El plan de viaje, en su primerísima versión incluía ver Santa María Novella y luego desplazarnos hasta la plaza Michelangelo (bus 12 o 13, desde Santa María Novella) para ver la puesta de sol sobre Florencia (en invierno el sol se pone a las 17:00) y después San Miniato al Monte, que está al lado, y escuchar los cánticos gregorianos programados ese día a las 17:30. Pza Michelangelo y San Miniato podían sustituirse por una visita, puede que 'a corre prisa' porque el cierre es a las 19:00 y a las 18:30 empiezan las tareas de cierre, por el Palazzo Pitti, y como al día siguiente va a estar cargadito de obras de arte, y no quería saturar a la niñas, lo apunté como alternativa por si llovía. Cual es mi sorpresa cuando al repasar con ellas el plan me dicen que no, que quieren ver Pitti . A la vuelta del viaje, si les preguntas qué es lo que más les gustó, las dos coinciden. Palazzo Pitti (y el Ponte Vecchio).
Así, rodeamos la basílica hacia la estación, para coger el bus 'D', que nos llevará a Pitti. Alrededor de la estación de tren hay muchas paradas de autobús urbano. Así que si pensáis tomar aquí un autobús, apuntad bien en el mapa cual es exactamente la parada (no obstante, está bien indicado). Lo que véis detrás del autobús es la esquina de la estación, a la espalda de la fotógrafa, la parte trasera (es decir, la entrada) de la basílica de Santa María.
Al casarse Leonor de Toledo con Cosme I de Medici y trasladarse a Florencia, ésta se horrorizó de la estrechez y austeridad del Palazzo de la Signoría, la que debía ser su residencia. No, ahí no podía ella criar ella a sus hijos (11 tuvo la campeona!), ni pensarlo! así que, dicen las malas lenguas que sin saberlo su marido, encargó la compra y ampliación de un palazzo propiedad de un tal Buonaccorso Pitti.
Se adquirieron también terrenos en la adyacente colina del Bóboli para construir unos jardines (digo yo, para que los niños corran...).
Una vez mudados, el palazzo estaba al gusto de su señora esposa, ya que ella se encargó personalmente de la construcción y decoración, pero Cosme encontró un inconveniente: en su anterior residencia, el Palazzo de la Signoria, que ahora será el Palazzo Vecchio (viejo, claro, porque ahora hay uno nuevo!), había una comunicación directa con las dependencias de gobierno, por estar en el mismo edificio. Así que manda construir a Vasari el palacio de los Uffizi para albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, así como un pasadizo que conecte el Palazzo Vechio con Uffizi y con Pitti. Ná, si lo que no arregle el dinero...
Una gran pérdida para la historia ha sido que no ha quedado testimonio, por haberse producido en la intimidad, supongo) de las maldiciones de Vasari cuando recibió el encargo de construir un edificio... ¡¡en la orilla del río!! Mamma mía, sulla riva del fiume! Cosme é molto flipatto!!
En Pitti han vivido el resto de la dinastía Medici, los Lorena, una breve estancia de Napoleón Bonaparte durante su dominio de Italia, y los Saboya. Siendo finalmente donado a la nación, pasando a convertirse en el fabuloso museo que hoy día podemos disfrutar.
Al margen de las obras de arte que alberga, creo que seguiría gustándome este palacio incluso sin ellas... solo con los frescos y la decoración original del palacio... sí, quizá podría vivir allí por un tiempecito
No pudimos visitar todo el complejo, preferimos ir con calma (dentro del ritmo que marcan las niñas, que no se detienen mucho) que hacer maratón para hacer un chec en el plan. Aún así, pudimos ver la galería palatina, los apartamentos reales, y la galería de arte moderno. Para otro viaje nos guardamos los museos de la plata, la porcelana, de trajes y de carruajes. También nos guardamos los jardines de Bóboli, que tenían una pinta estupenda.
La fachada, impresionante y severa, que no desvela el esplendor de su interior. La entrada al museo, por la Piazza Pitti:
Nada más, os dejo algunas fotillos, aunque es difícil hacerse una idea de todo lo que hay allí.
Si es busto no puede ser griego
Para colgar esa lámpara habrán tenido que llamar a un neurocirujano, con mi pulso hubiera destrozado el fresco!
Constantes referencias a la mitología, tan propias del renacimiento
La de rosa también es una joya!
El baño de Napoleon
Vistas a los jardines de Bóboli desde Pitti
Y vistas al centro histórico. Como no subiremos a Michelangelo, me conformo con esto. En el skyline, de destra a siniestra: la torre del palaccio Vecchio (torre di Arnolfo), cúpula del Duomo, y Campanille de Gioto, con el telón de fondo de las suaves colinas toscanas y sobre el rojo de las tejas de las casa florentinas. Potitoooo .
Salimos de Pitti con una sonrisa de oreja a oreja, felices y satisfechas por lo que hemos visto, camino del Ponte Vecchio. Sólo puede mejorar el momento una cosa. ¿¿Alguien quiere heladoooo??
No pudimos esperar a encontrar algo más alejado del turismo, y en el primer sitio con helados entramos. Justo en un extremo del Ponte Vecchio, en una cafetería en la que el más barato valía 4€!! El helado lo venden en tarrina o en cucurucho, en varios tamaños/precios. Eso sí, la tarrina la llenan bien llena...
Y ya, habiendo descansado y comido algo, nos encaminamos al Ponte Vecchio, donde seguimos babeando en la joyerías 8) Precioso todoooo!!
Así, rodeamos la basílica hacia la estación, para coger el bus 'D', que nos llevará a Pitti. Alrededor de la estación de tren hay muchas paradas de autobús urbano. Así que si pensáis tomar aquí un autobús, apuntad bien en el mapa cual es exactamente la parada (no obstante, está bien indicado). Lo que véis detrás del autobús es la esquina de la estación, a la espalda de la fotógrafa, la parte trasera (es decir, la entrada) de la basílica de Santa María.
Al casarse Leonor de Toledo con Cosme I de Medici y trasladarse a Florencia, ésta se horrorizó de la estrechez y austeridad del Palazzo de la Signoría, la que debía ser su residencia. No, ahí no podía ella criar ella a sus hijos (11 tuvo la campeona!), ni pensarlo! así que, dicen las malas lenguas que sin saberlo su marido, encargó la compra y ampliación de un palazzo propiedad de un tal Buonaccorso Pitti.
Se adquirieron también terrenos en la adyacente colina del Bóboli para construir unos jardines (digo yo, para que los niños corran...).
Una vez mudados, el palazzo estaba al gusto de su señora esposa, ya que ella se encargó personalmente de la construcción y decoración, pero Cosme encontró un inconveniente: en su anterior residencia, el Palazzo de la Signoria, que ahora será el Palazzo Vecchio (viejo, claro, porque ahora hay uno nuevo!), había una comunicación directa con las dependencias de gobierno, por estar en el mismo edificio. Así que manda construir a Vasari el palacio de los Uffizi para albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, así como un pasadizo que conecte el Palazzo Vechio con Uffizi y con Pitti. Ná, si lo que no arregle el dinero...
Una gran pérdida para la historia ha sido que no ha quedado testimonio, por haberse producido en la intimidad, supongo) de las maldiciones de Vasari cuando recibió el encargo de construir un edificio... ¡¡en la orilla del río!! Mamma mía, sulla riva del fiume! Cosme é molto flipatto!!
En Pitti han vivido el resto de la dinastía Medici, los Lorena, una breve estancia de Napoleón Bonaparte durante su dominio de Italia, y los Saboya. Siendo finalmente donado a la nación, pasando a convertirse en el fabuloso museo que hoy día podemos disfrutar.
Al margen de las obras de arte que alberga, creo que seguiría gustándome este palacio incluso sin ellas... solo con los frescos y la decoración original del palacio... sí, quizá podría vivir allí por un tiempecito
No pudimos visitar todo el complejo, preferimos ir con calma (dentro del ritmo que marcan las niñas, que no se detienen mucho) que hacer maratón para hacer un chec en el plan. Aún así, pudimos ver la galería palatina, los apartamentos reales, y la galería de arte moderno. Para otro viaje nos guardamos los museos de la plata, la porcelana, de trajes y de carruajes. También nos guardamos los jardines de Bóboli, que tenían una pinta estupenda.
La fachada, impresionante y severa, que no desvela el esplendor de su interior. La entrada al museo, por la Piazza Pitti:
Nada más, os dejo algunas fotillos, aunque es difícil hacerse una idea de todo lo que hay allí.
Si es busto no puede ser griego
Para colgar esa lámpara habrán tenido que llamar a un neurocirujano, con mi pulso hubiera destrozado el fresco!
Constantes referencias a la mitología, tan propias del renacimiento
La de rosa también es una joya!
El baño de Napoleon
Vistas a los jardines de Bóboli desde Pitti
Y vistas al centro histórico. Como no subiremos a Michelangelo, me conformo con esto. En el skyline, de destra a siniestra: la torre del palaccio Vecchio (torre di Arnolfo), cúpula del Duomo, y Campanille de Gioto, con el telón de fondo de las suaves colinas toscanas y sobre el rojo de las tejas de las casa florentinas. Potitoooo .
Salimos de Pitti con una sonrisa de oreja a oreja, felices y satisfechas por lo que hemos visto, camino del Ponte Vecchio. Sólo puede mejorar el momento una cosa. ¿¿Alguien quiere heladoooo??
No pudimos esperar a encontrar algo más alejado del turismo, y en el primer sitio con helados entramos. Justo en un extremo del Ponte Vecchio, en una cafetería en la que el más barato valía 4€!! El helado lo venden en tarrina o en cucurucho, en varios tamaños/precios. Eso sí, la tarrina la llenan bien llena...
Y ya, habiendo descansado y comido algo, nos encaminamos al Ponte Vecchio, donde seguimos babeando en la joyerías 8) Precioso todoooo!!