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QUEDLINBURG: LA PRIMERA CAPITAL ALEMANA
QUEDLINBURG: LA PRIMERA CAPITAL ALEMANA
Sábado, 20 de Junio, 2015
Hoy, sábado, el plan es ir a Quedlinburg y hacer una pequeña ruta en bici hasta Thale desde donde visitar Bodetal.
Tras el estupendo desayuno, gentileza "Los Harmonie", cogí la bici que estaba en el aparcamiento del hotel y pedaleé hasta la estación de tren. Compré billete de ida y vuelta a Quedlinburg, haciendo un trasbordo en Halberstadt ¿Precio? 10 €. La de la taquilla me dijo que la bici era gratis. Me pareció barato.
Tras un trayecto de unos 15 minutos en tren, llegamos a Halberstadt donde, tras el cambio, que supuso solo 10 minutos, cogí el tren a Quedlinburg. Esta vez el viaje duró unos 25 minutos.
Llegué y callejeé por las adoquinadas calles de Quedlinburg hasta encontrar en primer lugar una tienda donde compré pan para el almuerzo y después llegar a una iglesia, que resultó ser la de San Nicolás. Entré para echar un vistazo. Dentro estaba restaurándose. Además había una banda de instrumentos de viento ensayando. En la puerta pregunté a una señora por el centro de la ciudad y me dio una fotocopia de un mapa de la Oficina de Turismo de Quedlinburg.
Salí y al cabo de 5 minutos me encontraba ya en el centro, en una plaza llamada Kornmarktplatz, donde hay una fuente rodeada de un conjunto escultórico en el que están representados los personajes más emblemáticos de la ciudad. Entre ellos está Dorothea Erxleben.
- Dorothea Erxleben: La primera médico de Alemania -
Nació en Quedlinburg en 1715, hija de un médico de carácter temperamental, que al comprobar la inteligencia de su hija, se queja del inmenso desperdicio de talentos femeninos al destinarlos únicamente a las labores del hogar. Así pues, consiguió un tutor privado para que la pequeña asistiese a clases junto con su hermano Tobías. Al ver los progresos de su hija, solicitó a Federico el Grande un permiso para que pudiese asistir a clases con su hermano en la Universidad de Halle. Durante el reinado de Federico se concedieron titulos honorarios de "Doctor" a varias mujeres y se hace lo mismo con Dorothea, aunque el suyo iba a ser un caso distinto, pues más que "honorífico" lo suyo iba a ser "vocacional".
Un libelista de la época protestó sobre las prácticas de Erxleben diciendo que las mujeres no tenían permiso para ejercer la medicina.Ella respondió con otro panfleto: Una investigación sobre las causas que impiden estudiar a las mujeres. Su padre escribe la introducción apoyándola con citas bíblicas. Pero Dorothea tiene un carácter más pragmático. Lo que dice que es las mujeres necesitan libros y educación.
Con el comienzo de la guerra Tobías tiene que dejar los estudios pero ella decide proseguir a pesar de que era impensable por entonces que una mujer estudiase sin que la acompañasen. También aprende de su padre. Cuando éste muere, ella ya tiene su titulación e incluso escribió una tesis y comenzó a ejercer para así pagar sus deudas. .. Y allí estaban sus enemigos esperando ansiosos la muerte de su primer paciente...
Adivina-adivinanza ¿De qué se le acusó a Dorothea? Pistas: Mujer, practicando la medicina... y del Harz... ¡¡ Bingo: De brujería !! Se decía de ella que era una impostora y que ejercía la medicina sin licencia. Por ésta época ella se casó con el diácono Erxleben y adoptó 5 hijos. Y más tarde ella tendría otros cuatro propios.
Le siguen acusando de que sus prácticas amenazan lo establecido por Dios y la ley. Ella respondió presentando su tesis, diciendo que estaba dispuesta a defenderla en la Universidad, además de presentarse a exámenes. Al final fue así. Los exámenes fueron un éxito. La realidad era innegable, a pesar de los debates que su situación generó: ¿Puede una mujer embarazada ejercer la medicina? ¿Son las mujeres lo suficientemente inteligentes como para ser médicos? En su tesis Erxleben decía que muchos médicos de su época tendían a tratar a sus pacientes recurriendo demasiado pronto a los purgantes y opiáceos.
Dorothea se convirtió así en la primera doctora de Alemania. La segunda no se graduaría hasta 1901. En Wernigerode hay un hospital con su nombre y en Quedlinburg está considerada como una de las grandes eminencias de la ciudad.
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Bueno, junto a esta plaza se encuentra la plaza principal de Quedlinburg: La Marktplatz. Nada más doblar la esquina de la iglesia hay una curiosa estatua de Roldán, uno de los grandes héroes carolingios. No olvidemos que Quedlinburg fue la primera capital de Alemania central.
Estatua de Roldán, en la Marktplatz de Quedlinburg
Llegué entonces a la Oficina de Turismo donde pedí algo de información y un mapa. La señora, cuyo inglés era un poco flojete, parecía encantada de hablar de las maravillas de Quedlinburg y fue generosa en explicaciones. Siguiendo su consejo, decidí entonces que lo mejor era ir en primer lugar al Castillo, cruzando la plaza, donde se estaba celebrando un mercadillo, y las sinuosas y pintorescas calles de la ciudad.
Hoymschen Hof: Un patio aristocrático. Lo que hay en el centro es un palomar
Una placita cerca de la entrada del Castillo. Hasta los andamios son pintorescos en Quedlinburg
Y así fue. En 10 minutos me encontraba ante el arco de entrada al castillo, até la bici con el candado a un poste y subí hasta la fortaleza.
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El Castillo de Quedlinburg
El Castillo de Quedlinburg
Llegué a la parte superior, donde están las entradas tanto a la Iglesia de San Servacio (St Servatius), a la izquierda del patio de entrada, y al museo, a la derecha.
Decidí comenzar por la iglesia de San Servacio, así que me dirigí a la izquierda y entre en una oscura sala donde tras un mostrador y un ordenador se escondía un pequeño hombre con las gafas en la punta de la nariz. Le pregunté a ver si hablaba inglés a lo que me tímidamente me respondió:
- "Nein"
Daba igual: No tenía otra opción que hablarle en inglés. Lentamente le pedí un ticket, mostrándole la Harz Card. El hombre parecía confuso, dubitativo... cuando de repente, de la recámara, salió una mujer que dijo:
- "I do speak English"
Era una mujer casi tan alta como yo, ancha y obesa, de unos 60 años, con pinta de haber sido en su juventud semi-finalista de lucha grecorromana en alguna olvidada edición de los Juegos del Pacto de Varsovia (si es que tal competición existió alguna vez...) de los años 70 o algo por estilo. Las lentes de sus gafas eran redondas bases de dos vasos de Duralex. Llevaba una camiseta azul y un faldamento azul oscuro. Su peinado consistía en una larga y grisácea melena recogida en una deshilachada coleta. Era "La Quedlinburga" Todo "glamour".
Me dijo que para la visita de St Servatius no se aceptaba la Harz Card, pero que sin embargo sí que se aceptaba en el museo del castillo, en la puerta de enfrente, al otro lado del patio de entrada. La entrada a la iglesia cuesta 4.50 € y a la cripta 1.50 €. Total: 6 €. Pagué y entonces la Quedlinburga me preguntó en qué idioma quería el papel explicativo del lugar. Y... lo tenían en castellano.
Entré en la Iglesia y quedé admirado por lo que ví. Es realmente bonita, aunque más grande de lo que esperaba. Pero lo mejor es comenzar contando un poco de su historia.
Los tres protagonistas de Quedlinburg, su castillo y su colegiata: Enrique, Santa Matilda, y su hija, que también se llamaba Matilda
Yo he re-bautizado a la Colegiata de la Iglesia de San Servacio con el sobrenombre de "La Colegiata de las Abadesas Peleonas" y ahora os cuento porqué.
En la colina donde está el castillo, el rey Enrique I (919-936) estableció su residencia. Quedlinburg jugó un papel muy importante en la historia alemana hasta el 1200, celebrándose más de 60 cabildos en presencia del rey. En el año 936 se fundó una congregación de damas que sólo estaban subordinadas al rey y al Papa y que estuvo dirigida al principio por una abadesa: Matilde, hija del emperador Otto. El hecho de que no tuviesen que obedecer ni a las autoridades locales ni al obispo dio a la Abadia de Quedlinburg mucho poder y un carácter un tanto díscolo. El castillo fue utilizado como sede palatina por los emperadores sajones.
En el año 994 Otto III dio a Quedlinburg el derecho de establecer sus propios impuestos, libre mercado y acuñación de moneda.
En el siglo XV Quedlinburg perteneció a la Liga Hanseática. La Abadía siempre defendió su independencia. Las autoridades locales se apoyaban en el poder del obispo. La Abadesa Hedwig, con la ayuda de sus hermanos, expulsó a las fuerzas del obispo, consiguiendo abandonar la Hansa. En 1539 la Abadía y la ciudad de Quedlinburg se convirtieron al Luteranismo. Este es un ejemplo de los conflictos que tuvieron. La abadía fue secularizada en el 1802. Desde entonces las abadesas no tenían que llevar hábito y se podían casar: Eran seglares. Aún así, grandes mujeres dirigieron la abadía. Entre ellas la princesa sueca Sofia Albertina, una de las primeras que lucharon por los derechos de la mujer. Quedlinburg es una ciudad cuya historia tiene una fuerte presencia femenina.
Interior de la Iglesia de San Servacio, Colegiata de Quedlinburg
Santa Matilde (izda) y capitel con la imagen de los fundadores
La iglesia es una basílica con tres naves y techo plano de madera. La planta de la iglesia tiene forma de cruz. Predomina la forma geométrica cuadrada. Hay una alternancia de dos columnas y un pilar. Las 12 columnas hacen referencia a los apóstoles y los 4 pilares a los evangelistas. Fue muy adornada con frescos. Los capiteles están decorados con animales fabulosos, bandas trenzadas, uvas, águilas y motivos vegetales. Sólo uno de los capiteles tiene representación humana: Se cree que son los fundadores de la iglesia. Decidí entonces entrar en la cripta.
La cripta es magnífica. Es el típico lugar con cierto aire de misticismo propio del románico. Está dividida en tres naves y con una bóveda de crucería decorada con frescos de temas bíblicos. Aquí se encuentran los sarcófagos del Rey Enrique I y su esposa Matilda enterrados. Además se encuentran en la pared las piedras funerarias de las abadesas.
Cuando entré había un grupo de gente con una guía turística que se marchó al cabo de cinco minutos. Me quedé solo en la cripta admirando su belleza. Estuve un buen rato como ensimismado. Digamos que fue un momento de introspección, oración, meditación, recogimiento... No sé... pero el lugar se presta a ello. Una vez finalizado y ya dispuesto a salir de mi ensimismamiento, saqué la cámara. Y cuando iba a disparar....
- " STOP !!!! NO PHOTOS IN THE CRYPT !!!! THIS IS A HOLY PLACE !!!! NO PHOTOS IN THE CRYPT !!!!
¿ Qué eran esos terribles gritos que venían desde fuera?
- "¡¡¡ Cielos !!! ¡¡¡ La Quedlinburga !!!
Casi tuve un infarto del susto que me dio con sus gritos.
- "OK, OK" -Le dije.
Y me quedé ahí otro ratito, reflexionando: "Esto tiene gracia: Pagas una cantidad por entrar en la iglesia y otra cantidad por entrar en la cripta, que está dentro de la iglesia. En la iglesia te dejan hacer fotos pero no en la cripta ¿no son los dos un espacio privado? ¿cómo es posible que dejen en uno y no en el otro? Tampoco ví carteles diciendo "No Photos" o "No Flash". Yo saco las fotos siempre sin flash. Además estaba solo ahí. No interrumpí la devoción o recogimiento de nadie. Más bien todo lo contrario: Ella con sus gritos de bruja del Harz interrumpió mi momento de concentración.
En fin: Que no me gustó el gesto. Así que decidí vengarme ¿Cómo? Pues evidentemente haciendo una foto de la cripta. De manera que si hace cinco minutos me hallaba ahí totalmente concentrado poniendo en contacto lo más humano con lo más trascendente y divino, ahora mi intención era únicamente la de cometer el pecado de disparar furtivamente la Gran Foto Prohibida de la Cripta de la Iglesia de San Servacio. Me fui a una de las naves laterales, donde había un buen ángulo para hacer la foto y que además la Quedlinburga no podía divisar desde fuera del recinto. Estaba ahí buscando un buen encuadre cuando ví por el rabillo del ojo que en el suelo de la nave central se proyectaba la larga sombra de la guardiana de la cripta que se asomaba por la puerta desde arriba, buscándome.
- "¡¡Cuidado, que viene!!
De inmediato me senté adoptando una postura orante, con los ojos cerrados, como si estuviera en medio de un trance espiritual con el más allá. Noté que ella me miró desde arriba y luego se retiró. Así que por fin pude aprovechar para hacer la foto rápidamente.
¿Y cómo salió? Pues como la mayoría de las fotos en las que tienes puestas muchas expectativas: Un churro Con tanta tensión a cuenta de la foto: Que si busca ángulo, que si "aquí está bien", que si "¡Ay, que viene la Quedlinburga", que si "Ahora tengo que simular un momento de recogimiento místico"... ¡¡ Qué stress !! La he tenido que dar un difuminado y retocarla como he podido para "maquillarla" un poco, pero no hace justicia al sitio:
La cripta de la Iglesia de San Servacio. Al fondo: Las piedras funerarias de las Abadesas
Salí por fin de la cripta y subí de nuevo al altar a los lados de la nave trasversal junto a las cuales se encuentran unas cámaras donde está el tesoro de Quedlinburg, protagonista de una historia muy peculiar:
- Una de ladrones: El robo del Tesoro de Quedlinburg -
Tras la fundación de la Colegiata de Quedlinburg, el rey Otto, Matilda y los que le siguieron dotaron a la iglesia de grandes ornamentos y tesoros, entre ellos un manuscrito iluminado de los Evangelios del siglo IX, los "Evangelios de Samuhei", otro Evangelio -este impreso- de 1513, ambos con cubiertas con joyas, así como relicarios, un peine litúrgico de ébano, trozos de tela y madera que al parecer eran del manto de la Virgen y de la Cruz, un frasco de cristal de roca con forma de cabeza de obispo, que según la tradición se pensaba que contenía un mechón de pelo nada menos que de la Virgen María y otros objetos de gran significado histórico y religioso.
Todos estos tesoros fueron tomados de la Iglesia de Quedlinburg y escondidos en una cueva por los nazis durante el avance de las fuerzas aliadas. En Febrero de 1945 el Ejército Americano encontró el depósito y en Abril del mismo año los oficiales hicieron un inventario de todos los objetos, diciendo que en él se encontraban todas las piezas intactas y presentes. Pero unos días después se descubrió que faltaban unos 14 o 15 objetos (los arriba mencionados). Se hizo una investigación, sin éxito. En 1949 Alemania quedó dividida y por lo tanto no se pudo proseguir la investigación al no tener los del Este acceso a Alemania del Oeste, a pesar de que se encontraba bastante cerca.
Un hombre llamado Joe Tom Meador, que sirvió en el ejercito de los EE.UU. en aquella época como observador de una unidad de artillería, era licenciado en Arte y fue uno de los muchos soldados que hizo del saqueo en Alemania una de sus principales ocupaciones. "Adquirió" los objetos y los envió a su dirección familiar en Whitewright, Texas, cerca de Dallas y ahí los mantuvo, sin venderlos, hasta su muerte en 1980. Este fue ha sido uno de los mayores robos de piezas de arte del siglo XX.
En los años 80 hubo ciertos rumores acerca de objetos de arte alemán que se estaban poniendo a la venta y el gobierno alemán creó un departamento -la Fundación Cultural de los Estados Alemanes- dedicado a recuperar los tesoros perdidos. Y así fue que le llevó hasta Texas pues ciertos objetos comenzaban a reaparecer al ser puestos a la venta por los herederos de Meador, quienes vendieron el Evangelio Simohei de la iglesia de Quedlinburg a la mencionada Fundación por tres millones de dólares. Un "chollo", si se tiene en cuenta que los propios alemanes lo evaluaron posteriormente en 30 millones de dólares...
La transacción se realizó el 9 de Mayo de 1990. Fue entonces cuando la Hacienda Americana (Internal Revenue Service) detectó la operación y, en nombre de la Iglesia de Quedlinburg presentó cargos contra los herederos de Meador por "conspirar para recibir, esconder, almacenar y vender bienes robados", sin embargo en 1996 el Tribunal retiró los cargos al ser demasiado tarde y haber vencido los plazos. Los herederos finalmente cedieron la totalidad de la colección, tras una larguísima batalla legal, por 2.75 millones de dólares.
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Tras la fundación de la Colegiata de Quedlinburg, el rey Otto, Matilda y los que le siguieron dotaron a la iglesia de grandes ornamentos y tesoros, entre ellos un manuscrito iluminado de los Evangelios del siglo IX, los "Evangelios de Samuhei", otro Evangelio -este impreso- de 1513, ambos con cubiertas con joyas, así como relicarios, un peine litúrgico de ébano, trozos de tela y madera que al parecer eran del manto de la Virgen y de la Cruz, un frasco de cristal de roca con forma de cabeza de obispo, que según la tradición se pensaba que contenía un mechón de pelo nada menos que de la Virgen María y otros objetos de gran significado histórico y religioso.
Todos estos tesoros fueron tomados de la Iglesia de Quedlinburg y escondidos en una cueva por los nazis durante el avance de las fuerzas aliadas. En Febrero de 1945 el Ejército Americano encontró el depósito y en Abril del mismo año los oficiales hicieron un inventario de todos los objetos, diciendo que en él se encontraban todas las piezas intactas y presentes. Pero unos días después se descubrió que faltaban unos 14 o 15 objetos (los arriba mencionados). Se hizo una investigación, sin éxito. En 1949 Alemania quedó dividida y por lo tanto no se pudo proseguir la investigación al no tener los del Este acceso a Alemania del Oeste, a pesar de que se encontraba bastante cerca.
Un hombre llamado Joe Tom Meador, que sirvió en el ejercito de los EE.UU. en aquella época como observador de una unidad de artillería, era licenciado en Arte y fue uno de los muchos soldados que hizo del saqueo en Alemania una de sus principales ocupaciones. "Adquirió" los objetos y los envió a su dirección familiar en Whitewright, Texas, cerca de Dallas y ahí los mantuvo, sin venderlos, hasta su muerte en 1980. Este fue ha sido uno de los mayores robos de piezas de arte del siglo XX.
En los años 80 hubo ciertos rumores acerca de objetos de arte alemán que se estaban poniendo a la venta y el gobierno alemán creó un departamento -la Fundación Cultural de los Estados Alemanes- dedicado a recuperar los tesoros perdidos. Y así fue que le llevó hasta Texas pues ciertos objetos comenzaban a reaparecer al ser puestos a la venta por los herederos de Meador, quienes vendieron el Evangelio Simohei de la iglesia de Quedlinburg a la mencionada Fundación por tres millones de dólares. Un "chollo", si se tiene en cuenta que los propios alemanes lo evaluaron posteriormente en 30 millones de dólares...
La transacción se realizó el 9 de Mayo de 1990. Fue entonces cuando la Hacienda Americana (Internal Revenue Service) detectó la operación y, en nombre de la Iglesia de Quedlinburg presentó cargos contra los herederos de Meador por "conspirar para recibir, esconder, almacenar y vender bienes robados", sin embargo en 1996 el Tribunal retiró los cargos al ser demasiado tarde y haber vencido los plazos. Los herederos finalmente cedieron la totalidad de la colección, tras una larguísima batalla legal, por 2.75 millones de dólares.
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Salí de la iglesia de San Servacio y me dirigí al museo, donde entré con la Harz Card. El único interés que tiene es darse una vuelta por las estancias del castillo. Tiene además una terraza desde donde se pueden admirar bonitas vistas de Quedlinburg.
Me dí una vuelta por el jardín, donde, en un banco decidí comer un bocata. Una vez terminado, salí del recinto del castillo para coger la bici y tras callejear un poco, seguir el curso del río Bode para salir de Quedlinburg en dirección a Thale y el desfiladero de Bodetal, que se encuentra a unos 10 kms de Quedlinburg, pero esto lo cuento en la siguiente etapa
El jardín del Castillo de Quedlinburg
Schloßberg, calle situada junto al recinto del castillo