Hacia la Isla de Roatán ✏️ Diarios de Viajes de HondurasEl día amaneció muy bueno, sin rastro de la tormenta del día anterior, habíamos quedado prontito para desayunar, ya que a las siete y media, venía un taxi a recogernos para llevarnos al puerto de La Ceiba, que es donde tendríamos que coger el...Diario: Honduras, un país por descubrir⭐ Puntos: 4.9 (8 Votos) Etapas: 17 Localización: HondurasEl día amaneció muy bueno, sin rastro de la tormenta del día anterior, habíamos quedado prontito para desayunar, ya que a las siete y media, venía un taxi a recogernos para llevarnos al puerto de La Ceiba, que es donde tendríamos que coger el ferry para llegar a la isla de Roatán. Nos despedimos efusivamente de Virgilio y del resto del personal del hotel y cogimos el taxi junto con David, que aprovechaba para bajar a La Ceiba y en aproximadamente una hora y pico, nos encontrábamos en el puerto. Lo primero que nos llamó la atención, es que al acercarnos a las dependencias del puerto, se nos acercó un operario, preguntándonos si viajábamos en primera o en turista y enseguida nos cogió las maletas, les puso unas etiquetas y nos dio un resguardo para recogerlas a la llegada (por cierto, que conste que íbamos en turista) . El caso es que yo he viajado a las Islas Baleares también en ferry, y me tuve que buscar la vida para poner las maletas en unos compartimentos destinados al efecto, y por supuesto estar pendiente todo el viaje de ellas y aquí estábamos facturándolas, con el consiguiente relax. El viaje fue toda una aventura, estaba claro que Honduras no quería que tuviésemos ni un minuto de relax, ya que el fast-ferry, muy parecido al que va a Ibiza, pegaba unos botes impresionantes, no ya sólo de arriba hacia abajo, sino que también de izquierda a derecha, e incluso a veces todo a la vez. Lo que al principio parecía una gracia y la gente se lo tomaba con mucho humor, acabó siendo una situación un tanto grotesca, con algunas personas vomitando sin parar, menos mal que al principio te reparten unas bolsitas para esto. Nosotros que ya nos lo imaginábamos, fuimos precavidos y tomamos unas pastillas de Biodramina, por lo que no tuvimos problema, aunque Inma no es que lo pasara muy bien que digamos. Después una interminable hora y media, arribamos a tierra firme y de nuevo sorpresas. Si la facturación había sido la cara, ahora nos topábamos con la cruz, ¡qué ingenuo, no me acordaba que esto es Honduras!, a la hora de recoger nuestras maletas, el panorama era el siguiente: había como una isla central, rodeada de un mostrador, donde habían puesto todas las maletas de los cientos de personas que íbamos en el barco y allí estaban dos operarios, que recibían gritos de todo el mundo reclamando sus maletas. Cuando vi el panorama le dije a Inma, coge la mochila, quédate en un ladito, que yo ya si eso me meto al mogollón a ver que consigo. Lo primero era intentar localizar las maletas, conseguí meterme como pude entre dos personas y gracias a que una de las maletas tenía un color morado chillón, me fue fácil localizarla. Ahora tenía que ir hacia esa zona, intentar volver a coger hueco y conseguir que el operario me hiciera caso, cosa que tras infructuosos intentos conseguí y tras indicarle que aquella era mi maleta, y eso sí darle el ticket que lo acreditaba, pude tener ya la primera maleta. Ahora quedaba la segunda, pero esto se antojaba un poco más difícil ya que ésta era muy corriente y de color azul marino, ahí es cuando eché de menos no haberla comprado de un color más cantoso, y hasta que no estuvo prácticamente vacío todo aquello no pude recuperarla. Salimos del puerto y se nos acercó un taxista para ofrecernos sus servicios, negociamos un precio y ya por fin nos dirigíamos a nuestro hotel, el Half Moon Resort. Durante el camino, el taxista nos fue explicando los sitios por donde íbamos pasando, hasta que pasada una media hora, llegamos a nuestro destino en la zona de la isla llamada West End. El hotel constaba de unas cabañas de madera muy bien acondicionadas, todas diseminadas entre árboles y vegetación tropical y algunas de ellas, como fue en nuestro caso, justo al lado del mar. Dejamos nuestras cosas en la habitación y nos dispusimos a dar una vuelta para conocer West End, la verdad es que hacía un calor tremendo y había muy poca gente por la calle, de ahí que esta zona concentrara todo el turismo por la tarde-noche. Dentro de West End, nuestro hotel estaba en la bahía de la Media Luna, o en su idioma: Half Moon Bay, sin duda muy acertado el nombre, ya que se trataba de una bahía muy cerrada que recordaba esa figura de la luna. Después de un pequeño paseo, paramos en una terracita al lado del mar y nos tomamos unas cervezas bien frías, regresando posteriormente al hotel. Más tarde nos decidimos a probar el Mar Caribe de Roatán. He de decir que en nuestro hotel no había playa, estábamos justo en el arrecife coralino, por cierto, el segundo más grande del mundo. Nos dejábamos caer al agua, y ahí lo teníamos y claro yo no me pude resistir a coger gafas, aletas y tubo y tirarme al agua. Inma declinó la invitación y me dijo que habría tiempo suficiente para esto, pero yo no perdí ni un solo segundo y allí que me lancé. El espectáculo que había bajo el agua era impresionante, jamás había visto tal variedad de peces de todas clases y colores y los corales también eran una pasada, estuve un ratito y salí para no dejar sola a Inma, como bien decía ella, esto sólo era el principio y aún quedaban más días. Como habíamos comido algo suave, ese día decidimos salir a cenar temprano, como si fuésemos auténticos guiris, y empezamos a descubrir el auténtico West End, la calle se encontraba bastante más animada y además coincidía que nuestro día de llegada era viernes, por lo que también se veía gente hondureña. Ya de entrada nos deleitamos con la primera puesta de sol de la isla, algo mágico sin duda y después seguimos paseando entre la multitud de restaurantes y garitos de música que por allí habían. Nos decidimos por una pizzería, me imagino que un clásico si tenemos en cuenta que durante todos los días precedentes, todo los que habíamos comido era comida típica hondureña. También después de muchos días nos hicimos nuestra primera botella de vino de todo el viaje, ya que por los sitios por los que nos habíamos movido, el vino brillaba por su ausencia. La verdad es que nuestro primer día en Roatán estaba siendo perfecto y la culminación también lo era, pero esto no acababa aquí. De regreso al hotel pasamos por el garito más conocido de la zona, el Sundowner’s Beach Bar. Había un ambientazo espectacular y animados por los efluvios del vino decidimos hacernos allí la última. Pedimos el cóctel más famoso de allí, llamado Monkey La-La, que la verdad no sabemos exactamente lo que llevaba, pero estaba delicioso y contribuyó sin duda a que volviéramos muy animados a nuestro hotel. Índice del Diario: Honduras, un país por descubrir
01: Preparación del viaje
02: Llegada a San Pedro Sula
03: Salimos hacia Copán Ruinas
04: Comunidad Maya Chortí y aguas termales Luna Jaguar
05: Rumbo al caribe hondureño: Tela
06: Excursión a Punta Sal y Playa de Cocalitos
07: Expedición y acampada en la selva
08: Salida hacia los Cayos Cochinos: noche en Cayo Chachauate
09: Amanece en los Cayos, despedida y al P.N de Pico Bonito
10: Excursión por Pico Bonito
11: Hacia la Isla de Roatán
12: Roatán: De West End a West Bay
13: Roatán: día de relax
14: Roatán: Snorkel en el arrecife coralino - Blue Channel -
15: Roatán: Despedida
16: Fin del viaje, llegada a España. ¡Viva Honduras!
17: Las fotos están en mi galería de Honduras.
Total comentarios: 10 Visualizar todos los comentarios
📊 Estadísticas de Etapa ⭐ 5 (1 Votos)
Últimos comentarios al diario: Honduras, un país por descubrir
Total comentarios: 10 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN LA ETAPA
Diarios relacionados Honduras, un país espectacular
Viaje por Honduras, copán, Roatan..
⭐ Puntos 5.00 (2 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 24
Escapada a Roatán-Honduras
De San Pedro de Sula a West Bay
⭐ Puntos 5.00 (1 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 22
Galería de Fotos
|