Pues con un poco de pena nos levantamos, desayuno, recogemos las cosas y decimos adiós a esta maravillosa zona. Hoy volvemos a Tokio, y eso quiere decir que va quedando menos. El trayecto no se nos hace largo, pero a pesar de que madrugamos para coger un tren pronto, llegamos a Tokio prácticamente a medio día.
El día de hoy lo empleamos en hacer una ruta andando desde la estación de Tokio hasta nuestra nueva casa. Menos mal que mandamos las maletas por mensajero y no tuvimos que estar cargándolas durante estos días. Adelantamos que no tuvimos ningún problema, pero sí que le dimos un par de vueltas durante el día. A ver si vamos a llegar a nuestro alojamiento y no van a estar…
La estación de Tokio y todo su entorno son literalmente gigantescos y laberínticos. Hay multitud de galerías subterráneas con tiendas, restaurantes… Además, como los japoneses son la mar de apañados, organizan todo a las mil maravillas. Preguntamos a una azafata si había algún sitio de ramen (se nota que nos gustó, eh?) y nos dijo que claro que sí… Había una calle subterránea llena de sitios de ramen! Nos indicó como llegar, y nos pusimos a la cola del que mejor impresión nos dio. Imaginamos que no habrá sitios malos, porque todos tenían mucha gente. Lo dicho, un ramencito entre pecho y espalda, y a continuar el día con el depósito lleno.
Seguimos dando una vuelta por los pisos inferiores de la estación, y nos llamó mucho la atención una tienda de KitKat, donde deducimos que puedes encontrar lo más de lo más en sabores kitkatianos.
Llegamos a nuestro objetivo, la “Character Street”. En esta calle las tiendas están dedicadas 100% a dibujos animados. Hay tiendas de Pokemon, de las productoras de Doraeomon, Shinchan e infinidad de desconocidos para nosotros… Una pasada ver la cantidad de cosas curiosas, y la cantidad de japoneses (niños y no tan niños) que hay comprando. Os dejamos una entrada a un blog donde encontramos información sobre esta calle: japonismo.com/ ...ter-street
A partir de aquí abandonamos la estación y al fin estábamos sobre la superficie! La fachada de la estación es digna de ver. Es muy bonita y está recién rehabilitada. Lo que más nos gustó fue el contraste de la estación, con su estilo antiguo con todos los rascacielos alrededor.
Llegamos a los jardines del palacio imperial, que todo hay que decirlo, nos gustaron bastante. Se puede acceder gratuitamente, y nos pillaba de camino a nuestra siguiente parada. Habíamos oído que no merecía mucho la pena, pero si tenéis tiempo o no os queda lejos, no dejéis de visitarlo.
Atravesamos los jardines y llegamos a otra parada que nos llamaba mucho la atención. La calle Jimbocho está llena de tiendas de libros antiguos, que bien merecen una visita. Nos gustó mucho pasar por tiendas llenas de libros de contabilidad escritos a mano del año de la polca, tiendas llenas de revistas con un porrón de años… Para curiosear es una pasada. Aparte de esto no tiene mucho más, así que si no os llama esto la atención os podéis ahorrar la visita.
Por último (y ya bien cansados), nos quedaba la última parada: Akihabara. La habíamos reservado parael final por el orden lógico de ir andando, y también para llegar algo más tarde, que es cuando se empieza a llenar.
Qué pasada esta zona. Lo mejor y más recomendable es dejarse llevar. Pasad a tiendas de comics, videojuegos, electrónica… Se os pasará el tiempo volando! Nosotros aprovechamos para jugar a unas cuantas máquinas recreativas, comernos un gofre, bichear todo lo que pudimos, tener nuestra primera toma de contacto con las Maids, comernos un dorayaki de Doraemon (traidor, no es de chocolate!!!).
Cuando ya estábamos cansados, decidimos ir a nuestro nuevo alojamiento. Otro MyStays muy cercano a Akihabara. Como ya dijimos antes, estábamos con la mosca detrás de la oreja con nuestras mochilas, pero como no podía ser de otra manera en Japón, funcionó a la perfección. Nos estaban esperando en nuestra habitación!