DÍA 7: OSTIA ANTICA ✏️ Diarios de Viajes de Italia

El último día de nuestra estancia en Roma estaba dedicado a la visita del yacimiento de Ostia Antica. Para llegar debeis tomar el tren Roma-Lido, que sale de la estación “Porta San Paolo”, y bajaros en la séptima parada “Ostia Antica”. El billete sencillo de autobus (1,5 euros) sirve para el tren. La estación de tren está pegada a la de Metro “Pirámide”, pero hay tornos de entrada y salida distintos.

El trayecto duró una media hora aproximadamente, y las diez de la mañana ya estábamos en la taquilla. Es posible comprar la entrada por internet, pero no merece la pena porque no hay cola para entrar. Aquí, para variar, tampoco te dan folletos, ni guía, ni plano (se puede comprar uno, dos euros), ni tienen audioguías, ni..... En fin, vamos al tema.

Ostia fue la primera colonia de Roma, fundada en el siglo VII a.c. Situada en la desembocadura del Tíber, se convirtió en el puerto y almacén de Roma y estuvo en funcionamiento seis siglos. Su época de gloria se sitúa alrededor del siglo I, y su declive se produjo en el IV propiciado por el desplazamiento del cauce del río, que hoy se encuentra a unos tres kilómetros de las ruinas. Si la comparamos con Pompeya, Ostia presenta dos diferencias fundamentales: Pompeya desapareción de golpe, Ostia se apagó poco a poco; Pompeya era una residencia de verano para las clases altas, Ostia era una población de mercaderes y trabajadores.

Esta visita nos ha gustado mucho, por lo que la recomendamos. La conservación de calles y plazas es bastante buena (Han estado enterradas en limo hasta el siglo XIX) y sólo con un poco de imaginación podeis ver como vivían sus habitantes hace casi dos mil años. Además, como el yacimiento no se encuentra en el circuito de los tour-operadores, no tiene mucho público, y la visita es un bonito paseo entre ruinas y la sombra de los pinos. Llevad agua y buenos calzados ya que la extensión del conjunto es considerable.

Una vez vueltos a Roma, poco más hay que contar. Almorzamos en “Il Fornaretto di Trastevere” unas pizzas al taglio (nada del otro mundo) y unos helados artesanos que sí que estaban muy buenos. Por la tarde salimos a realizar la compra de algunos regalos para la familia, y por la noche nos quedamos en el apartamento a cenar y preparar las maletas.

A las cuatro de la mañana nos estaba esperando puntualmente el coche de RomePickup para poner rumbo al aeropuerto de Fiumicino, de donde partimos a las seis hacia Sevilla, finalizando el viaje.

Estoy seguro de que me olvido de poner cosas importantes del viaje, y omito otras deliberadamente para no hacerlo muy largo. Si alguien tiene alguna pregunta que hacer, estoy a vuestra disposición en lo que pueda. Un saludo a todos.