Hoy va a ser mi último día en Busan y en Corea en general. El cansancio se empieza a hacer notar y he decidido tomármelo con más calma. Me levanto hacia las 8:00 para aprovechar el desayuno en la terraza del albergue. No me canso de lo agradable que es estar ahí fuera, con la brisa marina.
Antes de nada he decidido chequear el tiempo que se tarda en llegar a la terminal internacional del ferry. En el mapa está a unos milímetros, pero engaña bastante. De hecho, he tardado 25 minutos en llegar. Creo que mañana, con la mochila, optaré por coger el metro en frente del albergue. Son sólo dos paradas y la salida 10 te deja en frente de la entrada a la propia terminal. Ya he dicho que empiezo a estar cansadito.
Desde allí mismo he comenzado mi plan del día. Pasaba por acercarme a la zona de Haeundae. Por lo que he visto es la zona más turística de la ciudad. Incluso he visto "bastantes" turistas occidentales saliendo de los grandes hoteles de la zona.
Igual que Gwangali, tiene una playa larga y chula. Eso sí, los rascacielos desentonan, sin ser especialmente feos como los de Seoul.
Después de dar una vueltilla por la zona, me he acercado a la parada de metro nuevamente, a la salida 7 o 5. Al lado está la parada del autobús 181 (1300Krw) que te llevará en unos 25' al camino de acceso al templo Yonggungsa. Andando se tarda unos 10' más.
Como tantos otros templos budistas en Corea se encuentra en una zona de acceso difícil y gran belleza. En este caso, además de estar en una zona boscosa, tiene la curiosidad de encontrarse sobre un acantilado.
Este buddha gordito, al que hay que sobar, te recibe.
Las vistas de este pequeño templo son realmente bonitas y distintas:
Aunque el plan era volver al templo de ayer para hacer alguno de los recorridos que parten de él, la pereza y el cansancio han ganado. Además, desde el propio templo de Yonggungsa tiene su propio recorrido por la costa. Está bastante peor señalizado que los que hasta ahora he hecho. El resultado que me he perdido. Cuando he visto una carretera, me he vuelto en el mismo autobús 181 y de regreso al hostel en una hora de metro (1500krw).
Por cierto, que hoy me he levantado sin mi T-money Card (sorprendido estoy que no la haya perdido antes). Por lo que los precios son 100 krw más altos que si hubiera pagado con la tarjeta sin contacto.
He aprovechado para dar una vuelta por el mercado cubierto de Jagalchi, así como por los cientos de puestos callejeros que venden pescado, verdura, especias, fruta, carne,... y todo lo que puedas pensar (menos souvenirs). Es algo que me encanta.
No me he atrevido a comer en el propio mercado, aunque es posible y está habilitado junto a cada puesto de pescado un par de mesas. Pero tenía mis dudas por el pescado crudo o por las múltiples especias que tendría el cocinado (a precios bastante elevados). Total, que al de una hora o dos (pierdo la noción del tiempo cuando estoy a gusto), me he parado a comer el típico pollo que hacen en Corea (no en una de las múltiples cadenas de pollo al estilo KFC, que son muy caras). Por 6000 krw me han frito un pollito enterito para mí solo.
La foto ha sido hecha después de haberle atacado con ganas y hambre:
Desde allí directo a la terrazita del hostel, donde estoy escribiendo esto, a descansar. Si me apetece a la tarde-noche igual me doy una vuelta por la zona BIFF y la Busan Tower, que las tengo a menos de cinco minutos andando.