LUNES 6 DE OCTUBRE 2014
Nos levantamos a las 7:30 y fuimos al restaurante a desayunar. Pelayo pidió un desayuno inglés y yo una omelette vegetal con zucchini, hongos, tomate y mozarella. Estábamos sentados comiendo cuando aparecieron por allí Nieves y Jose. Nos contaron que siguieron nuestro consejo y se habían ido a cenar al Puerto de Quepos la noche anterior.
Se sentaron con nosotros y tuvimos un ameno desayuno, son muy majetes. A nosotros este día nos tenían que recoger a las 13:15 para llevarnos a San José así que decidimos hacer alguna visita juntos dado que ellos tenían un coche alquilado.
Aún no nos habían servido los platos cuando llamaron desde recepción diciendo que preguntaban por nosotros para llevarnos a San José ya. Arreglado el entuerto y confirmado que vendrían a las 13:15 a recogernos, nos dispusimos a desayunar.
Volvimos al cuarto y dejamos las maletas ya listas. Quedamos en recepción nuevamente con Nieves y Jose y preguntamos por algún sitio bonito que visitar que no estuviese muy lejos.
Nos recomendaron Playa Linda y Playa Dominical, pues en Costa Rica nos dimos cuenta que fuera de selva y playas poco más hay…
Tomamos entonces rumbo hacia Playa Linda pero no fuimos capaces de encontrarla porque no había ni un cartel de señalización. Finalmente llegamos a Playa Dominical, que era muy larga pero con mucha madera en la orilla y oleaje fuerte, parecía como que había habido un temporal y había arrastrado muchos restos del mar hacia la arena.
Caminamos hasta el final de la playa, en donde desembocaba un río. Allí justo había un cartel de cuidado con los cocodrilos. Había una pareja local pescando pargo, para lo cual usaban lisa como cebo. Creo que no mereció demasiado el viaje hasta allí...
Volvimos a Quepos y allí tomamos algo en un sitio que se llamaba Soda Sánchez. Pelayo se bebió dos cervezas Imperiales y yo un batido de banano (3850 colones/6'5€). Aquí tenéis la critica de la soda: www.tripadvisor.es/ ...ml#REVIEWS
Volvimos para el hotel y nos despedimos de ellos en recepción, otra pena porque eran muy majos.
Enseguida apareció el Interbus que nos tenía que llevar a San José así que cargamos las maletas y arrancamos. Por fin nos despedimos del terrible Hotel Costa Verde, qué alivio, aquí tenéis la crítica en Tripadvisor: www.tripadvisor.es/ ...ml#REVIEWS
Recogimos a cuatro personas más, entre ellos a Jordi y María en el Hotel Eclipse quienes nos dijeron que también su hotel era muy cutre. Yo aproveché para dormir casi todo el camino, pues no me encontraba demasiado bien por culpa del resfriado.
Atravesamos durante la ruta el famoso Puente de Tárcoles, donde al parecer hay una gran colonia de cocodrilos. El conductor no nos quiso parar pero nos dijo que lo atravesaría despacio para que nos diese tiempo a mirar a los lados. Sin embargo había llovido tanto los últimos días que el río había crecido muchísimo así que no vimos más que agua.
A las dos horas de viaje nos volvieron a parar en el área de descanso que ya conocíamos, El Jardín. Había un menú del día en la cafetería que no nos convenció así que compramos en la única tienda de comida que había unas galletas, patatas fritas, un Ginger ale y un batido que hicieron al momento para mí de piña, coco, banano y helado.
Finalmente llegamos a San José sobre las 17h. Dejamos las maletas en el cuarto, que está mejor que el de la otra vez, y salimos a la calle. Primero fuimos a un supermercado antes de que cerrasen, a por guaro, que es un aguardiente típico de algunos países latinos, entre ellos Costa Rica. Cogimos el de marca Cacique y además tres botes de salsa Chilero picante (5.000 colones). Fue una pena porque Pelayo quería aceite de coco pero no tenían. Al parecer es maravilloso y se puede usar directamente tanto para pelo o uñas como para cocinar. Preguntamos por él en algún supermercado más pero no hubo suerte (pues es típico de la zona del Caribe).
Pasamos por delante de una tienda de souvenirs que recomendaban en Internet, La Casona, pero salimos de allí escopetados porque los empleados no paraban de seguirnos y de acosarnos para que les comprásemos distintos productos.
Cenamos otra vez en el Rosti Pollos, como la primera noche que pasamos en San José, que veníamos llenos de ilusión; no sabíamos en ese momento cuántas veces nos estafarían a lo largo del viaje…Pelayo cogió un plato llamado “Picoteo” que llevaba queso frito, patacones, crema de frijoles, pico de gallo, pollo empanizado, etc. Yo me decanté por una sopa de frijoles, que me sentó fenomenal, dado el trancazo, y un sándwich de pollo, aguacate y tomate. Para beber dos Imperiales (11.000 colones/18€). Es de los pocos sitios de este país en donde me pareció que el precio era justo. Volvimos tranquilamente caminando al hotel, estando la calle todavía muy llena de gente
. Se sentaron con nosotros y tuvimos un ameno desayuno, son muy majetes. A nosotros este día nos tenían que recoger a las 13:15 para llevarnos a San José así que decidimos hacer alguna visita juntos dado que ellos tenían un coche alquilado.
Aún no nos habían servido los platos cuando llamaron desde recepción diciendo que preguntaban por nosotros para llevarnos a San José ya. Arreglado el entuerto y confirmado que vendrían a las 13:15 a recogernos, nos dispusimos a desayunar.
Volvimos al cuarto y dejamos las maletas ya listas. Quedamos en recepción nuevamente con Nieves y Jose y preguntamos por algún sitio bonito que visitar que no estuviese muy lejos.
Nos recomendaron Playa Linda y Playa Dominical, pues en Costa Rica nos dimos cuenta que fuera de selva y playas poco más hay…
Tomamos entonces rumbo hacia Playa Linda pero no fuimos capaces de encontrarla porque no había ni un cartel de señalización. Finalmente llegamos a Playa Dominical, que era muy larga pero con mucha madera en la orilla y oleaje fuerte, parecía como que había habido un temporal y había arrastrado muchos restos del mar hacia la arena.
Caminamos hasta el final de la playa, en donde desembocaba un río. Allí justo había un cartel de cuidado con los cocodrilos. Había una pareja local pescando pargo, para lo cual usaban lisa como cebo. Creo que no mereció demasiado el viaje hasta allí...
Volvimos a Quepos y allí tomamos algo en un sitio que se llamaba Soda Sánchez. Pelayo se bebió dos cervezas Imperiales y yo un batido de banano (3850 colones/6'5€). Aquí tenéis la critica de la soda: www.tripadvisor.es/ ...ml#REVIEWS
Volvimos para el hotel y nos despedimos de ellos en recepción, otra pena porque eran muy majos.
Enseguida apareció el Interbus que nos tenía que llevar a San José así que cargamos las maletas y arrancamos. Por fin nos despedimos del terrible Hotel Costa Verde, qué alivio, aquí tenéis la crítica en Tripadvisor: www.tripadvisor.es/ ...ml#REVIEWS
Recogimos a cuatro personas más, entre ellos a Jordi y María en el Hotel Eclipse quienes nos dijeron que también su hotel era muy cutre. Yo aproveché para dormir casi todo el camino, pues no me encontraba demasiado bien por culpa del resfriado.
Atravesamos durante la ruta el famoso Puente de Tárcoles, donde al parecer hay una gran colonia de cocodrilos. El conductor no nos quiso parar pero nos dijo que lo atravesaría despacio para que nos diese tiempo a mirar a los lados. Sin embargo había llovido tanto los últimos días que el río había crecido muchísimo así que no vimos más que agua.
A las dos horas de viaje nos volvieron a parar en el área de descanso que ya conocíamos, El Jardín. Había un menú del día en la cafetería que no nos convenció así que compramos en la única tienda de comida que había unas galletas, patatas fritas, un Ginger ale y un batido que hicieron al momento para mí de piña, coco, banano y helado.
Finalmente llegamos a San José sobre las 17h. Dejamos las maletas en el cuarto, que está mejor que el de la otra vez, y salimos a la calle. Primero fuimos a un supermercado antes de que cerrasen, a por guaro, que es un aguardiente típico de algunos países latinos, entre ellos Costa Rica. Cogimos el de marca Cacique y además tres botes de salsa Chilero picante (5.000 colones). Fue una pena porque Pelayo quería aceite de coco pero no tenían. Al parecer es maravilloso y se puede usar directamente tanto para pelo o uñas como para cocinar. Preguntamos por él en algún supermercado más pero no hubo suerte (pues es típico de la zona del Caribe).
Pasamos por delante de una tienda de souvenirs que recomendaban en Internet, La Casona, pero salimos de allí escopetados porque los empleados no paraban de seguirnos y de acosarnos para que les comprásemos distintos productos.
Cenamos otra vez en el Rosti Pollos, como la primera noche que pasamos en San José, que veníamos llenos de ilusión; no sabíamos en ese momento cuántas veces nos estafarían a lo largo del viaje…Pelayo cogió un plato llamado “Picoteo” que llevaba queso frito, patacones, crema de frijoles, pico de gallo, pollo empanizado, etc. Yo me decanté por una sopa de frijoles, que me sentó fenomenal, dado el trancazo, y un sándwich de pollo, aguacate y tomate. Para beber dos Imperiales (11.000 colones/18€). Es de los pocos sitios de este país en donde me pareció que el precio era justo. Volvimos tranquilamente caminando al hotel, estando la calle todavía muy llena de gente