos fuimos a cenar a una zona que nos aconsejo la guía después de mucho insistir, se ve que no tenia muchas ganas de contarnos cosas. Cenamos hot pot que es un caldero con caldo que puede ser picante o no y dentro se introduce comida para su cocción, es como una fondue pero con caldo.
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nuestro hot pot medio picante medio normal
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Un ejemplo de lo que pusimos dentro
Fue muy divertido porque no había forma de cazar los trozos de comida con los palillos chinos y nos tenía que ayudar una camarera. Y para variar la recompensa.
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Nos perdimos volviendo al hotel porque salimos por una entrada diferente de metro pero gracias a eso encontramos un frutería que seguía abierta con una fruta así de extraña.
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En China puedes encontrarte una sorpresa en cada esquina