Lunes 27; Llegada a Austria- Graz:
Llegamos sin problemas antes de tiempo a Viena y nos dirigimos a la oficina de alquiler de coches. Tras hacer los trámites nos pasamos por el supermercado que está en el aeropuerto, algo más caro que otros que nos encontraríamos en días sucesivos y compramos 4 manzanas y 2 coca-colas (5€).
Graz es una ciudad agradable para pasear y dedicarle la tarde.
Dada la hora decidimos comprarnos para comer unos sándwiches y unos llogures. Para desayunar al día siguiente unos batidos y un dulce (10€) y unos cubiertos (5€).
Como habíamos comido de Sandwiches decidimos cenar de restaurante en una terracita, pero como allí se cena tan pronto no teníamos mucha hambre así que no pedimos mucho, una sopa (por cierto saladísima) y un schnitzell de cerdo (filete de cerdo empanado) con un poco de ensalada más agua de grifo (15€) (nota curiosa: 2 vasos de agua del grifo 0´65€).
Martes 28; Graz-Hochosterwitz- Klagenfurt -Baldramsdorf:
Intentamos desayunar en una cafetería de Graz al estilo español pero no encontramos ninguna que nos gustara, en la plaza había un puesto con dulces pero estaba plagado de avispas, si no había posadas 30 es que había 40… una pasada , así que no nos animamos a comprar nada y finalmente terminamos desayunando en el coche los batidos y el dulce que habíamos comprado el día anterior.
El plan de hoy era hacer escala para ver la fortaleza de Hochosterwitz (www.burg-hochosterwitz.or.at). Tardamos en llegar más de lo previsto, quizás por la ruta elegida por el maps.me.
Ya de lejos se ve la fortaleza que resulta muy atractiva.
Yo tenía muchas esperanzas puestas en esta visita ya que había visto unas fotos muy bonitas (siempre del castillo en su conjunto) y había leído que era uno de los castillos que W.Disney había elegido para dibujar los decorados de Blancanieves, así que pagamos 12 € /persona y subimos. La verdad es que fue una decepción , de modo que no creo que merezca la pena el desvío. Si sois aficionados a la fotografía sería mejor enterarse desde que monte de alrededor se puede captar mejor una foto del castillo y pasar de ir a visitarlo (eso sí, en ese caso hay que tener un buen teleobjetivo). Creo que la fortaleza está bien pagada por 4 o 5€ pero 12… la verdad es que no lo vale.
Hasta llegar arriba atraviesas distintas puertas, es gracioso ver las medidas de protección que se construyeron, y al final tienes un mini-museo con armaduras y unas buenas vistas de todo alrededor, pero vamos, poca cosa y la cuesta es fuertecita.
Dentro del recinto también hay un restaurante y como ya era hora (española) para comer decidimos sentarnos. La carta estaba sólo en Alemán así que me acerqué a unos señores que estaban comiendo unas cazuelitas que tenían muy buena pinta y les pedí en inglés que me señalaran qué era en la carta. La verdad es que es sorprendente la cantidad de gente por la calle, en los supermercados… que habla inglés y lo bien que se les suele entender. Total, que era una especie de revuelto…. Cuando vino el camarero le señalé lo que queríamos, (juraría que lo hice bien) pero no sé si es que el camarero dio por sentado que le pedía el plato escrito de abajo del que queríamos o si realmente me confundí al señalar pero resultó que nos sirvieron dos schnitzell, con ensalada de patata… , intenté quejarme pero el camarero aseguró que era nuestro pedido y a ver como se lo discutes sin tener ni papa de alemán… No es que estuviera malo y tampoco era caro (9,90 €/plato)… es que no era lo que yo quería… El agua del grifo esta vez no nos la cobraron.
Después fuimos a Klagenfurt.
Como nos vamos dando cuenta de que aparcar gratis en este país es misión imposible , decidimos no perder tiempo como el día anterior y aparcar directamente en zona azul, la verdad es que el tiket no me pareció caro, 0,60€ /90 minutos, más que suficiente para dar una vuelta. El centro es animado, con muchas terracitas, y nos compramos dos dulces en una pastelería para comerlos más tarde (5€).
Entramos en la iglesia de St. Peter und Paul, recomendada en nuestra guía y la verdad es que nos llevamos una grata sorpresa…
Supongo que llama más la atención porque el exterior es extraordinariamente austero… además tenemos suerte y hay una persona ensayando en el órgano lo que le da una atmósfera especial al recinto. Bueno, si como nosotros pasáis de camino por este pueblo, una visita está bien, pero no merece la pena acercarse ex profeso.
De allí ya derechos al hostal, nos cuesta encontrarlo porque en el maps_me no consigo hacer la búsqueda por coordenadas de GPS y la dirección no aparecía tampoco . Total, que tras preguntar 2 veces a base de señas a gente del pueblo y con un poco de suerte localizamos el sitio. El chico que nos atendió nos preguntó si queríamos cenar (porque en el establecimiento hay restaurante) pero es que eran la 19:00…. No teníamos ni pizca de hambre, así que esa noche tocó cenar a hora española batido y el pastel que habíamos comprado en Klagenfurt.
Miércoles 29; Baldramsdorf- Mittersil:
El desayuno iba incluido en el precio y estuvo bien, la mujer que nos atendió no hablaba inglés pero una pareja que se sentaba en la mesa de al lado sí y nos hicieron de intérpretes .
En cuanto a los planes… pues se nos vinieron abajo porque el día amaneció muy nublado y lloviendo y la previsión no decía que fuera a mejorar …
En teoría la idea era cruzar hasta Mittersill pasando por la Grossglockner pero habíamos leído que no merecía la pena hacerlo con mal tiempo (totalmente cierto), así que a pesar de ser una paliza decidimos hacer más kilómetros que un tonto y acercarnos a Inssbruck ya que el parte meteorológico no era tan malo por esa zona.
Cómo ya sospechábamos que el maps-me no daba muy buenos consejos sobre rutas a seguir nos metimos en google y resultó que nos recomendaba ir vía Salzburgo – Alemania… y le hicimos caso, tuvimos mala suerte y pillamos un atasco del quince en la autopista alemana porque estaban de obras y habían dejado en un punto dado un solo carril, a esto le sumas los camiones y un tráiler que llevaba una pieza gigantesca… en fin, una locura, eso sí, por allí no llovía.
Una vez en Inssbruck aparcamos en zona azul en el centro, 2,10€/90 min. que era el tiempo máximo permitido.
Visitamos la parte antigua, comimos en uno de los restaurantes de comida rápida de pescado, no estaba malo pero tampoco era gran cosa (11€/los dos), y volvimos a mover el coche y poner otros 2,10€.
Regresamos a la zona del tejado dorado porque justo debajo había una cafetería que ofrecía capuccino+ tarta sacher ó applestrudel por 5€, cada uno comimos una, la tarta sacher me decepcionó un poco porque me esperaba un bizcocho más jugoso y el chocolate con más sabor…, pero el applestrudel estaba bueno.
Después nos fuimos ya para Mittersill, pasando antes por un super (6€) porque nos temíamos que no encontraríamos dónde cenar cerca del alojamiento y no nos confundimos.
Jueves 30; Mittersill- Cueva de Hielo de Werfen- Liechtenstein-Klamm- [u]Mittersill[[/u]:
Hoy habíamos planeado ir a caminar por el Hohe Tauern pero el tiempo seguía siendo de perros… así que de nuevo ideamos un plan B, y nos fuimos hasta Werfen, a ver su cueva de hielo (www.eisriesenwelt.at).
Llegamos temprano, sobre las 9:00, siguiendo las recomendaciones de los viajeros y fue lo mejor porque cuando salimos las colas eran de impresión, tanto para esperar por el teleférico como en la taquilla. Según mi forma de verlo la visita es altamente recomendable, eso sí, requiere de un mínimo de forma física porque hay caminatas muy empinadas y luego el recorrido por las cuevas que es sube que te sube escalera arriba.
Último tramo antes de entrar a las cuevas.
Vista desde la salida
En el diario de otra persona (lo siento, no recuerdo en cual )leí que al entrar el viento es muy fuerte, bueno, pues en nuestro caso no fue para tanto, según parece el viento es más fuerte cuanta mayor es la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior, y como el día estaba tan malo fuera la diferencia de temperatura no era muy grande. Aunque es evidente, esta es una cueva de hielo, dentro hacer frío, conviene ir bien abrigado porque se está dentro un rato grande, nosotros incluso llevamos guantes y no nos sobraron. En cuanto si coger o no el teleférico, cogedlo, principalmente porque creo que merece la pena ahorrar el tiempo que llevaría subir/bajar andando. El trocito de camino que ví era para gente sin vértigo, con tiempo y buena forma física a juzgar por el desnivel que salvamos… (Entrada a cueva más teleférico i/v: 22€/persona).
De allí y tras fotografiar el castillo de enfrente...
... nos fuimos a la garganta de Liechtenstein (www.Liechtensteinklamm.at) (5€/persona), se trata de una caminata muy sencilla de 1 km ida que culmina en una cascada. Es un entorno precioso y por ese precio creo que merece la pena, apta para todo tipo de condición física porque no hay que subir cuestas. Esto hace que cuando fuimos estuviera de gente hasta arriba, y eso a pesar de que era la 13:00, que yo creía que era la hora de comer en este país...
A la salida comimos en el restaurante que está al lado de las taquillas, como hasta el momento aceptable pero nada más. Un plato con una salchicha grande con patatas fritas y ensalada de col y otro plato con 3 trozos pequeños de quiche con algo de ensalada más una botella de agua y un cheese estrudel (bastante rico) 23 €.
Hacia las 16:00 nos pusimos de camino a Mittersill, pero como no, pillamos atasco , así que para cuando llegamos al alojamiento eran las 17:30 y la oficina de información turística estaba cerrada . Resulta que el horario de L a V es de 8:00 a 17:00, los sábados hasta las 14:00 y los domingos no abre…. Increíble . Al final nos fuimos a la pensión porque se puso a llover y hacía frío, eran las 18:00 y en el pueblo ya estaba todo cerrado y no había gente por la calle… terminamos cenando más tarde en la habitación nuestros socorridos sándwiches y yogurt…