Y por fin llego el gran día, hoy tocaba pasar el día en Sipadan Island.
Pulau Sipadan como se dice en malayo, es una isla virgen situada a unos 15 minutos en barco desde Mabul. Para muchos es considerado el mejor sitio del mundo para la práctica del buceo.
En el año 2000 unos terroristas islámicos secuestraron aquí a un grupo de buceadores, así que desde ese desde año, los únicos habitantes de la isla son un pequeño destacamento del ejército malayo de unas 20 personas, que se encargan de proteger a los turistas además de custodiar la isla y controlar que nadie pesque en ella.
Para acceder a la isla hay que pagar un impuesto de 10 dólares por persona. Esta solo se puede visitar durante el día y por un número determinado de personas, de manera que si vais en temporada alta, es muy importante que reservéis vuestro buceo en Sipadan con antelación. A menudo se dan casos de gente que hace el viaje hasta allí y se queda sin bucear ni un solo día en este paraíso subacuático.
Tras la explicación os contare como transcurrió nuestro día en Sipadan.
Salimos en barco bien prontito como de costumbre. Al llegar a Sipadan fuimos a una zona donde apuntas tus datos y quedas registrado.
Después de los tramites volvimos a subir al barco y nos dirigimos a nuestro primer punto de inmersión.
No hay palabras para describir lo que se veía bajo del agua. El primer día en Kapalai fue increíble, pero esto lo superaba por mucho.
Habia millones de peces, pero quizá lo más bonito eran los corales. Los había de todo tipo y de todos los colores, grandes, pequeños y de formas inverosímiles, incluso vimos un tiburón que paso nadando a 5 metros de nuestra posición.
Las tortugas marinas nadaban junto a nosotros, sin inmutarse. Ya sé que estaba prohibido tocarlas, pero como no había nadie vigilando cerca, no pudimos resistirnos a acariciarlas
La segunda inmersión la realizamos en el punto más famoso de toda la isla, Barracuda point. Antes de meternos al agua los máster diver ya nos avisaron de que tuviéramos bien preparada la cámara que íbamos a alucinar.
Nada mas meternos lo primero que vimos fue un banco de peces loro jorobados. Son peces de unos 40 kg que nadaban a sus anchas a una profundidad de menos de 4 metros. Dejaban que te acercaras tanto a ellos que en varias ocasiones pude tocarlos con las manos, esta vez con consentimiento.
Los corales estaban llenos de peces payasos, siempre resguardados en las anemonas, y también había muchos peces cirujano, que para quien no lo sepa son como Dori en la película de Nemo. Los cirujano solamente estaban en este punto de la isla y sin duda eran de los peces más bonitos que vimos.
Hubo un momento que paso una tortuga cerquísima de Sandra y le dije que la cogiera para hacerse una foto, y de pronto, clin clin clin clin!!!!. Eran los instructores golpeando unas barritas metálicas que desde la lejanía nos estaban vigilando....pufff ya verás ahora cuando subamos al barco que marrón…
Seguimos buceando y aquí vino mi primer percance con el pez más peligroso de la isla, el pez ballesta!!!
Estaban en época de cría, y los padres custodiaban los huevos sin importarles el tamaño del contrincante. Atacaban a todo lo que pasaba cerca del nido. Antes ya habida tenido que ahuyentar a alguno, pero esta vez la hembra me ataco de frente y el macho me vino por la espalda y zas!!! Me mordió en la pierna. Os dejo un video que pude grabar de uno de los ataques que tuve.
Para el que no lo sepa los peces ballesta se alimentan de corales y crustáceos, así que os podéis imaginar los dientes y la potencia de mordida que tienen, y más estos que rondarían los 2 kg de peso. La historia puede parecer graciosa, pero os aseguro que fue muy doloroso, jajá.
Deciros que estos peces, aunque sin tantos colores, también están en España y que es bastante común que ataquen a los buceadores.
Llegó la hora de subir al barco y pensando en la bronca que nos iba a caer por haber tocado la tortuga, se me olvido el dolor de la mordida, jeje. Por suerte para nosotros yo sangraba bastante de la pierna, así que en el barco solo se hablo del ataque del ballesta y no de nuestra imprudencia; así que nos fuimos de rositas.
Volvimos a tierra firme y en el campamento del ejército nos esperaba una suculenta comida. Es una zona de mesas largas debajo de las palmeras, donde comen todos los buceadores de los diferentes hoteles.
Me llamó mucho la atención que había varios camareros que llevaban ropa de hombre pero actuaban como si fueran mujeres. Tenían el pelo largo y hasta las uñas pintadas. Vaya por delante que no soy para nada homófobo, pero resulta curioso que un país de religión musulmana sean tan tolerantes en este sentido. Mientras comíamos un master diver de otro hotel me saludaba desde lejos y me tiraba besos, jajá.
Después de comer teníamos media hora libre para descansar, pero el ejército para tenernos controlados no te deja salir de la zona, así que no pudimos ni dar una vuelta por la isla. La media hora la pasamos dando de comer restos de comida a un varano que paseaba por allí como si fuera un perrillo, y viendo como jugaban a ping pong los del ejército.
Nuestra tercera y última inmersión del día la hicimos en otro punto de la isla, que aun estando muy bien no era ni parecido que barracuda point. Aquí vimos un par de tiburones y como siempre muchísimas tortugas.
A las 15:30 ya estábamos de vuelta en Mabul. Cogimos nuestras bicis y nos fuimos a la playa un rato.
Antes de que anocheciera, dimos unas vuelta por el pueblo para ver como vivían los lugareños. Me sorprendió mucho la cantidad de niños que había, dicen que el 80% de los habitantes de Mabul son niños.
La mayoría de gente vive en casas sobre el agua o justo en la orilla, tienen iglesia, mezquita, cementerio, colegio, alguna tienda y hasta campo de futbol!!!
Se ve que no tienen muchas comodidades en la isla, pero os puedo asegurar que esta gente vive mucho más feliz que la mayoría de occidentales.
Los niños eran súper simpáticos, mientras paseábamos todos nos decían muy sonrientes Hello!! Hello!!!
Lo que no me gusto nada fue la cantidad de basura que había. Evidentemente allí no tienen contenedores y mucho menos servicio de recogida de basuras, de manera que todo lo tiran al suelo, y lo que termina en el suelo, acaba en el fondo del mar.
Mientras mirábamos como se bañaban unos niños en la playa, vimos como una madre tiraba por la ventana al agua el pañal sucio de su hija recién nacida!!!! Un poco mas y le da a algún niño con él en la cabeza
La mayoría viven de la pesca, y está claro que mucha conciencia medioambiental no tienen, pero hay que entender su situación, y es que llevar la basura al continente les costara mucho dinero.
Pulau Sipadan como se dice en malayo, es una isla virgen situada a unos 15 minutos en barco desde Mabul. Para muchos es considerado el mejor sitio del mundo para la práctica del buceo.
En el año 2000 unos terroristas islámicos secuestraron aquí a un grupo de buceadores, así que desde ese desde año, los únicos habitantes de la isla son un pequeño destacamento del ejército malayo de unas 20 personas, que se encargan de proteger a los turistas además de custodiar la isla y controlar que nadie pesque en ella.
Para acceder a la isla hay que pagar un impuesto de 10 dólares por persona. Esta solo se puede visitar durante el día y por un número determinado de personas, de manera que si vais en temporada alta, es muy importante que reservéis vuestro buceo en Sipadan con antelación. A menudo se dan casos de gente que hace el viaje hasta allí y se queda sin bucear ni un solo día en este paraíso subacuático.
Tras la explicación os contare como transcurrió nuestro día en Sipadan.
Salimos en barco bien prontito como de costumbre. Al llegar a Sipadan fuimos a una zona donde apuntas tus datos y quedas registrado.
Después de los tramites volvimos a subir al barco y nos dirigimos a nuestro primer punto de inmersión.
No hay palabras para describir lo que se veía bajo del agua. El primer día en Kapalai fue increíble, pero esto lo superaba por mucho.
Habia millones de peces, pero quizá lo más bonito eran los corales. Los había de todo tipo y de todos los colores, grandes, pequeños y de formas inverosímiles, incluso vimos un tiburón que paso nadando a 5 metros de nuestra posición.
Las tortugas marinas nadaban junto a nosotros, sin inmutarse. Ya sé que estaba prohibido tocarlas, pero como no había nadie vigilando cerca, no pudimos resistirnos a acariciarlas
La segunda inmersión la realizamos en el punto más famoso de toda la isla, Barracuda point. Antes de meternos al agua los máster diver ya nos avisaron de que tuviéramos bien preparada la cámara que íbamos a alucinar.
Nada mas meternos lo primero que vimos fue un banco de peces loro jorobados. Son peces de unos 40 kg que nadaban a sus anchas a una profundidad de menos de 4 metros. Dejaban que te acercaras tanto a ellos que en varias ocasiones pude tocarlos con las manos, esta vez con consentimiento.
Los corales estaban llenos de peces payasos, siempre resguardados en las anemonas, y también había muchos peces cirujano, que para quien no lo sepa son como Dori en la película de Nemo. Los cirujano solamente estaban en este punto de la isla y sin duda eran de los peces más bonitos que vimos.
Hubo un momento que paso una tortuga cerquísima de Sandra y le dije que la cogiera para hacerse una foto, y de pronto, clin clin clin clin!!!!. Eran los instructores golpeando unas barritas metálicas que desde la lejanía nos estaban vigilando....pufff ya verás ahora cuando subamos al barco que marrón…
Seguimos buceando y aquí vino mi primer percance con el pez más peligroso de la isla, el pez ballesta!!!
Estaban en época de cría, y los padres custodiaban los huevos sin importarles el tamaño del contrincante. Atacaban a todo lo que pasaba cerca del nido. Antes ya habida tenido que ahuyentar a alguno, pero esta vez la hembra me ataco de frente y el macho me vino por la espalda y zas!!! Me mordió en la pierna. Os dejo un video que pude grabar de uno de los ataques que tuve.
Para el que no lo sepa los peces ballesta se alimentan de corales y crustáceos, así que os podéis imaginar los dientes y la potencia de mordida que tienen, y más estos que rondarían los 2 kg de peso. La historia puede parecer graciosa, pero os aseguro que fue muy doloroso, jajá.
Deciros que estos peces, aunque sin tantos colores, también están en España y que es bastante común que ataquen a los buceadores.
Llegó la hora de subir al barco y pensando en la bronca que nos iba a caer por haber tocado la tortuga, se me olvido el dolor de la mordida, jeje. Por suerte para nosotros yo sangraba bastante de la pierna, así que en el barco solo se hablo del ataque del ballesta y no de nuestra imprudencia; así que nos fuimos de rositas.
Volvimos a tierra firme y en el campamento del ejército nos esperaba una suculenta comida. Es una zona de mesas largas debajo de las palmeras, donde comen todos los buceadores de los diferentes hoteles.
Me llamó mucho la atención que había varios camareros que llevaban ropa de hombre pero actuaban como si fueran mujeres. Tenían el pelo largo y hasta las uñas pintadas. Vaya por delante que no soy para nada homófobo, pero resulta curioso que un país de religión musulmana sean tan tolerantes en este sentido. Mientras comíamos un master diver de otro hotel me saludaba desde lejos y me tiraba besos, jajá.
Después de comer teníamos media hora libre para descansar, pero el ejército para tenernos controlados no te deja salir de la zona, así que no pudimos ni dar una vuelta por la isla. La media hora la pasamos dando de comer restos de comida a un varano que paseaba por allí como si fuera un perrillo, y viendo como jugaban a ping pong los del ejército.
Nuestra tercera y última inmersión del día la hicimos en otro punto de la isla, que aun estando muy bien no era ni parecido que barracuda point. Aquí vimos un par de tiburones y como siempre muchísimas tortugas.
A las 15:30 ya estábamos de vuelta en Mabul. Cogimos nuestras bicis y nos fuimos a la playa un rato.
Antes de que anocheciera, dimos unas vuelta por el pueblo para ver como vivían los lugareños. Me sorprendió mucho la cantidad de niños que había, dicen que el 80% de los habitantes de Mabul son niños.
La mayoría de gente vive en casas sobre el agua o justo en la orilla, tienen iglesia, mezquita, cementerio, colegio, alguna tienda y hasta campo de futbol!!!
Se ve que no tienen muchas comodidades en la isla, pero os puedo asegurar que esta gente vive mucho más feliz que la mayoría de occidentales.
Los niños eran súper simpáticos, mientras paseábamos todos nos decían muy sonrientes Hello!! Hello!!!
Lo que no me gusto nada fue la cantidad de basura que había. Evidentemente allí no tienen contenedores y mucho menos servicio de recogida de basuras, de manera que todo lo tiran al suelo, y lo que termina en el suelo, acaba en el fondo del mar.
Mientras mirábamos como se bañaban unos niños en la playa, vimos como una madre tiraba por la ventana al agua el pañal sucio de su hija recién nacida!!!! Un poco mas y le da a algún niño con él en la cabeza
La mayoría viven de la pesca, y está claro que mucha conciencia medioambiental no tienen, pero hay que entender su situación, y es que llevar la basura al continente les costara mucho dinero.